Nueva York en Pelota por Mari Montes
Nueva York es para muchos “la capital del mundo” por montones de razones. Quienes son amantes de las artes plásticas encuentran maravillas de todos los estilos, a quienes gustan de comer y beber bien consiguen miles de opciones para degustar deliciosos platos de la gastronomía mundial, los teatreros tienen Broadway y así cada quien disfruta, su pasatiempo o afición favorita para pasar unos días inolvidables.
Esta vez nos dedicamos al beisbol y nos fue tan bien que compartiré en estas líneas nuestra bitácora de viaje, sólo para amantes de la pelota, porque es intenso:
Llegamos en el vuelo de las 4 de la tarde, a las 5 estábamos en Manhattan.
Nos registramos en el hotel, dejamos las maletas y nos fuimos al bar de Mickey Mantle, a mi papá le gustaba hacer esa rutina de tomarse una cerveza ahí al llegar. Es un sport bar especial, no por su menú, de hamburguesas, nachos, etc, sino por la memorabilia de Mantle que está en sus paredes y vitrinas.
Regresamos para alistarnos y cenar en ” Balthazar”, un bistro francés para disfrutar de ostras y otros frutos del mar muy tradicional y de calidad.
El primer día nos fuimos temprano para el Yankee Stadium en el tren “D” desde la 42 a la calle 161 del Bronx, donde está el hogar de los Yankees. Vale la pena llegar puntuales, a las 12m, ya que a la 1pm es el último tour en español, a partir de esa hora son sólo en inglés. No se lo pierdan, es un recorrido por el nuevo parque, con un guía que va explicando cada cosa. En el Museo de los Yankees hay objetos y obras de arte increíbles, los 27 anillos de Series Mundiales, los trofeos de Tiffany, uniformes, bates, guantes, aperos, pelotas, una vitrina dedicada a los jugadores latinos que están en el Salón de la Fama de Cooperstown y una escultura que recuerda el juego perfecto de Dan Larsen con Yogi Berra detrás del home.
Hicimos un recorrido por los pasillos de la tribuna donde hay banderines y fotos que recuerdan los 27 títulos y de ahí pasamos al parque de los monumentos, un lugar especial donde están todos los números retirados,por los Yankees y las placas que recuerdan a sus inmortales, incluyendo el 42 de Jackie Robinson y a George Steinbrenner, además de los narradores Bob Sheppard y Mel Allen.
El paseo termina en el terreno, para gozar la deliciosa sensación de pisar la tierra roja y es permitido sentarse en el banco de los Bombarderos.
Para esperar la hora del juego hay varias opciones, en este momento la de “Hard Rock Café” es la más popular, la cocina es la tradicional de hamburguesas, costillitas, papas fritas, fajitas y postres como brownies y tordas de queso. Es bueno regresar a las 5 de la tarde para pasar el chequeo de seguridad y estar a tiempo para ver la práctica.
Si el juego termina temprano y a usted le gusta la comida japonesa y Thai, les recomiendo “Thao” es ya un clásico. Regresamos temprano para descansar y partir después de desayunar a Cooperstown, que queda a 4 horas de Nueva York. Puede ir en tren a Albany y de ahí tomar un autobús, a diario sale uno de Manhattan y lo mas cómodo, rentar un carro para ir a su ritmo y disfrutando del bellísimo paisaje. A cada rato hay una advertencia de que puede usted toparse con un venado así que maneje con cuidado.
A las 4 horas el GPS ya lo habrá ubicado en Cooperstown y usted sentirá la misma emoción de un muchachito llegando a Disney…la crónica, con fotos, de nuestras horas en Cooperstown en una próxima entrega…