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El BCV toma medidas para reforzar el anclaje del dólar
El ajuste del gobierno entra en una nueva etapa e inicia un aumento del gasto público que obliga al Banco Central a ofertar bonos para absorber bolívares y tratar de contener la demanda de divisas

@vsalmeron

 

Durante ocho meses el Banco Central ha logrado que la cotización del dólar se mantenga estable en un rango de entre 4 y 4,5 bolívares, pero la administración de Nicolás Maduro inició un giro que obliga a tomar medidas extra para mantener el anclaje.

El gobierno dejó atrás el recorte del gasto público y comenzó un ciclo de mayores egresos, por lo tanto, habrá más bolívares que podrán utilizarse para comprar dólares y el aumento en la demanda de dólares amenazará la estabilidad del tipo de cambio.

Para manejar la presión el Banco Central comenzó a vender bonos a fin de absorber parte de los bolívares que comienzan a fluir por la tubería del gobierno. Los bonos tienen condiciones distintas para las empresas, las personas y las entidades financieras.

En el caso de las empresas y los particulares, los bonos tienen el atractivo que mantienen su valor en caso de que el bolívar se devalúe y reportan un rendimiento anual de entre 3% y 3,25% sobre la variación del precio del dólar.

Para las entidades financieras el bono reporta un rendimiento de 1% sobre la variación del dólar. Las empresas y los particulares pueden comprar bonos a plazos de 28 y 56 días, en el caso de los bancos, solo a 56 días.

El Banco Central dijo en un comunicado que con los bonos “se intenta una mayor incidencia, tanto en la trayectoria de los agregados monetarios, como en el comportamiento del mercado cambiario, ya que ofrecen un rendimiento más alto a sus inversionistas con respecto a mantener coberturas en divisas”.

Nueva etapa

Tras el colapso de la economía socialista, Nicolás Maduro alargó la agonía con racionamiento de alimentos básicos y persecución al mercado negro, pero a partir de 2020 acabó con el control de precios, el control de cambio, permitió la libre circulación del dólar e implantó un severo recorte del gasto que pulverizó el salario y las pensiones.

Ahora en un entorno en que el aumento de la producción petrolera y el alza del precio del barril incrementan el ingreso y la mayor actividad del comercio eleva la recaudación de impuestos, el gobierno comienza a gastar más, principalmente mediante el aumento del salario de los trabajadores públicos y las pensiones.

Síntesis Financiera señala en su informe El Tesorero, que en el primer trimestre de este año el gasto del gobierno se ubicó en el equivalente a 1.670 millones de dólares, una cifra que representa un aumento de 19% respecto al cuarto trimestre de 2021.

Si bien siguen siendo insuficientes y no cubren las necesidades básicas las pensiones, por ejemplo, aumentaron desde 7 bolívares hasta 130 bolívares y en lo que va de año, señala Síntesis Financiera, cada pensionado ha recibido el equivalente a 53,6 dólares mientras que en el mismo lapso de 2021 apenas 9,4 dólares.

“El plan es utilizar el aumento del ingreso petrolero y en la recaudación de impuestos para mejorar la calidad de vida, sobre todo de cara a 2024 cuando habrá elecciones presidenciales”, dice un técnico del Banco Central.

De acuerdo con las proyecciones de Ecoanalítica este año el gobierno recibirá ingresos por la vía petrolera en el orden de 16.200 millones de dólares, un aumento de 183% respecto a 2020.

Anclaje presionado

El ajuste que aplica Nicolás Maduro tiene como principal componente la estabilidad del dólar para abaratar el costo de las importaciones y cambiar las expectativas con un signo de solidez, tras cuatro años en los que la hiperinflación dinamitó la confianza en el bolívar.

El anclaje del dólar es fundamental para explicar la desaceleración de la inflación que en los últimos siete meses se ha mantenido en variaciones de un dígito. En marzo de este año, según datos del Banco Central se ubicó en 1,4%, la menor tasa intermensual desde agosto de 2012.

Pero en empresas y entidades financieras crecen las dudas sobre la sostenibilidad de la estabilidad del tipo de cambio. Si bien los bonos del Banco Central pueden ayudar a contener la demanda de dólares hay una serie de elementos en juego.

Para mantener estable la cotización del dólar cada semana el Banco Central vende a través de las entidades financieras dólares que obtiene por la venta de petróleo en China y que recibe a través de la banca rusa. Esta triangulación, le permite al gobierno de Maduro evadir las sanciones de Estados Unidos.

Las sanciones a Rusia tras la invasión a Ucrania generan incertidumbre sobre si el esquema se verá afectado y bajará la oferta de dólares del Banco Central, algo que atentaría contra la estabilidad del tipo de cambio.

Otro factor a tomar en cuenta es que Rusia comenzó a venderle petróleo con descuento a China, el mercado donde Venezuela coloca 90% de sus exportaciones. La competencia de los barriles rusos podría restarle espacio a los de Pdvsa y disminuir el flujo de petrodólares que recibe el gobierno.

El tema fiscal también es relevante. Mientras la cotización del dólar se ha mantenido en torno a 4,30 bolívares la inflación, si bien se ha desacelerado, sigue siendo elevada al punto que las cifras oficiales indican que en los últimos doce meses acumula un salto de 284%.

Esto pone en marcha una cadena preocupante: Pdvsa recibe petrodólares que vende al Banco Central a la tasa de 4,30 bolívares. Luego, le entrega estos bolívares al gobierno para que gaste, pero la inflación hace que cada mes estos 4,30 bolívares tengan menos poder de compra.

José Guerra, exgerente de investigaciones económicas del Banco Central, explica que “si Pdvsa vende los dólares a 4,30 y la inflación es alta esos bolívares no rinden. En algún momento van a tener que corregir el tipo de cambio. La experiencia venezolana dice que mientras más se retrasa la corrección más fuerte es la devaluación”.

El informe de Latin Focus al cierre de marzo indica que el promedio de las proyecciones de sus panelistas que incluye a bancos y firmas como Oxford Economics, BancTrust y Moody’s Analytics, indica que este año el tipo de cambio cerrará en 12 bolívares por dólar.

La asfixia del crédito también puede hacerse insostenible. A fin de que no los bancos no otorguen créditos en bolívares que puedan ser utilizados para comprar dólares el Banco Central obliga a las entidades financieras a inmovilizar 73% de los depósitos.

La consecuencia es una economía con muy poco crédito donde las empresas y los emprendedores sufren una severa restricción de financiamiento que limita el crecimiento.

Dato polémico

Durante los cuatro años en que Venezuela estuvo sumergida en la hiperinflación el Banco Central ocultó las estadísticas. Esto propició que el Observatorio Venezolano de Finanzas comenzara a medir la variación de precios y se convirtiera en una referencia.

Su dato de inflación de marzo difiere por completo con el del Banco Central. De acuerdo con el Observatorio los precios registraron un alza de 10,5%, por el impacto del aumento en los servicios públicos y el anuncio del impuesto a las transacciones en dólares que el gobierno puso en marcha para incentivar un mayor uso del bolívar.

José Guerra, quien se desempeña como director del Observatorio, afirma que “la cifra de inflación de marzo del Banco Central es un absurdo. El Observatorio tiene los registros de cada producto del índice de precios, no es creíble”.

Daniel Cadenas, economista y profesor de la Universidad Central de Venezuela, considera que “la mayoría de los países están reportando una aceleración de la inflación en marzo, por el incremento en los precios de materias primas, energía y alimentos como consecuencia de la invasión a Ucrania. En un país que importa casi todo, está cifra de inflación no es creíble”.

Desde su punto de vista Venezuela sufre lo que denomina inflación importada, es decir, como los precios están aumentando en la mayoría de los países donde Venezuela adquiere productos de todo tipo esta inflación se traslada, por ejemplo, desde Estados Unidos a los supermercados de Caracas.

“La inflación anualizada en Estados Unidos se aproxima a 8% cuando lo normal es 2%. En un economía que depende en gran medida de la importación de bienes finales y donde lo poco que produce necesita un alto componente de materia prima importada, el mecanismo de transmisión de la inflación global es importante”, dice Daniel Cadenas.

*Puede leer también: El petróleo lubrica la geopolítica

“Es un absurdo”: Cuestionan la cifra de inflación de marzo que presentó el BCV
De acuerdo con el OVF, la nación registró el mes pasado una inflación del 10,5 %, un incremento de 8,8 puntos ya que el aumento de precios en febrero fue del 1,7 %

 

Este miércoles, 6 de abril, el economista y diputado electo en 2015, José Guerra, calificó de «absurda» la cifra de inflación del mes de marzo que presentó el Banco Central de Venezuela (BCV). 

«El BCV no tiene credibilidad. La cifra de inflación de marzo 2022 de 1,4% es un absurdo», dijo a través de su cuenta en Twiiter.

La cifra “absurda” del BCV

El BCV informó que Venezuela registró una inflación del 1,4 % en marzo, la cifra más baja desde agosto de 2012, cuando el incremento promedio de precios fue del 1,1 %, y el séptimo mes consecutivo con una inflación mensual de un solo dígito.

El ente emisor indicó que la inflación acumulada en el primer trimestre de este año llegó al 11,4 %, mientras que la interanual (marzo de 2021-marzo de 2022) fue del 284,4 %.

Si bien el BCV sostiene que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) continuó en marzo «su tendencia a la desaceleración», otras mediciones hechas por entes independientes muestran, por el contrario, una aceleración de la inflación.

José Guerra señaló que el Observatorio de Finanzas (OVF) tiene los registros de cada precio de cada producto del índice de precios. «No crean esa cifra de una institución que ha escondido los datos y publica lo que le conviene», apuntó.

De acuerdo con el OVF, la nación registró el mes pasado una inflación del 10,5 %, un incremento de 8,8 puntos ya que el aumento de precios en febrero fue del 1,7 %.

El economista indicó que la razón principal de la aceleración de los precios en marzo fue el anuncio y posterior aplicación de del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieros (IGTF), que «creó un efecto de expectativas crecientes sobre el nivel de precios».

Un salto en la inflación en marzo de 2022

Según las estimaciones del Observatorio de Finanzas, la inflación registró un incremento mensual del 10,5% en marzo, lo que supone 8,8 puntos más que el registro del mes anterior.

En términos interanuales, la inflación se situó en el 251%, mientras que en el acumulado del año fue del 17,8%.

El fuerte impulso de marzo se explica por los aumentos de precios en las categorías de equipamiento del hogar (105,9%), servicios (15,9%), comunicaciones (8,7%) y alimentos (3,1%).

El BCV ancló el dólar: ¿cómo impacta a la economía?
El dólar se ha vuelto barato y las empresas venezolanas, en medio de fallas de servicios públicos, poco financiamiento y baja competitividad difícilmente pueden competir con los precios de los productos importados. La exoneración de aranceles agrava el desequilibrio

@VSalmeron

Para el asombro de empresarios, banqueros y comerciantes el Banco Central de Venezuela ancló la cotización del dólar y durante seis meses y medio ha mantenido al billete verdinegro en un rango de entre 4 y 4,5 bolívares.

La administración de Nicolás Maduro tiene como meta que la estabilidad del dólar ayude a desacelerar el incremento de los precios frenando el costo de las importaciones y oxigene la confianza en el bolívar, la moneda que, tras cuatro años de hiperinflación, los venezolanos sustituyeron por el dólar en la mayoría de las transacciones.

Si bien la confianza en la moneda está lejos de recuperarse, el gobierno sí ha logrado que los precios aumenten a un ritmo más lento. Desde septiembre del año pasado, la inflación mensual es de un dígito y la de enero de 2022 es la más baja en ochenta meses.

Para estabilizar al dólar el gabinete económico, bajo la asesoría del exministro de finanzas de Ecuador, Patricio Rivera, aplica un drástico ajuste que aminora la demanda de dólares y mantiene constante la oferta de divisas.

Es indispensable que haya suficientes bolívares para comprar dólares y el gobierno disminuye la cantidad con una despiadada reducción del gasto público, en salarios, pensiones e inversión. Al mismo tiempo, mediante controles, acabó con la posibilidad de que el crédito bancario se use para comprar dólares.

“Incluso en diciembre, en plena campaña electoral para las elecciones de gobernadores, se mantuvo el control del gasto público; es algo que no esperábamos y se cumplió”, dice el presidente de una entidad financiera.

En el flanco de la oferta, como las sanciones de Estados Unidos le impiden hacer transferencias, cada semana el Banco Central les entrega a los bancos alrededor de 50 millones de dólares en efectivo que son vendidos a empresas y particulares. 

Fuera de competencia

Si bien con la estrategia para anclar al dólar el incremento de los precios se ha desacelerado la inflación sigue siendo muy alta; por ejemplo, el 6,7% de enero supera la inflación anual de Colombia, Ecuador y Perú.

La combinación de un tipo de cambio anclado con una inflación que, aunque ha perdido impulso todavía es muy elevada, tiene consecuencias: mientras el precio del dólar no varía todo lo demás se encarece y el dólar se vuelve barato. 

El resultado es que se estimulan las importaciones y para las empresas venezolanas es muy difícil competir con los precios de los productos importados en medio de las fallas de servicios básicos, reducción del mercado por el empobrecimiento de la población y poco acceso al crédito.

Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, explica que “esa vía que el gobierno ha escogido para contener la inflación (el anclaje del tipo de cambio) es la peor de todas, porque le resta competitividad a los pocos sectores que quedan en pie en la economía venezolana”.

Explica que las importaciones con un dólar barato exacerban las ineficiencias de las empresas venezolanas. “Es un tema de productividad; por ejemplo, ¿Cuántas mayonesas tienes que hacer para que tu precio compita con el de mayonesas importadas que son parte de una cadena global donde el costo por unidad es ínfimo y la capacidad de producción está robotizada?”

Hermes Pérez, profesor de la Universidad Metropolitana y quien administró la mesa de cambio del Banco Central, señala que “anclar el tipo de cambio en un contexto en que los precios siguen subiendo muy rápido causa más daños que soluciones”.

“Una empresa venezolana produce en medio de fallas de energía eléctrica, de agua y combustible. Aparte, tiene costos extra para enfrentar la inseguridad. En estas condiciones tiene que competir con empresas extranjeras que además se benefician del tipo de cambio, esto es dañino para la industria nacional”, añade.

Aparte del tema cambiario, la administración de Nicolás Maduro abarata las importaciones exonerando del pago de aranceles e IVA a una larga lista de productos.

Conindustria, la cámara que agrupa a la industria privada, señaló que “la continua exoneración de aranceles e impuestos a los productos foráneos sigue causando estragos”. La industria es un sector clave para impulsar el empleo y las exportaciones.

Asdrúbal Oliveros indica que “el gobierno busca reducir la inflación por la estabilización de márgenes, es decir, como tienes un producto importado que es muy barato no puedes ajustar el precio porque sales del mercado”.

Más dolarización

En diciembre del año pasado la vicepresidenta y ministra de finanzas, Delcy Rodríguez, dejó en claro que el gobierno descartó permitir una profundización de la dolarización que autorice, por ejemplo, que los bancos den créditos en dólares.

“Los mismos que pretenden la desestabilización política de Venezuela han defendido y promovido que Venezuela se dolarice en su sistema financiero. Sería el peor error histórico”, dijo Delcy Rodríguez.

Asdrúbal Oliveros indica que, con mayor dolarización, el gobierno podría reducir la inflación sin el desajuste cambiario que golpea a las empresas. “La profundización de la dolarización es la vía para estabilizar la inflación y no la contención de la tasa de cambio; pero lamentablemente el gobierno ve esto de una forma diferente, quiere recuperar el bolívar”.

“La dolarización funciona como un ancla de precios, en la medida en que permitas más transacciones en dólares -como los créditos en dólares- las expectativas se anclan al dólar y se reduce la inflación”, explica Asdrúbal Oliveros. 

“El año pasado la inflación en bolívares fue de 686% y 40% en dólares, en la medida en que profundices eso, la tasa de inflación de la economía venezolana va a estar más cercana a la variación en dólares”, agrega.

La resistencia

Una pregunta clave es si el gobierno tiene cómo mantener el anclaje del dólar en lo que resta de año o, en un escenario intermedio, solo permitir un ascenso lento que no genere incertidumbre.

Para que el Banco Central continúe vendiendo dólares en las cantidades apropiadas es fundamental la producción de petróleo, el precio del barril y la estrategia para evadir las sanciones de Estados Unidos. El petróleo es la principal fuente de dólares.

Tras una caída de 13% respecto a diciembre, la producción de enero según datos oficiales fue de 755 mil barriles diarios. El descenso acabó con los incrementos consecutivos de producción que comenzaron en agosto de 2021.

El declive se produjo porque los problemas para vender crudo diluido, difícil de colocar en el mercado por su alto contenido de agua, obligaron a frenar la producción para aliviar el exceso de inventarios. 

En los precios del petróleo la tendencia es favorable. El precio del barril Brent se cotiza sobre 90 dólares y las proyecciones apuntan a nuevas alzas.  

Morgan Stanley espera que los precios del Brent lleguen a 100 dólares por barril en la segunda mitad del año y en su último reporte destacó que el mercado se dirige a un triple déficit: inventarios, capacidad disponible e inversión.

Tomando en cuenta que el gobierno vende el petróleo a descuento por las sanciones de Estados Unidos, Ecoanalítica proyecta que este año las exportaciones petroleras generarán suficientes ingresos para garantizar la venta de dólares por parte del Banco Central.

“Estimamos una producción promedio de 800 mil barriles diarios e ingresos por 15 mil millones de dólares.  Como el mercado es muy pequeño la venta de dólares para mantener el anclaje del tipo de cambio puede ser de 1.500 millones, es decir, 10% de los ingresos”, dice Asdrúbal Oliveros.

“Supongamos que el ingreso es más bajo, de solo 10 mil millones de dólares. En este caso, la venta de dólares por parte del Banco Central sería 15% de los ingresos. El gobierno va a tener dólares para vender en las cantidades que la economía demanda, el problema es que es una política donde son mayores los costos que los beneficios”, afirma Oliveros.

Las reservas internacionales, el tanque de dólares que tiene el Banco Central, se ubica en 10.868 millones de dólares, pero este monto incluye 5.000 millones en Derechos Especiales de Giro que no han ingresado y barras de oro. Los dólares en efectivo son pocos.

Hermes Pérez indica que “las reservas líquidas eran 780 millones en noviembre y vender el oro para hacerlo efectivo no es fácil en momentos en que el Banco Central no tiene sistema Swift”.

“Las intervenciones cambiarias tienen un límite, el Banco Central tiene poco margen de maniobra”, advierte Hermes Pérez.

 

BCV: inflación en noviembre fue de 8,4% y la acumulada de 631,1%
En el mes de octubre de 2021, la inflación se ubicó en 6,8%, la menor en lo que va de 2021

El Banco Central de Venezuela (BCV) informó que la inflación durante el mes de noviembre de 2021 fue de 8,4%.

De acuerdo con el ente, la inflación acumulada al cierre del mes pasado fue de 631,1%, una de las más bajas desde 2018 la cual era de 65.374%; 19,906% en el 2019 y 2.355,1% en 2020.

Según las cifras publicadas por el BCV,  en el mes de octubre de 2021 la inflación se ubicó en 6,8%, la menor en lo que va de 2021.

Cabe destacar que en los últimos 3 meses, la inflación alcanzada ha sido de un dígito, valor que no se lograba desde abril de 2017.

El BCV también informó que la variación anualizada del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) fue 1.197,5%.

«Los rubros que presentaron mayor incremento en el mes fueron: servicios de educación: 22,4 %; equipamiento del hogar: 12,2%; bienes y servicios directos: 11,3%; comunicaciones: 10,2%; alimentos y bebidas alcohólicas: 8,9%; salud: 8,3% y transporte: 7,9%».

Por su parte, el Observatorio Venezolano de Finanzas indicó que la tasa acumulada de inflación se situó para noviembre en 616,9%, mientras que el índice anualizado se cifró en 769%, según una nota de prensa de la institución.

Durante dos meses consecutivos la inflación en Venezuela ha mantenido su tendencia a la baja, siendo la registrada en el mes de octubre, de 8%,  la menor reportada durante el 2021.

BCV toma nuevas medidas para contener el dólar
El Banco Central comenzó a regular el precio al que los bancos pueden vender los dólares en efectivo en su poder. Analistas consideran que la medida puede ampliar la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo

 

En medio de un tipo de cambio bajo presión, el Banco Central de Venezuela se alejó del libre mercado y comenzó a regular el precio al que los bancos pueden vender sus dólares en efectivo.

Cada semana el Banco Central reparte a los bancos dólares en efectivo al precio que considera conveniente, esta semana a 4,54 bolívares por dólar. La regulación indica que hasta tanto los bancos no vendan todos estos dólares a 4,54 bolívares, no pueden vender dólares en efectivo en sus mesas de cambio a un precio superior.

 “La regulación es solamente para la venta de dólares en efectivo. El Banco Central me adjudicó dólares en efectivo a 4,54 bolívares. La regulación dice que hasta que no venda todos los dólares que recibí no puedo vender por la mesa a un precio mayor. Las transacciones electrónicas no están afectadas”, dice un tesorero.

 Los dólares en efectivo que el Banco Central distribuye a través de los bancos tienen un peso relevante en la oferta de billetes verdinegros. Actualmente está colocando entre 70 y 90 millones de dólares semanales: a principios de año solo distribuía diez millones.

 Como los bancos no pueden vender dólares en la mesa de cambio a un precio superior al fijado por el Banco Central -hasta tanto no se desprendan de los dólares que les fueron adjudicados- es probable que esto afecte el precio al que compran dólares en efectivo a sus clientes.

 “Si pones una restricción al precio al que puedes vender, afectas el precio al que estás dispuesto a comprar”, dice un banquero.

 Tesoreros consideran que lo que busca el Banco Central es lograr que el tipo de cambio oficial, que todos los días surge del promedio ponderado de las transacciones en las mesas de cambio de los bancos (conocido como SMC), no tenga volatilidad.

 La estrategia del Banco Central consiste en que, como las empresas y los comercios utilizan al dólar como parámetro para calcular costos, la estabilidad del tipo de cambio ayuda a desacelerar la inflación.

 Junto a la regulación el Banco Central ha hecho saber a los bancos que deben cooperar en mantener la estabilidad del tipo de cambio.

 La semana pasada, los bancos recibieron un mensaje directo donde se les indicó que “lo programado y la oferta de divisas están en función de preservar la estabilidad cambiaria y procurar la reducción de la inflación. Siendo así, seguir actuado bajo premisas erróneas que buscan alentar variaciones alcistas por supuesta expectativa de subida abrupta del gasto fiscal, es una guía falsa”.

El paralelo

Mientras el precio del dólar oficial puede verse afectado por la regulación, el precio del dólar en el mercado paralelo se mueve libremente y aumenta sin dificultad a medida que el Gobierno eleva el gasto e inyecta bolívares en la economía.

 Analistas no descartan que pueda ampliarse la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, algo que aumentaría las distorsiones en el mercado cambiario.

 Síntesis Financiera explica en su informe El Tesorero que “la regulación del precio de la divisa en efectivo en ausencia de una moderación de la expansión monetaria, puede llevar a la ampliación de la brecha entre el tipo de cambio paralelo y el promedio SMC reportado diariamente por el Banco Central”.

 “Si el Banco Central continúa vendiendo las divisas de intervención por debajo del precio del mercado paralelo, esa brecha se ampliará aún más”, dice El Tesorero. 

 La semana pasada, el precio del dólar en el mercado paralelo aumentó 10%, mientras que el tipo de cambio oficial se elevó 1,4%.

La ampliación

El Banco Central busca aumentar el efecto en el mercado de los dólares en efectivo que inyecta cada semana. Para lograrlo, ordenó a los bancos extender la oferta de estos dólares a la mayoría de sus clientes mediante un sistema que deberá estar listo en treinta días.

 Los bancos tendrán que “informar a sus clientes a través de cualquier medio de comunicación y de las plataformas digitales (páginas web, redes sociales, banca electrónica, entre otras)” el procedimiento para comprar los dólares y las agencias donde podrán hacerlo.

 “El Banco Central busca frenar el alza del dólar en efectivo en todos los segmentos del mercado formal, al expandir el radio de influencia del precio que fija en la intervención. Si logra su cometido podría alcanzar y sostener su tasa de cambio objetivo con menores niveles de intervención”, explica El Tesorero.

Reservas en declive

Para intervenir en el mercado cambiario el Banco Central necesita un tanque de dólares que le permita colocar cada semana un monto relevante de billetes verdinegros, pero las reservas internacionales están a la baja.

 Al cierre del 19 de noviembre, el Banco Central reporta que las reservas internacionales se ubican en 10.982 millones de dólares, pero esta cifra incluye 5.100 millones de Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario que no están disponibles porque el FMI aún no ha decidido sobre la legitimidad del gobierno de Nicolás Maduro.

 Además, incluye 1.500 millones de dólares en barras de oro que están en litigio con el Banco de Inglaterra y posición en oro que sí está disponible pero no es líquida y no podría ser utilizada de inmediato para intervenir en el mercado cambiario.

 José Guerra, exgerente del Banco Central y diputado de la Asamblea Nacional elegida en 2015, calcula que actualmente la porción líquida de las reservas internacionales es de 1.700 millones de dólares.

 Este año el monto de las reservas, al obviar los Derechos Especiales de Giro del FMI, ha caído en 485 millones de dólares.

 “Ello ha ocurrido en el contexto de una significativa recuperación de los precios del petróleo y un aumento de las exportaciones de hidrocarburos. Las reservas que entran al Banco Central por exportaciones petroleras salen en forma de ventas de divisas a un mercado cambiario insaciable”, dice José Guerra.

 “Con un nivel de reserva liquidas en el entorno de 1.700 millones de dólares, la estabilidad del tipo de cambio que procura mantener el Banco Central no está garantizada”, advierte.

 

BCV anunció una nueva reconversión monetaria desde el #1Oct
El ente emisor precisó que se eliminarán seis ceros de la moneda y se dará paso al llamado «bolívar digital», que convivirá con piezas físicas que van a tener un nuevo cono monetario 

 

El Banco Central de Venezuela (BCV) anunció este 5 de agosto que habrá una nueva reconversión monetaria a partir del 1° de octubre, cuando se eliminarán otros seis ceros de la moneda y se dará paso al llamado «bolívar digital», que convivirá con piezas físicas que van a conformar un nuevo cono monetario.

A través de un comunicado leído a través de VTV, -y que no está en el portal oficial de la institución- el BCV resaltó que cualquier importe que esté expresado en moneda nacional tendrá que ser dividido entre un millón para la nueva nomenclatura.

Por otro lado, el ente emisor indicó que el que se introduzca a la economía el llamado «bolívar digital» no va a afectar el valor de la moneda, sino que se hace con el fin de que exista un manejo más fácil al reducir la escala monetaria.

Hace mención la misiva que «el tipo de cambio de referencia seguirá siendo el que determine el Sistema de Mercado Cambiario venezolano y continuará calculándose a partir de las operaciones de compraventa de divisas realizadas por las personas y empresas, a través de las mesas de cambio de las entidades bancarias».

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Jose A. Guerra Jul 25, 2021 | Actualizado hace 1 mes
¿Es recuperable el bolívar?
El bolívar no es recuperable. El daño que le ocasionó la política económica, especialmente entre 2007 y 2020 lo destruyó como moneda

 

@JoseAGuerra

La respuesta corta es que el bolívar no es recuperable. El daño que le ocasionó la política económica, especialmente entre 2007 y 2020 lo destruyó como moneda. Las monedas como las conocemos hoy se sustentan en la confianza del público; por lo menos aquellas que son reservas, es decir las que el mundo decide aceptar y mantener como un activo, como son los casos del dólar de los Estados Unidos, el euro, la libra esterlina, entre otras. En países inestables financieramente, la emisión de moneda local debe estar sustentada en reservas internacionales para que el público opte por mantener esa moneda.

La receta más expedita para destruir una moneda consiste en que el banco central del país respectivo use su capacidad de emisión para financiar al fisco, hecho popularmente conocido como la emisión inorgánica de dinero.

Esa ha sido la experiencia de todos los países que han sufrido hiperinflaciones. Algunos preguntarán  por qué ese no es el caso de Estados Unidos y la Unión Europea, donde los bancos centrales recientemente han financiado enormes déficits fiscales sin generar elevadas inflaciones. Porque  existe demanda suficiente tanto en Estados Unidos como Europa como en el mundo por el dólar y el euro. Y además debido al hecho que esas naciones jamás han incumplido con el pago de sus deudas y por ello el público confía en que el fisco honrará sus compromisos.

Cuando una moneda se deprecia o devalúa es porque el público no la quiera mantener como parte de sus activos y en consecuencia, cada vez que esa moneda llega a sus manos procura deshacerse de ella para adquirir bienes u otra moneda como el dólar, al cual ve como un activo para proteger su patrimonio. Técnicamente hablando, cae la demanda por dinero y por tanto se incrementa la velocidad de circulación; en consecuencia, la misma pieza monetaria cambia rápidamente de mano en mano y en cada transacción vale menos. Eso es lo que ha venido sucediendo con el bolívar.

Agotado el crédito externo de Venezuela desde 2010, el gobierno comenzó a recurrir cada vez con mayor frecuencia ante un BCV dócil para que financiara su déficit con lo cual se fueron creando las condiciones para la devaluación del bolívar y la aceleración de la inflación, la cual estuvo contenida por la política suicida de elevadas importaciones hasta 2012, lo que significó el agotamiento de las reservas internacionales.

Ya en 2008 y 2018 se hicieron dos reconversiones monetarias sin que las mismas estuviesen acompañadas de un plan económico más o menos bien diseñado. El resultado fue el esperado: siguió el déficit fiscal y su financiamiento con emisión monetaria y de la inflación elevada pasamos a la hiperinflación en noviembre de 2017.

Con ese historial, los venezolanos comenzaron a repudiar al bolívar. No quieren esa moneda, que ya ni para transacciones sirve, menos para ahorrar. Ya es inminente la tercera reconversión monetaria con la cual le quitarían seis ceros al cono monetario; pero ello no hará que los venezolanos prefieran al bolívar. La solución consiste en diseñar y aplicar un amplio programa de reformas económicas e institucionales con financiamiento externo, para evitar que el BCV enjugue el déficit de fiscal; derrotar la hiperinflación y eliminar el bolívar, creando otra moneda nacional con una relación fija con el dólar al inicio, mientras se recupera la economía, para luego avanzar a un sistema de flotación de la nueva moneda, ahora sobre fundamentos sólidos.

25 de julio de 2021

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

#ConversasDeEconomía | Subsidios y gratuidades se pagan con impuesto inflacionario
¿Por qué es crucial la autonomía del BCV para erradicar la hiperinflación y recuperar el signo monetario nacional? ¿Por qué los subsidios generan impuesto inflacionario? Ronald Balza, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCAB, responde estas y otras preguntas en nuestras #ConversasDeEconomía

 

@victoralvarezr

Al Banco Central de Venezuela se le critica que emita dinero sin respaldo para financiar el déficit de Pdvsa, Corpoelec, Hidroven y muchas otras empresas públicas que no generan ingresos ni siquiera para pagar la nómina. Esta inyección desmesurada de dinero en una economía castigada por una prolongada contracción se ha convertido en el principal factor propagador de la hiperinflación, la cual también devora el poder adquisitivo de los ingresos fiscales.

Nominalmente da la impresión de que el gobierno gasta mucho. Pero en términos reales, por la disolución del poder de compra del bolívar, termina gastando poco. En condiciones de hiperinflación, la desincronización entre el momento en el que se causan los impuestos y el momento en el que se recaudan sentencia que el poder adquisitivo del ingreso fiscal también se disuelve.

¿Qué medidas fiscales o monetarias habría que tomar para superar el círculo vicioso en el que cae un gobierno deficitario al financiarse con emisión monetaria que atiza la hiperinflación y disuelve aun más el gasto público en términos reales?

¿Por qué que se le atribuye tanta importancia a la autonomía del Banco Central para erradicar la hiperinflación y recuperar el signo monetario nacional?

El artículo 320 de la Constitución habla de un Acuerdo Anual de las Políticas para coordinar y armonizar las políticas fiscales, cambiarias y monetarias. Y, sobre esta base, lograr estabilidad de los precios, un crecimiento económico sostenido, el equilibrio en la balanza de pagos y la generación de empleo estable y bien remunerado. Sin embargo, Venezuela ostenta la siniestra triple corona de ser el país con la mayor contracción económica, la mayor hiperinflación y la mayor tasa de desempleo del mundo.

¿Qué ha pasado con la Coordinación Macroeconómica? ¿Quiénes son los responsables de diseñarla y ejecutarla? ¿Qué responsabilidad le toca a cada organismo para superar los problemas de escasez, hiperinflación y desempleo que azotan al país? ¿Cómo hacer para retomarla?

En los últimos años las premisas relativas al PIB, inflación, tasa de cambio y precios del petróleo no se han cumplido. El gasto público supera ampliamente los precarios ingresos fiscales. Pareciera que está más que clara la necesidad de llevar a cabo un ajuste fiscal y una reforma tributaria para corregir el déficit estructural de las finanzas públicas, erradicar su financiamiento con emisiones de dinero inflacionario, estabilizar la economía y echar las bases para un proceso de crecimiento económico sin inflación.

Sin embargo, a los programas de ajuste suele atribuírseles un impacto antipopular al sincerar las tarifas de los servicios públicos, eliminar los subsidios, aumentar el precio de la gasolina, privatizar empresas del Estado deficitarias y liquidar entes públicos, con la consiguiente reducción de la burocracia.

En una economía exhausta y una sociedad empobrecida luego de varios años de contracción económica e hiperinflación, estas medidas de ajuste suelen ser muy mal recibidas por la población. Se convierten de hecho en el detonante de estallidos sociales que abortan los programas de ajuste económico.

¿Cuál es el margen de maniobra que realmente existe para llevar a cabo ese ajuste fiscal? ¿Por dónde se puede recortar el gasto y por dónde se pueden aumentar los ingresos? ¿Cómo hacer para que los costos de este ajuste no lo paguen los sectores más vulnerables de la población?

En el debate económico nacional, unos afirman que Venezuela ha dejado de ser un país petrolero; mientras que responden que, mientras haya petróleo en el subsuelo, seguiremos siendo un país petrolero y lo que hay que plantearse es superar la cultura rentista. Todos coinciden en que la declinante renta petrolera ya no puede ni podrá pagarlo todo y que la economía venezolana ya no será dinamizada por el motor del gasto público. Esta cuestión plantea la compleja tarea de la diversificación productiva y la ampliación de la base de recaudación fiscal.

¿Cuáles son los cambios en la naturaleza de los ingresos fiscales que sustentan este debate entre Venezuela postpetrolera o Venezuela postrentista? ¿Cómo se ha comportado el ingreso fiscal de origen petrolero versus los ingresos derivados de los impuestos que pagan los contribuyentes? ¿Por qué se habla del agotamiento del rentismo y la necesidad de avanzar hacia una nueva cultura tributaria? ¿Para superar el rentismo es necesario eliminar los subsidios a la electricidad, agua, gas, telecomunicaciones, combustibles? ¿Tendremos que pagar más impuestos? ¿Está preparada Venezuela para superar la cultura rentista?

Para responder a estas preguntas vamos a terminar la conversación que iniciamos con el profesor Ronald Balza (@RonaldBalzaG), decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), en el marco de la serie “Diez conversaciones estelares con diez de los mejores economistas de Venezuela”.

Te invitamos a ver la segunda parte de esta entrevista en el video de YouTube Subsidios y gratuidades indebidas se pagan con impuesto inflacionario:

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