Tim Tracy: Dentro del Rodeo por Matthew Ross traducido por Raúl Ignacio Vallenilla - Runrun
Tim Tracy: Dentro del Rodeo por Matthew Ross traducido por Raúl Ignacio Vallenilla

El 24 de abril de 2013, el Presidente Venezolano Nicolás Maduro ordenó la detención del cineasta norteamericano Tim Tracy en Caracas bajo el cargo de terrorismo y espionaje. Tracy fue enviado a una de las cárceles más violentas en la tierra. ¿Acaso era un espía? ¿Conseguiría salir con vida?

 

04 DE JUNIO DE 2013

Aunque de alguna manera él lograse ignorar las amenazas de muerte que le hacía todo un bloque de celdas repleto de asesinos – Esta noche vas a morir maricón, gringo mamaguevo –no había ninguna posibilidad de dormir.

Tenía los pies tan destruidos por las picadas de los mosquitos que le habían comenzando a sangrar. De las grietas que habían de ambos lados de su cama, en el momento que se acostó, salieron columnas de innumerables cucarachas. Había una ducha en su celda, pero la llave casualmente ausente, y no se había bañado en varios días. Todavía tenía puesta la ropa que le hicieron utilizar cuando lo exhibieron ante todo el resto de los presos del Rodeo: Una vieja franela blanca y unos pantalones amarillos convertidos en shorts, tan absurdamente pequeños que parecían cacheteros. Su petición para bañarse o que le dieran una escoba había sido descartada. Peor aún sus medicamentos para el insomnio y la ansiedad se habían terminado, y sus peticiones para obtener más solo habían generado risas e indiferencia.

El hecho de que Tim Tracy hubiese aguantado hasta aquí – 42 días para ser exactos – ya no tenía importancia. Ser un Americano cuyo arresto había sido ordenado personalmente por el presidente venezolano en televisión nacional al principio le había parecido gracioso. Sobretodo el hecho de ser trasladado por un convoy armado a a los tribunales, no son todo los días que a uno lo tratan como Jack Bauer.

El problema fue que después las reglas cambiaron. Seis días antes había sido transferido de su celda del SEBIN al Rodeo, la cárcel más infame del país, cuyo sistema penitenciario era posiblemente uno de los peores del mundo. Ya no estaba siendo utilizado como un peón político por un gobierno desesperado al borde del colapso, Tim Tracy se había convertido en un blanco.

En este momento nadie – ni siquiera el presidente Maduro – podía garantizar su seguridad. A pesar de que el ala donde estaba ubicado, Rodeo Dos, suponía ser segura, los edificios de cada lado, Rodeo Uno y Rodeo Tres, eran dirigidos por Pranes. No había guardias, solo malandros armados con AK-47 y lanza cohetes. Un soborno o un disturbio generado por lo presos como el que había sucedido dos años atrás, y Tim estaría muerto.

De manera inesperada un par de enfermeras aparecieron frente a su celda invitándolo a acompañarlas. Ambas jóvenes, ambas espectaculares. Tim se preguntaba si eran reales. Un guardia se acercó y abrió la puerta de su celda; Las enfermeras seguían ahí. Tim se levantó y las acompañó sin saber a donde iba, tal vez lo llevan a una cámara de gas, tal vez lo iban a liberar, lo cierto es que a medida que se alejaba de la miseria de su celda decidió dejarse llevar ya que no tenía manera de saber.

No sería la primera vez que perseguía a una mujer venezolana a aguas desconocidas. Si no hubiese sido por Alejandra nada de esto hubiese sucedido.

 

SEMANA DE NAVIDAD, 2011

La velada comenzó en el Chateau Marmont, el único lugar en Los Ángeles que todavía mantenía algo parecido al glamour de Hollywood. Yo Estaba en LA para una ronda de casting para el film independiente que llevaba tratando de hacer por mucho más tiempo del que me sentía cómodo admitiendo. Una mujer me había invitado a comer con algunos de sus amigos en el jardín del Chateau.

Sentado enfrente mío estaba Tim Tracy, un hombre con cierta locura en los ojos. Tenía más o menos mi edad y llevaba luchando con Hollywood por casi una década. Sin embargo mantenía un entusiasmo casi infantil bastante inusual en los veteranos de la jungla que es el mundo del cine. No tenía ninguna pretensión de ser un grande de la industria, ni tampoco una falsa humildad que vociferan ciertos nombres para aumentar su reputación. Solo dijo que era cineasta, sin agregar el recital curricular que caracteriza el primer encuentro típico en un lugar así.

Había algo fuera de lugar en Tim. Me dio la sensación de que, al igual que yo, él estaba insatisfecho – con su carrera y con todo – y su personalidad lo hacía buscar una especie de escape para toda esa energía que tenía guardada sin haber podido liberar. Algún substituto para la locura que es hacer una película. Después de años de entrevistar a un sinfín de directores, he podido aprender que muchos de ellos se avocan al cine porque el stress de hacer una película y todo los problemas que esto acarrea, es lo único que los calma. Pero hasta que eso pasara, el reto era encontrar donde quemar toda esa energía y pronto.

Tim tenía un método preferido el cual no tarde en descubrir. Nuestro grupo movió la fiesta desde el Chateau a la casa de Tim en Laurel Canyon, donde éste no espero ni diez minutos para prender la música, la máquina de humo, repartir los tragos, algo de cotillón (espadas, sombreros, antifaces y demás) y comenzar una fiesta que duraría toda la noche.

“El Rodeo tiene una reputación terrible. Un Americano que sea enviado ahí, tiene de pocas a ninguna posibilidad de salir vivo”

En un punto Tim salió corriendo a una terraza y brincó para guindarse de un candelabro de metal que guindaba desde el techo. Se balanceó agarrado de él, hasta que éste se desprendió del techo cayendo hacia el suelo, donde se detuvo a pocos centímetros del impacto. Todos los amigos de Tim se rieron, aparentemente vieron en esta hazaña una expresión juvenil típica del personaje.

Después de la fiesta y haber visto el brinco al candelabro, sería muy fácil catalogar a Tim como un inmaduro, o uno más del mundo del cine que no tiene conexión con el mundo real. Sin embargo pronto me daría cuenta que menospreciar las cualidades de Tim no sería muy sabio.

Nos hicimos amigos de Facebook, y unos meses después estando de vuelta en Nueva York pensé que no vería nunca más a Tim Tracy.

26 de Abril, 2013

El email llegó mientras caminaba en Central Park, era de Alanna Sampietro, una actriz de L.A que frecuentaba el grupo de Tim. El tema del correo era “Firma por favor mi amigo cineasta ha sido arrestado en Venezuela” Al abrir el email, una planilla generada a través de la página Change.org informaba “Mi amigo Tim Tracy ha sido arrestado en Venezuela”.

Pensé que no podía ser el mismo Tim. Hice clic y descubrí que en efecto si era Tim Tracy de Laurel Canyon el que había sido arrestado dos días antes en Venezuela en el aeropuerto mientras se disponía a abandonar el país. Tim estaba bajo custodia del SEBIN acusado con los cargos de terrorismo. Recuerdo que cuando leí esto frené en seco.

Comencé a buscar en la web desde mi teléfono, Tim no había sido imputado todavía. Sin embargo el presidente electo Nicolás Maduro y el Ministro de Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres, habían celebrado ruedas de prensa que se transmitieron por todos los canales de TV de Venezuela. Rodríguez Torres anunciaba que el nuevo régimen había detenido una amenaza de seguridad nacional; La Conexión de Abril. Un plan secreto cuyo objetivo era iniciar una guerra civil. Y a pesar de que los miembros del plan eran los golpistas de la derecha, el encargado y director de todo era un ciudadano Americano, Agente de Campo de la CIA además, nada más y nada menos que Timothy Hallet Tracy. Esta mente maestra supervisaba todo el proceso, desde el lavado de dinero hasta la ejecución de los actos de terror. Todo esto mientras mantenía su fachada de ser un cineasta que estaba realizando un documental.

“Está muy bien entrenado, sabe como infiltrarse y como manejar diferentes fuentes de información y de seguridad” dijo Rodríguez Torres. “ Es muy común para el imperio cuando realiza estas actividades de espionaje utilizar la fachada del cineasta, fotógrafo o periodista. Porque con esa excusa puede ir a donde quieran”

El presidente Maduro por su parte no perdió tiempo en proclamarse el noble héroe del proletariado cuando dirigiéndose a la prensa declaró: “ El gringo que financió a los grupos violentos ya fue atrapado. Ya di la orden de que lo arrestaran inmediatamente y que sea presentado ante la Fiscalía. Nadie puede desestabilizar este país, el que desestabilice este país es porque está con la burguesía.” Dijo elocuentemente Maduro.

Los reportajes sobre Tim incluían declaraciones de sus amigos y familiares, por supuesto todos declarando lo absurdo de los cargos y la inocencia de Tim. Aengus James, un productor que había trabajado con Tim le dijo a AP “ No tienen a un operativo de la CIA y tampoco tienen a un periodista. Simplemente arrestaron a un niño con una cámara”

El 27 de Abril Tim fue imputado con conspiración para delinquir, perjurio o falsas declaraciones y portar documentación falsa y se le negó la fianza. De acuerdo a la Ley Venezolana, la fiscalía tiene 45 días para preparar un caso antes de la primera audiencia a celebrarse el 11 de Junio, momento en el cual el Juez decidiría, de acuerdo a los méritos, si el juicio avanzaba o se desestimaba. Nadie que conocía el sistema penal Venezolano tenía alguna esperanza de que Tim podría ganar una batalla en los tribunales, así que la audiencia siguiente probablemente sellaría su destino. Tim se enfrentaba a la pena máxima de Venezuela, 30 años.

En ese momento comencé a sentir un choque de dos emociones muy intensas: Gran preocupación por un hombre que a penas conocía y la excitación proveniente de la inspiración. Esta historia me hablaba a mí de una manera tan poderosa que todavía no entendía. Además había un misterio que necesitaba ser resuelto: ¿ Cómo se había convertido Tim Tracy en el Osama Bin Laden venezolano? ¿ Era Tim Tracy un espía?

 

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Tim creció en los suburbios de Detroit. La familia Tracy hizo su dinero vendiendo repuestos de automóviles después de la Segunda Guerra Mundial. Emmet el padre de Tim se enorgullecía en el hecho de que el cuidó a Mitt Romney cuando era un niño. Cuando Tim llegó a Connecticut para su primer año en Hotchkiss, un internado de buen nivel, fue catalogado como uno de los mejores jugadores de Hockey de su edad en el país. Sin embargo el colegio seguía siendo colegio y cada vez que Tim tenía que jugar delante de todas las niñas, las hormonas se apoderaban de él, y ante el miedo de equivocarse y perder la admiración de las niñas, Tim nunca alcanzó su potencial como atleta. Tripp su hermano mayor terminó siendo jugador profesional de la NHL, mientas que Tim no figuró ni como el mejor jugador de su escuela.

Nunca jugó hockey mientras asistió a Georgetown, pero luego de graduarse en 2001 se unió a un equipo que jugaba en una liga aficionada. La noche de la final Tim salió a la cancha con solo sus patines, una copa y la frase “Gracias Fanáticos” pintada en su trasero, el público eloqueció y Tim fue la estrella de la noche en el Bar después del juego. Esa noche Tim se fue a casa con Barbie, la estrella del equipo de patinaje artístico. Esto fue evidencia para Tim de que el mundo lo premiaba por ser alguien distinto a él mismo y esconderse detrás de un personaje. Atrás había quedado la pena de equivocarse con las niñas, y Tim había descubierto su vocación, actuar.

Tras seis años de esfuerzos, cumplió 30 años sin tener nada que mostrar por sus esfuerzos actorales. No importaba cuan duro trabajara, Tim siempre oía una voz dentro de él que le decía “ Esto no es lo tuyo, intenta algo más” Así que uno noche estado en un Bar llamado “The Green Door” cuando de la nada una bella mujer se le sentó al lado y le pregunto: “ ¿A que te dedicas?”

Tim sin pensarlo respondió “ Pertenezco a la Fuerza Delta”

“ ¿De Verdad? ¿Qué es eso?”

“Verás entramos a países detrás de líneas enemigas y hacemos cosas de terroristas”  respondió con cara seria Tim “Somos muy discretos. No quiero hablar de ello. Estoy de permiso y mañana salgo para Falluja”

La reacción de ella no se parecía a nada que Tim hubiese visto antes, era una combinación de preocupación, sorpresa, respeto y deseo. “!Dios Mío! Muchas Gracias por tu servicio a nuestro país” El sabía que lo que estaba haciendo estaba mal, pero la verdad es que sentía bien pertenecer a la Fuerza Delta, aunque fuera solo por un momento.

Ella lo invitó a su cada. Fue fantástico. Cuando se despertó la mañana siguiente, sabía que tenía que decir la verdad, sin embargo era innecesario romper la fantasía, el se iba a Falluja según ella. Mejor dejarlo así.

Dos semanas después estando de vuelta en “The Green Door” ella entró, hicieron contacto visual y ella se fue. Fue en ese momento que Tim se dio cuenta de que lo que había hecho no solo era una canallada, era la confirmación de que él se había descarrilado.

Dejó la actuación y decidió dedicarse a dirigir, para hacer una película importante. Su fortuna cambió casi inmediatamente. Su amigo y mentor Aengus James, le dio trabajo como productor en un documental llamado American Harmony al igual que en Madhouse, una serie de televisión sobre las carreras de carros en History Channel. Tim rápidamente descubrió que tenía una habilidad natural para producir. Las habilidades estaban todas ahí, ahora solo necesitaba su propia historia para contar.

La oportunidad se materializo por primera vez en la forma de unas peligrosas curvas de una latina en una pista de baile. Estaba en el matrimonio de un amigo venezolano de la universidad, cuando se dio cuenta que estaba completamente atrapado por una niña llamada Alejandra. La manera que ella ponía la parte de atrás de su mano sobre el tipo con quien bailaba era la cosa más sexy que el había visto en su vida.

Tim le rogó para que lo dejaran hablar con un cura para que este le diera la extremaunción antes de que lo asesinaran. “Lo siento gringo” Dijo Álvaro sonriendo “Aquí no hacemos eso”

 

Pusieron una canción de Madonna y Tim decidió actuar. Su español era un desastre al igual que lo era el Inglés de Alejandra, pero la química era fuera de lo común. Acordaron, a dura penas, encontrarse en Miami, donde Alejandra comenzó a contarle sobre Venezuela.

“ Estaba en la calle protestando todo los días” le dijo ella “Mi presidente es un dictador, la mitad de mis amigos fueron atacados con gas lacrimógeno, golpeados y arrestados”

Le contó que ella era miembro del movimiento estudiantil de oposición en Caracas que estaba luchando contra el régimen de Hugo Chávez, quien había sumado a asesinos y malandros para forzar su voluntad. Ella tenía un talento para el drama y él para creerle. Estaba conmovido por la imagen de estos niños que peleaban por la libertad, y además tenia a esta niña a quien impresionar. Viendo una oportunidad para ser el héroe, Tim le prometió a Alejandra que haría una película sobre la injusticia en Venezuela para contarle al mundo. Compró pasaje para tres meses después y comenzó a prepararse sobre la política Venezolana.

Chávez no era un caudillo cualquiera. Era una súper estrella. Nacido en la pobreza, hijo de dos maestros, tuvo sus inicios en las fuerzas armadas, donde comenzó a convertirse en la reencarnación socialista de Simón Bolívar.

Siguiendo un intento fallido de golpe de estado en 1992, Chávez estuvo preso. Logrando de alguna forma obtener un indulto presidencial dos años después y llegando así al poder en 1999 en lo que bautizó como La Revolución Bolivariana.

Aliándose con Fidel Castro, Chávez se convirtió en un astuto anti-imperialista cuya cuestionada estabilidad mental y rumorada adicción a la cocaína, nunca se interpuso entre él y una cámara. Todos los domingos, celebraba corte en un programa nacional de televisión que duraba aproximadamente seis horas y se llamaba Aló Presidente.

Tim estaba enganchado. Pronto descubrió, a través de un amigo que Alejandra estaba con otro tipo en Venezuela. Le dolió, pero lo podía manejar. Había dejado a la niña atrás, ahora se estaba enamorando del País.

 

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En el 2010 Tim pasó dos semanas en Venezuela filmando concentraciones y marchas estudiantiles las cuales no llenaron la expectativa de los cuentos de Alejandra. Una lección que Aengus le había enseñado es que todo director debía tener un detector de mentiras, y la mayoría de estos estudiantes no estaban pasando el examen. Eran excelentes organizando mítines, pero con solo un vistazo a los barrios que adornaban las afueras de Caracas era suficiente para saber que había más tras esta historia.

 

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En una protesta frente a la embajada de Ecuador, Tim conoció a Humberto López a quien llamaban el Ché por su impresionante parecido al verdadero Ché Guevara. Ché se ofreció para llevar a Tim a recorrer el 23 de Enero, el barrio más notorio de Caracas, que además era la base espiritual de Chávez. En el momento que Tim entró al 23 de Enero, sintió una carga de inspiración. Este era el lugar donde Chávez era considerado un dios (Un punto reforzado por un mural de la última cena donde Hugo estaba sentado con Jesús) a pesar de que todos vivían en la miseria ¿Cómo era esto posible?

 

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Tim entendió que para realizar el documental que el quería, iba a tener que entrar al corazón de los barrios, a la boca del lobo. El hecho que los desafortunados estuviesen tan impresionados con un líder como para darle status de deidad, ahí estaba la historia. Tim sabía que necesitaba un evento dramático para encausar su narrativa. Se tardó dos años en llegar. En septiembre de 2012, nueve meses después de haberlo conocido, Tim estaba de vuelta en Los Ángeles cuando recibió una llamada de su amigo Ricardo Korda desde Caracas. Las elecciones presidenciales estaban a tan solo un mes, y el oponente de Chávez, Capriles Radonski estaba ganando terreno. Chávez estaba vulnerable políticamente y además estaba sufriendo de cáncer. Las calles de Caracas vibraban con demostraciones, y la ocasional violencia entre chavistas y opositores. La guerra civil estaba sobre la mesa.

“Si tu quieres hacer ese documental, tienes que venir ya” dijo Korda, quien eventualmente se convirtió en co-productor del proyecto. “Nunca vas a tener otro chance de hacer algo como esto. Todo está al borde de colapsar”

Tim agarró su equipo y se montó en el primer vuelo que salía de L.A.

En una ciudad donde usar el celular en la calle, aunque sea una buena urbanización, es considerado imprudente debido al crimen desbocado. Tim pasó los próximos siete meses filmando en los barrios más peligrosos de Caracas. Lugares como el 23 de Enero y Catia. Lo hizo con su cámara de 20.000 $ y nunca tuvo que defenderse.

“Agarra el Sur del Bronx en los 70, llévalo a la era del crack de los 80, agrégale sobrepoblación y al Fidel Castro de la revolución, y eso es el 23 de Enero” decía Jon Lee Anderson, quien en sus 35 años de carrera como corresponsal extranjero, ha vivido las zonas de guerra más fuertes del mundo para cubrir historias. Anderson ha escrito extensivamente sobre Venezuela, incluyendo un retrato de la Caracas moderna para The New Yorker el cual apareció en Enero explorando estos mismo barrios en los cuales filmaba Tim. “En un lugar como Caracas, lo anormal es lo normal” dice Anderson. “Hubo veces donde estuve cerca de gente que no hubiese tenido reparo en dispararme. Uno adopta cierto lenguaje corporal, tratas de ser inofensivo, haces esto o aquello, pero también tienes que retar. Yo reté. Tim retó. Simplemente es lo que tienes que hacer.

Para entender Venezuela, Tim necesitaba aprender las costumbres de los Chavistas más pobres, cómo operaban, la delgada línea entre activismo político y ser criminal. El hecho de que Tim no hablara español le permitió aprender desde el nivel más orgánico, de sus fuentes.

Tim pronto descubrió que su cariño por Venezuela era recíproco. Mientras se ganaba la confianza de hombres rudos, cuyo líder estaba constantemente advirtiendo sobre los diablos gringos, se daba cuenta que las mujeres Venezolanas lo adoraban. Terminó escogiendo a un tipo llamado Jhonny como el centro de su documental. Jhonny era miembro de “El Frente”, uno de los colectivos más poderosos del 23 de Enero. Estas bandas manejaban la ley en un barrio libre de policía, y la ley era pro-Chávez. Jhonny también era un motorizado, uno de los personajes más infames de Caracas.  Sirven con Taxistas independientes, los cuales avanzan a través del tráfico de Venezuela a velocidades impresionantes. Tim conoció a una mujer que le contó que yendo de pasajera una vez en una de estas motos, el motorizado sacó su arma y robó a uno de los carro en el tránsito. En el siguiente semáforo la mujer ofreció sus propias pertenecías, a lo cual el motorizado ofendido respondió: “Aquí en Venezuela nosotros tenemos principios, no robamos a los clientes”.

A través de Jhonny, Tim esperaba entender como 8 millones de personas podían votar por un hombre que a lo largo de 14 años, había regalado billones y dejado al país con una de las tazas de homicidio más grandes del mundo.

Tim estaba gastando su modesta herencia en el proyecto. Decidió quedarse después de sus dos primeros arrestos. En ambos casos fue arrestado por filmar imágenes que estaban fuera de lo permitido. La primera cuando filmó un francotirador en uno de los mítines de Chávez en Octubre de 2012. El segundo por filmar el palacio presidencial. Ambas veces fue liberado tras tres días de preguntas y mucha espera. Tim encontraba a las autoridades mucho menos intimidantes que los miembro de los colectivos en los barrios con los cuales ahora pasaba sus días y sus noches.

Al principio del 2013, mientras Tim continuaba filmando, los eventos en Venezuela dieron un vuelco a lo peor. El 05 de marzo el carismático presidente Hugo Chávez sucumbió ante el cáncer dejando a Nicolás Maduro como presidente encargado (un chofer de autobús quien había ascendido entre los rangos del Chavismo hasta llegar a ser Vicepresidente) . Maduro no poseía ninguna de la cualidades carismáticas de su líder y mentor, y a pesar de tener más reserva de petróleo que Arabia Saudita, Venezuela estaba en caos. Maduro perdía el control. Para ganar más tiempo necesitaba crear una distracción urgentemente.

24 de Abril, 2013

Tim se despertó después de haber pasado la noche con dos señoritas, lo cual explica por qué perdió su vuelo. Tenía dos cumpleaños importantes en EE.UU: Los 80 años de su papá en Michigan y los 30 años de su muy buena amiga Sasha Bushnell, el cual era en su casa en Laurel Canyon. Para asegurar que la fiesta fuese inolvidable, Tim le había pedido a un amigo que arreglara el Candelabro y lo preparara para soportar el peso de un hombre y una mujer adulta.

Hizo una reservación en el siguiente vuelo. Tan pronto como pasó inmigración en el Aeropuerto Simón Bolívar, se encontró rodeado por un grupo de oficiales armados, quienes estaban esperando por él. Fue esposado y llevado al centro de detención. En este punto estaba más molesto que asustado – ya había pasado por esto – pero algo igual se sentía diferente. Habían más armas, y todos sus movimientos estaban siendo monitoreados. Pensó que podía hablar para salir de esto.

“Tengo un vuelo a las 3:00 PM que creo que ustedes no quieren que pierda” dijo Tim exagerando su importancia.

“No te preocupes” le dijo el encargado “Si pierdes el vuelo te ponemos en un avión privado y te mandamos de vuelta a EE.UU.”

Fue en este momento que Tim supo que había algo mal en todo esto, el sabía que era imposible que lo mandaran en avión privado.

Tenía razón. Esa noche Tim fue llevado al Helicoide, un estructura piramidal enorme en el medio de Caracas que sirve como sede del SEBIN. Al llegar fue llevado a un cuarto de interrogación donde Elvis Ramírez – Director del Helicoide – lo acusó fuertemente de ser miembro de la CIA. Tim por supuesto lo negó, pero a Ramírez no le importó. Al día siguiente se dio la rueda de prensa de Maduro y Rodríguez Torres.

Dos días después de su arresto Tim fue transportado por un convoy de 20 vehículos llenos de agentes de fuerzas especiales para otra cárcel cerca del aeropuerto para una audiencia de traslado. Mientras esperaba los prisioneros de las celdas adyacentes comenzaron un canto aterrador: “Maten al Gringo, Maten al Gringo”. El color desapareció del rostro de Tim, y comenzó a temblar. Mientras estuvo en los barrios Tim escuchó a los chavistas repetir el casete  de mentiras que Chávez les había dicho sobre EE.UU como loros. Tim le había dado un nombre a eso él lo llamaba “Militarizar el Kool-Aid”, definitivamente el Kool-Aid había sido militarizado.

Uno solo puede imaginarse el shock cuando sonó el teléfono en casa de los Tracy en Grosse Pointe Farms, Michigan. Siguiendo la primera ola de reportes, familiares y amigos cerraron los frentes bajo el consejo del abogado de Tim, Daniel Rosales, quien estaba manejando las negociaciones de rigor mientras supervisaba su defensa penal. Estaba prohibido el contacto con la prensa por miedo a provocar a Maduro, quien estaba aumentado su anti-imperialismo.

Poco después del encarcelamiento de Tim, el Presidente Obama declaró que los cargos contra Tim eran ridículos. Maduro respondió llamando a Obama, “El Gran Jefe de los Diablos”. El comentario de Obama no le hizo ningún favor a Tim, pero la respuesta sin sentido de Maduro, alertó a la comunidad internacional que el arresto de Tim no era más que un plan cínico de un presidente desesperado quien haría lo que fuera para atraer el apoyo del pueblo. En otras palabras, Tim era claramente inocente, no era ningún espía. Maduro no tenía ninguna prueba, pero no le importaba.

El régimen de Maduro estaba perdiendo poder día a día. Arrestando a Tim, estaba empleando un truco de su mentor, «cuando estés en problema, une a las bases en contra de un enemigo común, el capitalismo opresor. Distrae la atención de los problemas domésticos reviviendo el odio anti-yankee, creando además un vínculo directo entre los Americanos y la Oposición». Maduro estaba pintando su administración como la defensora de la seguridad nacional en un momento donde una guerra civil era un clara posibilidad.

 

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Varios movimientos por la liberación de Tim Tracy comenzaron.  Desde rumores sobre Oliver Stone y Sean Penn escribiéndole personalmente a Maduro hasta un esfuerzo hecho por Bill Delahunt, quien es el único político Americano que tenía buenas relaciones con Chávez. Delahunt se involucró porque Tripp el hermano de Tim pidió ayuda a través de un amigo en común que fue a Harvard con Tripp.

Mientras tanto la situación en Venezuela seguía desarrollándose. La semana después del arresto de Tim, una golpiza se desató en la Asamblea Nacional entre los que apoyaban a Maduro y la Oposición. Tres semanas después Maduro fue humillado con un audio presentado por la oposición donde Mario Silva conversaba con funcionarios de la inteligencia cubana. El punto de resumen del audio de Silva era “Estamos en un mundo de mierda amigo mío”, Al igual que lo estaba Tim.

Tim pasó 36 días en el Helicoide, una experiencia que dada las circunstancias no era nada mala. Sus compañeros de cárcel eran un grupo digno de hacer un remake de Doce del Patíbulo (Dirty Dozen). Estaba David de El Salvador, quien le prestaba el iPod a Tim a cambio de lecciones de Ping-Pong; Steve, alias Boris, un simpático traficante de armas ruso; Assan, un campeón de Ajedrez y financista de Líbano cuyo único crimen era haber perdido su pasaporte; y finalmente Walid Makled García, Alias El Árabe que para el momento de su captura 2011, era uno de los capos de droga más poderosos del mundo.

Tim encajó perfectamente, y en tan solo días estaba jugando el torneo nocturno de Ping-Pong. Pasaba horas escribiendo de manera obsesiva en su diario y aprovechando el gimnasio. Tenía fé de que cuando llegara el veredicto el 11 de Junio, saldría exonerado de todo cargo y podría regresar a realizar su documental. Si pierdes la esperanza en una situación como esta, caes en la oscuridad, pensó Tim.

Su comunicación con el exterior era limitada a llamadas telefónicas a sus padres, su abogado Venezolano y su mejor amigo, Stone Douglass, un productor de cine que de alguna manera había convencido a las autoridades Venezolanas que él y Tim eran primos. El stress de tratar de lograr la liberación de Tim por parte de un gobierno al cual claramente no le interesa la realidad, la diplomacia o la justicia procuró momentos difíciles en los Estado Unidos. Los amigos de Tim, conocidos, familiares y hasta algunos extraños trataban de lanzar campañas de redes sociales, involucrar estrellas de cine y tv, organizar protestas y comenzar cualquier otra demostración pública. El hecho de que tantos quisieran ayudar era una pista de que la razón del apoyo no era el interés en la justicia; Era el hecho de que Tim lo había arriesgado todo por contar una historia que necesitaba ser contada y en el proceso se había convertido en lo que había querido ser siempre, un héroe.

El momento más difícil vino después de hablar con sus padres, quienes estaban en un estado de angustia extrema. Tim nunca dudó o se arrepintió de ninguna de las decisiones que tomó ni de las acciones que hizo, sin embargo pensó, en este momento, si había sido egoísta y solo había pensado en él.

El 28 de Mayo, se regó la voz de que algunos prisioneros serían evacuados sin ninguna explicación. Algunos decían que era debido a sobrepoblación, otros decían que era por remodelaciones. A las 5 am de la mañana siguiente, Tim y siete otros prisioneros de su “Dozena” fueron despertados e informados que tenían algunos minutos para empacar todas sus cosas, lo que dejaran serían botado.

Estaban siendo transferidos a El Rodeo Dos, que según los agentes del SEBIN era la cárcel modelo de Venezuela, equipada con instalaciones deportivas y dirigida por oficiales especialmente entrenados en entender las necesidades de prisioneros extranjeros. Nada de lo que le dijeron a Tim pasó el detector de mentiras. Principalmente si era tan necesario evacuar el Helicoide, ¿Por qué el resto de los prisioneros permanecerían allí?

Esto no se veía bien. Mientras Tim estaba siendo trasladado, Steve, el Ruso, le dijo a Tim una sola cosa “Tengo un solo consejo para ti, No confíes en Nadie”

29 de Mayo, 2013

En el momento que el Rodeo estuvo a la vista desde el asiento de su transporte, Tim supo que sus miedos estaban fundados. La entrada de la prisión estaba llena de huecos de bala de una revuelta de prisioneros que había ocurrido dos años antes que había resultado en 25 fallecidos. La primera impresión del Rodeo le recordó a Mad Max.

Las cárceles de Venezuela son fácilmente las peores del mundo, Y digo esto midiendo mis palabras cuidadosamente” decía Anderson. “El Rodeo tiene una reputación terrible. Un Americano que sea enviado ahí, tiene de pocas a ninguna posibilidad de salir vivo”

El Alcaide, un vago en sus cuarentas cuya madrina es la directora del sistema nacional penitenciario, estaba esperando a Tim y al resto de los traslados del SEBIN. No perdió tiempo en marcar su territorio. Después de confiscar todas las posesiones de los prisioneros salvo sus cepillos de dientes, tomó una máquina de afeitar y procedió a dejar a todos los prisioneros con la cabeza afeitada. Los ojos le brillaron cuando llegó el turno de Tim. Aquí estaba finalmente el famoso gringo del que tanto había escuchado. El Alcaide se le acercó a la oreja y le dijo “ Tu trataste de matar la revolución, y ahora vas a morirte aquí”. Todos los guardias se rieron.

Tim pasó toda su estadía en el Rodeo en una celda solitaria, durante este tiempo fue víctima de provocaciones y burlas por parte de un guardia llamado Álvaro, uno de los oficiales de mayor rango en el edificio. Tim lo llamaba Kevin Bacon, ya que el personaje de este en Sleepers, tenía la misma tendencia sádica que Álvaro. Abuso verbal a Tim mientras este defecaba, no lo dejaba bañarse y le confiscó la cama y su toalla. El tercer día, mientras Tim era trasladado de una celda solitaria a otra sin ninguna razón aparente, vio a Assan, su amigo del Helicoide siendo trasladado en dirección contraria. Mientras los guardias se pararon para conversar, Assan le susurró a Tim. “Escuché que esta noche te van a matar, ten cuidado”

Tim a penas logró llegar a su nueva celda sin colapsar. Tim fue vencido por un ataque de pánico el cual lo dejó temblando en su cama. Le dijo al guardia que necesitaba hablar con Álvaro. Cuando Alvaro llegó, Tim le rogó para que lo dejaran hablar con un cura para que este le diera la extremaunción antes de que lo asesinaran.

“Lo siento gringo” Dijo Álvaro sonriendo “ Aquí no hacemos eso”

Tim pasó la noche en absoluto terror. Cuando llegó la mañana y seguía vivo, el miedo fue remplazado por rabia. Así que cuando Alvaro llegó para burlarse de Tim este no lo toleró y respondió. Minutos después Tim fue tirado en un sótano lleno de bichos, suciedad, heces y demás.

En la noche de su día 42 de su encarcelamiento – sexta noche en El Rodeo – Tim se encontró despierto y temblando, otra noche de insomnio, escuchando los sonidos de la prisión, oliendo el desespero, rascándose las picadas de mosquitos de sus pies ensangrentados. Tuve un horrible revelación, esta era su realidad y había una posibilidad de que nunca volvería a ver la luz del día siendo un hombre libre y moriría en este infierno Venezolano.

Fue la mañana siguiente cuando aparecieron las bella enfermeras en la celda de Tim. No tuvo otra opción que seguirlas, sin saber a donde, si era a su muerte, a otra celda o a su libertad. Fue llevado a un cuarto donde lo examinó un médico, fue aquí que se dio cuenta que estaba siendo liberado porque le dieron su ropa y la boleta de excarcelación para ser firmada. Al igual que su arresto, su liberación fue rápida, sin advertencia alguna, Tim Tracy era libre.

5 de Junio, 2013

Sin una audiencia de pruebas, Tim fue expulsado de Venezuela y abordó un vuelo vía Miami. La única explicación que recibió Tim fue un tweet del Ministro de Interior y Justicia quien escribió “ El Americano Timothy Hallet Tracy, quien fue atrapado espiando en nuestro país, ha sido expulsado de nuestro territorio nacional”

Tim suponía aterrizar en Miami y abordar un vuelo de conexión hasta Los Ángeles, pero su familia lo interceptó en Miami y lo llevó a su casa de Palm Beach. Al parecer la llegada de  Tim a casa no fue tranquila y es que él no estaba bien mentalmente. Según todos los relatos Tim fue una fuente de energía positiva durante el primer mes de encarcelamiento, algo tenía que haber pasado en El Rodeo.

Fue el conocimiento de diplomacia de Bill Delahunt lo que finalmente consiguió la libertad de Tim. En un clásico Quid pro Quo, Delahunt logró conseguir una reunión entre Elías Jaua y Jonh Kerry a cambio de la liberación de Tim. Algunas horas después de que Tim aterrizó en Miami, Jaua y Kerry se estaban sentando juntos.

Diez días después Tim se subió en un vuelo vía Los Ángeles, a pesar de tener una red de apoyo esperándolo allá, Tim decidió pasar por debajo del radar. Los reporteros acamparon frente a la casa de Tim, y para evitar ser visto, este pasó toda la primera semana escondido en la casa de su amigo Stone Douglass.

Yo había volado a L.A el día que Tim fue liberado y tenía dos semanas en la ciudad cuando recibí la llamada que estaba esperando. El encargado de manejo de crisis que Tim había contratado, me dijo que Tim ya estaba en L.A y que a parte de mí no daría ninguna entrevista a la prensa. La mañana siguiente fui a Santa Mónica.

De no haber visto el video de 5 segundos de Tim caminando por el aeropuerto de Caracas no lo hubiese reconocido. Yo conocí a Tim como alguien de contextura gruesa, podría decirse que hasta algo gordo y con pelo largo, sin embargo el hombre que me recibió estaba en excelente forma y tenía un corte militar al ras. Si había sufrido un gran trauma en El Rodeo, lo estaba escondiendo bastante bien.

Una vez sentados en el jardín, Tim comenzó a hablar y no se detuvo por los próximos dos días. En muchos sentidos seguía siendo la misma persona que había conocido pero más confiado y apasionado por un sentido de justicia social. Me confesó que había tenido colapsos épicos después de su liberación – uno en el avión cuando no encontraba su pasaporte y casi lo bajan y otro con sus padres en Palm Beach. Ya estaba más tranquilo y se sentía listo para terminar su documental (estima estar listo para el festival de Sundance de 2015). Lo acompañé a su sesión de stress post traumático y nos reímos con algunas de las respuestas a las preguntas: «¿Alguna vez sientes que personas conspiran contra ti? Sí. ¿Alguna vez te sientes que el gobierno te tiene bajo vigilancia? Um, sí».

Tim y yo pasamos la mayor parte del siguiente día en el techo del Hotel Petit Ermitage en West Hollywood, a escasos metros de tres modelos de Europa del este. El contraste entre este ambiente y El Rodeo no se le escapó a Tim, quien llevaba horas contándome su historia sin tomar un descanso. Tim me dijo que si bien él era su propio héroe, también se consideraba a sí mismo como la persona que hizo que sus familiares y amigos vivieran un infierno.

Horas después dejé a Tim solo mientras yo iba al baño. Cuando regresé Tim tenía público, contando un cuento mucho más elaborado que aquel sobre Las Fuerzas Delta, la diferencia es que esta vez no tenía razón para sentirse mal, porque el cuento era real. Después de que el mesonero anunció que iban a cerrar, Tim se volteó y sonrió con la misma chispa en los ojos de aquella noche cuando lo conocí en Chateau Marmont, “ Okay, ¿Quién quiere ir a mi casa, columpiarse en un candelabro?”

 Fuente: Playboy