@AlejandroRHer

El martes fue aprobado, en primera discusión, el proyecto de la Ley de Producción Nacional propuesta por la bancada opositora y desarrollada por el jefe de fracción de la Unidad, Julio Borges. Esta normativa ha sido promovida como un salvavidas para la industria venezolana.

Borges asegura que se puede abrir un nuevo camino para la economía venezolana; que deje de lado el modelo importador para apoyar lo hecho en el país.  

Uno de los puntos resaltantes de este proyecto de ley es la auditoría que establece para las empresas y tierras expropiadas por el Gobierno, por esto desde el oficialismo se ha satanizado la iniciativa y la han denominado “Ley Privatización”.

Borges recordó que la primera votación de este instrumento legal debió darse en la plenaria del pasado jueves; pero debido a los excesos cometidos por las barras afectas al partido Rojo, la directiva de la Asamblea decidió suspender la sesión.

El parlamentario conversó con Runrunes sobre las características de esta ley.

–¿Por qué hay tanto alboroto por parte del Gobierno con la Ley de Producción Nacional?

–Porque esta ley significa aceptar de manera plena el fracaso de la política económica de estos años. Y lo que es peor, admitir que las nuevas medidas tomadas por Nicolás Maduro, también son equivocadas. La Ley de Producción Nacional viene a desmantelar el discurso de la guerra económica y a abrir paso a nueva línea para que el país salga del estancamiento económico y el retroceso social en el que se encuentra.

–¿El ataque viene por temor a la auditoría a las empresas y tierras expropiadas?

–El Gobierno está fuera de la realidad. Este es un Gobierno que está noqueado, y que vive de la ilusión de repolarizar ideológicamente al país. Quieren tomar la Ley de Vivienda, de Producción Nacional o la de Amnistía para levantar al país como en la época de Chávez, para que surjan unos extremos que hagan imposible la discusión sobre los verdaderos problemas. Pero ahí se equivocan, según Datanálisis, el apoyo popular a estas leyes es muy alto; la nueva polarización en Venezuela es entre quienes están arriba enchufados al poder, y la mayoría de la población que está empobrecida.

–¿Dado el tamaño de la crisis, cómo ayudará la Ley de Producción Nacional a mejorar la situación?

–Es una ley que manda una señal diferente, de respeto a la industria y las inversiones privadas. Es una iniciativa generadora de empleo y que premia la confianza en Venezuela. Plantea un esquema distinto a las alcabalas y la corrupción que existe en nuestra economía hoy. Sólo con poner a producir las empresas y tierras paradas habrá un cambio importante y beneficioso para la cotidianidad de todos.

–¿Por qué el Gobierno no se sienta negociar con la oposición?

–Porque nosotros estamos viendo cómo podemos hacer todo a la vez, proponer soluciones en la calle y al mismo tiempo, si el Gobierno no puede modificar su modelo, lo podamos cambiar nosotros de la manera más rápida que permita la Constitución.

–¿Usted cree que juegan a la crisis?

–El Gobierno busca que en Venezuela permanezca la anomia y anarquía que tenemos hoy; pero se equivocan de nuevo, porque el país voto mayoritariamente por un cambio que va más allá de lo político, y que incluye lo económico y social. Si eso no lo entienden tienen que salir del poder. Cambiar al Gobierno es un proceso de salvación nacional.

–¿No le temen un revuelta que termine en mucha violencia?

–Las razones para una revuelta están ahí todas. Son mucho peores que las de 1989; y es donde se evidencia que al Gobierno no tiene ningún tipo de dolor o compasión por el sufrimiento de la gente, sino que su única preocupación es permanecer en el poder al costo que sea.

–De las veces que ha tenido que hablar con Héctor Rodríguez y los dirigentes altos del PSUV, qué frase u opinión rescataría.

–En conversaciones en la Asamblea llegas a  sentir que hay una mortificación por el desenlace que puede tener la crisis que atravesamos; pero al mismo tiempo no ves que eso se traduzca en los pasos que hay que dar para cambiar el modelo que nos trajo hasta aquí.

–Aristóbulo dijo en su memoria y cuenta que en el Gobierno estaban optimistas. ¿Cuál es su opinión? ¿Usted lo está?

–No. Quien tiene ahorita la mayor responsabilidad para que podamos ser optimistas o no es el Gobierno, y lamentablemente están repitiendo la misma receta fracasada en lo económico y la misma actitud de confrontación. No reconocen que fueron barridos en unas elecciones sino que se comportan con la misma soberbia de siempre, esto hace que no se pueda tener una actitud optimista en el corto plazo en Venezuela.

–La MUD va a tomar una decisión sobre el camino para cambiar al presidente Nicolás Maduro. ¿Qué va a pasar con el revocatorio y Henrique Capriles si optan por la enmienda?

–Limitarnos nosotros mismos a una sola opción no tiene sentido. Hay que meterle presión al Gobierno por varios frentes y por eso todas las rutas son válidas. La enmienda depende la Asamblea Nacional y el revocatorio de la organización de la gente, por eso ambos se complementan y apuntan al mismo fin.

–¿Van a seguir las dos en pie?

–Yo creo que van a seguir las dos en pie, y me parece que una decisión excluyente no tiene ningún sentido.