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¿Nos ha educado el sufrimiento? por María Elena Arcia Paschen

Zea
Hace 11 años

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Si tuviéramos que elegir el mayor logro de los venezolanos en el siglo pasado, habría que señalar que fue la consolidación de la democracia como sistema de vida nacional y no como un sistema electoral.

No fue sencillo y estuvo repleto de enormes desafíos, pero privó la sensatez y el deseo común de dejar atrás un pasado primitivo para dar paso a un futuro de modernidad y desarrollo.

Hoy en día uno de los mayores reto que tenemos los ciudadanos comunes es “asumir la democracia”, hecho éste que pasa por enseñarles a nuestros gobernantes y élites que nadie tiene el derecho de colocarse en la acera de enfrente. Obviamente en momentos como los actuales asumir y defender la democracia requiere de paciencia, disciplina, estrategia y constancia ya que nos encontramos en una situación compleja que genera en algunos desesperación y que puede llevar a atajos y salidas para nada recomendables.

Es lamentable que muchos demócratas estén, conscientes o inconscientemente, atentando contra la alternativa de cambio actual propiciando acciones que desvían el objetivo de reinstitucionalizar al país. Sembrando antipolítica no cosecharemos democracia.

Estamos llegando al fin de un experimento que llenó de esperanzas a una buena parte de la población y que hoy está generando muchas decepciones  que se traducen en deseos de cambio por lo que hay que tener mucho cuidado de saltar de una ilusión fracasada a otra. Por ello debemos insistir en la necesidad de fortalecer la alternativa seria que tenemos en este momento utilizando una política de honestidad y participación plural que permita satisfacer el anhelo de cambio expresado por la inmensa mayoría de los venezolanos.

Esta transformación es sólo posible en democracia y sólo la democracia es capaz de salvaguardar el cambio.

Hay un consenso universal que considera la democracia el mejor sistema de gobierno posible y el único que permite el bien común y en su preservación la clase media juega un rol fundamental.

Estudios recientes revelan que Venezuela, al igual que otros países de América Latina, como consecuencia de la extraordinaria movilidad económica y social pudiera convertirse en una zona de clase media y esta nueva clase media empoderada tecnológicamente demandará mucho de sus dirigentes políticos.

A mayor nivel de educación se le otorga mayor valor a la democracia y esto se explica por varios motivos: posee bienes duraderos que no está dispuesta a perder; paga impuestos y exige rendición de cuentas; en consecuencia se encuentra motivada a participar en activismo político para preservar su sistema de vida.

Es imperante entonces implementar nuevas políticas económicas y sociales que impulsen el crecimiento de esta nueva clase media, hoy en día muy golpeada en los últimos 15 años.

Obviamente la tarea está en manos de los gobernantes de turno pero somos los ciudadanos organizados quienes debemos exigirlas.

Es la clase media la que más vota y defiende la democracia, la menos involucrada en desfalcos al Estado, la que no recibe vivienda gratis ni subsidios para alimentación o educación, es la más afectada. Sus integrantes no acceden a la educación o la medicina públicas y tienen que hacer enormes erogaciones para mantener sus logros en materia de calidad de vida supliendo en muchos casos las deficiencias del Estado en el cumplimiento de sus responsabilidades fundamentales.

El gobierno los hace sentir mal por tener acceso a educación y salud privadas, casa propia y carros, como si no se lo hubieran ganado con años, y a veces en varias generaciones, de estudios o medianas empresas, sobreviviendo con limitado éxito a los cambios bruscos de las políticas económicas y sociales, por lo que de ser cierta la afirmación de que “el sufrimiento educa”…. se debe haber aprendido mucho en estos últimos años.

Es indispensable entonces que como parte del plan que se lleve a cabo en la transición hacia progreso, se generen las iniciativas necesarias para convertirnos en un país de clase media que desarrolle y preserve los valores democráticos y en esto sin duda serán fundamentales el cambio de visión no sólo de los dirigentes políticos actuales y futuros, sino del resto de la sociedad quienes tendremos que colaborar en hacer realidad esta necesidad.

 

María Elena Arcia Paschen

@malarcia

Una base de datos de mujeres y personas no binarias con la que buscamos reolver el problema: la falta de diversidad de género en la vocería y fuentes autorizadas en los contenidos periodísticos.

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