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Editorial: Venezuela detrás de la ambulancia

La semana pasada se hizo público el 1er índice de Conectividad Global, presentado en el Foro de Cooperación Económica de Asia del Pacífico y en donde Venezuela aparece en el lugar 111 sobre 125 países que fueron evaluados. ¿Qué mide dicho ranking? el comercio de mercancía y servicios, flujos de inversión extranjera directa, llamadas telefónicas internacionales, ancho de banda, turismo internacional, migración y otros.

Esta una medición realizada con valores objetivos y que deja al desnudo las mentirosas cifras que el gobierno venezolano presenta en algunos foros nacionales e internacionales y que reflejan una triste realidad: no somos competitivos. La pregunta que ronda en algunos analistas internacionales es ¿Cómo es posible que un país petrolero, con una gran extensión geográfica este al nivel de competitividad de Nepal, que está situado en las entrañas de Asia y prácticamente aislada?

Venezuela en estos momentos se encuentra alejada del resto del mundo, con un aislamiento cada día mayor y cuyo contacto se reduce a países cuya ideología es afín. A pesar de que el gobierno venezolano en sus documentos oficiales ha manifestado una intención de mayor apertura comercial con otros países diferentes a EEUU, la realidad es que se ha concentrado básicamente en China, Irán, Bielorrusia, Nicaragua y algo de Colombia. A corto plazo no se vislumbra un cambio efectivo en esas políticas sobre todo por la posición dogmatica de ir contra corriente en lo que se refiere a temas de expansión comercial.

La principal conclusión es que no se está incentivando un ambiente propicio para los negocios, que la inseguridad jurídica aleja a los posibles inversores y las pocas inversiones directas que existen en este momento no tienen garantía de continuidad debido a los abusos que se han cometido en los próximos años. El reto del nuevo gobierno debe ser el de derribar esas montañas que nos están aislando en estos momentos y que Venezuela pueda explotar sus ventajas comparativas de forma de entrar en la dinámica mundial, en pocas palabras hacer nuestro ingreso al siglo XXI con algunos años de retraso.

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La semana pasada se hizo público el 1er índice de Conectividad Global, presentado en el Foro de Cooperación Económica de Asia del Pacífico y en donde Venezuela aparece en el lugar 111 sobre 125 países que fueron evaluados. ¿Qué mide dicho ranking? el comercio de mercancía y servicios, flujos de inversión extranjera directa, llamadas telefónicas internacionales, ancho de banda, turismo internacional, migración y otros.

Esta una medición realizada con valores objetivos y que deja al desnudo las mentirosas cifras que el gobierno venezolano presenta en algunos foros nacionales e internacionales y que reflejan una triste realidad: no somos competitivos. La pregunta que ronda en algunos analistas internacionales es ¿Cómo es posible que un país petrolero, con una gran extensión geográfica este al nivel de competitividad de Nepal, que está situado en las entrañas de Asia y prácticamente aislada?

Venezuela en estos momentos se encuentra alejada del resto del mundo, con un aislamiento cada día mayor y cuyo contacto se reduce a países cuya ideología es afín. A pesar de que el gobierno venezolano en sus documentos oficiales ha manifestado una intención de mayor apertura comercial con otros países diferentes a EEUU, la realidad es que se ha concentrado básicamente en China, Irán, Bielorrusia, Nicaragua y algo de Colombia. A corto plazo no se vislumbra un cambio efectivo en esas políticas sobre todo por la posición dogmatica de ir contra corriente en lo que se refiere a temas de expansión comercial.

La principal conclusión es que no se está incentivando un ambiente propicio para los negocios, que la inseguridad jurídica aleja a los posibles inversores y las pocas inversiones directas que existen en este momento no tienen garantía de continuidad debido a los abusos que se han cometido en los próximos años. El reto del nuevo gobierno debe ser el de derribar esas montañas que nos están aislando en estos momentos y que Venezuela pueda explotar sus ventajas comparativas de forma de entrar en la dinámica mundial, en pocas palabras hacer nuestro ingreso al siglo XXI con algunos años de retraso.

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Una base de datos de mujeres y personas no binarias con la que buscamos reolver el problema: la falta de diversidad de género en la vocería y fuentes autorizadas en los contenidos periodísticos.