Ramírez. Carruyo. Montes. Baldo.
Comienza la cuenta regresiva. Los de PDVSA.
Los de arriba, dicen: el único instante en que a Ramírez se le vio asustado fue cuando Julio Montoya tocó el tema del fondo de pensiones. Pero no insistieron, los diputados. No presionaron. No precisaron que sí, PDVSA sí tiene injerencia en la administración del fondo. Y por qué Ramírez recostaba toda la responsabilidad en Carruyo.
Y si PDVSA no administra, en el caso concreto de la averiguación de la SEC, ¿va a lavarse las manos? ¿No va a defender a sus pensionados?
Ahora cartas vienen. Cartas van.
¿Quién buscó al operador? Miran hacia Carruyo. Y el subalterno, Montes. ¿Tal vez Baldo?
Carruyo salió ileso del caso del accidente de su hijo en Miami. Fue un aviso.
A Montes, ex-subalterno de Carruyo en Finanzas de PDVSA, se lo peleaban los operadores. Yo soy más amigo. Yo lo presenté a otros.
Así era. Así pasaba.En PDVSA arriba saben que el caso apenas comienza.
Lo del maletín fue un casito, más político que financiero. Este nuevo lleva implicaciones. Por eso están encendidas las alarmas. Y ello la demuestra la cantidad de lobistas tratando de arreglar la situación. ¿Y cómo?
por Juan Carlos Zapata
