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“Estoy brava con Dios”, por José Domingo Blanco

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“Estoy brava con Dios. No sabes cuánto he rezado para que derrame su compasión y luz sobre Venezuela. He orado, le he suplicado que interceda por nosotros. Mis plegarias limitan con la desesperación. Pero, no ocurre el milagro. Mi fe, que era sólida, se resquebraja. No entiendo cuánto más tenemos que sufrir. Esta ha sido la más larga y dura penitencia que hemos pagado. Me duele el sufrimiento que veo en las calles. El maltrato que recibimos los venezolanos, sin distingo de edades; porque, ni mis canas se salvan de los abusos. Y, ¿sabes qué es lo peor? Estoy perdiendo la esperanza. Cuba tiene 60 años con su dictadura. Nosotros, vamos a tener 20 años con este desastre. Y lo peor, es que veo a esa gente fortalecida, muy segura y atornillada: total, ellos no saben de carencias. ¡Qué les importa si tenemos poca comida o no nos alcanza para comprar la medicina! A ellos no les falta nada. Bueno, sí. Les falta algo: no tienen moral. Y sin moral, pueden cometer sus pecados sin temor a Dios. Sin miedo a sus represalias por todo el mal que nos han hecho. Tampoco tienen nada que perder. ¿Crees que les importa que los sancionen? ¿Crees que les importa que no los dejen entrar a Estados Unidos o a Europa? Con todo lo que han robado, pueden hacer de Venezuela su bunker. Ellos no padecerán el bloqueo. Y nosotros, secuestrados. Presos y moribundos en nuestro propio país. Yo estoy en esa edad en la que estoy viviendo los años de gracia. Es más: no me quedan ganas de seguir adelante. Estoy demasiado triste; pero, más que triste, estoy brava, muy brava. Estoy brava con Dios”.

El miércoles no sólo fue el Día de San Valentín. También fue Miércoles de Ceniza. Y como suelo hacer cuando se inicia la cuaresma, llamé a una tía muy querida, con sus 80 años bien vividos, que siempre fue dulce, cariñosa, alegre: la imagen de la solidaridad y la compasión. Hasta este miércoles cuando, por primera vez, la sentí malhumorada, triste y muy desesperanzada. Intenté hacerla reír, a pesar de que no es mucho el repertorio del que puedo echar mano. Quise decirle palabras alentadoras. Busqué distraerla pidiéndole los nombres de aquellos familiares que no me venían a la memoria. Le pregunté por algunos de sus trucos de cocina, porque siempre fue una excelente cocinera. Pero mis esfuerzos para sacarla de ese estado de desolación, solo tuvieron éxitos fugaces. Hubo incluso un momento en el que me sorprendió diciéndome que no iría a misa. Ella, que nunca había faltado a su cita con la Iglesia, con Dios y con la cruz de ceniza.

“Cuando las situaciones son adversas, la fe fortalece el alma”. Así le escuché decir a mi tía en más de una ocasión. Recuerdo que, según sus palabras, en Dios encontrábamos el asidero y la fortaleza para superar cualquier obstáculo. Por eso me sorprendieron sus palabras este Miércoles de Ceniza. Me asombró su enorme disgusto con Dios, como si él fuese el responsable directo de la terrible situación política, económica, social y moral que vive Venezuela. Le reclamaba su falta de solidaridad y misericordia. Cuando las salidas democráticas y constitucionales se agotan, sólo la religión es capaz de venir en auxilio de la esperanza. Pero, ¿cómo rescatar la esperanza cuando, como pueblo, como nación, sentimos que estamos próximos a recibir la extremaunción?

Reconozco que no es fácil ser optimista en momentos tan aciagos como los que atravesamos. Si hasta los más fieles al optimismo lo han dejado de lado para comenzar a profesar una nueva fe. Una más realista y más acorde con estos tiempos. Una donde las metas son más tangibles, y menos ambiciosas; pero, con cierto grado de dificultad: sacar cinco mil bolívares del banco, conseguir pan, comprar aceite para el carro, encontrar el antibiótico para combatir la bronquitis, hacer que la quincena no se escabulla apenas la depositan. Metas de corto plazo, que nos mantienen muy ocupados y nos hacen sentir victoriosos cuando las logramos. Es mi nuevo consejo para quienes me preguntan cómo podemos surfear este tsunami: es una época que, para superarla, tenemos que vivir “un día a la vez”.

Para mezclar la política, con la religión y la cuaresma, le digo a mi tía que la situación venezolana –sin duda, una catástrofe sin referentes similares en nuestra historia país- es quizá la prueba que nos envió Dios para probar nuestra fe inquebrantable ante sus designios. Ella, tan molesta como al principio de nuestra conversación, me asegura que más que una prueba de fe, es el castigo más duro y equitativo que nos ha prodigado. “Ahora nos viene una nueva penitencia: tendremos elecciones Mingo. El drama que estamos viviendo, se deja de lado para que empiece la campaña electoral. Todos se engolosinarán con sus aspiraciones presidenciales, como si estos comicios fueran válidos o no supiéramos cuáles serán los resultados. Ya ni eso me hace recobrar la esperanza; porque cuando el 23 de abril vuelvan a imponerle la banda presidencial a Nicolás, la esperanza –que es lo último que se pierde- la habré perdido”.

 

@mingo_1

Instagram: mingoblancotv

El reto inmediato de la Venezuela democrática, por Pedro Méndez Dager

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El gobierno se paró del diálogo, pateó la mesa y hace lo que mejor sabe hacer: correr hacia adelante. El mismo día se pauta el remedo de votación y se hace público el nacimiento de una nueva organización política desde las entrañas del poder. Estos hechos muestran con mayor claridad, lo que hasta ahora era un secreto a voces, la división de los herederos de Hugo Rafael.

¿Es esto una oportunidad? Puede ser. Pero está lejos de ser todo lo que se necesita para ponerle fin a la pesadilla socialista de los últimos 18 años. Lo crucial es que nosotros, los partidarios de la libertad en Venezuela, podamos construir y mantener una coalición amplia, coherente, ágil y con claridad sobre la naturaleza totalitaria y la condición armada del régimen y sobre los métodos para enfrentarla. 

Lo más importante es entender, aceptar y corregir nuestra propia naturaleza: somos como somos. Cada aspirante a líder, en esta larga batalla por la libertad y por la democracia, piensa que su organización es la llamada a reunir a todos los demás, con la condición de que todos los demás entren, se pongan en cola, se queden callados o casi, y no hagan ruido. Ocurre que casi todo el mundo piensa y siente lo mismo.  Lo primero que debemos cambiar no es a Maduro sino esa actitud-cultura, y nuestra incapacidad social para cooperar, incluir y aceptar que otros pueden tener también razón y “yo” puedo estar equivocado, y que lo menos importante ahora son los “egos”.  Salir de Maduro es una parte del problema. Salir de la banda que se apoderó de Venezuela, en nombre de la “revolución”, es un desafío mayor aún. Es el procedimiento cubano de control del poder, y su sistema de alianzas en el mundo comunista, cuasicomunista, excomunista, neocomunista y antioccidental. Venezuela, o lo que de ella queda, sigue siendo una presa demasiado deseada, que no soltarán, que defenderán, están defendiendo, con los dientes y con todos los argumentos: todos. No son juegos.

Pero lo más desafiante es que nosotros reconstruyamos un futuro decente, a partir de la ruina y la desolación en la que encontraremos todo, o casi todo, y superemos a marchas forzadas los vicios, amarguras y resabios culturales y políticos: la baja capacidad autocrítica, para empezar. ¡Autocrítica! De verdad: “el que esté libre de culpas que tire la primera piedra”. Pero llegó el momento a partir del cual, la Patria que nos queda, como dijo El de Belén, nos está gritando: “el que no recoge conmigo, desparrama”.

Superar esto es buena parte del reto que tenemos en frente para la conformación y sobre todo el mantenimiento, dirección y gestión de una gran coalición para impedir las elecciones fraudulentas propuestas por el ministerio de elecciones y sobre todo para liberar al país. Tenemos en frente la necesidad de construir un frente amplio que agrupe a todos y en el que todos asumamos nuestra cuota de responsabilidad (y de riesgo) para construir el cambio desde la organización social, desde la solidaridad y desde la coherencia estratégica y discursiva.

@pedro_mendez_d

Votar o no votar: un falso dilema, por Armando Armas
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Al tener todos los indicios y la experiencia de enfrentar a un régimen delincuencial, el votar o no votar en las “elecciones” convocadas por la fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente no constituye ningún tipo de dilema.
Un dilema es una situación difícil o comprometida en que hay varias posibilidades de actuación y no se sabe cuál de ellas escoger porque ambas son igualmente buenas o malas.
En este sentido debemos dejar de pensar en este particular de manera binaria, es decir: vamos o no vamos; y más bien hay que empezar a pensar en soluciones innovadoras, originales, sacadas “fuera de la caja” que siempre tengan como elemento central la movilización de la gente.
Y es que votar, elegir y movilizar son acciones que pueden estar relacionadas entre sí, pero no son lo mismo.
En democracia votamos para elegir a nuestros gobernantes, y en el marco de un proceso electoral se moviliza a la sociedad en campañas y debates electorales.
Por el contrario, en las dictaduras tradicionales se cercena el derecho al voto, se restringen la mayor cantidad de elecciones y la movilización es atacada por un estado policial.
A medida que las dictaduras han ido evolucionando, estas usan los procesos electorales como máscaras democráticas con fines propagandísticos y de control social para que el voto sea un elemento más que coadyuve a la consolidación del sistema. En estos casos, la movilización vinculada a una elección controlada o limitada es como cuando un rebaño “entra por el carril”. El esfuerzo de movilizar a la sociedad se convierte entonces en un elemento para la frustración y/o la sumisión del pueblo.
Hay quienes piensan que yendo a este nuevo fraude le estarían “quitando la máscara al régimen” pero ese argumento ya está más que trillado. El régimen tiene tantas máscaras como mentiras sean capaces los hermanos Rodríguez de decir: infinitas. Ya todo el mundo está más que claro en eso.
Estamos ante un régimen que tiene la experticia del manejo de los recursos del Estado por dos décadas, una capacidad de adaptabilidad demostrada, tiene aliados internacionales muy poderosos, y ningún tipo de escrúpulos.
Ante eso, lo que queda es el trabajo de equipo  que genere confianza entre el liderazgo y entre este y la ciudadanía; y esto a su vez se logra con planteamientos claros y coherentes. Y claro, mucha ayuda de los aliados internacionales de la democracia.
Bajo las actuales circunstancias y con las actuales condiciones, lo que está planteado es una nueva estafa a los anhelos de cambio y libertad de todo un país.
¿Y Entonces que hacer?
Entendiendo que no solo votando se elige y que la movilización es un elemento fundamental, propongo que nos movilicemos!
Es decir, que pasemos de la indignación a la accion.
Y hay muchas maneras de hacerlo. Una es que la ciudadanía se comunique con sus representantes para plantearle sus inquietudes y propuestas. Los políticos no nos las sabemos todas!
El germen de la movilización de ideas se tradujo en diversos mensajes, correos electrónicos, notas de voz, llamadas, etc; que mucha gente me ha hecho llegar y que me motivaron a llevar mis ideas al seno de mi partido y a la opinión pública en forma de declaraciones y este artículo por ejemplo. El que la gente se mantenga vinculada con el proceso de liberación de Venezuela es una manera de participar movilizando ideas y recursos de todo tipo.
Desde el punto de vista individual, el mantener firme la esperanza es el acto fundamental y primigenio de resistencia contra la dictadura; y eso depende de cada uno de nosotros.
Desde el punto de vista colectivo, creo que hay que comenzar por el principio. Volver a lo básico como dicen los deportistas.
Replantear la coalición UNITARIA es un primer paso necesario. La MUD, que fue una mera coalición electoral, debe darle paso a un Frente Amplio en el que estén todos los sectores que quieran liberar a Venezuela. Esta es una idea que ya tiene tiempo en el ambiente, pero que ha llegado el momento de concretar.
En aras de la conformación de esta nueva plataforma de lucha, hay ciertos elementos a tener en consideración:
1) Debe haber un diagnóstico compartido.
2) Debe haber una estrategia que se plantee en función de múltiples escenarios.
3) Tiene que haber un liderazgo colegiado con jerarquías claras y acordes a un proceso de legitimación.
4) Debe funcionar bajo reglas claras para el proceso de toma de decisiones.
5) Debe incluir al exilio. Los que estando fuera de nuestro país deciden seguir luchando son tan importantes como quienes estamos dentro, y por ende deben formar parte del proceso de toma de decisiones. Si Hace 60 años los lideres del país pasaron años exiliados y desde allá articulaban a punta cartas; es inconcebible desestimar a nuestro valiosisimo exilio político en la era de las telecomunicaciones.
Una vez llegado a estos consensos y acometidas estas tareas, pues se podrán tomar decisiones acertadas que brindarán confianza a los venezolanos y a nuestros aliados de la comunidad internacional.
Soy de los que piensa que lo que entró por votos, por votos debe salir; pero no solo se vota para elegir liderazgos.
¿Se imaginan un referéndum consultivo por ejemplo sobre el llamado “plan de la patria”?
Es cierto, unas elecciones presidenciales, a diferencia de unas elecciones de gobernadores o alcaldes, pueden ser un hito movilizador para salir de este desastre. Pero aún para  que eso ocurra, se deben tener condiciones mínimas para concurrir y entre ellas es fundamental un calendario electoral que brinde el tiempo necesario para resolver temas como la organización de nuestras fuerzas que, siendo mayoritarias, en estos  momentos están dispersas.
También es verdad que los venezolanos nos gusta votar y queremos votar; pero votar para elegir, no para que nos sigan viendo la cara de pendejos, andar dando lástima y quedando como unos incoherentes ante los ojos del mundo.
Es por ello que el votar o no en un proceso desde todo punto de vista viciado, en donde se conoce el resultado de antemano y que desde ya esta siendo rechazado por las democracias del mundo es un falso dilema.
Votar para elegir si; ser victimas de una nueva estafa electorera ni lo piensen.

@ArmandoArmas

Todd Robinson: Se ha degradado la democracia usando una máscara que muestra todo lo contrario

 

Todd Robinson

Entre más de 200 invitados, con sociedad civil, políticos y otros representantes diplomáticos, se realizó la recepción de bienvenida del Encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Venezuela, Todd Robinson, cargo que no se ocupaba desde hace 8 años.

El designado para dar unas palabras previas fue el Nuncio Apostólico, Monseñor Aldo Giordano, quien le aseguró que como diplomáticos, están para servir a todos los ciudadanos y planteó que las problemáticas generalizadas sean resueltas en hermandad.

Lo invitó a que juntos iniciaran un nuevo proceso de paz y esperanza para Venezuela y sus respectivos países. Sin embargo, no dejó de relatar su experiencia como parte del cuerpo diplomático acreditado en el país y de afirmar que de “los graves problemas que estamos llamados a afrontar, estarás sorprendido de la bondad, el cariño, la alegría, la fortaleza, las lágrimas y la esperanza del pueblo venezolano.”

Nuncio Aldo Giordano

Posteriormente, entre aplausos, ofreció sus palabras el anfitrión del encuentro, también periodista y diplomático de carrera con experiencia en América Latina. A continuación las 10 frases más resaltantes del primer discurso oficial del Encargado de Negocios, Todd Robinson:

Sobre sus objetivos y puntos a trabajar en su nueva posición indicó que  “Mi trabajo es velar por la seguridad y la protección de los ciudadanos estadunidenses. Dicha prioridad está estrechamente ligada al segundo objetivo: fortalecer nuestra relaciones, la seguridad, la protección, y la prosperidad en Venezuela”… “Tengo pensado trabajar con todos ustedes tres temas principales: los derechos humanos, el retorno a la democracia y la recuperación de una fuerte economía”… “trabajaré para darle voz a quienes no la tiene; y continuaré hablando con todos los sectores de la sociedad de manera tal que se conviertan en agentes de cambio que todos deseamos.

Como parte de su labor en la defensa de los ciudadanos americanos en el país, no dejó pasar la oportunidad para señalar que no se quedará “de brazos cruzados viendo cómo le niegan a mi equipo consular acceso a los ciudadanos estadounidenses que se encuentran detenidos” y mencionó el caso de Joshua Holt, misionero mormón de 25 años detenido en una Operación Liberación del Pueblo (OLP) junto a su esposa hace más de año y medio.

En la misma línea del comunicado publicado este jueves por el Departamento de Estado sobre las elecciones presidenciales convocadas por el gobierno para Abril, afirmó que “Ustedes tienen el derecho de contar sus votos en unas elecciones libres, justas y transparentes y los Estados Unidos está a su lado”“El pueblo venezolano está siendo victimizado mediante la creación de entes ilegítimos y el secuestro de los electores a través de la comida y medicamentos”“Se ha degradado la democracia usando una máscara que muestra todo lo contrario”.

Todd Robinson 2

Robinson llega en un momento tenso para las relaciones entre los dos países y uno de los factores son las sanciones impuestas por EEUU a funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro. Además de negar que estas medidas sean las responsables de la situación que vive el país, confesó que “me complace que las sanciones estadounidenses identifican y evitan que funcionarios corruptos y delincuentes venezolanos se trasladen a Estados Unidos, usen nuestros bancos y hagan negocios con empresas estadounidenses”.

Reiteró la posición de su país y otros de la región al asegurar que “los Estados Unidos, junto a la comunidad internacional, están listos para brindar ayuda humanitaria en estos momentos en los que más se necesita.

Concluyó su intervención expresando que “una Venezuela democrática, segura y económicamente dinámica es positivo para Venezuela, para los Estados Unidos y para la región”.

 

Trump y presidente de Guatemala acordaron trabajar para restaurar la democracia en Venezuela

Donald Trump y Jimmy Morales

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el de Guatemala, Jimmy Morales, acordaron este jueves trabajar juntos para restaurar la democracia en Venezuela, en una breve reunión en el hotel Washington Hilton, en la capital estadounidense.

Los mandatarios también hablaron sobre inmigración y las similitudes en sus respectivas políticas hacia Israel.

Ambos asistían al Desayuno Nacional de Oración, un acto que se celebra cada año en febrero en Washington. La conversación duró aproximadamente 15 minutos.

“Los dos líderes conversaron sobre la situación en Venezuela y acordaron trabajar juntos para restaurar la democracia en ese país”, indicó la Casa Blanca en un comunicado tras el encuentro.

Trump también subrayó la importancia de detener la inmigración ilegal a Estados Unidos desde Guatemala, según el comunicado.

El principal objetivo de la reunión, según indicaron fuentes de la Casa Blanca, era dar una oportunidad a Trump de agradecer a Morales el respaldo que dio a la polémica decisión de reconocer a Jerusalén como capital de Israel.

Juan Manuel Santos: Es urgente restaurar el cauce democrático en Venezuela

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Santos y Tillerson, que está de gira por América Latina y el Caribe, se reunieron en la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo, un encuentro tras el cual el presidente colombiano urgió a restaurar la democracia en Venezuela, de la que dijo que está sometida por un «régimen dictatorial».

Delante de Tillerson aseguró: «Es urgente restaurar el cauce democrático en Venezuela, porque son los ciudadanos los que están sufriendo las consecuencias de una dictadura al garete».

Además manifestó que «la aguda crisis» que atraviesa Venezuela es «fruto de la fracasada revolución que abandera el presidente (Nicolás) Maduro» y que «tiene repercusiones enormes para Colombia y para toda la región».

El mandatario colombiano explicó que durante su encuentro con Tillerson le transmitió la preocupación de su Gobierno «por la grave situación que está viviendo el pueblo venezolano», a lo que se suma la convocatoria de elecciones presidenciales antes de mayo de las que han sido marginados los principales líderes de la oposición.

Según la última estadística del Gobierno colombiano, unos 550.000 venezolanos se han asentado en el país y unos 37.000 llegan cada día, algunos buscando bienes de primera necesidad y muchos otros para huir de la crisis que viven en su país.

 

 

Tillerson coincidió con Santos y aseguró que Colombia será un jugador clave para la restauración de la democracia en Venezuela, por lo que durante su reunión intercambiaron ideas de cómo pueden «trabajar con otros países de la región a través del Grupo de Lima y de la OEA para restaurar la democracia» en la nación petrolera.

Asimismo, abrió la posibilidad de «redireccionar» la ayuda destinada a Venezuela para los ciudadanos que han buscado refugio en Colombia.

El secretario de Estado recordó que Washington había destinado unos recursos «para abordar la situación humanitaria dentro de Venezuela».

«No ha sido fácil por la situación imperante, entonces podríamos redireccionar esta ayuda a los venezolanos que han tenido que abandonar Venezuela y venir a Colombia», destacó Tillerson, que no especificó esa cantidad.

Finalmente explicó que Estados Unidos reconoce que la llegada de venezolanos «es un peso para Colombia».

 

 

Feb 06, 2018 | Actualizado hace 6 años
Se acabó lo que se daba, por Armando Durán

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A media mañana del lunes 5 de febrero, mientras escribo estas líneas, el país sigue sin saber qué hará la oposición dialogante a partir de hoy. ¿Regresarán esta tarde sus representantes a la mesa de diálogo armada en Santo Domingo por José Luis Rodríguez Zapatero, durante estos penosos meses con la colaboración del presidente Danilo Medina? ¿A pesar de todo firmarán los de la MUD el acuerdo de “convivencia y paz” redactado por el régimen para mayor gloria de la revolución bonita y de su inconstitucional anc? Y en definitiva, ¿participarán todos en la anticipada elección presidencial con Henry Ramos Allup como candidato “unitario” de la oposición, tal como ha decidido Nicolás Maduro?.

El régimen, por supuesto, no se lo pone fácil a los campeones del entendimiento al precio que sea con el régimen. Tras las trampas de unas elecciones regionales y municipales cuyos objetivos fueron tres: desactivar las manifestaciones de protesta que acorralaban a Maduro y compañía desde hacía meses, dividir una vez más a los ciudadanos entre quienes querían seguir en la calle y quienes preferían abandonarlas para acudir a las urnas electorales, y obligar a los indecisos dirigentes de la MUD a reconocer la autoridad suprema de la inconstitucional anc. Sin la menor duda, tres huesos demasiado duros de tragar, pero ya se sabe, para estos gladiadores de la democracia y la paz poder participar en las próximas elecciones, por trucadas que sean, bien vale una misa.

Estos difíciles días de finales de enero se ha agravado el dilema existencial de la alianza opositora, calificada hace pocos días por la Conferencia Episcopal Venezolana de “deficiente e incoherente”. En primer lugar, por la obscena masacre de El Junquito, sobre todo después de escuchar la conversación que sostienen las fuerzas represivas que participaban en la operación, prueba irrefutable de que Oscar Pérez y sus acompañantes fueron capturados con vida, un hecho que a su vez demuestra que fueron asesinados después de haberse rendido. Por otra parte, el comunicado de la CEV resume de manera muy rotunda el rechazo de los obispos venezolanos al diálogo en Santo Domingo y a la inminente elección presidencial.

Para colmo de males, Maduro añadió dos nuevas e inadmisibles condiciones electorales. La primera, su orden al CNE de arrebatarle a Primero Justicia su derecho de tener una segunda jornada de validación como partido para poder participar en la elección presidencial. En el terreno de los hechos concretos, esto equivale a ilegalizar al principal partido de la MUD. Segundo, la orden de Maduro a su anc para anunciar, a más tardar hoy lunes, la fecha de la elección presidencial.

Estos dos groseros exabruptos han puesto a correr a Borges y a sus asociados, que según parece han aprovechado el fin de semana para analizar la situación y decidir si a pesar de todo acuden a Santo Domingo a firmar el dichoso acuerdo con los representantes del régimen, o si bajo el peso insoportable de una realidad tan excesiva tiran finalmente la toalla. Dos incidencias permiten suponer, sin embargo, que esta vez la sangre tampoco teñirá las sucias aguas del Guaire. Borges, en su condición de máximo dirigente de PJ y como jefe del grupo de negociadores de la MUD, declaró el viernes pasado que “no debe haber relación entre la ilegalización de Primero Justicia y el diálogo”. Vaya, que para él, este nuevo y humillante atropello no tiene por qué modificar la posición de la alianza en favor del diálogo, la santa paz y la elección presidencial. La otra incidencia es que este fin de semana llegó a Caracas el inefable Rodríguez Zapatero, para reunirse con Maduro, pero también con los negociadores de la MUD.

Para que la vergüenza sea aún mayor, Maduro aumentó notablemente la presión sobre Borges, Ramos Allup y demás para firmar, entre hoy y mañana, el dichoso acuerdo político con el régimen. Al mismo tiempo, Maduro le dio un ultimátum a la MUD: la elección presidencial se hará el día que hoy anuncie el CNE, con candidato de oposición o sin candidato de oposición. Ese no es su problema. En otras palabras, que cuando usted, querido lector, lea esta columna, salga sapo o salga rana, lo cierto es que aquí, en esta Venezuela del hambre, la muerte y la desesperación, incluso las pocas migajas que se daban ya se habrán acabado.

@aduran111

El Nacional

Venezuela y Ecuador destacan en el índice de democracia: uno retrocede y el otro avanza

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Mientras Venezuela pasó a ser un “régimen autoritario” en el 2017, uniéndose en esa categoría a Cuba, Ecuador destacó por superar la calificación de “régimen hibrido”, según el Índice de Democracia anual de The Economist Intelligence Unit (EIU).

Ese Índice analiza el estado de la democracia en 165 países basado en cinco categorías: procesos electorales y el pluralismo, las libertades civiles, el funcionamiento del gobierno, la participación política y la cultura política.

En el informe se indica que al estar Venezuela en esa categoría, eso refleja el continuo deslizamiento del país hacia una dictadura ya que el régimen socialista de Nicolás Maduro ha relegado a la Asamblea Nacional, encarcelado a los opositores y reprimido violentamente las protestas de los disidentes.

Venezuela tiene una puntuación de 3.87 en el promedio medio de la democracia mundial en una escala de 0 a 10, solo superada por Cuba con 3.31.

 

Vea la nota completa en El Nuevo Herald