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Reuben Morales Jun 25, 2020 | Actualizado hace 1 mes
¡Vota por mí, rapidito!

@ReubenMoralesYa 

¡Hola, amig@! Como siempre has estado ahí para mí, así como yo lo he estado para ti (te pido recuerdes todos los favores que te he hecho, como abrirte la puerta para que tú pases primero o las veces que he fregado los platos en tu casa), te voy a pedir un gran favor y espero no te niegues (porque decir “no” genera karma y ya tú sabes: el que la hace la paga aquí mismo, en esta vida).

Te cuento que me metí en un concurso de figuritas de origami basado en la milenaria técnica tradicional del origami del suroeste occidental del Japón meridional.

Mi figurita está concursando y quien reciba más votos se ganará una beca de un año para ir a Japón a estudiar esta técnica de origami.

En tus manos está el que yo viaje a Japón, pues sabes que este es uno de mis verdaderos talentos (no el origami, sino el fastidiarte para que votes por mí). Después te digo qué te traeré de allá, pues solo aceptan una maleta de 23 kilos; por lo ­que este voto tuyo podría convertirse en un llavero tradicional del Japón (aunque atrás diga “Made in China”).

¿Cómo votar por mí? ¡Sencillo! Es una página muy fácil de recordar. Métete en www.ConcursoDeOrigamiTradicionalDelSuroesteOccidentalDelJaponMeridional.com. Una vez allí, debes crearte un usuario y dejar que la página acceda a todos tus contactos (pues lo que realmente les interesa es tu base de datos, la cual vale más que mi pasaje).

Para crearte tu usuario, llena el formulario que ahí te muestran. Debes subir tu foto, dar tu primer nombre, segundo nombre, primer apellido, segundo apellido, fecha de nacimiento, signo del zodíaco, número de la suerte, color favorito, número de cédula, ciudad de expedición de la misma, cuándo vence, número de pasaporte, ciudad de expedición del mismo, cuándo vence, tu nacionalidad, número de teléfono, dirección de habitación, nacionalidad de tu mamá, nacionalidad de tu papá, fecha de nacimiento de ambos, cuántos hijos tienes (y si tienes, fechas de nacimiento de cada uno), enfermedades que ha habido en tu familia, tu dirección de correo electrónico y tu usuario de redes. Hecho esto, debes crearte una contraseña. Es muy fácil. Solo debe tener cinco letras mayúsculas, cinco letras minúsculas, tres números, un espacio, un signo de puntuación, el título de un libro que haya ganado Premio Nobel y tener, al menos, 47 caracteres.

Con tu usuario ya registrado, la página te dará acceso. Luego te mostrará un video de 34 minutos del Ministerio Imperial del Turismo del Japón. Debes verlo a juro. Si lo tratas de saltar, te hará empezar todo el procedimiento de nuevo. Ya visto el video, pasarás a la sección de votación. La única forma de votar es que veas todas las propuestas. Es una costumbre social de cortesía japonesa. Apenas son 170 propuestas y la mía es la número 168.

Cuando vayas a votar por mi propuesta, ten en cuenta algo. La página te pide que valides tu voto tomándote una foto en la cual salgas sosteniendo tu pasaporte vigente al lado de tu rostro. Una vez subas la foto, espera a que la página confirme que eres tú. Ya validado, la página te envía un correo electrónico. Entonces te metes en tu buzón y le das click al enlace que te envían. Eso te llevará de nuevo a la página y te mostrará un anuncio que dice “Voto Aprobado” (hasta tanto no aparezca este mensaje, tu voto no habrá sido registrado, así que por favor debes esperar verlo). Una vez completados estos breves pasos, ¡listo! ¡Y por favor, te pido en el alma, no dejes de hacerlo! ¡El ganador del año pasado ganó con apenas 3 votos!

¡De antemano, muchas gracias por apoyarme con tu voto! ¡No sabes lo que significa para mí! Que por cierto… ¿recuerdas a mi prima Lele? ¿La que siempre viene a mi casa en los cumpleaños? Ella también está concursando, pero en otra categoría de la misma página. ¿Podrías votar por ella también, por fa?

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

3 datos y 5 preguntas, por Ángel Oropeza

Protestas-Venezuela

 

Partamos de tres datos. El primero, Maduro se vio obligado por nuestra presión nacional e internacional a hacer unas elecciones que no quería. Por eso, dado que no puede evitarlas, las corrompe e inventa toda una serie de delitos para alimentar su gran carta, que es la abstención. Por ello ha desarrollado una intensa estrategia comunicacional para que la gente se rinda y no vote. Esto, por supuesto, va a reforzarse a medida que se acerca la elección, y para este fin cuenta con una eficaz red de agentes disfrazados de oposición que tienen ese trabajo.

El segundo dato es que, inteligente como pocos y sabiendo qué busca el régimen, las más recientes mediciones de opinión pública muestran un evidente aumento en la tendencia del pueblo venezolano a participar el 15 de octubre. Pero, y este es el tercer dato, hay venezolanos que, de buena fe, manifiestan todavía sus dudas sobre la conducta correcta frente a esta coyuntura electoral.

Una revisión de las inquietudes y preocupaciones de algunos compatriotas con respecto al 15 de octubre se pueden resumir en cinco preguntas, a saber: 1) ¿Será que mientras el pueblo quiere salir de la dictadura, la MUD solo quiere ganar “espacios”?  2) ¿No estaremos traicionando a quienes murieron en las protestas? 3) ¿Se está siendo desleal al mandato de la consulta popular del 16 de julio? 4) ¿Será que si nos abstenemos, deslegitimamos al régimen? 5) ¿Para qué sirve votar el 15 de octubre?

Por supuesto que responder en detalle estas cinco interrogantes sobrepasa el espacio disponible en este artículo. Pero intentemos al menos una respuesta sucinta.

Los venezolanos hemos puesto demasiada sangre, dolor y esfuerzo en esta lucha como para permitir ahora la convalidación y fortalecimiento de la dictadura, entregándole las gobernaciones del país. Y votar es un asunto de coherencia con la estrategia que la Unidad y el pueblo han desarrollado, cuyo objetivo superior es salir de la dictadura y de la tragedia social que ella ha provocado.

Esa estrategia –constitucional, democrática y civil– ha logrado aglutinar al país y ganarlo para la causa del cambio, incluida mucha de la hasta hace poco población simpatizante del oficialismo; ha labrado un respaldo casi unánime de la comunidad internacional hacia los esfuerzos de la oposición venezolana, y ha conseguido desnudar al régimen y acorralarlo. Y ello ha sido posible por la utilización simultánea de todas las armas de la política: presión de calle, internacional, social, y –ahora– presión electoral. Todas son necesarias para derrotar a la dictadura.

En dictadura, votar es un medio para desafiar al poder. Al enfrentar sus obstáculos y votar, se lucha contra lo que el gobierno quiere, que es no contarse, y eso se llama rebeldía. Además, la Unidad llama a votar porque hay que ser coherentes con el contundente mandato popular del 16 de julio, en la respuesta a la tercera pregunta de la consulta, que nos obliga a luchar por elecciones para salir de Maduro. Porque al final se trata es de eso, de superar la dictadura. Un triunfo rotundo en las gobernaciones reforzaría mucho más la presión nacional e internacional sobre Maduro para su salida del poder. Abstenerse, que no es otra cosa que perder antes de la lucha, es la mejor forma de ayudarlo.

¿Se traiciona con esto a nuestros mártires de las protestas? ¡Todo lo contrario! Traicionarlos sería abandonar la lucha, dejar de pelear porque estamos indignados (por muy legítima que sea esa indignación) y convalidar la dictadura dejando que se apodere del territorio nacional. Esta es una forma de protesta y es también una forma de calle. Porque las campañas electorales se hacen en las calles, puerta por puerta, en el boca a boca, en las manifestaciones, sobre todo en localidades donde no llegan las demostraciones políticas cuando no hay elecciones. Votar contra un régimen que no quiere que votes es un acto de subversión.

Ninguna dictadura se legitima con votos en contra. Las elecciones es el único espacio donde Maduro no puede ganar. Salvo que lo dejemos.

 

@AngelOropeza182

El Nacional

Primer Datatón del Poder llega a Venezuela

Periodistas, programadores, diseñadores web e integrantes de ONGs están invitados a participar en las jornadas organizadas por Hacks Hackers Caracas en alianza con Ipys Venezuela, Cargografías, El Cambur, UCAB y Coders Venezuela el 10 y 11 de febrero en la sede UCAB Montalbán.

Del latín datum, dado, proporcionado. Los datos son parte imprescindible en el ejercicio del periodismo y en la contraloría de gobiernos e instituciones. Es por ello que en Hacks Hackers Caracas quisimos organizar el primer Datatón del Poder, en el marco de una Data Party, unas jornadas destinadas a crear aplicaciones, visualizaciones y plataformas a partir de data del poder público en el país y que sirvan para fiscalizarlo.

Están invitados a participar periodistas, programadores e integrantes de ONGs. Se organizará a los asistentes en función de las temáticas propuestas: Contratistas del poder, Cargografías, Imperio político militar, Funcionarios inhabilitados y Derechos Humanos. Cada grupo elaborará un proyecto con el que se busque comprender, explicar y mostrar un aspecto o varios de la data recibida. El proyecto ganador recibirá un premio de 300 mil bolívares y varios cursos en línea. También habrá un premio en metálico para el proyecto que quede en segundo lugar.

A la par, habrá una serie de charlas y talleres sobre búsqueda de datos en Google, scraping o limpieza de datos, entre otros. El Datatón del Poder será los días 10 y 11 de febrero, el primero en un horario de 8 de la mañana a 6 de la tarde y el segundo de 8 am a 1pm, en la sede la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) en Montalbán, Edificio Cincuentenario (piso 6).

Puede ver el cronograma completo en el siguiente enlace: cronograma

Por razones de espacio, los cupos son limitados. Para inscribirse, se deberá rellenar el siguiente formulario: http://bit.ly/2k8XHKI Se enviará una confirmación previa al evento.

 

Canasta alimentaria subió 459% en un año y la escasez aumentó a 43,1%

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El presidente Nicolás Maduro parece restarle importancia a las denuncias de niños que han muerto por desnutrición y a las imágenes de personas que están comiendo de la basura. El domingo, en un acto de los CLAP, el mandatario preguntó a uno de los presentes por qué estaba flaco e hizo un chiste de lo que han denominado la “dieta de Maduro”, referida a la pérdida de peso como consecuencia de la escasez y la inflación de alimentos. “La dieta de Maduro te pone duro, sin necesidad de Viagra”, dijo.

Aunque los organismos oficiales han decidido retrasar la publicación del precio de la Canasta Alimentaria, la inflación y la escasez, la medición que mensualmente hace el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros reporta que en el último año la situación ha empeorado: la cesta de alimentos aumentó 459%, mientras que la escasez pasó de 34,5% a 43,1%.

El Cendas indica que en julio de 2015 una familia necesitaba 65.013,54 bolívares para adquirir los 58 productos que integran la canasta alimentaria, y en julio de este año (última data disponible) necesitó 363.866,73 bolívares, 5 veces más.

La data del Cendas también señala que el año pasado en los anaqueles de los comercios formales faltaban 20 de los alimentos básicos: leche en polvo, sardinas enlatadas, atún enlatado, pollo regulado, carne de res regulada, margarina, azúcar, pernil, aceite de maíz, queso blanco, caraotas, arvejas, lentejas, arroz, harina de trigo, pastas reguladas, harina de maíz, café, mayonesa y queso amarillo. Este año aparecieron las sardinas, pero se perdieron el hígado de res, los huevos de gallina, la mortadela extra, la avena, el pan y las salsas de tomate.

El informe también muestra que los aumentos de sueldo decretados por el presidente no han hecho la diferencia, pues en julio de 2015 se requerían 8,8 salarios mínimos (7.421,68 para la fecha) y en julio de este año se necesitaban 24,2 salarios mínimos (15.051,15 bolívares vigentes para el momento).

En este tiempo el Ejecutivo ha insistido en que las dificultades para adquirir alimentos corresponden a una guerra económica que llevan a cabo empresarios y políticos nacionales e internacionales. Y ha puesto en práctica varios planes para derrotarlas, pero ninguno ha tenido efecto.

A la restricción de ventas por el número de cédula de los consumidores y el uso de máquinas captahuellas, que se implementaron en 2015, este año se sumó la distribución de las bolsas de comida a través de los CLAP, sin embargo, ni las colas, ni la reventa de productos han terminado. Al contrario, la diferencia de precios controlados y los del mercado ascendió a 2.985,0%, según el Cendas.

Modelo errado. Los planes del gobierno han fracasado porque se sigue insistiendo en un modelo equivocado, afirmó la economista y profesora universitaria Sary Levy. “Todos los estudios y ejemplos prácticos en la historia han demostrado que la planificación centralizada lo que genera es hambre. No vamos a obtener nada distinto si se insiste en controlar la entrega de divisas, los precios, el proceso de producción y hasta la distribución de alimentos”.

Reiteró que las autoridades deben liquidar las divisas que les deben a los proveedores internacionales y acelerar la entrega de dólares a la industria nacional, para que puedan aumentar la producción. Recordó que cuando se logra elevar la oferta, los precios bajan. Además, se protege el salario.

Las Cifras:

-14,4 millones de venezolanos comen solo 2 veces al día, según una encuesta de More Consulting.

-25 alimentos de los 58 que integran la canasta básica faltan en los mercados formales.

-66,5% menos divisas ha asignado este año el gobierno a través de sus dos mecanismos oficiales, de acuerdo Eoanalítica.

Aumentan solicitudes de la visa H1b para trabajar en EEUU

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La abogada María Trina Burgos, experta en asuntos de inmigración, informó que la solicitud de visas H1b para trabajar en Estados Unidos se duplicó durante los últimos años.

La cifra de solicitudes por parte de venezolanos profesionales pasó de 50.000 a más de 100.000 en el último año, indicó Burgos, egresada de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).

“Para comprender cuál es el impacto que significa la demanda de la visa H1b, es necesario conocer los beneficios que brinda», dijo.

Explicó que aunque está dirigida a profesionales graduados (licenciados, ingenieros), también la pueden solicitar quienes no lo estén, siempre y cuando lleven trabajando en el ramo donde se desempeñan más de 16 años.

Recordó que el gobierno de EE UU otorga anualmente 55.000 visas a venezolanos que deseen trabajar en este país. El período de asignación es durante el mes de abril, porque en octubre comienza el año fiscal.

Para aspirar a una H1b hay que postularse para una empresa que esté buscando un trabajador y que ésta confirme que lo necesita.

“El profesional debe buscar una compañía que tenga una vacante específica. Después de conseguirla, la empresa debe aceptar que lo necesita, lo que significa un patrocinio laboral, donde la institución paga un sueldo justo, estadía y beneficios que estipula la ley. Ese proceso se llama Perm”, declaró.

La empresa debe presentar la Aplicación de Condición Laboral, con la finalidad de evitar que un extranjero desempeñe trabajos que puedan desempeñar los propios estadounidenses. “La empresa americana debe demostrar que no consiguió trabajadores de ese ramo en el país», añadió.

 

Afortunados

Burgos indicó que todo aquel que sea profesional con nivel de estudio universitario en licenciatura o ingeniería puede solicitar la visa. Añadió que mayormente los seleccionados son: biólogos, clínicos, ingenieros en computación/petróleo/ electrónica/industriales, educadores, economistas, analistas financieros, terapistas, periodistas y médicos.

Sostiene que no es fácil, pero tampoco imposible: “A medida que pasan los años más aumenta la demanda, es por ello que durante el proceso de selección son cada vez más exigentes; están negando una alta cantidad de ellas”.

Por otro lado, la abogada recalcó que los fraudes para solicitar la H1b se han multiplicado. “Amigos de venezolanos en EE UU piden a un trabajador, pero solo para que se venga al país sin ofrecerle los verdaderos beneficios que esto conlleva. Debe haber una relación empleador – empleado”, dijo.

 

Requisitos para solicitarla

Actualizar el currículum o su hoja de vida.

Recopilar todas las notas debidamente certificadas.

Los solicitantes deben demostrar que están cualificados en el campo particular en el que trabajarán en EE UU.

Deben ser licenciados (Bachelor’s Degree) o ingenieros graduados.

El empleador establecido en los Estados Unidos debe probar que el solicitante reúne todos los requisitos de H-1B, también deben dar fe de que no encontraron americanos con esta profesión.

“Es necesario que al momento de hacer esta solicitud el venezolano consulte todos los pasos con un abogado de inmigrantes», concluyó Burgos.

El Gobierno escondió las cifras económicas debajo de la alfombra

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@robertodeniz

La crisis económica estalló y el Gobierno escondió las cifras. Lo que comenzó en 2013 de forma parcial con algunos indicadores macroeconómicos, se convirtió en una práctica generalizada. Silenciar el deterioro económico se ha tornado en una política de Estado.

“Ya las cifras ni siquiera se publican, eso es un error político, la gente no va a creer”, se quejó Jorge Giordani, ex ministro de Planificación y mentor económico de Hugo Chávez, en la entrevista que concedió recientemente al portal aporrea.org.

“Escondimos el sofá, eso es un error político (…) Si es mala (la cifra), hay que explicarla, ahora no sabemos, se rompieron los termómetros”, criticó el ex ministro de Planificación.

Ese silencio en materia económica involucra al Banco Central  de Venezuela (BCV) y al Instituto Nacional de Estadísticas (INE). El BCV, por ejemplo, parece haber guardado bajo llave la data sobre la escasez, la inflación o el Producto Interno Bruto (PIB), entre algunos de los indicadores más relevantes. En el caso del (INE) el mutismo está relacionado, especialmente, con las cifras de la pobreza.

“Hay indicadores que tienen un retraso importante y no se publican porque los resultados son malos”, opina Anabella Abadi, economista y analista en ODH Grupo Consultor.

Los retrasos en el BCV varían. El índice de escasez no se publica desde enero de 2014. «El índice de escasez lo debe tener el Gobierno, no es un índice político. Nosotros le estamos suministrando al Ejecutivo la información correspondiente. No queremos que los índices se conviertan en índices políticos que favorezcan a unos y perjudiquen a otros», argumentó Nelson Merentes, presidente del BCV, en marzo del año pasado.

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Esa ha sido la única explicación oficial para justificar el incumplimiento en la divulgación de las estadísticas. El último dato disponible del PIB corresponde al tercer trimestre del año pasado, ya que el BCV mantiene en reserva la publicación del comportamiento de la economía del cuarto trimestre de 2014 y del primer trimestre de este año.

De la inflación el último dato oficial corresponde a diciembre del año pasado. En otras palabras, el BCV no ha reportado el comportamiento de los precios durante el primer semestre de este año, omitiendo incluso, las disposiciones legales contenidas en una resolución conjunta del BCV y el INE de 2008. Según el artículo 4 de esa norma, el «Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) será divulgado mensualmente, dentro de los primeros diez (10) días de cada mes».

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La Constitución de la República también le fija al BCV responsabilidades en ese sentido. El artículo 319 establece que ese organismo «rendirá informes periódicos sobre el comportamiento de las variables macroeconómicas del país y sobre los demás asuntos que se le soliciten e incluirá los análisis que permitan su evaluación».

Desde Econométrica consideran que no revelar el comportamiento de la inflación genera un efecto aún más negativo en las expectativas de la población, ya que  “ha generado el perfecto caldo de cultivo para que comiencen a circular todo tipo de afirmaciones sobre el comportamiento de los precios”, según se lee en un reporte que la consultora envió recientemente a sus clientes.

“Los agentes venezolanos han sido privados de una información vital y esta ilegal decisión solo responde a intereses políticos; ese interés es ocultar el notable incremento de la inflación que ha ocurrido en los últimos meses”, sostiene Econométrica.

El INE, por su parte, no divulga los indicadores de pobreza, medida por ingresos, desde el año pasado. La última cifra correspondiente a ese indicador es la de 2013. En el desempleo también hay un rezago, ya que la última cifra publicada es de enero de 2015.

Sin termómetro, pero con fiebre

El ocultamiento de las cifras no ha frenado el deterioro económico. La población lo constata cuando hace largas colas, al ver los anaqueles vacíos, al pagar más por los productos y al comprobar cómo su salario rinde cada vez menos. “Es una decisión para tratar de tapar la crisis, pero la realidad no se puede tapar porque los venezolanos la viven a diario”, resume Anabella Abadi.

Las mediciones que realizan consultoras nacionales e internacionales sobre el tema de la inflación señalan que los precios siguen acelerándose y están muy por encima del 68,5%, la inflación registrada en 2014. Todas las proyecciones coinciden en que al cierre de 2015 Venezuela tendrá la inflación más alta de su historia económica, por encima del 106% de 1996. Sobre el comportamiento de la economía, las estimaciones conservadoras apuntan a una contracción que oscilará entre 4% y 5% este año.

Los cálculos privados sobre el problema del desabastecimiento tampoco son alentadores. Según Datanálisis, la escasez de alimentos básicos registrada en Caracas en mayo fue de 60,7%. Eso se traduce en que la población no consigue cotidianamente en los anaqueles el 61% de los productos que está buscando.

Para Abadi la no publicación de las cifras oficiales está relacionada con el discurso de la “guerra económica”. Así en la medida que no se publiquen los datos que confirman la crisis, las autoridades pueden mantener ese argumento intentando endosar la responsabilidad de lo que ocurre a otros actores.

Considera que existen “varias recetas” para que Venezuela pueda superar las dificultades económicas, pero todas parten de la “transparencia” en la data oficial y en el reconocimiento de los problemas. “Publicar las cifras no debe ser una demanda. Para empezar a ganar la confianza de los inversionistas nacionales e internacionales tiene que haber transparencia en las cifras”, afirma la economista.

Radiografía de la salud: Venezuela raspada en indicadores básicos
El Sistema Público Nacional de Salud está en «fase terminal, al ser evaluado a la luz de indicadores internacionales. En un hospital de Caracas la solidaridad es el único camino para la supervivencia

 

@AdrianitaN

ADELINA RODRÍGUEZ, UNA DE LAS ENFERMERAS del Hospital General del Oeste “José Gregorio Hernández” —mejor conocido como “Los Magallanes de Catia”— está preocupada porque el envase de agua mineral que utiliza para desechar las agujas utilizadas está a rebosar. “Voy a buscar uno por mi casa. Aquí todo lo traemos de nuestras casas”, asegura. Los envases especiales de bioseguridad no existen en el lugar.

Las 233 instituciones que integran el Sistema Público Nacional de Salud de Venezuela (SPNS) atraviesan una de las más sombrías etapas desde su creación. Diariamente, doctores, enfermeras, pacientes y trabajadores deben bregar con la deficiente dotación de insumos, el deterioro estructural y las fallas en el suministro de servicios básicos como agua, luz y aseo.

La debacle de la organización administrativa, el abandono acelerado del sistema por parte de especialistas en atención médica y el auge de la inseguridad en el interior de las instituciones completan el difícil diagnóstico.

El 25 de noviembre de 2011, el expresidente Hugo Chávez dijo:

«La medicina capitalista es una cosa perversa (…) Cuando la vida mismo se convierta en mercancía. ¿Cuánto vales? ¿Cuánto hay pa’ eso? Si tienes, vives; si no tienes, no vives»

Gustavo Villasmil, secretario de salud del estado Miranda y especialista en Gerencia de Servicios de Salud, explica en el libro Del mal que vas a morirque la diferencia entre vivir o morir tiene que ver con que «a usted le pase algo y que haya un hospital abierto y bien equipado capaz de recibirlo».

El 28 de agosto de 2013 la Vicepresidencia de la República, conducida por Jorge Arreaza, anunció la creación de un «Estado Mayor de la Salud» en el que el Ministerio del Poder Popular para la Salud uniría esfuerzos con su despacho; el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS); la Vicepresidencia para el Desarrollo Social y la Revolución de las Misiones; el Instituto de Previsión y Asistencia Social del Personal del Ministerio de Educación (Ipasme); la Misión Médica Cubana, Petróleos de Venezuela y otras instituciones relacionadas con el área para tratar temas como la dotación de insumos y el mantenimiento de las estructuras de las hospitales.

Para el año 2007 se contabilizaban en el país cerca de 233 instituciones de salud públicas. El «Estado Mayor de la Salud», en su fase de inauguración, contemplaba la atención de solo 11 de ellas.

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En Venezuela el término «crisis» parece ser el apellido de la palabra «hospital». Pero, ¿desde cuándo se venía fraguando este estado generalizado de precariedad en el sistema hospitalario? El doctor Gustavo Villasmil, en el libro Del mal que vas a morir, ofrece un punto de vista en el que no hay villanos ni superhéroes, sino en el que se entiende al SPNS como una estructura que responde al desgaste natural de los años y cuyo mantenimiento fue dándose por sentado a lo largo de varios lustros.

A su juicio, una crisis no puede considerarse como tal en tanto no sucede en un momento determinado, por causas puntuales. Así, descarta la visión de soluciones coyunturales.

«Venezuela tiene treinta y cinco años fracasando consistentemente en todo lo que hace respecto a la salud. Así como tuvo veinte años previos acertando»

Según Fernando Bianco, expresidente del Colegio de Médicos del Distrito Metropolitano de Caracas y de la Federación Médica de Venezuela, la “crisis” del SPNS comenzó cuando las responsabilidades de conducirlo fueron divididas entre el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) en 1938 y el Ministerio de Sanidad y Acción Social (MSAS) —actual Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS)— en 1939. Asegura que el panorama se complicó aún más con la creación del Instituto de Prevención Social del Profesorado (Ipasme).

Encontrar a los trabajadores de la salud en la portada de un periódico tras haber protestado en la calle por mejoras salariales, por la dotación de sus hospitales, en contra de la inseguridad o cualquier otro atropello estatal que ponga en riesgo su labor, ha sido una constante por décadas.

El 27 de noviembre de 1996 fue un punto de inflexión en la historia de la huelga médica. Ese día cerca de 27 mil médicos suspendieron el servicio en 226 hospitales públicos como medida de presión para ubicar el sueldo de los galenos, como mínimo, en el equivalente en bolívares a mil dólares. Antes de la «hora cero» los doctores devengaban sueldos en bolívares equiparables a 144 y 244 dólares al mes.

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En los últimos diez años, las luchas de los galenos y sus pacientes han sido protagonistas de numerosas portadas de periódicos tradicionales y digitales. La organización no gubernamental ConflictoVe contabilizó 34 titulares de prensa sobre el tema de la crisis en la salud, solo en el primer trimestre del año 2015.

Según el informe anual de Provea, presentado el 9 de junio de 2015, en 2014 se registraron 2.665 denuncias referidas a deficiencias en centros públicos de salud, 35% más de las desarrolladas en 2013, que fueron 1.976.

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Desde normativas de hospitales que exigen a los pacientes tener su propio juego de cama y productos de higiene personal —como es el caso de «Los Magallanes de Catia»— hasta la afincada falla de medicinas e insumos a nivel nacional, ponen en serias dificultades a los pacientes y sus familiares.

Quien se enferma en Venezuela está en “tres y dos”: o paga todo lo que pueda por un servicio confiable, pero cada vez más costoso y escaso, o se dedica a suplir por su cuenta la carencia de insumos.

Estimaciones independientes hechas por Villasmil —en Del mal que vas a morir (2015) indican que de los casi 3 puntos porcentuales del PIB que se destinan al área de la salud, la mitad corresponde al gasto público (o inversión social) hecha por el gobierno, mientras que la otra mitad la componen las personas que compran sus propios medicamentos y acuden al servicio privado.

Según cifras de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre) entre 2011 y 2013 el Estado venezolano destinó 88.87 millardos de bolívares al área de la salud

La figura del gasto extraordinario en salud, destinado a paliar la insuficiencia de la inversión formal, aparece en la escena en el año 2001. Jorge Díaz Polanco, coordinador del observatorio de salud del Cendes de la UCV, señala que para 2005 la parte del PIB invertida en el área de la salud llegó a casi 9%, a raíz de los recursos aprobados de forma paralela; de esos, solo 1,85% fueron destinados a la «red tradicional» y el 7,32% fue transferido a la Misión Barrio Adentro. Además, advierten Codevida y Provea, “los presupuestos asignados a la salud pública son altamente deficitarios, llegan con considerable retraso a los centros y dependen en un 50% de créditos adicionales, sujetos a la disponibilidad de divisas”.

Díaz Polanco considera que el gasto extraordinario proviene de “fuentes sospechadas pero nunca claramente identificadas y no existe forma de acceder a una contabilidad de dicho gasto” debido a que lo invertido no se halla identificado claramente en el presupuesto nacional. Por el contrario, estima el especialista, era el programa político del presidente Hugo Chávez (y ahora de Nicolás Maduro) la guía para conducir los recursos. “(Chávez) al acceder libremente a las reservas internacionales, sin contraloría, toma las decisiones en un entorno cerrado, al cual nadie, salvo los iniciados, tiene acceso”.

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A partir de la década de los 70 el Estado Venezolano fue incorporando, paulatinamente, a sus trabajadores públicos al célebre «HCM»: una póliza de seguros que permitía contar con hospitalizaciones, cirugías y asistencia para maternidad cargadas a la cuenta del Estado. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística la población venezolana se ubica en 2015 en treinta millones 620 mil 404 personas.

Según estimaciones de las ONG Provea y Codevida, hoy día ocho millones de trabajadores públicos, sus esposos, hijos, padres y madres están “asegurados” y tienen como primera opción acudir a una clínica a la hora de una emergencia. Esta inversión representa más del 20% del gasto público en salud.

El «pago indirecto» que debe hacer la población para acceder a la salud pública se refleja en dos grandes variables: La inversión que hace el Estado en pólizas de salud para que, aproximadamente, un tercio de la población sea tratada en instituciones privadas y la obligación de las familias de cubrir por cuenta propia las deficiencias de las instituciones.

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Venezuela alcanza a cumplir solo con 22,5% del estándar establecido por el máximo organismo internacional en materia de salud.

De acuerdo con los cuatro últimos informes anuales de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), para los años 2011, 2012, 2013 y 2014 el Sistema Público Nacional de Salud (SPNS) de Venezuela contaba con 0,9 camas hospitalarias por cada mil habitantes. Esto implica que en esos cuatro años el país presentó un déficit, en promedio, de 77% de las camas necesarias para cubrir la demanda de la población.

Por el contrario, desde 1999 hasta 2014 el descenso en camas disponibles fue de 73% a pesar de los diversos planes de recuperación de instalaciones médicas propuestos desde el Ejecutivo nacional, el Ministerio del Poder Popular para la Salud y el Estado Mayor de Salud.

En 1999 se encontraban disponibles dos de los cuatro espacios estipulados por la OMS (aproximadamente 46 mil 826 plazas de las 93 mil 650 mínimas necesarias para la población total de ese año).

La data oficial es menos alentadora

Los datos ofrecidos por el mismo Ministerio del Poder Popular son, por mucho, desesperanzadores. Si se toma en cuenta el valor mínimo requerido por la OMS y se compara con los datos revelados en la Memoria y Cuenta del MPPS para evaluar el año 2012, resulta que en ese período el SPNS se mantuvo en pie con solo con el 20% de lo debido (24.687 camas), es decir, un déficit de 95 mil 132 lechos (80% de la potencial demanda).

Cuando se toma en cuenta el informe Red de hospitales por entidad federal especificado por tipo y capacidad de camas arquitectónicas, presupuestadas y funcionantes, emitido en 2012 por el MPPS y nunca revelado a la opinión pública, da cuenta de una situación, prácticamente, inviable.

En 2012 el Sistema Público Nacional de salud se mantuvo en pie con solo 20% de las camas mínimas necesarias (24 mil 687 lechos)

De 28.885 camas arquitectónicas, solo 23.305 entraron en el presupuesto de la Nación de ese año. Fueron 19.911 plazas las que recibieron pacientes en 2012, según el Ministerio del Poder Popular para la Salud, es decir, 4.776 camas menos de las declaradas al país en la Memoria y Cuenta. Tomando en cuenta esta cifra, el índice de escasez de camas hospitalarias funcionales en Venezuela se ubicó en 83.39%.

82% de los venezolanos son atendidos por el sistema de salud público, según cifras oficiales. Cálculos independientes de Villasmil, en el libro Del mal que vas a morir, señalan que en 2015 Venezuela cuenta con aproximadamente cuarenta mil camas hospitalarias, de las cuales 33 mil (82,5%) están a cargo del SPNS.

Según Villasmil, las siete mil camas (17,5%) bajo la responsabilidad del sistema privado atienden al 55% de los venezolanos con afecciones de salud.

¿Cómo puede un sistema que es responsable del 85% de la capacidad operativa atender solo al 45% de la población? Según la organización Médicos por la Salud, solo la mitad de las camas (16.500) disponibles en las instituciones adscritas al SPNS se encuentran realmente operativas. En 2015 serán necesarias 122.481 camas para cubrir la demanda de los 30 millones 620 mil 404 venezolanos que poblarán Venezuela, según el Instituto Nacional de Estadística (2011).

El MPPS reveló en 2012 que la reducción del número de camas de emergencia entre 2011 y ese año había significado dejar de atender a 1.125.610 personas.

Villasmil indica que, históricamente, solo el 5% de la población veía como una opción pagar por servicios de salud y que esta alternativa se tomaba, en la mayoría de los casos, por razones de comodidad o lujo.

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Según el Banco Central de Venezuela, en marzo de 2014 la escasez de insumos médico-quirúrgicos y medicinas necesarias para garantizar la vida de los venezolanos alcanzó el 50%. Así, se ha hecho frecuente la escena del médico, o enfermera, pidiendo a los familiares traer al hospital desde unos guantes quirúrgicos, hasta un analgésico para aliviar el malestar de su doliente.

Un informe de la Red de Sociedades Científicas Médicas de Venezuela divulgado en junio de 2014 detalla que la escasez ha desaparecido de los hospitales, insumos de uso diario como los cepillos quirúrgicos (usados por los médicos para lavarse las manos antes de entrar a cirugía), los guantes quirúrgicos estériles, las batas quirúrgicas, las cánulas nasales para administrar oxígeno, los materiales para esterilizar el instrumental quirúrgico y suturas.

Médicos por la Salud asegura que en 2014 el índice de escasez de medicamentos se ubicó en 55%, mientras que en los primeros dos meses del año 2015 de cada diez medicinas requeridas para la atención primaria, faltaron siete (67%)

«Un solo material que falte en un hospital, es una vida que cae en riesgo», alertó Enrique López Loyo, representante de la Academia Nacional de Medicina en declaraciones al diario Últimas Noticias.

El expresidente de la Comisión de Salud ante la Asamblea Nacional y actual ministro para la Salud, Henry Ventura, achacó a principios de marzo, la desaparición de medicamentos en el país a una «guerra contra el país», orquestada por empresas transnacionales productoras e importadoras de medicamentos.

Al ser entrevistado en el canal del Estado, Ventura admitió que la falta de insumos ha motivado la muerte de personas. «Ayer fallecieron personas que no tuvieron un stent. En los servicios de cardiología han desaparecido, los tienen acaparados, los stent, los marcapasos, los recincronizadores, ha aumentado la deuda quirúrgica (…)”, dijo.

En declaraciones recogidas por el diario Panorama  señaló que “el tema es crítico y el gobierno lo está haciendo como tiene que ser” y se preguntó: ¿Por qué a 387 empresas de este país se les dieron más de 3.700 millones de dólares? Hasta junio se les dieron 2.055 millones de dólares”.

En contraste, el periodista especializado en el área económica, Roberto Deniz, explica que de 2011 a 2013 la asignación en divisas para la importación de medicinas ha disminuido drásticamente:

El sector salud ha sufrido en los últimos años una reducción en la asignación de divisas. En 2013 las empresas recibieron 2,9 millardos de dólares, cifra que dibujó un recorte de 21,3% con respecto a 2012 y de 34% si se compara con los 4,4 millardos de dólares que tuvieron en 2011. La asignación del año pasado fue la más baja para el sector desde 2009, de acuerdo a los datos de Cadivi

La escasez persistente de insumos tiene repercusiones muy graves. En el primer semestre de 2014, debieron ser reprogramadas cincuenta mil cirugías electivas en todo el país, según cálculos independientes de la Red de Sociedades Científicas Médicas de Venezuela y la Academia Nacional de Medicina. Al detallar las especialidades médicas se ve la cara más dramática de la crisis.

75% de los aceleradores lineales está fuera de servicio, de acuerdo con Villasmil, debido a que “no se les hace mantenimiento, no están calibrados o, como ocurrió con el convenio argentino, nunca llegaron”.

Casi todos los equipos para realizar Tomografías Axiales Computarizadas (TAC) y Rayos X del país operan “a medias”. Los aparatos para realizar diálisis (MMQ) y cateterismos o sondas (CAT) están al borde de la suspensión en 65% y 67%, señala la organización Médicos por la Salud.

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El ministro de salud, Henry Ventura, aseguró en mayo de 2015 que, desde 2009, solo 320 médicos se habían ido de Venezuela, con la promesa de cursar estudios de postgrado y regresar. La Federación Médica Venezolana (FMV) replicó diciendo que 12.180 médicos de hospitales y 2.500 de clínicas han abandonado el país en busca de mejores oportunidades.

El doctor Carlos Pérez Pérez, único infectólogo del hospital “Los Magallanes de Catia”, todos los días considera renunciar en busca de mejores oportunidades. Pensar en los más de 500 pacientes de su consulta lo hacen quedarse un poco más.

Gustavo Villasmil, especialista en Gerencia de Servicios de Salud calcula que al menos un 25% los profesionales que han emigrado son especialistas –acumulan seis años de estudios pregrado y tres de especialidad- o subespecialistas –estudiaron nueve años para convertirse en especialistas y cuatro más para conocer un área más específica de la medicina-.

Doce especialidades están en «alerta roja» por la falta de especialistas capaces de atenderlas: Psiquiatría; Pediatría; Neonatología; Medicina Interna; Terapia Intensiva; Cardiología; Anestesiología; Infectología; Endocrinología; Nefrología; Medicina Celular y Hematología

En 2010 el para entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, aseguró que diez años antes la proporción de médicos por cada mil habitantes era de 0,2; mientras que en ese año el país contaba con 0,8 galenos por la misma cantidad de habitantes.

Venezuela no figura entre el conteo de médicos hecho por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) desde antes de 2010. La última cifra indica que la proporción era de 1,3 médicos por cada mil habitantes. Según cifras de la OPS, en 2005 se contabilizaban 2 médicos por la misma cantidad de personas.

La OPS advierte sobre un que implica un descenso de 70% de médicos médicos disponibles en Venezuela entre los años 2005 y 2010

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que, en los sistemas de salud públicos, 2,3 médicos deben atender, como máximo a mil personas.

Utilizando como referencia la cifra más reciente de la OPS, se puede decir que Venezuela está por debajo del estándar mínimo establecido por 1 punto (39.268 médicos de los 69.474 mínimos necesarios para cubrir la demanda anual de los más de treinta millones de venezolanos).

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Para calcular la cifra mínima requerida de enfermeras en un país la OMS establece el mismo parámetro que el de los médicos: 2,3 por cada mil habitantes. 2010 es la última fecha en la que la Organización Panamericana de la Salud registró este indicador en Venezuela. En ese año, se contabilizaron 0,8 enfermeros por cada mil personas enfermas, 1,5 menos de los requeridos para atender a las 29 millones 43 mil 283 que poblaban Venezuela para el momento.

En 2010 el SPNS de Venezuela salió a flote con solo 24.165 profesionales auxiliares de las 64.474 mínimos necesarios, un déficit de 62,5%

En el informe Situación de Salud en las Américas de la Organización Panamericana de la Salud correspondiente al año 2005 se indica que la proporción entre enfermeros y pacientes era de 2 por cada mil habitantes, 86,9% del estándar propuesto por la Organización Mundial de la Salud.

La Guía práctica de indicadores de gestión para establecimientos de atención médica, recopilada por el doctor Maiqui Flores en su blog, explica que una enfermera debe atender ocho camas de hospital por turno.

El análisis de la organización Médicos por la Salud, que indica que solo la mitad de las camas (16.500) disponibles en las instituciones adscritas al SPNS se encuentran realmente operativas, impone al MPPS el compromiso de garantizar la contratación de, al menos, 2.063 enfermeros.

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En el primer trimestre de 2015 87% de los laboratorios clínicos de las instituciones hospitalarias del país trabajaron con serias fallas y 7% fueron cerrados. Así lo refiere el informe hecho por la organización Médicos por la Salud, hecho a partir de la Encuesta nacional de la situación hospitalaria (2015).

Solo 6% de los laboratorios clínicos fue capaz de mantenerse en condiciones de completa operatividad en el primer trimestre de 2015

Las dificultades tienen que ver, en la mayoría de los casos, con falta de reactivos para evaluar las muestras o con equipos especializados que se encuentran descompuestos.

De acuerdo con el mismo estudio, 44% de los pabellones operatorios permanecieron cerrados, dejando solo 66% con las condiciones mínimas para atender cirugías electivas y emergencias.

39% de las instituciones no contaba con un servicio continuo de aguas blancas. Cada centro de salud vive dificultades singulares, vinculadas con su infraestructura, su ubicación y sus condiciones de mantenimiento.

 

cintilloTC

May 22, 2015 | Actualizado hace 9 años
Diez datos estadísticos que no sabías sobre el sexo

saludse

 

En el tema del sexo, existen quienes presumen de saberlo todo, sin embargo, hay datos que seguramente desconocen; y es que seamos sinceros, por muy buenos que seamos debajo de las sábanas, el tema es sumamente extenso, por lo que prácticamente es imposible tener conocimiento de todo.

Por ejemplo ¿sabes cuántos litros de semen produce un hombre en su vida? O ¿cuántas mujeres llegan vírgenes al matrimonio?

Hemos recopilado información y traemos la respuesta a estas y otras preguntas sobre sexo.

1. La célula más grande del cuerpo. El óvulo mide aproximadamente 0.14 milímetros, tamaño de un hueso de aceituna, y puede ser visible al ojo humano. Es la célula más grande del cuerpo humano. Por su parte, los espermatozoides miden alrededor de 60 micrómetros y tardan sólo 5 minutos en llegar a las trompas de Falopio.

2. Las mujeres y el sexo. Se estima que, en promedio, un 29 % de las mujeres llega virgen al matrimonio. Otros datos afirman que el 5% de las mujeres es alérgica al semen, y al menos el 50% de las féminas han fingido el orgasmo en algún momento de su vida.

3. Los hombres. ¿Sabías que el hombre genera en toda su vida cerca de 53 litros de semen? Según estudios, ellos tienen su etapa de mayor excitación sexual por las mañanas durante el otoño. El 60% de los hombres admite haberse masturbado alguna vez en su vida, de los cuales, el 41% siente culpabilidad al hacerlo.

4. El orgasmo femenino. Según los sexólogos, es posible que algunas mujeres lleguen a experimentar hasta 100 orgasmos por hora; para lograrlo, las mujeres necesitan en promedio 15 minutos. En su máxima excitación, el clítoris dobla su tamaño y el punto G puede llegar a ser del tamaño de una almendra.

5. El tamaño del pene y la satisfacción sexual. El 85% de las mujeres están satisfechas con el tamaño del pene de su pareja, mientras que sólo el 55% de los hombres se dice contento con este. El 63% confiesa que su ansiedad por el tema comenzó por comparaciones durante la niñez, y el 37% asegura que fue por la pornografía.

6. La clasificación del pene por su tamaño. Según la Asociación Española de Andrología, los penes se clasifican en: Pene Pequeño, si mide entre 12 y 13 centímetros; Pene medio: si está entre los 13 y 15 centímetros; Pene normal, entre 15 y 17; Pene grande, entre los 17 y 20 centímetros; y Macropene, si mide más de 20 centímetros.

7. ¿Y dices que no te quedan los condones? Como norma internacional, los preservativos para salir a la venta, deben poder estirarse 7 veces su tamaño usual, además de que deben soportar 39 newtons y tener la capacidad que resistir un mínimo de 18 litros de aire, antes de romperse.

8. El pueblo con más sexo en el mundo. En un pueblo de Polinesia, llamado Mangaiano, las parejas de 18 años tienen relaciones sexuales en promedio 3 veces por la noche, todas las noches, hasta que cumplen 30 años, cuando su promedio baja a sólo 14 veces por semana.

9. Exhibicionismo en el siglo XIV. En Europa del siglo XIV, los nobles más destacados tenían permitido exhibir públicamente sus genitales bajo una túnica corta, mientras que aquellos no tan bien dotados podían, si querían, usar un falsete de cuero que llamaban “bragueta”.

10. Asexualidad. Un 10% de la población no siente ningún tipo de atracción por ningún género, ni masculino, ni femenino, es decir, es asexual; no se excitan con el contacto con otros seres humanos sean del sexo que sea.