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Implicaciones y lecturas a la sentencia del TSJ que “suspende efectos” de la primaria
Expertos concuerdan en que la sentencia del TSJ intenta comunicar que la elección del 22 de octubre tuvo un impacto en la administración de Maduro

 

 

En un escenario que estaba latiendo desde que la Comisión Nacional de Primaria decidió organizar el evento electoral del 22 de octubre, este lunes 30 de octubre, el Tribunal Supremo de Justicia dictó la sentencia de que se suspendan los efectos de la primaria, la traducción de que no se reconoce a María Corina Machado como candidata unitaria.

La sentencia, que además incluye la exigencia de que la oposición entregue todo el material electoral, deriva en diferentes escenarios como la posible judicialización a quienes organizaron la iniciativa, que la oposición no pueda postular a Machado y esto los obligue a buscar un escenario como el consenso o el temor de la gente a que se reedite la “Lista Tascón“.

Para John Magdaleno, director de la firma de consultoría en asuntos públicos Polity y docente universitario, la sentencia del TSJ tiene dos objetivos principales: ratificar las inhabilitaciones políticas y transmitir que la administración de Nicolás Maduro no está dispuesta a facilitar una transición hacia la democracia.

“Lo que sí luce evidente es que una sentencia en este contexto, precedida por la solicitud de investigación para la Comisión Nacional de Primaria y miembros de las juntas regionales, obviamente está comunicando simultáneamente que la primaria sí tuvo un impacto en la lectura de los principales actores y voceros del oficialismo”.

John Magdaleno, director de la consultora Polity.

Alí Daniels, director de la asociación civil Acceso a la Justicia, indica que la decisión del Poder Judicial tiene un alcance limitado porque la primaria es un hecho cumplido. No obstante, advierte que el efecto inmediato es que los partidos políticos no podrían postular a María Corina Machado como su candidata a las elecciones presidenciales de 2024.

“Pero eso tampoco tiene mucha trascendencia en la medida que los partidos pueden decir que postulan a la señora Machado no como resultado de la primaria, sino por una aceptación de consenso entre los partidos. De manera que al final las consecuencias serían las mismas”.

Daniels recuerda que el reglamento publicado por la Comisión Nacional de Primaria (CNdP) en su página web establecía que los cuadernos de votación serían destruidos tras la elección para evitar la persecución política y destaca que el acervo probatorio sobre las acusaciones de usurpación de identidad y usurpación de funciones electorales se encuentra precisamente en esos documentos.

A juicio de Daniels, la sentencia del TSJ busca distraer de la opinión pública la persecución judicial que emprendió la administración de Nicolás Maduro contra los miembros de la CNdP y las juntas regionales.

“Lamentamos que en Venezuela los operadores de justicia se comporten como los operadores de la persecución política y esperemos que este proceso no avance más allá precisamente porque no tiene ningún fundamento para tener mayor alcance y porque las personas que están siendo investigadas son personas manifiestamente inocentes de los cargos que se les están imputando”.

El director de Acceso a la Justicia resalta que todos los actores que participaron en la elección aceptaron los resultados y considera irregular que una persona ajena al proceso intente impugnarlo porque no tiene la cualidad. “Menos con el argumento banal de que no se le dejó participar porque lo está diciendo luego de las elecciones, no antes. Eso confirma que se trata de un argumento sin sustento ni fundamentación”.

Por su parte, José Ignacio Hernández, abogado especialista en derecho administrativo y constitucional, indicó que la sentencia conjunta de la Sala Electoral del TSJ es una muestra de legalismo autocrático y no genera ningún efecto jurídico. Considera que el Poder Judicial está usando la misma estrategia que aplicó para criminalizar a la Asamblea Nacional electa en el año 2015.

“La Sala ordenó como medida de amparo cautelar, “suspender las primarias”. Esto es absurdo: no se pueden suspender pues ya se realizaron. Son un hecho político consumado.  Este absurdo ya lo hizo la Sala Electoral en 2015: suspendió la proclamación de los diputados de Amazonas, ya proclamados. Y de allí vino el “desacato”. Por ello, la Sala va a considerar que toda acción basada en la candidatura de María Corina Machado es un “desacato” al amparo, lo que derivará en medidas penales”, escribió en su perfil de la red social X.

 

La última línea de defensa (pacífica) de la revolución
La sentencia del TSJ demuestra que el chavismo se va a trancar en torno al único instrumento que le queda para detener la ilusión del cambio democrático. Con el tiempo, ante el estancamiento, una parte de las corrientes opositoras hará lo posible por fomentar alguna opción alterna que puede dividir de nuevo las aguas en el mediano plazo

 

@amoleiro

 

El arrase electoral de María Corina Machado y el éxito político de la elección primaria están destinados a producir una fuerte recomposición en las estructuras internas y la orientación estratégica de la oposición venezolana. Eventualmente, podrían precipitar de nuevo, como reacción, los demonios de la conflictividad.

El efecto expansivo de estas dos circunstancias, que se concreta con la paradoja de unos medios de comunicación censurados, ha puesto en sobreaviso a la clase dirigente del chavismo, que inmediatamente despliega sus amenazas de judicialización y criminaliza este ejercicio cívico para darle un claro mensaje a la sociedad de hasta dónde estaría dispuesto a llegar si las cosas se precipitan.

La sentencia de la Sala Electoral del TSJ, en contubernio con los intereses más sórdidos de Miraflores, además de desconocer la existencia de derechos políticos de los ciudadanos, buscar colocar un cerrojo para restarle validez a una consulta popular inobjetable.

María Corina Machado, la dirigente política más intransigente del campo democrático frente a las maniobras del chavismo, la que tradicionalmente nunca ha querido negociar, se ha convertido en un fenómeno de masas luego de pasarse varios años entre las sombras, criticando –ahora vemos que con fundamento- algunos vicios remanentes de los años de la caída de la democracia que han quedado vivos en algunos partidos y alianzas.

Queda claro que la población endurece su diagnóstico sobre la crisis nacional, sus causantes y sus soluciones, y que castiga con inusual al liderazgo tradicional del campo antichavista, expresado en el famoso g-4.

Por lo demás, sale también duramente sentenciado por el veredicto popular cierto espíritu sobreviviente y oportunista que ha florecido en una franja de la sociedad democrática, ese sesgo adulterado y corrompido, de espaldas al interés nacional, que ha colocado a políticos, periodistas, empresarios, sociólogos y directores de firmas de opinión a operar políticamente a favor de los intereses de la hegemonía actual para seguir teniendo pertinencia y figuración.

La fundadora de Vente alcanza unos dígitos francamente inverosímiles de respaldo, sobrepasando el 90 por ciento de los votos, sin poder dirigirse al país a través de medios masivos para fundamentar su mensaje, sin recursos para desplegar una verdadera campaña electoral y sin poder convocar actos masivos urbanos.

La amenaza que plantea la aplastante victoria de Machado, junto al envión de la consulta primaria, dejan al gobierno de Nicolás Maduro con pocos instrumentos para organizar una operación político-electoral para contrarrestarla. Con Machado en la calle, la ilusión de un cambio político incruento podría tomar vuelo con una unanimidad muy peligrosa para los intereses continuistas del chavismo.

Y aunque se especula con alguna frecuencia en torno a la irrupción de una carta nueva, -un liderazgo alterno, distinto al de Nicolás Maduro, formado en las granjas chavistas, capaz de reconducir el sentimiento revolucionario para darle un nuevo vuelo a sus alicaídas opciones electorales actuales, la verdad es que ninguna de ellas es particularmente intimidante frente a Machado. Las cosas ciertamente han cambiado en Venezuela.

Además, sucede que el cambio de liderazgo, el relevo político, la alternancia de mandos, incluso puertas adentro, conspira contra los intereses creados en los entornos de la izquierda clásica, y forma parte de una cultura completamente ajena a la dinámica revolucionaria, acostumbrada, como lo están Diaz Canel o Daniel Ortega, o como antes con Hugo Chávez y Fidel Castro, a considerar naturales, y hasta deseables, los liderazgos vitalicios.

Difícilmente Nicolás Maduro, que es quien manda en el PSUV, acepte ser relevado de la presidencia. Y si esto llegara a suceder, concretaría, puestas adentro, un terremoto político que en este momento no parece factible, ni se divisa en el radar, más allá de la clara anemia existente en materia de arrastre popular.

El estado chavista se va a trancar en torno a la inhabilitación de Machado mientras procura hacer uso de algunos beneficios de los acuerdos de Barbados, que ahora le permitan explotar libremente gas y petróleo, a cambio de aceptar la observación internacional y la ofrecer la garantía de unas presidenciales en el segundo semestre de 2024.

Ambas tendencias necesitan estos meses para recuperar calorías y bastimento. Es bastante probable que el chavismo mantenga el tono amenazante y hostil, y que lo endurezca con el paso de los meses si las cosas se le salen de control.

El discurso totalizador de Machado, la amenaza que su sola presencia plantea, su renuencia a encontrar espacios flexibles y subordinados en el marco de una conversación política, colocan en veremos cualquier evaluación sobre la factibilidad de escenarios pactados de transición a la democracia.

El chavismo se va a trancar en torno al único instrumento legal que le queda para detener la ilusión del cambio democrático, y, con el tiempo, ante la tranca, una parte de las corrientes opositoras hará lo posible por fomentar alguna opción alterna que puede dividir de nuevo las aguas en el mediano plazo

Políticos y abogados reaccionaron a la sentencia del TSJ de dejar «sin efecto» los resultados de la Primaria
Alí Daniels, abogado y director de Acceso a la Justicia, dice que no se pueden suspender los efectos de un hecho ya consumado
El político en el exilio Juan Guaidó indicó que la dictadura de Maduro pretende «invisibilizar» la decisión de millones de venezolanos

 

Este lunes, 30 de octubre, políticos venezolanos y miembros de la sociedad civil reaccionaron ante la decisión de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de dejar «sin efecto» los resultados de la Primaria.

El TSJ admitió el recurso del diputado a la Asamblea Nacional (AN) José Brito en el cual solicitaba suspender «todos los efectos de las distintas fases del proceso electoral conducido por la Comisión Nacional de Primaria», y por ende, negarle a María Corina Machado, quien resultó electa con más del 90 % de los votos, ser la contrincante de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales previstas para 2024. 

Ante la noticia, la red social X, antes Twitter, fue el escenario para que distintas personas expresara su rechazo y descontento por la decisión del TSJ. 

Sobre la medida, el profesor de derecho público, Allan Brewer Carias, afirmó que la elección de María Corina Machado efectuada en las Primarias del pasado 22 de octubre, “es un hecho político ya cumplido, sin precedentes, de manifestación libre del pueblo, que ya se efectuó y ella fue proclamada”.

Añadió que “Eso no es ‘suspendible’ como ilegítimamente pretende el TSJ”.

El economista Luis Vicente León aseguró que «El tema de la primaria parece haber afectado muchísimo a Maduro (…) Están sintiendo que fue un error negociar la primaria dentro del acuerdo de Barbados».

El abogado José Amalio Graterol bromeó en su cuenta en X: «El TSJ ordena que todos los venezolanos vean fijamente. El 22 de octubre no existió. Jajajajajajaja».

El abogado y doctor en Derecho, Enrique Aristiguieta afirmó que no le sorprende la decisión de la Sala Electoral. 

Alí Daniels, abogado y director de Acceso a la Justicia, dice que no se pueden suspender los efectos de un hecho ya consumado.

«¿Cree el TSJ que puede suspender las ganas de cambio, de votar en contra de este régimen de este ciudadano? No hay sentencia que pueda lograr que el venezolano de una vez por todas logre ese cambio», cuestionó el abogado Joel García.

El político en el exilio Juan Guaidó indicó que la dictadura de Maduro pretende «invisibilizar» la decisión de millones de venezolanos. 

Por su parte Jesús Torrealba indicó que no es posible suspender un proceso que ya se hizo y los participantes aceptaron los resultados. 

Delsa Solórzano, ex candidata a las primarias y abogada, expresó que nada puede cambiar la voluntad de una nación que quiere cambio 

La ex diputada Tamara Adrián también utilizó la red social para expresar su descontento y afirmó que la sentencia es «inconstitucional»

PCV se enfrenta a su ilegalización con la moral en alto
La ONG Acceso a la justicia recordó que la medida contra el PCV fue impuesta también en años anteriores a más de una docena de formaciones, tanto opositoras como tradicionales de izquierda

 

El Partido Comunista de Venezuela (PCV) vive la cuarta «ilegalización» de su historia desde su fundación hace 92 años -dos en dictaduras, una tras optar por la lucha armada y la última este agosto, con un Gobierno socialista-, luego de que el Supremo ordenara una intervención, que sus miembros -aseguran- afrontan con «la moral en alto».

El PCV nació en la ilegalidad y vivió episodios de clandestinidad durante los Gobiernos militaristas de Juan Vicente Gómez (1908-1935) y Marcos Pérez Jiménez (1952-1958), y del socialdemócrata Rómulo Betancourt (1945-1948), cuando pasó a ser una guerrilla.

El 11 de agosto, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) admitió un amparo constitucional, introducido en julio por supuestos miembros del propio PCV, que despoja a la dirección tradicional de sus siglas y tarjeta electoral, y nombra una «junta directiva ad hoc» para organizar «procesos democráticos internos».

La sentencia del TSJ 

Yul Jabour, miembro de la dirección tradicional del PCV, dijo a EFE que esta acción es una «judicialización», como ocurrió en dictaduras militares o en seudodemocarcias, lo que el buró político del comité central de la formación considera una aberración jurídica con errores inexcusables y marca un gravísimo precedente para la historia.

Explicó que el TSJ justifica la decisión con que «no se ha celebrado el correspondiente congreso de la organización», lo que -aseguró Jabour- «es falso», ya que la hubo cónclave en 2017 y en 2022, cuando se eligieron a los 62 miembros actuales del comité central, quienes ratificaron, por sexta vez, a Óscar Figuera en la Secretaría General.

Además, negó que quienes introdujeron el amparo sean militantes del PCV, como los identifica la sentencia, sino que varios de ellos «son activistas de otras organizaciones políticas», y precisó que solo dos de los que figuran en la «junta ad hoc» impuesta fueron miembros del partido, excluidos desde hace varios años por no cumplir con sus obligaciones estatutarias.

Nadie puede alegar un derecho en una organización a la cual no pertenece, subrayó Jabour.

Ante esta «aberración», el PCV presentó un «escrito de defensa» ante el TSJ, en el que señaló que este amparo contraviene la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, por haber sido introducido el 10 de julio, más seis meses después del último congreso del partido.

El PCV no es el único 

 La ONG Acceso a la justicia recordó que la medida contra el PCV fue impuesta también en años anteriores a más de una docena de formaciones, tanto opositoras -como Acción Democrática, Primero Justicia y Copei- como tradicionales de izquierda, como Bandera Roja o Patria Para Todos.

Según la organización, esta «parece ser una estrategia por confeccionar no solo una oposición a la medida, sino por silenciar toda disidencia dentro de sus propias filas».

Suprema Injusticia: En lo que va de 2023, TSJ ha propinado 14 golpes al derecho a la asociación
A esto se suman 12 partidos políticos intervenidos por el TSJ y un número similar de colegios de abogados, más las decisiones contra las universidades públicas autónomas a las que les ha impedido renovar libremente a sus autoridades

 

Un análisis realizado por el portal Suprema Injusticia de la ONG Transparencia Venezuela arrojó que en lo que va de 2023, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ha propinado 14 golpes al derecho a la asociación establecido en la Constitución. 

Suprema Injusticia se refiere a las recientes intervenciones de la Cruz Roja Venezolana y del Partido Comunista de Venezuela (PCV) por parte de la Sala Constitucional del TSJ, aunque estos no son los únicos casos.

En los ocho meses que van de 2023 se han registrado cinco sentencias contra gremios o federaciones deportivas, cuatro contra clubes deportivos o recreativos, dos decisiones contra comités de seguridad industrial y laboral que operan en empresas, un fallo dirigido contra varias compañías, dos decisiones contra una organización caritativa y una contra un partido político de oposición.

En cuatro de los 12 casos antes mencionados (33,3%), la instancia no solo impidió o dejó sin efecto los comicios internos de igual número de organizaciones civiles, sino que les impuso una directiva o le ordenó a otra instancia hacerlo.

A esto se suman 12 partidos políticos intervenidos por el TSJ y un número similar de colegios de abogados, más las decisiones contra las universidades públicas autónomas a las que les ha impedido renovar libremente a sus autoridades.

a la asociación

#GuachimánElectoral l El TSJ intervino al partido aliado del PSUV que más votos aportó en elecciones presidenciales
El PCV había sumado una cantidad importante de votos al oficialismo en 2012, 2013 e incluso 2018 dentro de los que conformaban el Polo Patriótico. Pedro Eusse, del buró político comunista dice que los electores duros no lo hicieron por la oferta oficialista exclusivamente.  

Dayimar Ayala Altuve y Jesús Abreu 

La decisión del Tribunal Supremo de Justicia, el pasado viernes 11 de agosto de 2023, de intervenir y nombrar una junta Ad hoc en el Partido Comunista de Venezuela no solo se traduce en que las autoridades de la tolda comunista perdieron la tarjeta electoral que arropaba a la Alianza Popular Revolucionaria (APR) o lo que es lo mismo, al chavismo autodenominado crítico, sino que el Poder Judicial intervino al aliado del PSUV en el Gran Polo Patriótico que más votos aportó en elecciones presidenciales.

En noviembre de 2011, Hugo Chávez (como candidato a la reelección de las elecciones que se realizarían en 2012) pidió un espacio para “abarcar, incorporar, facilitar la participación y el protagonismo desde los pequeños grupos» que le apoyarían en las presidenciales de 2012. En ese momento se unieron grupos sociales y partidos políticos, entre los que estaban, los ahora intervenidos: Partido Comunista de Venezuela (PCV), Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), Patria Para Todos (PPT), Podemos, Unidad Popular Revolucionaria (UPV), Tupamaro y Redes (que no está intervenido, pero en el CNE no lo renovaron como partido en 2017).

Para la elección del 7 de octubre de 2012, el PCV aportó cerca de 500.000 votos a Chávez, un tímido 3,29% de los 8.191.132 que obtuvo el candidato oficialista. No obstante, la tolda del gallo rojo dio casi el doble de votos que el siguiente partido con más aporte: PPT con un poco más de 200.000.

En 2013, de los 7.587.579 que el CNE adjudicó al candidato Nicolás Maduro, el PCV aportó 283.678 de votos, o lo que se traduce en 1,89%. 

Cuantitativamente era poco menos de la mitad de lo que habían aportado seis meses antes, pero igual se mantuvo como el aliado que más impulso electoral dio al entonces candidato del PSUV y otros partidos.

Para la elección de 2018, el Partido Somos Venezuela desplazó al Partido Comunista como el partido que más votos aportó a Maduro en la elección que disputó con Henri Falcón. Somos Venezuela dio 369.291 votos, mientras que el PCV apenas sumó 171.034 votos. 

Así lo ven los comunistas 

El miembro del buró político del PCV, Pedro Eusse considera que la intervención judicial, que califica de asalto, es una maniobra para desestimular el voto de sectores políticos y sociales más vinculados con la izquierda nacional que rechazan al gobierno de Nicolás Maduro. 

Despojada de los símbolos y la tarjeta electoral, la dirigencia tradicional del PCV, según Eusse, evalúa la forma para participar en las próximas elecciones presidenciales. 

“Nosotros nos preparamos para participar en las elecciones de acuerdo con la nueva realidad política. Estamos estudiando diversas opciones, no se pueden revelar mayores detalles. En septiembre, en un Congreso, decidiremos la línea electoral: criterios programáticos, de alianzas y la posibilidad de definir una candidatura. Hay varias opciones”, explicó Eusse vía telefónica.

Eusse destaca que, en las últimas dos décadas, los votos que aportó el PCV a la causa oficialista no son una demostración de apoyo incondicional al chavismo, sino a lo que representa el PCV como una alternativa política. 

“Los electores duros del PCV no votan por el partido motivados por el chavismo, sino que ven en el PCV una opción distinta, diferente. Mientras estuvimos aliados con el presidente Chávez, esa alianza lo favoreció a él y a nosotros. Lo mismo pasó con Maduro en sus inicios, pero no se puede ver el voto al PCV como un voto chavista, sino en apoyo al PCV”, agregó Eusse.

La dirigencia tradicional del PCV considera que la intervención judicial tiene como objetivo generar abstención en los sectores de influencia del PCV para favorecer a los factores opositores en medio de la fragmentación política.

“Trabajamos para que el voto no se oriente hacia la derecha opositora. Parece que el Gobierno juega no solo a la abstención masiva, sino que algunos de los votos se vayan a la derecha opositora”, añadió Eusse.  

Guachimán Electoral

TSJ multó a ciudadano que denunció demolición de su residencia para construir casa del PSUV
Funcionarios de la Alcaldía de Caracas lo citaron y le informaron que en ocho días demolerían su residencia para construir una sede del PSUV, el afectado acudió al TSJ, pero terminó multado con Bs. 2.000. 

 

El portal Suprema Injusticia, iniciativa de Transparencia Venezuela, denunció que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) multó a un ciudadano que denunció la demolición de su residencia para construir una casa del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv). 

Alexander José Martineau Cedeño tenía 12 años viviendo junto a su familia en una casa que construyó en el oeste de Caracas y debajo de ella también edificó unos locales comerciales, de los que obtenía sus ingresos.

Sin embargo, en mayo de 2020, funcionarios de la Alcaldía de Caracas lo citaron y le informaron que en ocho días demolerían su residencia para construir una sede del PSUV. El afectado acudió al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), pero terminó multado con Bs. 2.000. 

La decisión la adoptó la Sala Constitucional del TSJ en su sentencia número 542 del 16 de mayo de 2023, en la cual se declaró “incompetente” para conocer el asunto, por cuanto el mismo no iba dirigido contra un alto funcionario del Estado, sino contra la entonces alcaldesa de Caracas, Erika Farias 

Según señala Suprema Injusticia, la Sala no remitió el asunto al Juzgado Superior de lo Contencioso Administrativo, sino que lo desechó y de paso multó con Bs. 2.000 a Martineau Cedeño, unos 78 dólares al cambio y consideró que este ciudadano al no mostrar interés en obtener respuesta, había actuado de manera “maliciosa”. 

Denuncia a la basura 

El dictamen afirma que desde el  25 de mayo de 2020, fecha en la cual se interpuso la presente solicitud, el demandante no realizó actuación procesal válida con el fin de impulsar el proceso y obtener la tutela constitucional demandada, por lo que la Sala calificó el estatus del trámite como en «abandono». La instancia se demoró tres años en emitir semejante pronunciamiento.  

La Sala Constitucional del TSJ ignoró las denuncias de Martineau Cedeño en relación con que no le dieron ningún escrito donde se anunciara la medida en contra de su vivienda para así poder ejercer las acciones legales correspondientes. 

“No hay procedimiento administrativo con respecto a ese caso, es una orden directa de la alcaldesa Erika Farías ya que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) necesita ese espacio para construir una sede”, denunció el accionante. 

 

12 años después el TSJ desechó demanda contra habilitante de Chávez
En sentencia de la magistrada Lourdes Suárez Anderson el TSJ desechó una demanda de nulidad interpuesta hace 12 años contra la Ley Habilitante aprobada por la AN oficialista del período 2006-2011 en sus últimos días de actividad
El alegato de la Sala Constitucional es que los accionantes -cuatro diputados opositores- duraron un año sin realizar actuación procesal. Todo esto pese a que sus abogados asistieron en 32 ocasiones entre abril de 2012 y febrero de 2020 para exigir al TSJ que respondiera

 

El Tribunal Supremo de Justicia controlado por el oficialismo desechó una demanda de nulidad que intentaron hace 12 años un grupo de diputados opositores contra la Asamblea Nacional del período 2006-2011, por entregar, en sus últimos días de funcionamiento una nueva Ley Habilitante al entonces presidente Hugo Chávez. 

Así se reseña en el sitio web de «Suprema Injusticia», una iniciativa de Transparencia Venezuela para visibilizar las desviaciones del Poder Judicial en Venezuela. 

Precisaron que en la sentencia número 147 de la Sala Constitucional, que se dictó el 21 de marzo de 2023, se declaró  “el abandono del trámite”. El alegato fue que los accionantes (los entonces diputados Eduardo Gómez Sigala, Alfonso Marquina, Miguel Pizarro y Edgar Zambrano) duraron un año  “sin realizar ninguna actuación procesal tendente a impulsar la causa”.

El fallo fue redactado por la magistrada Lourdes Suárez Anderson. Pero, resalta Suprema Injusticia, el mismo dictamen reconoce que los representantes legales de los entonces diputados asistieron en, al menos, 32 ocasiones entre abril de 2012 y febrero de 2020 para pedir al TSJ que respondiera al recurso por nulidad e inconstitucionalidad que interpusieron.

«En su sentencia, la instancia no da ningún tipo de explicación para justificar el silencio que guardó durante casi una década sobre este asunto, que pasó por las manos de tres magistrados (Luisa Estella Morales, Juan José Mendoza y Gladys Gutiérrez) antes de que fuera decidido finalmente», denuncia Suprema Injusticia. 

Sentencia tardía y que deja dudas al aire

Además de destacar el retraso en emitir una sentencia sobre el caso, Suprema Injusticia advierte que esta sentencia dejó varias preguntas importantes al aire, tales cómo: ¿puede la AN  otorgarle poderes especiales a un presidente para legislar en sus últimos días? ¿puede permitirle legislar durante el mandato del siguiente Parlamento?

Respecto a este tema, recordaron que esta Ley Habilitante que denunció la oposición se aprobó luego de que el chavismo perdió la mayoría calificada en las legislativas de 2010 y que se le fijó una duración de 18 meses, es decir, «más de una quinta parte del mandato de la tercera Asamblea Nacional, cuyo período se extendió de 2011 a 2016».