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#1956 #Avila #WarairaRepano #GrupoAtahualpa

El bar de lujo del Ávila es un “Waraira de pocos”

El camino de 15 minutos dentro del funicular da la sensación de estar dejando atrás el caos y la crisis capitalina. El verde va cubriendo el ambiente y el sol comienza a caer entre las nubes de una Caracas que luce muy diferente a cuando las instalaciones de este teleférico fueron inauguradas en 1956. Fecha que ahora le da nombre al bar-restaurante ubicado en la cima del cerro el Ávila que sólo es posible visitar con reservación previa y una considerable suma de dinero en la cuenta bancaria.

La estética del “Lounge Bar 1956″, ahora de moda entre el reducido grupo con capacidad adquisitiva en la ciudad, revive parte de lo que fue el ambiente de los años 50 en la capital venezolana: piso de madera, mobiliario de líneas modernistas, colores vivos, iluminación con acabados metálicos como el cobre y los baños identificados con las imágenes de Susana Duijm, la primera reina de belleza internacional de Venezuela al ganar el Miss Mundo en 1955, y el cantante de la época Cherry Navarro.

Todavía no ha oscurecido pero la fogata está encendida. La misma fogata que se ve al fondo del vídeo publicado en Twitter, el 7 de diciembre de 2017, por el presidente Nicolás Maduro mientras disfrutaba de una bebida caliente junto a su esposa Cilia Flores; el Vicepresidente de Comunicación y Cultura, Jorge Rodríguez; la Ministra de Turismo,  para ese momento, Marleny Contreras y la jefe del gobierno del Distrito Capital, Carolina Cestari.

“Waraira Repano le presta servicio a todo el pueblo, muy bello. Felicito a todos los trabajadores. Estamos inaugurando este restaurante 1956”, dijo Maduro a la cámara mientras explicaba que la razón principal de su visita era la revisión del avance de las obras de recuperación del hotel Humboldt aunque el local no se ubique en sus instalaciones.

 

 

Hace unas semanas, el 1956 fue motivo de comentarios en redes sociales cuando rodaron unas imágenes de los precios de su fiesta de Halloween. Todos los  productos de la carta se expresaban en dólares: entrada 10$, servicio de vodka 35$, tequeños 6$, chupe de pollo 8$, servicio de whisky etiqueta negra 120$, entre otros.

En sus horarios de jueves a domingo, sin eventos especiales involucrados, la carta no tiene precios marcados. Sin embargo, si se pregunta, indican en bolívares unos montos inaccesibles para el ciudadano común venezolano considerando que el salario mínimo en el país se ubica en 1.800 bolívares fuertes (5 dólares al cambio del mercado negro de hoy).  Un trago de Baileys ronda los 1.600 bolívares en el local y unos tequeños 1.800 bolívares, por dar un ejemplo.

 

“Disculpe ud presidente pero acá en mi casa aunque recibimos el bono navideño andamos en grandes aprietos con los precios y con la comida. Hoy cobré la otra parte de mi aguinaldo que ya se hizo nada con eso y ud aparece de esta forma. No me parece buena idea ese vídeo”, fue uno de los comentarios que obtuvo Nicolás Maduro en la publicación en su Twitter, hace un año, sobre su experiencia en el bar 1956.

En 2007, el Sistema Teleférico Warairarepano (STW), anteriormente conocido como Ávila Mágica propiedad de la empresa Inversora Turística Caracas de Nelson Mezerhane, pasó a ser administrado por el Estado venezolano con “el objetivo de reivindicar al pueblo en su derecho a disfrutar de los espacios turísticos del país”. En la actualidad está muy lejos de ser un espacio para el disfrute de todos.

El grupo textilero, ahora turístico, preferido de la revolución

Hace un año, el grupo Atahualpa hizo cumbre en el Sistema Teleférico Warairarepano (STW), anteriormente conocido como Ávila Mágica, con la inauguración de un Lounge Bar ambientado bajo la temática de los años 50’s. Y aunque se creó bajo la promesa de prestar servicio a todos los venezolanos, en la actualidad cada vez son menos las personas que pueden disfrutarlo.

Uno de los primeros anuncios sobre la apertura del bar 1956 se realizó el 22 de noviembre de 2017, a través de un vídeo en el canal de youtube oficial de Ministerio del Poder Popular para el Turismo (Mintur) Venezuela. En la descripción del vídeo se puede leer:  “La ministra Marleny Contreras, aprovechó la visita al STW para realizar una inspección al restaurante “Lounge Bar 1956″. Espacio acogedor que permitirá enaltecer el arte culinario del país e impulsar el turismo gastronómico, como alternativa para el disfrute de propios y visitantes. Este nuevo concepto es parte de la alianza entre el sector privado “Grupo Atahualpa” y Venezolana de Teleférico (Ventel)”

El grupo Atahualpa pertenece a Atahualpa Fernández Alburu,  un empresario peruano domiciliado en Venezuela desde 1983. Atahualpa saltó a la luz pública cuando fue responsable de la comercialización de los morrales verde con el dibujo de los ojos del ex presidente Hugo Chávez, según publicara Runrun.es en el reportaje «Negocios potables con la revolución» .

 

Atahualpa Fernández Alburu

Su vinculación con la revolución bolivariana ha sido estrecha. El grupo Atahualpa ha sido contratista del Estado para la confección de ropa y accesorios a través de sus compañías textiles Texticentro, Texticentro II y Representaciones y Servicios ADWD. A su vez Fernández Alburu, lleva las riendas de la embotelladora Agua Tiuna, que forma parte del Complejo Industrial de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y los productos son envasados por la Compañía Anónima de Industrias Militares (CAVIM).

Según publicara Poderopedia en el perfil de Fernández Alburu, el grupo Atahualpa ha tenido contratos con el Banco de Venezuela, Movilnet, el Ministerio del Trabajo, la Misión Sucre, Ministerio para la Defensa, Ministerio de Agricultura y Tierras, el Ministerio de las Comunas, entre otros. Sus alianzas actualmente parecen estar enfocadas al Ministerio de Turismo.

En septiembre de 2017 se inauguró la cafetería Tosta’o Coffee Market, en el Centro Comercial Centro Plaza en Altamira del Municipio Chacao, al este de Caracas,  también resultado de una vinculación entre el Grupo Atahualpa, Complejo Tiuna y Venetur.

La cafetería fue denunciada por la cadena de panaderías colombiana “Tostao’ Café & Pan” por presunto plagio de imagen. “Lejos de ser un “nuevo concepto’, tanto el nombre como la identidad visual que han utilizado pertenecen a una joven e importante cadena de tiendas colombiana“, afirmó la empresa  colombiana, en octubre de 2017, a través de un comunicado de prensa.

Bar 1956 es en papel Cafe Tostado 3515, C.A

En el bar 1956 también se realizan fiestas privadas, presentaciones de DJ’s conocidos en la movida caraqueña, desfiles de moda y hasta eventos privados de fundaciones benéficas. Pareciera no haber discriminación política, de lado y lado.

La mesonera que nos atiende cuenta, después de ofrecer algo de beber y picar, que solía trabajar en una cafetería en Caracas “que pertenece a la misma gente de este local”  pero que estar en el Ávila le es más beneficioso por las propinas que recibe.

 

La cuenta es mostrada en una tableta electrónica y aunque es en bolívares puede ser pagada en dólares, al cambio del día de Dolar Today,  aquella página de referencia para el tipo de cambio del bolívar tan satanizada por el Gobierno. La factura se da a nombre de Café Tostado 3515, C.A, empresa que no aparece en el sistema de registros mercantiles del Distrito Capital.

1956 es lujo de principio a fin. Sin embargo, al ir al baño, allí donde te recibe la  imagen de Susana Duijm, te encuentras con que no hay agua. Ni siquiera ofrecen los “tobitos” a los que tanto estamos acostumbrados los venezolanos. El dejar atrás el caos y la crisis capitalina una vez pisas el teleférico era de hecho sólo una sensación.