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Desnutrición aguda afecta a más de 8.000 niños venezolanos
En el primer cuatrimestre del año, los datos registrados por OCHA daban cuenta de 3.200 menores de cinco años atendidos por desnutrición aguda. Esto muestra más que una duplicación de las cifras en el segundo cuatrimestre

 

Un total de 8.199 menores de 5 años fueron diagnosticados con desnutrición aguda en Venezuela, entre enero y agosto de este 2022. Así lo reveló el más reciente informe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), publicado el 13 de octubre.

«Hasta agosto de 2022, 8.199 niños y niñas menores de 5 años identificados con desnutrición aguda recibieron tratamiento adecuado en los servicios de salud y en espacios comunitarios», dice el informe. Sin embargo, el documento no detalla el número de infantes evaluados en los primeros ocho meses de 2022.

Durante ese período, la ONU y sus socios atendieron a 344.300 personas en asuntos relacionados con nutrición. De este grupo, casi 4.600 eran mujeres embarazadas y en período de lactancia que presentaban bajo peso y «recibieron suplementación nutricional para mejorar su estado».

«La interrupción de la cadena de suministros global y las congestiones del mercado logístico internacional han ocasionado retrasos en la llegada de los insumos para suministrar el tratamiento a los niños y niñas con desnutrición aguda en los centros apoyados por Unicef y los socios», indicó la organización.

Aumento de la desnutrición infantil 

En el primer cuatrimestre del año, los datos registrados por OCHA daban cuenta de 3.200 menores de cinco años atendidos por desnutrición aguda. Esto muestra más que una duplicación de las cifras en el segundo cuatrimestre.

El 17 de julio, a propósito del Día Nacional del Niño, el partido Voluntad Popular (VP) denunció este 17 de julio que ha aumentado la desnutrición infantil, así como otros problemas para la infancia en Venezuela.

«La niñez en Venezuela ha sido afectada por la crisis que se vive, donde hay un aumento del índice de desnutrición, niños sin acceso a la educación y aumento del trabajo infantil», se lee en un mensaje del partido vía Twitter.

VP considera que el gobierno de Nicolás Maduro «se ha encargado de ignorar y así profundizar esas problemáticas».

Con información de EFE

Denuncian aumento de la desnutrición infantil en Venezuela
Voluntad Popular asegura que los niños del país ha sido afectados «por la crisis que se vive, donde hay un aumento del índice de desnutrición, niños sin acceso a la educación y aumento del trabajo infantil»

 

A propósito del Día Nacional del Niño, el partido Voluntad Popular (VP) denunció este 17 de julio que ha aumentado la desnutrición infantil, así como otros problemas para la infancia en Venezuela.

«La niñez en Venezuela ha sido afectada por la crisis que se vive, donde hay un aumento del índice de desnutrición, niños sin acceso a la educación y aumento del trabajo infantil», se lee en un mensaje del partido vía Twitter.

VP considera que el gobierno de Nicolás Maduro «se ha encargado de ignorar y así profundizar esas problemáticas».

Respeto a los derechos de los niños

El Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes también se manifestó a propósito de la fecha para pedir al gobierno de Maduro respeto por los derechos de la población infantil.

«Los niños son una parte de la población que ha sido gravemente afectada por la emergencia humanitaria compleja. Desde sufrir la separación de sus padres y familiares debido a la migración forzada, hasta padecer desnutrición», indicó la organización en Twitter.

Desnutrición en niños menores afecta para toda la vida

El 40% de los niños menores de dos años tienen desnutrición aguda, moderada o severa, según la organización no gubernamental Cáritas de Venezuela.

Algunos daños irreparables para los niños con desnutrición son la poca talla y peso para su edad y, en años posteriores, otros como la dificultad para rendir en los estudios.

Desde enero hasta abril de 2022, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) reportó 3.200 casos de desnutrición aguda y deficiencias de micronutrientes en niños y niñas menores de 5 años.

De acuerdo con la OCHA, el alto costo de los medicamentos e insumos nutricionales reduce la capacidad de respuesta de las organizaciones en el terreno. Esto lo que limita el alcance del manejo comunitario de los casos de desnutrición aguda, algunos de los cuales derivan en la red pública de salud para su manejo y tratamiento.

Con información de EFE.

CLAVES | Pandemia dispara las cifras de desnutrición infantil
La institución alertó que 59% de los niños evaluados tenían algún grado de retraso en su crecimiento o estaban en riesgo de tenerla

 

Cáritas Venezuela, en su mas reciente monitoreo correspondiente a los meses de abril-julio de 2020, alertó que las medidas de control para limitar la propagación de la COVID-19 en el país tuvieron un “impacto considerable” en el incremento de la desnutrición infantil. Según el informe realizado en Caracas, San Fernando de Apure, Guasdualito, Barinas, Ciudad Bolívar, Valencia, Puerto Cabello, Coro, Los Teques, Acarigua, Carúpano, Cumaná, San Felipe, Machiques y La Guaira, la desnutrición aguda global (GAM) aumentó 73% en niños y niñas menores de cinco años en seis meses de pandemia. Aquí claves más importantes del informe presentado por la institución:

 

Panorama

– Cáritas Venezuela realizó una comparación entre el mes previo a la llegada de la pandemia (febrero de 2020) y el último mes analizado (julio 2020) y determinó que se observó un incremento en la proporción de niños con desnutrición aguda de 73%. Este porcentaje es 5 veces más que el incremento en la emaciación infantil pronosticada en 14,8% para todo el mundo.

– En Caracas, Barinas, Machiques y Coro, el daño nutricional es muy severo. Los niños en estas parroquias enfrentan un grado de desnutrición compatibles con el umbral máximo de severidad o nivel catastrófico, según el estudio.

– El 49% de los casos de desnutrición detectados se concentró en niños menores de 2 años.

– 20% de los niños y niñas más pequeños (menores de 6 meses) se encontraron afectados por desnutrición aguda. En el grupo de 6 meses a 2 años, el porcentaje de niños identificados con desnutrición fue del 16%.

– El incremento acelerado de la inflación y la profundización en la escasez de gasolina son determinantes en el repunte de deterioro.

Desnutrición crónica

– El 59% de los niños evaluados por Cáritas Venezuela tenían algún grado de retraso en su crecimiento o estaban en riesgo de tenerla.

– 29% niños tienen un retraso del crecimiento moderado y severo. Entre estos, 11% de los niños tenían un retraso del crecimiento severo.

– 30% de los niños están en riesgo de retraso del crecimiento.

– 22% no mostró déficit para su índice talla-edad.

Hogares sin alimentos

– En el 32% de los hogares consultados por la organización, la diversidad de la dieta fue consistente con los umbrales de crisis de inseguridad alimentaria (consumo entre 2 y 3 grupos de alimentos solamente).

– El 45% de los hogares no reportan consumo de carnes, el 74% no consume productos lácteos y el 55% no consume huevos.

– En promedio, el 58% de los hogares no ha podido tener acceso a proteínas de alto valor biológico, ni a nutrientes esenciales como hierro.

– Menos del 40% de hogares reporta consumo regular de vegetales y frutas.

– 46% de los hogares reportan haber tenido que deteriorar su alimentación.

– 57% ha incurrido en alguna forma de privación alimentaria.

– 45% ha recurrido a alguna forma de destitución de su base de recursos familiares para poder comprar alimentos.

– 27% de los hogares ha tenido que recurrir a la mendicidad, 42% a rebuscarse alimentos en la calle para poder comer y 35% ha consumido alimentos que preferiría no haber comido.

– La proporción de familias que refieren haber tenido acceso a comprar los alimentos a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), se registró en 68%.

– Entre los hogares que reportaron haber podido comprar la caja de los CLAP, solo el 36% mencionó que la frecuencia de acceso a la caja fue adecuada (“siempre” la recibieron), es decir, cada mes.

Embarazadas en riesgo

– El 51% de las mujeres embarazadas atendidas vinieron a Cáritas con desnutrición aguda.

– La edad promedio de la mujer embarazada evaluada es de 24 años.

– Las mujeres en el rango de embarazo adolescente fueron el 16% de las que asistieron al programa, 44% de ellas vinieron con desnutrición aguda.

 

*Vea aquí el informe de Cáritas Venezuela 

Hambrómetro | Menos de un tercio de los niños evaluados por Cáritas consume carnes, leche y vegetales
El informe sobre los meses de enero, febrero y marzo de este año revela que la desnutrición aguda global (suma de los tipos severa y moderada) creció de 7,9 a 10,2 % y pasó «de un nivel de alarma a un nivel de crisis»

@loremelendez

DURANTE EL PRIMER TRIMESTRE DE 2019, el consumo de alimentos de los venezolanos se desplomó, mientras que la diversidad de productos que exige una dieta balanceada y saludable se ha deteriorado “masivamente». Así lo advierte el más reciente boletín de Cáritas Venezuela que recopila información sobre la alimentación de los niños menores de 5 años y sus hogares en las parroquias más pobres de 14 estados del país y que reseña Hambrómetro de Runrun.es

La proporción de hogares que consume rubros como «cereales y harinas» –que siempre se ha ubicado en el primer lugar– cayó entre enero y marzo de 2019, ya que pasó de 91% a 59 %. Lo mismo sucedió con los granos (bajó de 80% a 48 %) y tubérculos (de 63% a 39 %). 

«Sin un aumento compensatorio reportado en el consumo de otros alimentos, estos resultados para estos productos que son la base de la alimentación familiar, significan una destitución alimentaria masiva», sostiene el informe llamado «Monitoreo del estado nutricional y la seguridad alimentaria familiar», hecho por la organización a través de su Sistema de Alerta, Monitoreo y Atención en Nutrición y Salud (SAMAN), que estudia el fenómeno en 48 parroquias de Distrito Capital, Miranda, Vargas, Zulia, Bolívar, Carabobo, Barinas, Lara, Sucre, Trujillo, Apure, Falcón, Yaracuy y Portuguesa.

El documento afirma que rubros clave en la alimentación de los niños como carnes, pescados, huevos, lácteos, vegetales y frutas prácticamente han desaparecido del patrón familiar, pues son consumidos por menos de 30% de los hogares encuestados por Cáritas Venezuela. Esto incluye «todos los alimentos con nutrientes indispensables para el crecimiento infantil, especialmente hierro, calcio y proteínas de alto valor biológico», dice el boletín.

Lee más en Hambrómetro.com

ONU alerta aumento de mortalidad infantil en Venezuela por deterioro del sistema de salud
Un grupo de expertos de la ONU en derechos humanos denunció este lunes que en Venezuela están muriendo niños por causas que pueden prevenirse y que están relacionadas con el deterioro de los centros de salud, la escasez de medicamentos y la falta de medidas eficaces de higiene.

«Al menos 16 menores de cinco años han muerto en el Hospital Universitario de Pediatría Dr. Zubillaga, en el estado de Lara, en lo que va de 2018 por infecciones causadas por higiene deficiente», declararon los expertos de la ONU y una relatora de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Soledad García.
«También hay informes de la muerte de menores en hospitales por desnutrición, infecciones respiratorias agudas, enfermedades diarreicas agudas y por otros padecimientos», agregaron en su comunicado.
Los expertos alertaron de que «los propios hospitales se han convertido en un lugar donde la vida de las personas se pone en riesgo», por lo cual pidieron al Gobierno venezolano que movilice los recursos disponibles para paliar esta situación.
Para ello, instaron a que el Gobierno también considere la necesidad de aceptar la cooperación internacional, que le permitiría restaurar el sistema de salud en el país.
Los expertos revelaron, además, que han recibido informaciones sobre acoso e intimidación contra personal sanitario, periodistas y familiares de las víctimas que han denunciado o presentado quejas relativas a esos casos.
Por otra parte, alertaron de la situación de las personas mayores, «quienes enfrentan una situación de extrema vulnerabilidad ante el cierre de centros de atención y a la escasez de medicamentos y alimentos».
«Estamos extremadamente preocupados por los resultados de un estudio que muestra que las personas mayores pierden 16 kilos al año en promedio por la escasez de alimentos en los centros de atención en el estado de Miranda», indicaron.
Los datos con los que cuentan indican asimismo que hay una escasez de más del 80% de medicamentos para la presión arterial y niveles de azúcar altos, dos de las afecciones más comunes entre las personas mayores.
Los expertos de la ONU firmantes de la declaración son los relatores sobre el Derecho a la Salud Física y Mental, Dainius Püras; sobre los Defensores de los Derechos Humanos, Michel Forst, y sobre la Pobreza Extrema, Philip Alston.

 

Amelia Medina, desde La Consolata, lleva sobre sus hombros una actividad febril a favor de los más desamparados en este país de desamparados. De origen humilde, con una fortaleza de hierro, dice, ante la tragedia que observa cada día en Carapita: «No sé si ya tocamos fondo o si todavía nos falta más. No sé. Lo que sí sé es que no nos podemos quedar con los brazos cruzados, lamentándonos. Tenemos que seguir luchando con uñas y dientes». Ella ha contribuido como nadie a levantar este centro de la mano con la Universidad Católica Andrés Bello. En La Consolata se atiende, entre otros, a niños cuyos familiares están presos

Sebastián de la Nuez

@sdelanuez

Las ciudades poseen una inteligencia, y esa inteligencia es reflejo de quienes las habitan. El filósofo José Antonio Marina dice que las ciudades muy inteligentes producirán mucho capital comunitario. Amelia Medina Rodríguez, sin ser filósofa sino enfermera, produce todos los días capital comunitario en lo más inhóspito y dejado de la mano de Dios de Carapita, al sureste de Caracas.

Hace años, luego de ejercer durante un tiempo su profesión, se dedicó a trabajar por los más desasistidos y miserables de la sociedad venezolana: los presos. Lo hizo desde dentro de las rejas y los muros, mientras pudo, brindándoles talleres o cursos que les permitieran albergar cierta esperanza de reinserción en la sociedad. Eso fue principalmente en La Planta y Yare, junto a otros colaboradores de la ONG Confraternidad Carcelaria. Aguantó un secuestro, aguantó tiroteos; iba varias veces a la semana … Hasta que llegó Iris Varela y les prohibió la entrada. Quizás no quería que vieran los resultados de su proceso de «humanización».

 

LO QUE HAY QUE TENER

 

Amelia, desde hace tres años, se ha afincado en ese cerro para atender a familiares de reos. Que los hay a montones y son los más abandonados de los barrios. La oportunidad vino con la Universidad Católica Andrés Bello y porque unas monjitas que estaban allá fueron trasladadas al interior. Eso da al kilómetro 7 de El Junquito, comunidad El Manguito, calle El Progreso con callejón Caracas. Ella, con la gente del Centro de Salud Santa Inés y voluntarios del Área Social de la UCAB, atienden cada día a 200 niños: refuerzo escolar, un médico dos veces a la semana más las jornadas médicas, paseos, comida, talleres para las mamás (como dice la propia Amelia, para que sean emprendedoras, para que aprendan a quererse más a sí mismas). Detrás de la iniciativa de La Consolata, que así se llama el centro, están, entonces, la UCAB, la parroquia San Joaquín-Santa Ana y la ONG Confraternidad Carcelaria de Venezuela formando un consorcio. La mayoría de los niños que atienden llevan ese sambenito entre pecho y espalda, el de un padre encarcelado, o pertenecen a familias disfuncionales pues uno de sus miembros anda señalado por un delito.

La Consolata es el nombre de la capilla sobre la cual se hizo la casa que se utiliza como sede, que se le dio a este consorcio en comodato durante cinco años. Si el gobierno de Nicolás Maduro se preocupara por los pobres y desasistidos, trataría por todos los medios de replicar esta experiencia en todas las barriadas.

 

AGARRARLOS DESDE BEBÉS

 

La idea es darles herramientas para que se enfrenten de una manera distinta a la vida. La universidad de Montalbán-La Vega se aprovecha en muchos sentidos, pues los alumnos que deben hacer servicio comunitario van a trabajar a La Consolata. Se organizó un taller de liderazgo comunitario con gente del sector, y con ellos se ha montado una dinámica de atención a los ancianos, a las mujeres y a los niños. Se involucró  Médicos Sin Fronteras, trabajando lo relativo a violencia sexual y urbana. Se ha buscado la manera de recabar medicinas. En fin, se las apañan.

Amelia se pone a enumerar los problemas y no termina nunca. Dice que la deserción escolar es terrible: si el niño tiene el pantalón, le falta la camisa, si tiene camisa y pantalón, le faltan los zapatos… y así. Lo peor es la escasez de comida. Cuando llegaron allí hace tres años (se refiere al equipo que lidera) no se habían planteado el problema de la comida, pero se dieron cuenta de que, sobre todo en las mañanas, había mucha inasistencia. Se pusieron a averiguar. Resulta que las madres prefieren que los niños sigan durmiendo, si es posible, toda la mañana: así no tienen qué darles de desayuno. Se realizó un estudio antropométrico y arrojó altos grados de desnutrición. Y parasitosis, sarna, piojos; pasan dos meses y no llega el agua. En una casa pueden vivir cinco hermanos pero de cinco hombres distintos.

 

—Ahí vamos, poniendo paños de agua caliente, Sebastián. Niños de sexto grado que no saben leer, o de cuarto grado que apenas conocen las vocales, y el liceo les está vedado porque allí no tienen ninguna oportunidad de competir. Tratamos de ayudarles en su nivelación para ver si les conseguimos cupo en alguna granja de Fe y Alegría.

 

Hacen paseos con los niños, días de recreación los llaman, para que salgan de esa zona. Los llevan a El Junquito, a la universidad, a conciertos (les han regalado entradas para el teresa Carreño y para el centro cultural de Chacao). Dice Amelia que es necesario que los niños vean otros ámbitos de la ciudad donde han nacido. Al principio había niños que jamás habían bajado ni siquiera a la Intercomunal de Antímano. Pregunta Amelia:

—Y dime, ¿cómo soñamos con lo que no conocemos, Sebastián? Esos niños no tienen ninguna oportunidad porque sencillamente no conocen otra cosa.

Se llega o se sale en Jeep de allá arriba, y tampoco es tan fácil:

—No hay cauchos, se está acabando el aceite, todos los repuestos cuestan millones. Todo se está destruyendo. La gente camina desde la punta de ese cerro hasta abajo y vuelve a caminar para arriba, porque los pocos Jeeps que quedan cobran 10 mil bolívares el pasaje, y con diez mil bolívares puedes comprar medio kilo de sardinas, que es la proteína que se está comiendo porque el kilo de pollo está en un millón.

Del gobierno hacia La Consolata no hay apoyo alguno.

Amelia tiene tres hijos, los tres bien encaminados. La menor, Bárbara, acaba de tener un bebé, es educadora y la acompaña en las tareas de La Consolata. El esposo de Amelia se llama Eloy Rodríguez y es comerciante.

 

—Debes tener una gran vocación para hacer lo que haces, Amelia, incluso religiosa.

—Hasta el momento ellos han conocido pura gente que los engaña, y no puedes llegar hablándoles de Dios en las condiciones infrahumanas en que viven. Van conociendo  a Dios a través de ti, por lo que tú les das, no lo material sino lo que les das como persona, para que lleguen a considerarte realmente como hermano. Eso se ha logrado. Ya los niños reconocen el centro, reciben y dan un abrazo; sienten que están viniendo a su casa, les recalco que somos una familia. Una familia liderada por Dios, que es el Padre que nos une a todos.

—Si tuvieras el poder suficiente, ¿qué harías contra la pobreza?

—Los problemas son los mismos en todas estas comunidades: la miseria es igual en todas partes. Yo diría educación. Educación verdadera. Salud, que tuviese acceso todo el mundo a la salud. Niños sanos. Que el niño llegue a la guardería y lo alimenten bien; que luego pase a preescolar y le enseñen a leer mientras lo siguen alimentando bien, para que llegue con ese cerebro funcionando perfecto a la primaria. Ya tendría la batalla ganada para hacer una buena primaria.

Dice que su sueño allá arriba es ese, agarrarlos desde bebés, porque han encontrado niños completamente desvalidos, sin ninguna oportunidad de competencia:

—¿Cómo sales de ahí si no te dan ningún tipo de oportunidades para poder hacerlo? Y si sales, cómo compites si no sabes leer ni escribir. Y además está toda esa violencia intrafamiliar, comunitaria. Desde que estamos ahí han matado a cuatro personas, ves cómo los matan y luego simulan el enfrentamiento. Listo. Caso cerrado. A dos de las niñas que tengo allá les mataron al papá, que era malandro. Lo mataron dentro de la casa. Pararon a la madre un poco más allá y le dispararon al señor.

 

LISTA DE ESPERA

 

Cuando tenía seis años hizo la primera comunión por cuenta propia, se iba sola a la capilla más cercana a su casa y allí la prepararon. Las mismas monjas le confeccionaron su vestido para la ceremonia. Después se la quisieron llevar a un convento, se veía que la niña tenía vocación, pero el papá se negó rotundamente.

Hay una lista de espera en La Consolata: la necesidad crece. Por eso ahora, junto a la gente de la UCAB, buscan una planta física más grande, que pueda albergar más niños. En su voz, la voz cálida y gruesa de Amelia, resuena cierta desesperación. Saca a colación otra actividad: dan cursos a las madres para que afronten la realidad tal cual se presenta:

—Vamos a hacer un curso de cocina vegetariana, ¿por qué?, porque lo que se consigue acá son mayormente vegetales y cero proteínas. O sea, cómo le soluciono al muchachito la comida con una papa y un tomate, por ejemplo. Cosas así. ¿Sabes lo que está pasando aquí, Sebastián? Que a los muertos los están velando en colchones, y llevándolos al cementerio en bolsas negras porque la gente no tiene con qué comprar la urna. Allá en La Guaira, donde vive mi hija, buscan lo que llaman una tumbona abandonada, esa silla larga de playa. Allí acuestan al muerto, le echan una bolsa de cal por encima y lo velan.

Esa es la realidad de Amelia cada día, y no pierde la fe por nada del mundo. Una energía más poderosa que cualquier desgracia la alimenta por dentro. Ella es de Petare. Se la llevaron a los 4 años para Antímano, pero nació en Petare.

La fundación Un Par Por Un Sueño inauguró un comedor comunitario para alimentar a los niños del sector República Unida de San Blas, en Petare, tras la muerte de una bebé de un año por desnutrición.
«Estamos abriendo las puertas de otro comedor que va a servir para salvar 60 vidas y cuando decimos esto es porque el motivo que estamos en este sector es porque aquí lamentablemente murió una niña de un año y dos meses por desnutrición. No podemos seguir permitiendo que este país se siga acostumbrando a que todas las semanas tengamos un parte de guerra, que tengamos que pararnos a las dos de la mañana para hacer horas de cola y poder comprar un kilo de harina. Yo me niego a que nos acostumbremos a que alguien muera de hambre, se convierta en algo normal. Es por ello que estamos haciendo este comedor, porque los venezolanos no merecemos vivir de esta forma», expresó el director de la fundación Brian Fincheltub.
«Nosotros seguimos haciendo que la gente abra, y exigiendo un cambio político a través de elecciones de verdad, libres, transparentes, donde el voto sea respetado. Mientras tanto, también seguimos dándole la mano a aquellos que más necesitan, ante la negativa del gobierno de abrir un canal humanitario que permita que las personas que están enfermas no mueran por falta de medicina o que muchos mueran de hambre. Es por ello que seguimos trabajando con estas manos humildes en función de ayudar a los más que podamos», expresó Fincheltub.
El director ratificó que «no es sólo un comedor, es la muestra de la Venezuela posible. Es una casa donde se hace la bendición. Donde los niños tienen que ir al colegio y desde donde vamos a demostrar como es la Venezuela que merecemos, la Venezuela posible”.
Cáritas atendió en 2017 doble de niños desnutridos que en 2016

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La organización Cáritas de Venezuela atendió en 2017 casi el doble de niños desnutridos que el año anterior, según datos ofrecidos hoy por su coordinadora, Susana Raffalli, quien vinculó esta situación a la dificultad para obtener alimentos y medicinas.

«Comenzamos en octubre de 2016 y lo anunciamos en esta asamblea con un 8,7 % de niños con desnutrición grave, es decir 8 de cada 100 niños que se veían en las jornadas de Cáritas tenían desnutrición grave; cerramos el 2017 con 15,6 %, casi el doble, es decir el 2017 generó dos veces mas desnutridos que el 2016», dijo Raffalli.

Destacó además que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuando en una parroquia «más del 15 % de los niños tienen desnutrición grave hay una emergencia humanitaria allí», y apuntó que el deterioro de la alimentación y la salud «es lo que ha motivado o generado la carga de desnutrición».

La coordinadora de Cáritas añadió que, aunque el incremento es «bastante pronunciado», hubo algunos meses de mejoría que se relacionaron con los aumentos de salarios y con mejor manejo de los programas de abastecimiento del Gobierno.

«Estamos comenzando enero en Cáritas casi con los inventarios agotados del suplemento nutricional que repartimos, y no sabemos cuándo los podremos reponer ni cuándo podremos traer los que tenemos afuera porque no tenemos acceso a divisas, la desnutrición será cada vez mas severa», advirtió, al tiempo de señalar que los pronósticos de los analistas para la situación venezolana no son buenos.

Venezuela vive una escasez de alimentos y medicinas desde hace más de tres años, que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro achaca a una «guerra económica» de la que acusa a opositores y empresarios.

Para atender el desabastecimiento el Gobierno ha creado programas de entregas de bolsas y cajas de alimentos que son proporcionados a seis millones de familias, pero algunos de los beneficiados se quejan de que, a veces, se retrasan o no llegan con regularidad.