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Vuelven los peajes… que eliminó y condenó Chávez por Damián Prat C

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Del bolsillo de cada uno de nosotros se está pagando y se va a pagar cada vez mas el gravísimo déficit creado por años de irresponsabilidad, corrupción y “estatismo salvaje”. La inflación mas alta del planeta es el mecanismo mas perverso para empobrecernos a fin de que el gobierno rico  -y los gobernantes ricos y corruptos-  mantengan “su nivel”. Las permanentes devaluaciones y la que aún no anuncian, son la forma en que cada uno de nosotros, empobreciéndose, va a financiarle al gobierno su déficit. La ruina del país, causada por ellos y su modelo, la estamos pagando todos.

Una las muy pocas cosas concretas que anunció Maduro en tres largas “cadenas” de fin y principio de año fue el regreso del sistema de peajes pagos en autopistas, puentes y carreteras. Y, además, entregar esa función a las gobernaciones. Ambas cosas las eliminó “la revolución” entre 2006 y 2008.  Primero le quitó  -violando la Constitución-  el manejo, cuido y mantenimiento de las carreteras a las  gobernaciones en la obsesiva manía hipercentralista.  Luego ordenó eliminar los peajes con los que se recaudaban los fondos para medio hacer mantenimiento en esas carreteras. ¿Se acuerdan del discurso?  “Esos peajes son cosas del capitalismo malvado” y etc. etc.   Ahora Maduro rompe con “el legado del comandante eterno”.  Necesita dinero.  Las arcas del gobierno están secas y ordena meter mano en nuestros bolsillos.

Por principio, no es malo el sistema de pago de peajes, siempre que sea para mantener un servicio de primera, es decir, la autopista o el puente por el que se va a transitar tiene el asfaltado sin huecos, con el rayado bien pintado y visible, los puntos de alumbrado perfectos, mas un sistema de vigilancia policial y auxilio vial.   Entonces uno paga  -además con gusto-   para que eso se mantenga.   Ahora vamos a pagar ¿para usar cual tipo de vías?. ¡Ah!, la “revolución” nos cobrará primero, bajo la promesa que algún día se recuperará el asfalto perdido en éstos años de abandono.  Dirán que volverán a pintar esas rayas que casi no quedan.  Prometerán que habrá vigilancia y las luces en los postes serán repuestas.   Pero primero vamos a pagar cien veces o mil veces.

Miren éstos dos casos-ejemplo.   Cuando se proyectó y contrató la construcción del Puente Orinoquia  -el segundo puente sobre el Orinoco-  en tiempos del gobierno Caldera II, el barril de petróleo se vendía a 10-12 dólares en el mercado mundial. El gobierno no tenía con que construirlo.  El contrato con la constructora brasileña que ganó la licitación, incluía que ellos buscarían buena parte del financiamiento y se cobrarían luego con el manejo del peaje por una docena de años.   La obra  -gran obra-  se hizo en el gobierno de Chávez quien modificó el contrato porque ya el precio del petróleo subía.  El día de la inauguración en 2005, tanto la gobernación como la CVG presentaron proyectos para que esos organismos manejaran la administración de la obra con mantenimiento y vigilancia y con cobro de peaje.   Chávez dijo que no a ambos aunque eran “rojitos”.  Cero peaje.  Gratis.  Y sería un ministerio de Caracas el administrador.  Ministerio fantasma, lejano y ausente. Centralismo contra descentralización violando la Constitución.  Por eso, pese a ser una gran obra, en poco tiempo se dañó al alumbrado y casi nunca ha sido otra cosa que una “oscurana”.  Con harta frecuencia tapados los drenajes. Apenas un punto de “vigilancia” a la entrada del Puente. Del resto, “a la buena de Dios”.

En los tiempos que en trabajé el periodismo deportivo y en el béisbol profesional, por allá por los 90, me tocó muchas veces transitar de noche, regresando de algún juego, por la autopista Caracas-Valencia.  Yo recordaba los problemas de esa autopista cuando yo era muchacho y contrastaba con la calidad de esos años 90 cuando la administraban conjuntamente las gobernaciones de Carabobo, Aragua y Miranda.   Asfalto perfecto, rayado impecable, alumbrado total.  Cada 5 kilómetros un teléfono de emergencia. En todos los puntos de cruce servicios de grúas y ambulancias mas patrullas que actuaban en minutos.   Se pagaba un peaje por algo de calidad.   Todo eso lo destruyó la “robo-lución” en poco tiempo hasta el sol de hoy cuando lo que tenemos son carreteras abandonadas, destrozadas, en manos del hampa.  “Transite bajo su entera responsabilidad. Si se salva, agradezca”.  ¿Acaso ese pago que Maduro ordena hoy, en forma improvisada, solo para sacarse de encima un costo presupuestario, restituirá aquel servicio de calidad?  Lo dudo. Maduro ni siquiera mencionó algún plan.  Ni siquiera por demagogia habló de “servicio”.  Solo de “peaje y cobro”.  Eso nos espera. ¿De cual presupuesto tomarán las gobernaciones para recuperar esas autopistas y puentes antes de hacer efectivo el cobro en los peajes?.  Nada.  El heredero empeoró al “legado”.

Damián Prat

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@damianprat 

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