Descubren una precaria balsa cerca de mansión en Coral Gables

Dos realidades muy distintas chocaron este lunes en un lujoso vecindario de Coral Gables: una precaria balsa encalló en la marina de una de las mansiones de la zona, convirtiéndose posiblemente en la última estadística de una creciente ola de cubanos que se lanzan al mar escapando del régimen castrista.
La portavoz de la policía de Coral Gables, Kelly Denham, dijo que fueron informados sobre una barcaza improvisada flotando detrás de la propiedad ubicada en el 33 Arvida Parkway, en el vecindario de Gables Estates, con salida directa a la bahía de Biscayne.
Un residente del enclave privado, cuyo nombre no ha sido revelado por las autoridades, habría avistado a dos personas sobre la balsa, las cuales minutos después fueron recogidas por un bote pequeño con rumbo incierto, según información recogida por la Policía de Coral Gables.
La balsa tiene alrededor de 10 pies de largo y es propulsada por un motor improvisado. Fotos de la embarcación muestran una estructura compuesta por dos pilotes recubiertos en plástico y asegurados con tablas de madera, y pedazos de poliestireno expandido o “poliespuma” para mejorar su flotabilidad. Algunos rastros del epopéyico viaje permanecen dentro de la balsa: medio tanque de gasolina, botellas de agua vacías y algunos retazos de ropa.
“Te hace testigo de la desesperación que una familia y sus hijos deben sentir para tirarse al mar”, dijo en un email a el Nuevo Herald Mike Fernández, un empresario cubanoamericano cuya residencia se encuentra adyacente a la casa donde encalló la balsa. “Estaban escapando de un tirano, y con cada vuelta de ese motor casero ellos se encontraban más cerca de la democracia”.
Autoridades de la Patrulla Fronteriza relevaron a la policía local, pero al momento de su arribo encontraron la balsa vacía, sin ningún tipo de rastro de sus tripulantes. Frank Miller, vocero de la agencia gubernamental, dijo que no se ha abierto un expediente sobre el caso ya que la barcaza se encontró desierta.
“Es común que estas balsas lleguen a la costa, pero a veces flotan a la deriva por días”, dijo Miller. “Desafortunadamente, al tiempo que nosotros enviamos a alguien a investigar este tipo de situaciones, los balseros ya se han ido”.
Pedro Sabino es un trabajador de la construcción que se encontraba en el lugar del hecho y figura como uno de los testigos de la policía de Coral Gables. Al igual que la Patrulla Fronteriza, Sabino sólo vio la balsa ese lunes por la mañana.
“Nadie sabe nada, esa balsa se apareció flotando en esa orilla”, dijo el trabajador de origen cubano.
Marilyn Fajardo, vocera del Séptimo Distrito de la Guardia Costera (USCG) en Miami, dijo que su agencia no ha interceptado a personas a bordo de la balsa en cuestión; una vez fuera de alta mar USCG no tiene jurisdicción para abrir un expediente sobre el caso.
Entre el 1ro octubre y el 31 de diciembre, unos 680 cubanos fueron interceptados por la Guardia Costera. Datos de la misma agencia indican un incremento en el número de cubanos lanzándose al mar desde el anuncio del presidente Barack Obama sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre EEUU y Cuba el 17 de diciembre de 2014.
Entre el 17 y el 31 de diciembre, unos 443 balseros fueron avistados, interceptados, o lograron llegar a las costas de EEUU, según cifras compartidas por USCG. El alza de un 117% comparado con el mismo mes en 2013, se debería al temor e incertidumbre de los cubanos por lo que podría llegar a pasar con la Ley de Ajuste Cubano tras la normalización de las relaciones el mes pasado.
El mismo lunes, 121 balseros cubanos fueron repatriados a Bahía de Cabañas, Cuba, por la Guardia Costera. Fajardo dijo que hasta el momento no hay evidencia que indique que la balsa que llegó a Coral Gables formaba parte de los grupos interceptados en la última semana cerca de los Cayos.
A pesar de no saber hasta el momento qué fue de los integrantes de la balsa que encalló a sólo pies de su casa, Fernández espera que hayan podido alcanzar la libertad.
“Lo irónico es que llegaron a uno de los vecindarios más ricos de Miami. Ambas propiedades [la suya y la de su vecino] pertenecen a individuos nacidos en Cuba, que llegaron a EEUU con la esperanza y el deseo de mejorar sus vidas y alcanzar la libertad. Esos mismos deseos impulsaron a estos balseros”, añadió Fernández.