La Guerra que este Gobierno no entiende por Francisco J. Quevedo

La caída de los precios del petróleo responde a una batalla que libra principalmente Arabia Saudita, que con sus 10 MM Bbl/d controla un tercio de la producción de la OPEP, en defensa de sus mercados, los cuales están siendo canibalizados por Rusia e Irán. Al salir en gira el Presidente y tocar a Putin y Rouhani, nos mete en el medio de una guerra que no comprende, y lamentablemente nos expone a ser víctimas del fuego cruzado, cual inocentes en enfrentamiento entre bandas.
El precio del petróleo ha caído 57%, según el portal del Ministerio del Poder Popular para Energía y Petróleo que informaba de un barril a US$98 promedio 2013, mientras Reuters indica que al cierre de la semana pasada el crudo se cotizó en $42,44 p/bbl. Esta merma de US$ 56 ya implica una caída de casi US$ 25 millardos en los ingresos de Venezuela, e impacta severamente las finanzas de países como Rusia, Irán y Nigeria que dependen del ingreso petrolero. Paradójicamente, en su asamblea del 27 de Noviembre en Viena, y pese a los esfuerzos de Ramírez, todavía Canciller para ese momento, y ex –Presidente de PDVSA, la OPEP, que controla cerca del 40% del suministro en el mundo, rechazó la propuesta de contener la producción para sostener los precios, abriéndoles más bien la puerta de la escalera al sótano, sin prenderles la luz. El Bank of America – Merrill Lynch “ve el riesgo que sigan cayendo hasta US$35 p/bbl en el corto plazo como inminente”, cita la prensa, y Barron’s sugiere que el petróleo podría caer hasta US$20. Y aunque aquí se nos diga que Maduro llegó a acuerdos con Arabia Saudita para defender los precios, nada dice de eso el escueto comunicado oficial publicado por la Agencia Saudí de Noticias. Esta semana, el crudo abrió nuevamente en baja -0,88%.
Para no opinar, citamos un informe publicado en la revista The Economist, el cual precisa que el precio del crudo obedece en parte a la oferta y la demanda, así como a las expectativas de los mercados, pero es influenciado fuertemente por la geopolítica y por eventos a veces impredecibles como pueden ser una huelga o una guerra, debemos agregar. La demanda se vincula de cerca con la actividad económica, casualmente afectada por los altos precios del crudo. Se dispara en invierno, cuando los países del hemisferio norte consumen combustible para calefacción, y en los veranos, cuando los aires acondicionados exigen más energía. En la medida que los precios se elevan, nuevos productores como los del Mar del Norte invierten en procesos costosos, lo cual aumenta la oferta. Pero los precios bajos que hoy fuerzan las decisiones de la OPEP, motivan a esos nuevos competidores a retirarse de los mercados. He allí la intención de los sauditas, forzar el retiro de Rusia de sus plazas tradicionales, y bajarle los humos al “fracking” (fracturación hidráulica) en los Estados Unidos. Y es que incluso el compromiso de millones de barriles venezolanos con China debe molestarle a los árabes. Y eso parece que no lo entiende este Gobierno. Tenemos los puntos bajos con los árabes…
Cuatro factores agravan la situación, dice el reportaje: Un crecimiento económico debilitado, incluso en China y Japón, combinado con la procura de mayor eficiencia energética, “gracias” a los elevados precios del petróleo de los últimos años; segundo, la inestabilidad en el medio oriente no ha afectado la producción en Iraq y Libia que generan cerca de 4 MM Bbl/d; tercero, los Estados Unidos vuelve a ser el primer productor de crudo del mundo, que aunque no lo exporte, lo hace importar menos; y finalmente, lo que Nicolás no entiende es que los sauditas y sus aliados del Golfo Pérsico no están dispuestos a sacrificar más mercados, reduciendo su producción para sostener los precios, a sabiendas que esta demanda insatisfecha la recogerían Irán y Rusia, a quienes casualmente acude Maduro “pidiendo cacao”. Y Arabia Saudita tiene con qué aguantar, Venezuela no. Sus reservas representan US$900 millardos y es capaz de producir a un costo entre US$5 y 6 p/Bbl.
El portal Oil Prices.com por su parte resume las causas de la debacle así: (1°) Hay un boom petrolero en los Estados Unidos, el “fracking” genera unos 4 MM Bbl/d, (2°) Libia volvió, volvió, volvió… Y con ella la producción de Iraq, (3°) la petro-política de los mercados, (4°) las amenazas de recesión en Europa y (5°) la caída en la demanda asiática. Irónicamente, Venezuela propone una reducción en la oferta para contener la caída de los precios, pero ni ella ni nadie se atreve a hacerlo para no arriesgar sus mercados ante la incursión rusa e iraní. Y paradójicamente, Venezuela acude casualmente a estos dos países que causaron el alboroto en busca de apoyo. Nos anotamos mal, al parecer…
Definitivamente, como dijo el Premio Nobel, Friedrich Von Hayek, si los socialistas entendieran de economía, no serían socialistas… Y estos como que no saben ni de papas fritas en McDonald’s.