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Constitución y textos escolares buscan consolidar la revolución bolivariana en Venezuela

Zea
Hace 11 años

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Revista: Perspectiva.com 

El pasado lunes 16 de septiembre, cuando inició el año escolar 2013 – 2014, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, realizó la entrega de 5 millones de ejemplares de la Constitución ilustrada, una versión para el público infantil de la Carta Magna.

Este documento, editado por la Presidencia de la República, fue distribuido a todos los colegios y liceos del país, y existen planes de imprimir una segunda edición con el doble de ejemplares, que tenga en cuenta los aportes y comentarios de los niños.

Una semana después, Maduro complementó esta labor con la entrega de 35 millones de textos escolares a los estudiantes de las escuelas públicas.

Los libros que distribuye el Gobierno hacen parte de la Colección Bicentenario –que pretende abarcar todas las áreas de instrucción, desde el nivel básico hasta el bachillerato- y están estructurados a partir del Currículo Nacional Bolivariano (CNB). Su objetivo es dar cuenta de las raíces históricas y la realidad de Venezuela, de acuerdo con los preceptos de la Constitución Bolivariana, así como de los lineamientos del Programa de la Patria 2013-2019, cuya máxima es “continuar construyendo el socialismo bolivariano del siglo XXI”.

Maestros y académicos han cuestionado la imposición de contenidos, mientras que otros sectores sociales como la oposición han criticado duramente las ilustraciones de la portada y contraportada de la Constitución ilustrada, pues en ellas aparecen imágenes tanto del mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, como del fallecido presidente Hugo Chávez.

Según el discurso oficial, la entrega de la Constitución ilustrada, como de textos escolares en las instituciones educativas públicas, busca promover el conocimiento y el respeto por la Constitución, el acceso equitativo a la educación, y la implementación de un mismo proceso pedagógico, pero ¿es adecuado que los gobiernos sean los que elaboren el material educativo de los colegios públicos?

Si como se ha mencionado antes, uno de los objetivos del Currículo Nacional Bolivariano es “continuar construyendo el socialismo bolivariano del S XXI” ¿es posible afirmar que la educación de Venezuela promueve el adoctrinamiento?

 

Reacciones
Las opiniones aquí expresadas son a título personal.
Martha Lucía Márquez Restrepo Colombia 
Profesora de planta de la Facultad de Ciencia Politica y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana
¿Es adecuado que los gobiernos sean los que elaboren el material educativo de los colegios públicos?Para contestar esta pregunta es importante referirse a la relación histórica que ha existido entre los Estados y la educación. Aunque los primeros surgen con posterioridad a la Universidades, son ellos los que impulsan un sistema de educación pública que progresivamente incorpora a la población.Esta iniciativa no fue motivada por humanismo ni altruismo, sino que obedeció a la necesidad política de formar sus burocracias y de formar súbditos y ciudadanos acordes con el tipo de Estado.

Desde ese entonces tal proceso no ha estado ajeno a la violencia y la exclusión. De hecho, dentro de las primeras políticas educativas estuvo la imposición de una “lengua nacional”, que en muchos de los casos no era el dialecto hablado por la mayoría de los habitantes sino por las élites. En la lengua nacional se enseñaba y se escribían los textos escolares y los documentos públicos. Entre los primeros se destacaban especialmente “las historias nacionales” en las que se narraban las hazañas de los héroes, generalmente varones del grupo o la etnia dominante. Así pues, lengua e historia eran los pilares de una cultura nacional homogeneizadora e invisibilizadora de los grupos minoritarios y subalternos.

Hoy en día permanece para los Estados la misma necesidad de construir ciudadanos que compartan una identidad nacional y un conjunto de valores, y la educación sigue siendo un pilar fundamental de ese proceso de socialización política.

En ese marco, es aceptable que los Estados definan los lineamientos curriculares e incluso que elaboren materiales educativos. Pero en contextos en los que se valora la democracia y el multiculturalismo, la sociedad debe no sólo participar en la elaboración de esos materiales, sino también velar porque en ellos se incluyan  contenidos culturales, historias y memorias de todos los grupos sociales.

Esto es justamente lo que no ha sucedido en Venezuela. Aunque supuestamente el currículo bolivariano que lanzó Adán Chávez, en calidad de ministro de Educación en 2007, fue producto de una Constituyente educativa que se celebró en 1999, diversos sectores sociales, entre ellos los maestros y muchos académicos, han denunciado que el Estado pretende imponer contenidos que no han sido consensuados.

La queja ha sido especialmente dura en lo que hace referencia a la “historia nacional” consignada en los textos escolares y en diversos materiales, libros, revistas y películas elaboradas por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura. El régimen ha construido una versión de la historia en la que todo el período comprendido entre 1830 y la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999, se valora como tiempo de degradación de la obra de Bolívar, invisibilizando los logros y los actores de esa época, en particular el proceso de construcción de la democracia que se inicia en 1945 impulsado por los partidos políticos.

Uno de los objetivos del Currículo Nacional Bolivariano es “continuar construyendo el socialismo bolivariano del Siglo XXI” ¿es posible afirmar que la educación de Venezuela promueve el adoctrinamiento?  

El objetivo político del Currículo Nacional bolivariano va más allá del adoctrinamiento, pues no pretende simplemente que los niños repitan una doctrina, sino que se orienta a socializarlos políticamente en valores coherentes con la revolución bolivariana, de corte nacionalista y socialista.

Este objetivo está explícito en el  documento titulado “Currículo nacional bolivariano: diseño curricular del sistema educativo bolivariano”, publicado por el Gobierno en 2007, en el que se plantea la necesidad de echar para atrás la reforma curricular de 1997 que según el Gobierno reforzaba valores capitalistas como el individualismo, el egoísmo, el consumismo y la competencia feroz.

Un buen ejemplo de esos valores, y de que la forma como estos se promueven no es sólo a través de la repetición de la doctrina, se puede derivar de un somero ejercicio de análisis de la carátula de la constitución ilustrada para niños repartida recientemente por el Gobierno en las escuelas. La figura de Hugo Chávez con uniforme, cubierto por la bandera, rodeado de niños que leen y cargando en brazos a uno que alza la constitución, es una imagen poderosa que pretende afianzar valores como el culto al hombre de armas que se representa como el padre y el educador  de la nación.

 

 

Tulio Ramírez Venezuela 
Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Profesor y coordinador del doctorado en Educación de la Universidad Central de Venezuela.
Los intentos por convertir a la educación venezolana en un instrumento de propaganda e ideologización a favor del Socialismo del Siglo XXI, se han materializado no solo en declaraciones públicas sino en acciones concretas.Una de ellas es el propósito de implantar el llamado Currículo Nacional Bolivariano, que desde el 2006 se ha querido imponer, pero cuya implementación ha tenido que ser pospuesta por el rechazo de padres, representantes, académicos y organizaciones no gubernamentales, quienes han alertado sobre su contenido propagandístico y adoctrinante. Sin embargo, se ha denunciado que hoy en día se imparte compulsivamente por la vía de los hechos.El otro camino que se ha utilizado para la propaganda, el adoctrinamiento y la ideologización es el de los textos escolares, que el Gobierno nacional ha decidido elaborar y distribuir gratuitamente en las escuelas y liceos oficiales desde el 2012.

La revisión de estos materiales por parte de expertos y académicos ha evidenciado la existencia de contenidos propagandísticos sobre la obra de gobierno del régimen. En el tratamiento de la historia reciente de Venezuela, se advierte la ausencia de equilibrio en la evaluación y caracterización de los ejercicios presidenciales previos al de Chávez, rasgos de culto a la personalidad, tergiversaciones de episodios harto conocidos, interpretaciones sesgadas a favor del régimen y en contra de la llamada IV República o período prechavista, además de omisiones graves de hechos de reciente data que son ocultados para no perjudicar al líder del llamado proceso -cuya ausencia en esta historia oficial no permite entender a cabalidad los acontecimientos que se pretenden enseñar-.

La intención de utilizar los textos escolares como vehículos de transmisión de contenidos ideológicos, se acentúa cuando su elaboración se lleva a cabo por gobiernos dictatoriales, autoritarios, con vocación autoritaria, o francamente populistas.

La Venezuela de la revolución bolivariana no ha escapado a la tentación de recurrir a los libros de texto para “exaltar” la imagen y obra del líder del denominado Socialismo del Siglo XXI. Sin embargo, es importante aclarar que si bien se trata de un régimen que ha confesado públicamente a través de sus máximos dirigentes, que la educación es el mecanismo para construir el Hombre Nuevo del experimento socialista, tal afirmación contradice lo establecido en la Constitución Nacional vigente, en cuanto a la naturaleza democrática del sistema político y en cuanto a la apertura a las diversas corrientes del pensamiento que debe existir en materia educativa.

 

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