las cuatro últimas cobardías del régimen y sus tarifados
A medida que pasan los días, y el 2012 se acerca, pareciera que al gobierno más corrupto e ineficiente de la historia venezolana se le ponen chiquitas las defensas, se le acongojan las excusas y la tembladera de miedo lo hace, una vez más como ha sido su costumbre en estos 13 años, huir hacia adelante.
En cuatro oportunidades en menos de un mes hemos visto la cobardía roja rojita en su nivel más alto.
Comenzando de atrás para adelante, el terror que le provoca a los funcionarios mas inútiles, corruptos y adulantes un pequeño canal “grande” como es Globovisión, cuya señal abierta es solo en Caracas y Valencia, deberá darles vergüenza los días por venir.
Sabiendo que no les gusta quedar como son: ineficientes, mentirosos y corruptos se ensañan contra el canal de noticias -el único que les hace oposición y permite que sus seguidores rojitos le digan las verdades al régimen cuando en los múltiples medios gubernamentales no les permiten siquiera acercarse- que reseñó la guerra entre los reclusos del penal El Rodeo con la Guardia Nacional y el Ejército para amedrentarlos y hacerlos quebrar.
La cobardía roja es tal que al imponerle una multa por más de 2 millones de dólares empujan al canal a la quiebra y el cierre para “no cerrarlo pues eso les quitaría cualquier viso democrático en el mundo que ya cuestiona a Chávez y su accionar anti democrático”.
Mientras castiga a Globovisión y estudia su caso en un expediente de cientos de folios no ha hecho nada por mejorar la vida de los presos en el país que ya llevan miles de muertos en la docena de años chavistas.
Otra cobardía roja fue la decisión del Tribunal Supremo de Justicia, presidido por una abogada -cuestionada en dos expedientes por corrupción pero fiel seguidora de las órdenes del caudillo y admiradora de “la justicia” cubana- al dejar en el limbo, entre un sí y un no, la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos a favor de Leopoldo López. No atreviéndose a salirse del Sistema Interamericano sentenció que “es “Inejecutable el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, de fecha 1 de septiembre de 2011, en el que se condenó al Estado Venezolano, a través “de los órganos competentes, y particularmente del Consejo Nacional Electoral (CNE),” a asegurar “que las sanciones de inhabilitación no constituyan impedimento para la postulación del señor López Mendoza en el evento de que desee inscribirse como candidato en procesos electorales”; anuló las Resoluciones del 24 de agosto de 2005 y 26 de septiembre de 2005, dictadas por el Contralor General de la República, por las que inhabilitaron al referido ciudadano al ejercicio de funciones públicas por el período de 3 y 6 años, respectivamente; y se condenó a la República Bolivariana de Venezuela al pago de costas y a las adecuación del artículo 105 de la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República y el Sistema Nacional de Control Fiscal”.
Cobardía diciendo que sus derechos políticos se respetan pero que las sanciones de la Contraloría le impiden ejercer cargos públicos tratando de lavarse la cara ante el mundo.
Tercera cobardía reciente fue la comparecencia ante la Organización de Naciones Unidas en Ginebra para someterse el examen de los Derechos Humanos ignorando las recomendaciones y sugerencias así como los cuestionamientos de muchos estados miembros sobre los DD.HH., la separación de los poderes, la libertad de información, el acoso a los medios y las víctimas de delitos, el acoso a la prensa y a los testigos, el estado actual de las cárceles, el maltrato a los reclusos, el estado de los centros de salud, la escasez de viviendas, la delincuencia y el narcotráfico abusivos y la exigencia de que una comisión viniera a observar “in situ” la realidad venezolana.
Mal papel el demostrado ante un mundo que ya sabe la realidad roja en Venezuela pues cuestiona lo que aquí acontece sin tapujos. Al mismo tiempo que los estados que chulean a Venezuela y usufructúan sus riquezas alababan los logros bolivarianos sin cuestionar -y cabroneando- las acciones de su cómplice rojo rojito.
Por último, para solo mencionar cuatro actos de cobardía reciente, solo recordar la actitud del gobierno “socialista y bolivariano” ante la petición y apetencias de Guyana de aprovechar el territorio Esequibo en reclamación para permitir la exploración aurífera y petrolera al tiempo que cercena los derechos venezolanos en una salida al mar por el Océano Atlántico. Gritos de papel y acciones de utilería mediática fueron las únicas respuestas ante un gobierno que sabe que de este lado no habrá reacción alguna ante el deterioro moral y crematístico de sus gobernantes y sus militares de desfiles patrios.
Cuatro cobardías que ya se hacen cotidianas. Mientras tanto reprime las libertades siempre bajo algún disimulo para “aparentar” lo contrario.
Pena y vergüenza dan todos los funcionarios tarifados de esta supuesta democracia bolivariana. Sus acciones tendrán que ser juzgadas cuando retorne el Estado de Derecho y la separación de los Poderes Públicos.
