John Piccoli es una de esas personas que crean belleza a partir de lo que otros denominaríamos basura. Conoce su historia y lo que es capaz de hacer con su imaginación y unas cuantas llaves inglesas.
Desde niño, John Piccoli realizaba dibujos y figuras para dar rienda suelta a su vena creativa, él sentía que debía expresar y capturar la belleza que veía a su alrededor. Más tarde, cuando John era un apuesto joven, la poliomielitis le dejó postrado en una silla de ruedas para siempre.
No volvería a andar, correr o bailar y siempre sentiría el tacto frío del metal junto a su piel. John se había convertido en carne y metal, un metal frío y vivo luchando por expresar sus emociones.
Cuanto mayor es la pena y el desafío más grande puede ser el hombre y el artista, por ello John no dejó que su silla de ruedas le detuviese, al revés, aprendió de sus formas y decidió expresar su arte a través de la escultura metalúrgica a gran escala.
John parte de pequeños objetos metálicos para construir obras gigantescas, porque de algo pequeño y puro pueden sugir las mejores cosas. Su pieza preferida son las llaves inglesas. Son pequeñas y funcionales, y sólo se fabricaron para una cosa: apretar tornillos, pero juntas pueden ser mucho más que una simple herramienta, juntas pueden ser arte.
Una sirena, un gigantesco pez espada, un carro o un precioso corcel… Nada parece escapar de la creatividad de John, que consigue que un simple objeto sea más que una simple herramienta gracias a su talento.