Las cadenas causan blackout informativo
“El Estado usa las cadenas para desacreditar a medios y fomentar la censura”, refleja el informe de Ipys Venezuela. Advierten que el Gobierno amplifica mensajes hostiles contra medios mediante el uso discrecional de estas alocuciones. Maduro en su presidencia ha realizado más cadenas que Hugo Chávez en 2012
Jesús Alberto Yajure / @albertoyajure
Todos estos hechos fueron eclipsados por una cadena: La paliza que funcionarios de la Guardia Nacional (GNB) propinaron a José Alejandro Márquez a las 8:08 p.m. del 19 de febrero de 2014 en La Candelaria, Caracas, y que provocó su muerte; la golpiza y detención por agentes de la Guardia Nacional (GNB) a Marvinia Jiménez a las 2:20 p.m. del 24 de febrero en La Isabelica, Valencia; el asalto, agresiones físicas y tratos vejatorios del que fueron víctimas un grupo de estudiantes de la Universidad Central de Venezuela por parte de integrantes de grupos paramilitares simpatizantes del oficialismo a las 2:10 p.m. del 3 de abril en el campus de la UCV, en Caracas. Aunque fueron conocidos en su mayoría por la difusión amplia en redes sociales, la radio y la televisión no cumplieron su papel de informar, porque en su lugar la Presidencia decidió lo que los ciudadanos debía ver y escuchar. Las cadenas sirvieron para imponer un apagón informativo que promovió la opacidad, la desinformación y la impunidad, reseña un reporte especial del Instituto Prensa y Sociedad (Ipys Venezuela).
El Estado venezolano instrumentalizó las cadenas y transmisiones oficiales para generar un blackout informativo durante la oleada de manifestaciones que estalló en febrero y que se prolongó durante meses.
El Instituto Prensa y Sociedad (Ipys) de Venezuela difundió el pasado lunes 5 de noviembre reporte Venezuela, Un País En Cadena sobre el uso abusivo por parte del Estado de las cadenas y transmisiones oficiales y el discurso hostil contra medios. El estudio, con una muestra que va desde enero a septiembre, analiza la instrumentalización de las transmisiones en radio y televisión de obligatorio cumplimiento, conocidas como cadenas, en medio de la coyuntura de protestas que estalló en febrero de este año. Se revisaron 319 alocuciones y transmisiones oficiales en radio y televisión.
Aquí los 10 datos más importantes del reporte de Ipys Venezuela
1. Se han transmitido 8.460 minutos de cadena en lo que va de 2014, lo que es igual a 141 horas de programación exclusiva dirigida desde el Estado. Esto equivale a una cadena en radio y televisión durante casi seis días continuos, es decir, casi una semana. La cifra supera todas las transmisiones de cadenas que se emitieron en 2012, por Hugo Chávez.
Número de cadenas de radio y televisión por cada mes (Fuente: Ipys)
2. El Gobierno de Venezuela utilizó las cadenas oficiales de obligatoria transmisión para construir y amplificar un discurso de confrontación contra sectores de la población que mantienen una postura crítica y una valoración negativa de la gestión oficial.
3. La criminalización de la protesta pacífica fue apenas un rasgo del discurso oficial, que también se extendió en descalificaciones, persecución a disidentes, dirigentes políticos, representantes de partidos de oposición, funcionarios de gobiernos extranjeros y embajadas, periodistas y las críticas a los medios de comunicación y sus líneas editoriales.
4. El Gobierno intentó silenciar las informaciones sobre las muertes causadas por la acción represiva de los cuerpos de seguridad y los grupos paramilitares (colectivos) mediante instrumentalización de las cadenas para evitar la difusión de información sobre los homicidios perpetrados en el curso de las manifestaciones.
5. El Estado dio un tratamiento diferenciado a las muertes causadas por hechos vinculados a la instalación de barricadas, y las separó de las muertes causadas por la actuación directa de los cuerpos de seguridad del Estado y la acción delictiva de grupos armados que simpatizan con el oficialismo.
6. También negó los excesos de los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en el control de las manifestaciones y desestimó los casos de violación a derechos humanos. Pese a esto, el Presidente de la República reconoció la participación de la GNB en los hechos y elogió a las tropas por su actuación.
7. En el discurso oficial hostil contra los medios se utilizan con frecuencia las descalificaciones, adjetivación, uso de peyorativos para referirse a las empresas de medios de comunicación y a sus trabajadores.
8. El Presidente de la República acusó de manera recurrente a los medios y sus trabajadores de mentir y manipular los hechos en las informaciones publicadas.
9. En el discurso oficial en cadenas se normaliza el empleo de eufemismos en informaciones que contradicen propaganda gubernamental y se reprueba el uso, de términos con alguna carga negativa en la valoración de la gestión gubernamental, por parte de los medios. Este mecanismo es comúnmente aplicado en contenidos sobre temas económicos y de seguridad ciudadana.
10. Se acusa a los medios privados, nacionales y extranjeros, de incurrir en “guerra psicológica” y de causar zozobra en la población con la publicación de informaciones. Este mecanismo es frecuente en temas de seguridad ciudadana, abastecimiento de alimentos y bienes de consumo masivo, turismo, transporte público.