En un país cundido de pobres y hambrientos. Plomo por Naky Soto Parra

Ya no hay dinero para el populismo, Nicolás dinamitó la popularidad del finado, el discurso hegemónico tiene menos consumidores y no hay un venezolano que no haya sufrido algún flanco de esta tragedia: inflación, desabastecimiento, escasez, criminalidad o impunidad. Al Ejecutivo solo le quedan los guisos a 6,30 y armas. Cuba y Haití, para citar los más cercanos, prueban que un régimen puede mantenerse solo con represión, y en esa apuesta era importante crear la mascarada jurídica que permita violar masivamente derechos humanos en nombre del orden público, la paz social y la convivencia ciudadana.

El derecho a la vida y a la protesta quedan por debajo del sostenimiento de un régimen quebrado. Primero el legado y después los ciudadanos, justo cuando todos tenemos motivos para protestar. Un gobierno punitivo y represivo justifica el uso de armas de fuego contra manifestantes. Mi bitácora de colas me ha enseñado que la ira no va a marchas, no tiene rutas, pancartas ni una tarima al final. La ira está contenida en cada fila, en todo el que no asume el racionamiento como algo normal. El descontento también es popular, independientemente de la cantidad de militares que usen para cuidar anaqueles. La verdadera escala progresiva habita entre el hartazgo y una mentada de madre que encienda todas las que se susurran durante la espera.

Pudieron ahorrarse la línea del “No portarán ni usarán armas de fuego en el control de reuniones públicas…” porque no he visto el primer militar desarmado, por eso ampliar la autoridad del control del orden público a cualquier componente de la FAN es más que grave. El balazo y la interpretación de este texto intencionalmente chucuto, quedará a discreción del funcionario. Y sale Tarek William Saab, ¿defensor del pueblo?, a justificar la resolución, porque es “para la paz“.

Esta nueva potestad no desacelerará la inflación, no aumentará la producción, no subirá el precio del barril de petróleo ni hará más eficiente el régimen de importaciones. Más poder militar sobre el mundo civil no llevará insumos a hospitales, ni medicamentos a las farmacias. Es un plomo en su propia ala, una que ya suma la pobreza del 48,4% de los hogares venezolanos, como lo establece el estudio realizado por la UCAB, la UCV y la USB. Y Nicolás ofrece Caracas como sede de la 2da. Reunión para la erradicación del hambre y la pobreza, de la Celac. En un país cundido de pobres y hambrientos. Plomo.

Ningún otro grupo en Venezuela ha acumulado los incentivos y privilegios del sector militar. Han obrado como zafios hasta ahora, la resolución les habilita a operar como barberos como hipo. Pero tendrán que hacerlo contra ciudadanos eligiendo el finiquito de su dignidad o de un gobierno negado a la democracia.