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Gustavo Azócar Alcalá

¿Para qué tenemos un CNE que no quiere hacer elecciones?, por Gustavo Azócar Alcalá

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Aunque muchos no lo crean, Venezuela es quizá el único país del mundo que tiene un organismo cuya principal tarea es hacer elecciones, pero cuyas rectoras principales, colocadas en sus cargos por el difunto Hugo Chávez, no quieren hacer elecciones. Es una verdad de perogrullo: Tibisay Lucena y sus tres compañeras de farra en el directorio del CNE están decididas a no hacer comicios en lo que resta del año 2016.

El CNE, que según Lucena, es el organismo electoral con “más prestigio y credibilidad en toda la vía láctea”, está haciendo todo lo posible para que en Venezuela no se celebren nuevos comicios en los próximos meses. Por lo menos no mientras las encuestas sigan diciendo que Nicolás Maduro tiene 78% de rechazo y que 8 de cada 10 venezolanos está dispuesto a votar en un referendo para sacarlo del gobierno.

Uno de los principales argumentos utilizados por Chávez, durante los 14 años que estuvo al frente del gobierno, fue el de que su revolución era la más democrática del sistema solar en virtud de que había realizado casi 20 procesos electorales. Ciertamente, desde 1998, en Venezuela se realizaron 13 comicios y seis referendos. Todo un récord Guinnes.

Desde que Chávez asumió el poder, los venezolanos acudimos a las urnas casi todos los años. Dejamos de votar solo en 2001, 2002, 2003, 2011 y 2014. Entre 1998 y 2015 hubo al menos 20 procesos comiciales en el país. También se llevaron a cabo cuatro elecciones primarias: dos por el bloque oficialista y las otras dos de la alianza opositora.

El CNE no solamente organizó las elecciones presidenciales, regionales y municipales durante estos últimos años, sino que además, también organizó los referendos y ayudó en la organización de las elecciones primarias tanto del PSUV como de la MUD. Tibisay Lucena y las demás rectoras que le acompañaron en todos los directorios, siempre se mostraron solícitos y complacientes, cuando el proceso electoral era solicitado por Hugo Chávez. El CNE controlado por el oficialismo jamás dijo que No cuando el gobierno le pidió montar una elección.

En el caso concreto de las primarias, los que dieron el primer paso para hacer elecciones internas fueron los de la tolda roja. En 2008 los militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela acudieron a las urnas para seleccionar a sus candidatos a gobernadores y alcaldes. Dos años después lo hicieron para elegir candidatos para las parlamentarias. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) hizo su primera consulta interna en 2010 a fin de escoger los candidatos a la AN. Luego hicieron otra, el 12 de febrero de 2012, para seleccionar los abanderados a presidente, gobernadores y alcaldes. Todos esos eventos contaron con el apoyo y el visto bueno del CNE.

Pero después que murió Hugo Chávez y luego de las elecciones que permitieron a Nicolás Maduro asumir la Presidencia de la República, la historia pasó a ser otra. Ahora resulta que estamos en presencia de un CNE que no quiere hacer elecciones. Pasamos de un CNE que organizaba elecciones para cualquier cosa, a tener un CNE cuyas rectoras no quieren celebrar comicios para nada. La última elección que se hizo en el país fue la del 5 de diciembre de 2015, la cual se realizó luego de fuertes y grandes presiones nacionales e internacionales debido a la negativa de las cuatro rectoras oficialistas en colocarle fecha a la consulta.

Para el momento en el cual se escribe esta columna, es decir, la última semana de Julio de 2016, el CNE no sólo no ha suministrado la fecha tentativa para la realización de un Referendo Revocatorio contra Nicolás Maduro, sino que tampoco ha oficializado la fecha para la realización de las elecciones de gobernadores y consejos legislativos, la cual, de acuerdo con la Constitución y las leyes, debería efectuarse antes de que concluya el presente año.

El CNE presidido por Tibisay Lucena, debe hacer, coordinar, organizar y apoyar, antes de que termine el año 2016, al menos cinco procesos electorales en el país: 1) Referendo Revocatorio; 2) Elección Presidencial (30 días después del revocatorio); 3) Elecciones Primarias de la MUD; 4) Elecciones Primarias del PSUV y 5) Elecciones de Gobernadores y Diputados Regionales. Y todo eso hay que hacerlo, tal como lo establece la Constitución y las leyes, en apenas 5 meses.

La democracia participativa y protagónica, que tanto pregonó Hugo Chávez , y que se ufanó de haber organizado una veintena de procesos electorales en el país, la mayoría de los cuales fue ganado por el oficialismo, ha quedado como letra muerta luego que Nicolás Maduro asumiera el poder. El madurismo no quiere contarse. Y las rectoras del CNE, obligadas por ley a cumplir con la tarea de organizar comicios para consultar la opinión de los venezolanos sobre lo que piensan y quieren de sus gobernantes, le están haciendo el juego a un gobierno antidemocrático y dictatorial que pretende quedarse en el poder a punta de balas y cañones.

En los 14 años de gobierno de Hugo Chávez hubo al menos 14 procesos electorales, de los cuales HCF ganó 12 y la oposición 2. En los 3 años de Maduro ha habido 3 procesos electorales, de los cuales el gobierno ganó 2 y la oposición 1. Pero como todo el mundo bien lo sabe, Maduro no es Chávez. El país que fue gobernado por Chávez se murió con Chávez el 5 de marzo de 2013. El país gobernado por Maduro es otro. Hay mucha gente que dice ser Chavista, pero no Madurista.

Cualquier elección que haga el CNE en los actuales momentos así sea para escoger una Junta de Condominio, una asociación de vendedores de perros calientes o un Consejo Comunal, será ganada por las fuerzas democráticas holgadamente. Eso lo saben las cuatro rectoras del CNE. Lo sabe el gobierno. Lo sabe Maduro. Lo sabe Raúl Castro. Y lo sabemos los 30 millones de personas que habitamos este país.

El CNE podrá retrasar hasta el infinito la realización del referendo y de los comicios regionales. Para ello cuentan con el respaldo de Maduro, el TSJ, Padrino López y un sector de la Fuerza Armada que está comprometido con este gobierno corrupto y hambreador. Pero lo que no podrán hacer es retrasar ni posponer las ansias de cambio que tiene el pueblo venezolano. Este pueblo está decidido a cambiar. La voluntad de cambio de la gran mayoría de los venezolanos es como un río cuyo cauce aumenta todos los días y cuya corriente amenaza con desbordarse de un momento a otro pasando por encima de todas las compuertas y barreras que le ponga el gobierno.

Cierro esta columna recordando todas las elecciones que hemos tenido desde 1998 hasta nuestros días, y las elecciones que deberíamos tener antes de que termine el presente año 2016.

ELECCIONES EN LA ERA CHÁVEZ:

1.- 1988: 6 diciembre: elecciones presidenciales ->
gana Hugo Chávez (56,2%).

2.- 1999: 25 abril: referendo para Asamblea Nacional Constituyente. Ganó el Sí: 87,75% El No obtuvo 7,26%

3.- 1999: 15 diciembre: referendo aprobatorio para nueva constitución. Ganó el Sí con 71,78% El No obtuvo 28,22%.

4.- 2000: 30 julio: elecciones presidenciales (relegitimación) Hugo Chávez: 59,76 %.El proceso fue convocado con un propósito: para que HCF cambiara la correlación de fuerzas en el Congreso y en las Gobernaciones. En el Congreso el MVR obtuvo 98 diputados (mayoría absoluta). En las gobernaciones, la alianza MVR+MAS+PPT se quedó con 15 gobernadores.

5.- 2004: 15 agosto: referendo revocatorio contra Hugo Chávez.
Ganó el No con 59,1% El Sí obtuvo 40,64%

6.- 2004: 31 octubre: elecciones regionales y municipales.
Ganan los partidarios de Chávez con 58,31%
Gobernadores: la alianza MVR+PPT se quedó con 20 gobernaciones. La oposición apenas logró 3 gobernaciones.
En cuanto a las alcaldías la alianza MVR+PPT+MAS+PODEMOS obtuvo 270 alcaldes. La oposición apenas 64.

7.- 2005: 4 diciembre: elecciones parlamentarias.
La oposición no participa. El oficialismo se queda con los 167 diputados.

8.- 2006: 3 diciembre: elecciones presidenciales.
Gana Hugo Chávez con 62,84%.

9.- 2007: 2 diciembre: Referendo Reforma Constitucional.
Gana la oposición con un 1,75% de diferencia

10.- 2008: 23 noviembre: elecciones regionales y municipales
ganan los partidarios de Chávez con 52,10%. Gobernadores Psuv: 18. Oposición: 5. Alcaldes: Psuv+aliados: 272. Opositores: 54

11.- 2009: febrero: referendo reforma constitucional (reelección indefinida) ganó el Sí con 54,86% El No obtuvo 45,13%

12.- 2010: 26 septiembre: elecciones parlamentarias. La oposición sacó más votos, pero una reforma a las normas electorales le dio más diputados al gobierno. El Psuv se quedó con 98 diputados. La oposición con 67 diputados

13.- 2012: 7 octubre: elecciones presidenciales.
Gana Hugo Chávez con el 55,1%.

14.- 2012: 16 diciembre: elecciones regionales. Gana el Psuv y sus aliados: 20 gobernadores. La MUD: 3 gobernadores

ELECCIONES EN LA ERA MADURO:

15.- 2013: 14 abril: elecciones presidenciales.
Gana Nicolás Maduro (con trampa) con el 50,61%.

16.- 2013: 8 diciembre: elecciones municipales.
El oficialismo se queda con el 76% de las alcaldías. Psuv + aliados: 257 alcaldías. MUD: 80 alcaldías

17.- 2015: 6 de diciembre: Elecciones Asamblea Nacional. MUD: 112 diputados. PSUV: 55 diputados
18.- 2016: Referendo Revocatorio: pierde Maduro
19: 2016: Elección Presidencial: Pierde el candidato del PSUV
20.- 2016: Elecciones Regionales: Pierden los candidatos del PSUV.

¿Qué hacemos si Maduro se quiere suicidar? por Gustavo Azócar Alcalá

El Calabozo de la Libertad

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Nicolás Maduro se encuentra al borde del precipicio. Todas las encuestas, incluyendo las que hace el dueño de Hinterlaces, muestran los altísimos niveles de descontento que hay en el país.

La crisis que enfrenta Maduro ha hecho que, una vez más, regresen a Venezuela los rumores de un Golpe de Estado. Esta semana fue divulgado un informe de la Agencia Stratfor, en el que se afirma que hay serias posibilidades de una asonada militar en el país.

 

Stratfor dice en su informe que “la espiral económica hacia abajo ha afectado directamente la capacidad de gobernar de Maduro. Persistentemente ha perdido apoyo de potenciales votantes y tiene una tasa de aprobación de cerca del 20 por ciento. Con crecientes desbalances financieros, y careciendo de la popularidad de Chávez entre el público, Maduro no ha sido capaz de implementar medidas efectivas para enfrentar a las diversas facciones que integran al PSUV, amenazando la estabilidad del partido. En la medida en que el país se acerca a las elecciones legislativas de diciembre —y en que las protestas de la oposición ganan momento y la tasa de aprobación de Maduro se derrumba— la posibilidad de un golpe con la participación de miembros del PSUV se hace más probable”.

El informe de Stratfor fue replicado en varios medios de comunicación en todo el mundo. Stratfor está considerada como una agencia de inteligencia muy seria, y sus informes son utilizados por corporaciones mundiales para establecer sus prioridades de inversión. Además, quienes vivimos en Venezuela sabemos que los rumores de golpe tienen mucho rato en el ambiente, y que, ciertamente, hay algunos sectores de la oposición, y también del oficialismo, a quienes no les desagrada la idea de una salida color verde oliva.

Aunque en el gobierno de Maduro, ningún vocero quiso hacer algún comentario sobre el informe de Stratfor, la verdad es que en Miraflores hubo más de uno que soltó una sonrisa cuando leyó la versión de un posible Golpe de Estado. Porque vamos a estar claros: nada la caería mejor a Nicolás Maduro en este momento, que una asonada militar. La crisis económica que afecta a Venezuela es de tal magnitud, que lo único que puede salvar a Nicolás son dos cosas: 1) un milagro, que haga que los precios del petróleo se disparen otra vez a 100 dólares (eso sólo es posible si estalla una guerra) y 2) un golpe de estado que, al igual que a Chávez, en el año 2002 lo convierta en víctima y haga que la gente se olvide, aunque sea por unos días, de sus propios problemas.

Maduro sería feliz si algún sector del país, ya sea de la oposición, o del oficialismo, le regala su Abril. En el año 2002, Chávez atravesaba una gravísima situación interna. Su aprobación era escasa, y los problemas económicos y sociales de Venezuela eran muy similares a los que afronta hoy día el ex chofer del Metro de Caracas. Pero en lugar de capitalizar el descontento, y convertir el malestar social en votos, las fuerzas opositoras prefirieron tomar el atajo del Golpe de Estado, y con Pedro Carmona a la cabeza, se tomaron el poder. Lo que ocurrió después ya es historia: la oposición no estaba preparada para ser gobierno, Carmona puso la torta y Chávez regreso triunfante. El golpe de Abril de 2002 fortaleció a Chávez, lo apuntaló en el poder, y acabó con la oposición.

Trece años después nos encontramos en la misma encrucijada. Pero esta vez no está Chávez, sino Maduro. La crisis por la que atravesamos es quizás, diez veces peor que la que había en 2002. Y como se sabe, Maduro no es Chávez. Quizá por esa razón, hay quienes piensan que, esta vez, un Golpe de Estado si podría surtir efecto.

Pero ojo: el gobierno también tiene su plan. Hay sectores en el gobierno que manejan la teoría del autogolpe. Otros barajan la posibilidad de un atentado. Maduro necesita con urgencia: 1) reagrupar fuerzas, 2) recuperar la confianza del chavismo y 3) fortalecer su liderazgo, el cual, ciertamente, se ha ido a menos en los últimos meses. La única forma de lograr esos 3 objetivos es con un golpe de estado o con un atentado, del cual, por supuesto, logre salir con vida.

La oposición venezolana tiene que demostrar que es mucho más inteligente que el gobierno. Todos queremos salir de Maduro. Pero debemos tener mucho cuidado en la forma como se sale de él. Maduro es como un enfermo que ha sido desahuciado. Es como un suicida, que se coloca al borde del precipicio. Si Maduro se lanza él solo hacia el vacío, es un suicidio. Pero si alguien de la oposición lo empuja, será un homicidio. La diferencia, por cierto, no es solamente semántica.

En mi modesta opinión, Maduro ha escogido el camino del suicidio (político). Al no tomar las medidas económicas que se requieren y preferir correr la arruga, pidiendo limosna en el extranjero, y entregándole el país a los chinos y a los rusos, con tal de obtener prestado, él mismo está cavando su tumba.

Lo mejor que puede hacer la oposición en los actuales momentos es 1) organizarse para la transición; 2) capitalizar el descontento y transformarlo en votos; 3) Impedir que se aparezca otro Carmona y 4) trabajar unida para ganar las elecciones parlamentarias.

Lo demás es pensar en pajaritos preñados.

SC 17 de enero de 2015

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