Editorial: Hay que volver a sembrar el petróleo
En el informe anual de la OPEP, presentado la pasada semana, se señalo que Venezuela es el país que posee mayor cantidad de reservas probadas de petróleo: alrededor de 296.500 millones de barriles, 32.000 millones más que Arabia Saudita.
Dejando de lado los debates que se puedan presentar en cuanto a si es pesado o extrapesado, que si es procesarlo o no, la realidad es que tenemos unos ingresos futuros que se deben aprovechar para hacer despegar el aparato productivo nacional. Son recursos limitados, finitos en el tiempo y que deben servir de base para desarrollar otras áreas económicas: servicios y tecnología nos permitirán ser más competitivos en el mercado internacional y de esa forma podríamos poner en práctica lo que hace unos años atrás Arturo Uslar Pietri llamo “sembrar el petróleo”.
Hay muchos ejemplos de cómo países y algunas ciudades – estado pusieron en práctica eso de sembrar el petróleo y que hoy ven con creces la inversión que realizaron. Un ejemplo perfecto de esto es Dubái, un emirato que poseía la cuarta parte de lo que tiene Venezuela y que en 30 años desarrollo una infraestructura que le permitió estar en la vanguardia de los servicios financieros y turísticos. Ellos entendieron que el petróleo no era garantía para el desarrollo y que debían buscar cómo invertir. Hoy en día tienen planes ambiciosos de expansión turística y que ya no dependen exclusivamente del petróleo.
Más allá de las variables que existen en el caso, el convertirnos en el país con mayor cantidad de reservas probadas nos exige que esos ingresos sean responsablemente invertidos, desarrollando proyectos que puedan ser sostenibles con el paso del tiempo y que generen una garantía a las próximas generaciones de venezolanos.
Ojala prive la sensatez en el actual gobierno y que se dé cuenta que un modelo rentista sostenido exclusivamente del ingreso petrolero y sin la reinversión adecuada no es garantía de desarrollo. Es hora de volver a sembrar el petróleo.
