Asesinatos políticos archivos - Runrun

Asesinatos políticos

Brian Fincheltub Ago 18, 2020 | Actualizado hace 1 mes
Los muertos que sí duelen

Monumento funerario del Cementerio Bella Vista, Barquisimeto-Lara. Foto cortesía de @edicksonduran, publicada inicialmente en el diario El Impulso, 2016.

@BrianFincheltub

La muerte de cualquier ser humano es siempre un hecho lamentable. Algunos, sin embargo, no estarán de acuerdo conmigo y dirán más bien “casi siempre“. Personalmente considero que incluso aquellos seres humanos cuya existencia no estuvo dedicada a hacer el bien sobre la tierra merecen vivir, pues que se vayan de manera repentina sin pagar por todo lo que hicieron en vida es demasiada impunidad.

Yo hubiese querido, por ejemplo, otro final para el fallecido presidente Hugo Chávez Frías. Habría preferido verlo presenciar, en primera instancia, el derrumbe de su proyecto político y económico, obra de la cual fue el principal artífice. Pero sobre todo, quería verlo pagar sus enormes cuentas con la justicia terrenal.

En unas de sus últimas transmisiones, el difunto Hugo Chávez, el mismo que le destruyó la existencia a millones de venezolanos, rogó ante Dios por más vida. Sus plegarias no fueron escuchadas, tampoco las de muchos venezolanos que pedían verlo sin su poder y rindiéndole cuentas a la justicia nacional e internacional.

Tras aquella partida el chavismo no se conformó con decretar duelo. Quisieron también imponer el dolor a quienes, sin necesidad de celebrar la muerte, no tenían por qué sentir tristeza o rendir homenajes a quien destruyó sus vidas. Fueron semanas de actos fúnebres y programación continúa en todos los canales bajo el control del régimen con un solo objetivo: decirle al mundo que Venezuela lloraba a Hugo Chávez. Y cual funeral norcoreano, las imágenes de multitudes en llanto le daban la vuelta al mundo.

Al parecer, al chavismo le gustó la fórmula, pues desde aquella fecha a cada muerte de un funcionario rojo le sigue la misma perorata necrofílica en los medios del Estado.

Cada quien tiene derecho a llorar a sus difuntos, a lo que no tienen derecho es a imponernos su duelo a todos. A lo que no tienen derecho es a valorar unas vidas más que otras.

Son miles de miles los venezolanos que han sido asesinados en manos de la dictadura durante estos más de veinte años. Y frente a eso, no solo es que no ha existido duelo alguno, lo que sí ha existido y de manera sistemática es celebración.

Solo hay que recordar cómo cada vez que un manifestante era asesinado por las bandas armadas del régimen, el dictador montaba un templete y bailaba con la mal llamada “primera combatiente” sobre la memoria de las víctimas y el dolor de sus familiares.

No contentos con eso, al asesinato físico le seguía el asesinato moral. La propaganda oficial presentaba a cada caído como un delincuente, olvidándose de que ni para los delincuentes hay pena de muerte en Venezuela.

Frente a la difícil coyuntura que vive el mundo en la actualidad, y en especial Venezuela, hay vidas que siguen valiendo más que otras. Sino solo veamos el caso de Darío Vivas, por quien la élite chavista ha decretado duelo y consternación, mientras que por los 71 médicos venezolanos que han entregado sus vidas hasta la fecha, cumpliendo con su deber de salvar las de sus pacientes, no hay ni siquiera unas palabras de pésame.

Esta doble moral no es más que el reflejo de la Venezuela que vivimos desde hace mucho tiempo; una Venezuela donde no podemos hablar ni siquiera de ciudadanos de primera y de segunda, sino que hay una élite que trata como súbditos al resto del país. Súbditos cuyas vidas parecieran pertenecerles y de las cuales están dispuestos a disponer cuando sea con el solo objetivo de conservar el poder.

No nos queda más que decir desde aquí “justicia para nuestros muertos, paz para las víctimas de los suyos”.

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Protestas 2017: En 88,1 % de las muertes no hay imputados
La mayoría de los muertos, 73 (96 %), son civiles. Los otros 3 son funcionarios de los cuerpos de seguridad del Estado: 1 efectivo de la Guardia Nacional y 2 Policarabobo
Llama la atención que la justicia ha actuado de manera más expedita en los casos de los uniformados caídos. En 2 de esas 3 muertes, 66,6 %, ya tiene imputados
La efectividad no ha sido la misma en los casos de los civiles: apenas 7 de los 73 tienen personas señaladas por el crimen. 90,4 % permanece sin un presunto victimario identificado
El registro también apunta que 47 de las muertes (es decir, 61,8% de los casos) han sido causadas por balas. Otras 5 personas (6,5% del total) han sido asesinados por perdigones o metras
La población joven es la más vulnerable a los ataques represivos: 48 de las 76 víctimas (63,1 %) eran menores de 30 años

 

@loremelendez

LAS CIFRAS RECOGIDAS POR RUNRUN.ES, desde el 1 de abril hasta el 23 de mayo de 2017, indican que 76 venezolanos han caído en el contexto de las manifestaciones y protestas en contra del gobierno de Nicolás Maduro. El número es superior al del Ministerio Público que, hasta ahora confirmó que abrió investigaciones por la muerte 57.

La diferencia entre ambas cifras radica en que Runrun.es está contabilizando todas las víctimas que han caído en los sitios que son escenarios de protestas o saqueos, y que se encuentran tomados o bajo el control de cuerpos de seguridad del Estado. En estos casos, la forma de muerte ha sido verificada y levantada en las distintas morgues con testimonios de familiares y allegados a los fallecidos, quienes aseguran que murieron en el marco de hechos relacionados con las manifestaciones.

En este grupo están cinco personas que murieron electrocutados en los disturbios de El Valle del pasado 20 de abril: Manuel Pérez, Natalie Martínez, José Ramón Gutiérrez, Ángel Lugo Salas y Estefany Tapias; Carlos Eduardo Aranguren Salcedo, quien recibió dos disparos en medios de la revuelta del 2 de mayo en Puente Baloa, Petare; cinco casos registrados durante los saqueos en Carabobo, ocurridos entre el 2 y 4 de mayo: Daniel Gamboa, Jesús Asdrúbal Sarmiento, Luis Eloy Pacheco Carlos Mora, un menor de edad y un hombre no identificado; Miguel Medina, asesinado en el sector La Pomona de Maracaibo, en Zulia; tres hombres presuntamente ajusticiados durante los saqueos de Santa Eulalia, en Miranda: Freddy Jerson Ramírez Calderón, Reinaldo Márquez Rada y una persona sin identificar; un menor de edad que cayó en medio de protestas en Capacho Nuevo, en Táchira; John Alberto Quintero, en Barinas; e Ynigo Jesús Leiva, en El Valle, Caracas.

infografiacaidos_2452017

Asesinatos políticos: ¿cuándo, cuántos y quiénes?

Protestas-En-Venezuela-2014

 

El régimen vende mentiras y algunos opositores las compran. Preguntas tales como cuándo empezaron los enfrentamientos en las calles y cuántos ciudadanos fueron asesinados este año por motivos políticos tienen respuestas contundentes. Quiénes fueron los asesinos es algo complejo porque algunos presuntos causantes de las muertes no han sido sentenciados y otros todavía no están identificados. Las agresiones a los estudiantes y la respuesta de estos con trancas de calles se iniciaron antes del 12 de febrero. Efectivamente, el 4 de febrero los estudiantes de la Universidad de Los Andes, núcleo San Cristóbal, protestaron por la inseguridad y en respuesta los policías destruyeron una garita, rompieron un cajero automático y detuvieron dos jóvenes. Al día siguiente protestaron cursantes de la Universidad del Zulia. El día 10 detuvieron a cuatro estudiantes y a una dama en San Cristóbal e integrantes de las universidades de Anzoátegui se sumaron a las protestas. Es decir que las mismas no las inició Leopoldo.

Después del 12 de febrero fueron asesinados 14 ciudadanos identificados con la oposición, trece de ellos por disparos y uno por golpes. Como supuestos responsables el ministerio público señaló que uno de ellos fue por disparos de guardias nacionales, tres por funcionarios públicos (uno del Sebin, otro del CICPC y un empleado ministerio). Nueve fueron asesinados por paramilitares rojos y existen pruebas de que uno de los asesinatos fue por golpes de guardias nacionales. A la cifra anterior pareciera razonable incluir las muertes de dos ciudadanos arrollados expresamente por vehículos conducidos por oficialistas molestos por la interrupción de la calle.

De los partidarios del oficialismo fueron asesinados once ciudadanos, de ellos seis de la guardia nacional y dos de la policía nacional. No se incluye en esta cifra el caso especial de Juancho Montoya, dirigente de un colectivo armado, quien según la fiscalía fue asesinado por un compañero de fechorías. Hay otro caso de un aparente partidario del oficialismo también asesinado pero en circunstancias dudosas. Llama la atención que en ninguno de estos casos se han identificado posibles asesinos, ¿dispararon paramilitares rojos contra los guardias o fueron opositores radicales?

En resumen, fueron asesinados 14 ciudadanos opositores por paramilitares rojos, guardias nacionales y funcionarios policiales. Del lado del oficialismo fueron asesinados   doce ciudadanos, uno de ellos por un funcionario policial y once supuestamente por gente relacionada con la oposición. En total 26 venezolanos fueron asesinados como consecuencia del inicio de la violencia por parte del régimen. Cabe destacar que, con excepción de Montoya, que como se mencionó fue supuestamente asesinado por un compañero, entre el 12 y el 21 de febrero fueron asesinados solo ciudadanos identificados con la oposición. Queda claro que el régimen inició la violencia.

Otros caídos: No se incluyen entre los anteriores el caso de Adriana Urquiola, asesinada por disparos de un malandro Comisionado de la Policía. Tampoco se incluye la muerte de un joven opositor que acosado por la guardia nacional cayó de un tejado. Hubo seis muertes que se achacan a las barricadas. El único caso evidente es el del motorizado que pereció como consecuencia de una guaya colocada para impedir el paso de posibles agresores. Los otros parecieran menos claros. Uno se estrelló contra un árbol, otro cayó en hueco de alcantarilla, otro patinó en aceite y dos se estrellaron contra la barricada. También el gobierno achaca el fallecimiento de dos personas por demora en llegar a hospital como consecuencia de las trancas. Estos casos   deben ser investigados para determinar si fueron accidentes u homicidios culposos. Achacar estas lamentables muertes a los llamados de Leopoldo, María Corina y Ledezma a realizar acciones pacificas de calle es una canallada del régimen y es colaboracionista quien descalifique a estos dirigentes. Exigimos justicia para todos y ello solo se logrará con la intervención de organismos internacionales de derechos humanos.

Como en botica: Felicitaciones a Marco Tulio Bruni-Celli por su libro sobre el 18 de octubre. También a Carlos Oteyza por su documenta sobre el petróleo. El Reventón III es excelente al igual que los anteriores. Los rojos quieren destruir al IVIC, pero confiamos no les dé tiempo. Evidenciado el perjurio de los testigos, todo el mundo se pregunta quién asesinó a Anderson y por qué siguen presos los Guevara. Por populistas no aumentan el precio de la cerveza y por comunistas quieren ahogar a la educación privada y a las universidades autónomas. Repudiamos las torturas a los presos políticos Raúl Baduel y Alexander Tirado. Por inocente y por razones humanitarias Miguel Ángel Nieto debe ser puesto en libertad. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

 

eddiearamirez@hotmail.com

La dictadura del absurdo, por Andrés Volpe*

«El mejor gobierno es aquel que nos enseña a gobernarnos a nosotros mismos». Goethe.

El sector la Cochinera de la carretera Morón – Coro fue escenario de un acontecimiento barbárico el pasado sábado 22. Un transporte de reses colisiona, tras perder el control, y se vuelca quedando la jaula contra el asfalto siendo gravemente deformada por la fuerza del impacto. Algunas reses pierden la vida inmediatamente al ser perforadas por los tubos que formaban la jaula, otras por el hundimiento de la estructura metálica y, quizás, otras por la asfixia tras ser sepultadas entre el asfalto, la jaula y otras reses. La gente que se encuentra en el lugar no pierde tiempo y haciéndose de cuchillos y machetes,  las amarran de las extremidades y terminan de matar a las reses que quedan con vida. Hay sangre por doquier. Al terminar el descuartizamiento, cada persona se va de la escena con algún trozo de carne entre sus brazos.

Geraldine Moreno (23 años de edad) fue víctima de la represión brutal que el gobierno de Nicolás Maduro ha utilizado contra los protestantes. La Guardia Nacional Bolivariana disparó contra Geraldine. Una primera vez que la hizo caer por el miedo y la confusión. La segunda vez fue cuando ella se encontraba en el suelo y el guardia nacional le disparó a corta distancia, directamente en el rostro destruyéndoselo completamente. Geraldine fue enterrada el 23 de febrero luego de pasar por operaciones que trataron de salvarle la vida. Ese mismo día, Nicolás Maduro, el presidente del gobierno, celebraba un acto por cadena nacional, lo cual obliga a todos los medios audiovisuales y radiales a transmitirlo a toda la nación. En el mismo aparece bailando con Cilia Flores. Mientras tanto, las protestas del país seguían teniendo lugar a nivel nacional.

La dictadura del absurdo se celebraba a sí misma.

El lunes el país fue testigo de la bipolaridad de Vielma Mora, el gobernador del chavismo en el estado Táchira. En una entrevista radial, destacó su pretendido talante democrático al declarar que había sido electo democráticamente.

Así mismo, aseguró que la represión contra los manifestantes en el Táchira había sido desproporcional, ya que el gobierno ha prácticamente militarizado la zona y ha puesto aviones de guerra a sobrevolar el área. Remató confesando que Leopoldo López y Simonovis deberían estar en libertad. Claro alejamiento de Nicolás Maduro y su gobierno. No obstante, el mismo día declaró que estaba con la revolución y que nunca quiso contradecir al presidente, tildando sus declaraciones matutinas de excesos.

La realidad del Táchira, al parecer, depende de la hora del día y de si la revolución considera que la realidad se ajusta a ella. Disociación de realidades por designio estatal.

El ánimo por lo absurdo no parece haberse satisfecho con el baile de Maduro ni con las bipolaridades de Vielma Mora. Por el contrario, el ministro de Educación, Héctor Rodríguez, tuvo que acaparar la atención con su discurso sobre la pobreza. Expuso que la pobreza es un problema «complejo y difícil de medir», pero expresó con gran certeza que salir de la pobreza es un acto de fidelidad política, ya que «no es que vamos a sacar a la gente de la pobreza para llevarlas a la clase media y que pretendan ser escuálidos«.

Claramente, se entiende entonces que el gobierno venezolano, inspirado en el comunismo de Mao y la Rusia estalinista, necesita a sus súbditos pobres e ignorantes, no vaya a ser que empiecen a velar por sus propios intereses y le agarren el gusto a la libertad.

La protesta sigue en la calle y los guarimberos replicando el mito de Sísifo: construyen barricadas para bloquear las vías y así paralizar a la ciudad, para que luego la Guardia Nacional Bolivariana las tumbe o destruya con la única consecuencia de que entonces los guarimberos construyan una barricada más sólida y así se van los días.

Los muertos por la represión siguen aumentando y las realidades del país parecen diferenciarse cada vez más entre sí. Una absurda situación donde el gobierno baila y extiende los carnavales para que la gente celebre, mientras que la otra realidad está plagada de reclamos por más libertades e institucionalidad. Y la gente muriendo en la calle bajo la represión de los cuerpos de seguridad.

Quizás es un escenario perfecto de desigualdad política y social. La élite política disfruta de una realidad que surge de la interpretación oficial de los hechos, mientras llama a los pobres a seguirla y a seguir siendo pobres de no obedecer. Una paz garantizada por medio del servilismo de las víctimas.

En contraposición, existe la realidad de la mayoría que se ve afectada por una crisis económica, la violencia desatada, escasez de alimentos y la imposibilidad de poder discernir un futuro cierto. El venezolano vive una angustia producida por el absurdo gubernamental. Cada vez el Estado invade más a profundidad la esfera privada para determinar lo que es el mundo cognoscible.

En Venezuela la razón ha retrocedido frente a la irracionalidad, siendo el gobierno el portador de la violencia y el absurdo. La protesta y su mensaje son el epítome de este argumento, ya que ella clama por los constructos políticos productos del triunfo de la razón y la ilustración: los derechos del hombre mediante el liberalismo, entendido como la protección de las libertades individuales y el establecimiento de un Estado de derecho.

En contraposición a esto, el gobierno busca la sumisión del hombre al designio dictatorial mediante el mantenimiento de la miseria y la ignorancia humana. Se busca la concreción de la dictadura del absurdo.

Parece que el gobierno se va alejando cada vez más de su origen ideológico y acercándose más a la dictadura pura y dura. ¿Cuánto de lo que hace hoy Maduro es incongruente con el antiguo proceder de Chávez? La revolución parece extinguirse y el socialismo queda ya en un segundo plano para darle paso a una preocupación política que invita al pragmatismo represivo de un gobierno dictatorial: la retención de la silla en Miraflores.

Ahora bien, ¿será que los protestantes piden por un país que de verdad no existe? Al final, cada quien se va de la escena con un trozo de carne entre sus brazos.

*Escritor y analista político.

EL MUNDO

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Artículo actualizado el 18 de agosto de 2020.