Arepas a domicilio
El juego del sábado en el Universitario fue horroroso, no porque el Caracas perdiera, sino porque fue un juego de 11 errores, siete a cargo de jugadores de los Navegantes del Magallanes y cuatro cometidos por los melenudos.
Sin embargo fue un Caracas-Magallanes excitante, como suelen ser esos juegos, que no siempre exhiben el mejor beisbol, pero lleno de emociones. Después de más 5 horas transcurridas en 12 episodios, Magallanes ganó el juego horripilante.
Llovió casi todo el tiempo y hasta el final estuvo vigente como siempre, el dicho de Yogi Berra “el juego no termina, hasta que termina”.
Los Leones no pudieron ganarle a su archirival a pesar de que, podría decirse, los Navegantes hicieron todo lo posible para perder, pero el beisbol es misterioso, tanto así que un equipo que comete 7 errores es capaz de ganar un juego.
Sin duda un equipo que comete tantos pecados jugó muy mal, pero peor estuvo el otro que perdió con todo y eso.
Y es que todas las derrotas duelen, pero contra el “enemigo” y en casa, producen más resquemor, así que el deber era vengarse en Valencia.
Casi inmediatamente después de terminado el juego, se supo que la gerencia del Caracas decidió devolver a su casa a Josh Satín, prospectazo de Mets que no rindió como se esperaba y la paciencia fue corta, no quisieron esperar más por él. Sólo conectó 6 hits, entre ellos dos jonrones en 41 turnos para promedio con el bate de .146, además de un defensa deficiente.
Muchos caraquistas recordamos a Eric Karros, quien fue Novato del Año de la Liga Nacional luego de jugar con el Caracas y decepcionar a todos por su bajo rendimiento. Dos veces vino Karros y dos veces no pudo con nuestra pelota.
Así que sin Satín en el autobús, los Leones se fueron al José Bernardo Pérez de Valencia con la intención de devolver la afrenta sufrida en los Chaguaramos.
Antes de iniciarse el encuentro, Richard Hidalgo, uno de los peloteros insignia de la Nave Turca, anunció su retiro y fue el encargado de hacer el pitcheo inicial.
Comenzó el juego y los Leones anotaron dos carreras en el segundo inning, sumaron otra en el sexto y dos más en el octavo para dejar la cuenta definitiva en 5, por su parte Magallanes no pudo anotar, tuvo su mejor oportunidad en el séptimo cuando Orber Moreno llenó las bases, pero Miguel Socolovich hizo que Luís Landaeta bateara para dobleplay y colgó el cero.
Los Leones disfrutaron su revancha con 9 arepas y los Magallaneros se quedaron calladitos, respetuosos de los modales: “con la boca llena no se habla”.
En la tabla de posiciones siguen mandando los Turcos, pero eso no les atenuó la amargura del menú a domicilio.