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Guerra Santa

Tercera guerra mundial: ¿alarmismo a-lo-chamberlain o lucidez a-lo-churchill? por Fernando Nunez-Noda

CharlieHebdo2

 

Mientras escribo hay en Francia dos situaciones de rehenes, una con dos sospechosos del asesinato en ‪#‎CharlieHebdo‬ (quienes ya parecen haber sido despachados por la policía) y otra con posibles miembros de Al Qaeda, en aparente apoyo a los primeros. Esto exacerba la sospecha que ya se hace convicción: Occidente tiene al monstruo en sus entrañas, no solo en las milicias de ISIS en Siria o Irak.

– Quienes vean estos eventos como episodios aislados soslaya que el extremismo islámico va con todo contra Occidente. Para ellos la «Guerra Santa» es una 3era Guerra Mundial asimétrica y, según expertos, de «Cuarta Categoría». No es alarmismo. Esa guerra ya comenzó.

– A mediados de los 1930s, casi nadie veía en Hitler la amenaza que terminó siendo. Es fama que Neville Chamberlain (Primer Ministro británico previo a la guerra) le dio todas las oportunidades a un Hitler abusivo y hegemónico, e incluso vociferó que un supuesto pacto de paz había salvado a Europa de la guerra, para hacer el ridículo histórico. Solo gigantes como Winston Churchill lo descifraron desde el principio. Una acción decidida hubiera minimizado el impacto de aquella, la mayor guerra que ha habido en la Historia.

– Lo único positivo de estos ataques es que están disipando las dudas y, de la misma forma que el hackeo de Sony Pictures produjo un inusitado interés y apoyo a The Interview, el asesinato del personal de #CharlieHebdo levantó la conciencia y convicción de que «ya no estamos en Kansas», como dijo Dorothy cuando llegó al Mundo de Oz. Paradójicamente, el apoyo a la obra de los caricaturistas en masiva y decidida.

– Aparte de tímidos pronunciamientos protocolares, la población musulmana en Europa o en el Medio Oriente no ha manifestado (masivamente) el menor repudio por los asesinatos. El Islam militante y toda la dinámica de las potencias en el Medio Oriente, han radicalizado a los musulmanes en general. No tienen fuerza social para detener el extremismo, son ellos mismos sus víctimas y sus sociedades son demasiado medievales para hacerles un contrapeso.

– En Occidente el «political correctness» es tan grande que hay quienes condenan pero justifican las matanzas porque, en cierta forma, los asesinos fueron provocados por caricaturas y mensajes irrespetuosos de la revista de marras. No vi ese espíritu en el caso de The Interview, en el que el rechazo a las acciones ciberterroristas fue unánime. Recordemos que en el film al líder de Norcorea le explotan la cabeza. Pero cuando se trata de religión parece haber la insólita comprensión de que se recurra a la violencia como forma de protesta por la sátira religiosa. No apoyan la matanza pero comprenden (justifican) perfectamente porqué se realizaron.

– En el chavismo y a lo largo de la «izquierda asiática» el extremismo islámico es una aliado contra su enemigo común: Occidente y sus valores. El chavismo ha tendido puentes con organizaciones terroristas, le ha dado campo de entrenamiento en suelo venezolano, pasaportes a sus agentes e incluso una pequeña fiesta popular cuando volaron las Torres Gemelas el 11S de 2001, cuya anfitriona fue Lina Ron. A esos enemigos islámicos se suman Rusia (que tampoco es un país ni occidental, ni democrático) ansioso de recuperar glorias pasadas y China, con sus propios planes hegemónicos. ¿Casualidad que sean aliados de la izquierda asiática en Latinoamérica?

– No es hora de oír a los Chamberlain, sino a los Churchill. Y lo que oigo de los Churchill es claro como el agua: «La Tercera Guerra Mundial ha comenzado y la estamos perdiendo». Tiene que armarse una coalición amplia, seria, decidida. No puede ser EEUU solo, con tímido apoyo francés y británico, como siempre. Hay que ganarse a Rusia o aislarla. A China hay que debilitarla y eso es tarea fundamental de EEUU. ¿Y el Medio Oriente? Aquí aplica el chiste: hace falta alguien que nos «medio oriente» en esto, pero hay que darle la más seria consideración a una situación tan compleja.

– Cuando hablo de «Tercera Guerra Mundial» no me refiero a una guerra convencional entre países. Me refiero a la mentada «Guerra de Cuarta (o Quinta) Generación», contra grupos y milicias descentralizadas. Lo que suelen lamar «guerras asimétricas», un upgrade de la guerrilla que incluso invade el ciberespacio.

– Repito lo que ya he dicho antes: Occidente tiene muchos defectos pero, a mi juicio, es lo menos malo del mundo. Hay libertad y prosperidad mucho mejor distribuida que en cualquier otra región del planeta. En la antigüedad se dice que el mundo occidental vivía bajo la «Pax Romana»: una paz bajo la hegemonía de Roma como potencia mundial. Yo prefiero la Pax Americana o la Western Pax que la Pax Rusa o la Pax China. Oh y mucho menos la Pax de ISIS. Solo visualícense en uno de esos escenarios. Solo recordemos -por ejemplo- lo que ha provocado la «Pax Chavista»: muertes violentas, corrupción incomparable y ruina general (excepto de los jerarcas y asociados).

Lo demás es «PAX-ja» mental.

 

@nuneznoda

Sendai Zea Mar 24, 2012 | Actualizado hace 12 años
Guerra Santa en Europa por Omar Hernández

El viejo continente vive momentos complejos y tiempos de incertidumbre, provocados por las inclemencias de la crisis financiera, cuyo impacto social se ha sentido, y con fuerza, poniendo a prueba el institucionalismo comunitario y los mecanismos de integración.

La islamofobia, un tipo particular de xenofobia cuyo foco de atención ha sido la población musulmana, es una paradoja en un contexto como el europeo que ya vivió el Holocausto judío y su correspondiente antisemitismo.

Parece que entonces y ahora, hay que achacarle los problemas a alguien, y sacar provecho de esas «diferencias culturales» a las que con ahínco se refiere Huntington en su célebre «Choque de Civilizaciones».

Naturalmente, hacer paralelismos entre el exterminio de los judíos y la discriminación contra los musulmanes es infame, por decir lo menos, habida cuenta de la obvia distancia entre ambos fenómenos. Pero ambos, tienen un rasgo común: el temor a la diferencia, el rechazo a lo distinto.

Los musulmanes se han convertido en el centro del debate en Europa. Se les acusa de «islamizar» el continente, y recordemos el reciente rechazo de los suizos a los minaretes en las mezquitas. Se les acusa de romper los cánones de laicismo y quebrar la igualdad de género, y traemos a colación las polémicas «leyes del velo», que imponen restricciones a cierto tipo de vestimenta.

Y pues lo anterior es sumado al terrible perfil que en el imaginario colectivo tienen a cuestas, según el cual todo musulman es un terrorista en potencia.

Los hechos en Toulouse son graves. Por un lado, el fanatismo religioso es llevado al corazón mismo del republicanismo: Francia. Se desea implantar una especie de «jihad» en propio suelo europeo, llevando a otros rincones enconados conflictos que desangran el Medio Oriente.

Pero peor aún, las víctimas de los abominables sucesos recientes fueron niños inocentes que nada tienen que ver con pugnas ancestrales e intereses políticos. Los niños judíos fallecidos, nada tienen que ver con las erráticas y condenables represalias israelíes a los igualmente condenables ataques sin sentido que desde Gaza se lanzan hacia los civiles hebreos del sur de Israel.

Otro aspecto significativo es cómo la misma persona ataca dos veces seguidas. Allí cabe cuestionarse la labor de las agencias de inteligencia francesas aunque luego el trabajo de las fuerzas de seguridad haya sido correcto, a decir de los entendidos.

En todo caso, es increíble que en la Europa del siglo XXI aún exista el antisemitismo. Increíble además, que algunos quieran sacar rédito electoral en vísperas de los comicios presidenciales franceses. Pero así es el mundo…

@omarhun