Sin Brasil en su gira el show de Ahmadinejad se vino abajo - Runrun
Sin Brasil en su gira el show de Ahmadinejad se vino abajo

ESTOY LLEGANDO DE BRASIL donde pude apreciar el poco interés que tiene su gobierno de seguir relacionándose con el régimen de Irán, mejor dicho con su presidente Mahmoud Ahmadinejad, del que ya desde hace un año marcó terreno.

La otrora relación “amoro$a” del presidente Lula ha sido reemplazada por una más pragmática.

A pesar de ese interés en separarse en público de una “conchupancia” con Irán y haber criticado duramente la violación de los Derechos Humanos en ese país, los negocios entre las dos naciones siguen haciéndose, pero por supuesto nada que ver con el área nuclear de Teherán o con el uranio de Brasilia.

Irán pasó a Rusia como el principal destino de la carne brasilera exportada en el 2011 al comprar $ 61.7 millones según la Asociación de Exportadores de Carne de Brasil, ABIEC.

Por esto me pareció muy ilustrativo el reporte que en el site thedailybeast.com, parte del conglomerado del semanario estadounidense Newsweek, publica el periodista Mac Margolis, sobre el desaire brasilero al presidente iraní en su periplo-show por Latinoamérica.

Aquí se los presento con una traducción libre:

El desaire de Brasil a Mahmoud Ahmadinejad en su gira turística por América Latina


El único interés del líder iraní es provocar a Occidente con su afán de estrechar sus relaciones con los autócratas de la región. Pero esta vez Brasil, la potencia ránking de la región, no le siguió el juego

 

Escrito por Mac Margolis | 11 de enero 2012 para thedailybeast.com

Para aquellos en Washington que ven nubes en forma  de hongo nuclear cuando Mahmoud Ahmadinejad habla, la gira del presidente iraní por cuatro naciones de América Latina esta semana ha sido muy instructiva.

A pesar de que las tensiones internacionales gravitan sobre la sospecha mundial del plan iraní de enriquecer uranio para armas y sus amenazas de cerrar el Estrecho de Ormuz, el primer ministro iraní lleva su  “road show” por el patio trasero de Occidente. ¿Qué otra cosa podría ser esto sino una provocación?

Teatro de guerrilla, por supuesto. Ahmadinejad claramente pretende mostrar con su escapada a la América, que lo lleva a pasear por Venezuela, Nicaragua, Cuba y Ecuador, que Irán no sólo tiene amigos en el hemisferio, sino que sigue siendo visto como una estrella de rock por debajo la nariz de los yanquis”. Para nadie paso desapercibido su itinerario que  lo llevó a las naciones dirigidas por los autócratas mejor ranqueados del hemisferio.

Cambió abrazos con un radiante Hugo Chávez, el hombre fuerte de Venezuela y líder de la revolución bolivariana llamada así por el socialismo del siglo 21. Asistió a la inauguración del presidente Daniel Ortega, un guerrillero sandinista de otrora que se volvió un bandolero de las urnas de votación en urna complaciente Nicaragua. Ayer se retrata con  los hermanos Castro en La Habana, la franquicia de dictadura  más antigua de Occidente y concluye su recorrido el jueves en Ecuador, donde el presidente Rafael Correa está dando la batalla con Chevron y otros símbolos parecidos al imperialismo gringo.

El único relámpago que falta en este circuito al estilo de Elizabeth Arden es el del socialismo del Estado Plurinacional de Bolivia de  Evo Morales. Prueba positiva para que los aspirantes presidenciales republicanos puedan poner que el peligro y el terrorismo se esconden en el área ecuatorial del continente. «Reunir a los dictadores contra los Estados Unidos es el tema central del viaje de Ahmadinejad a la región», advirtió la representante republicana de Florida Illeana Ros-Lehtinen, en un comunicado el pasado 10 de enero. «Las crecientes alianzas entre Irán y las dictaduras anti-estadounidense en el Hemisferio Occidental constituyen una seria amenaza a la democracia y la estabilidad en la región».

Pero la verdadera noticia del viaje de Ahmadinejad es a donde no fue en esta gira. Notoriamente ausentes del viaje fueron: Argentina, México y Brasil, que juntos representan casi tres cuartas partes de los $ 4000 mil millones del PIB de América Latina.

La excepción más notoria, por supuesto, fue Brasil, cuyo aumento en su producción interna a más de 2 millones de millones de dólares  la convierte en la primera  potencia regional que, además,  está extendiendo su modelo de política de izquierda-suavizada y amigable con el mercado capitalista en toda el área.

El itinerario del iraní lo llevó a las naciones dirigidas por los principales autócratas del hemisferio.

Hace apenas un año el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva parecía esclavo del tirano en Teherán. Visitó el país en dos ocasiones, desestimó los manifestantes de la Revolución Verde como malos perdedores, y se ofreció a apadrinar  un acuerdo para intercambiar uranio de bajo grado con Irán e importar de este país combustible nuclear enriquecido en la fe de que Teherán buscaba la energía nuclear con fines pacíficos, y no fabricar cabezas nucleares.

Ese acuerdo cayó de plano, por supuesto, ya que Irán continuó desafiando a Occidente haciendo alarde en su burla de los inspectores de las Naciones Unidas,  lo que causo que las relaciones entre Brasilia y Washington se agriaran rápidamente.

Esta misma vez el año pasado, la especulación estaba abierta en torno a si  la recién juramentada presidenta Dilma Rousseff continuaría llevando la antorcha de Teherán. Ella no sólo era la sucesora de Lula, pero su protegida política, escogida a dedo y tutelada por el poder del hombre que había sido un genio político.

Durante un tiempo  pareció vacilar, pero ya al principio condenó el historial previo de Brasilia de no hablar sobre las violaciones a los  derechos humanos y  la abstención en cuanto a  las resoluciones de las Naciones Unidas para actuar en contra de la violencia estatal en Libia y en Siria.

 

Pero en noviembre, los diplomáticos brasileños se saltaron la reja y condenaron públicamente la brutal represión de las fuerzas de seguridad del dictador sirio, Bashar al-Assad. La votación fue aclamada como un hito pues “ Brasil se liberó de la camisa de fuerza» que implícitamente ha unido a las naciones más pobres evitando censurar a otros países pobres, según lo expresó Nadim Houry de Human Rights Watch.

Puede ser demasiado pronto para decir si el Brasil ha adoptado plenamente el mandato de la ONU como es la Responsabilidad de Proteger, o «R2P», una nueva y audaz directriz para darle  motivos a  las comunidades jurídicas y morales internacionales de intervenir en una nación soberana cuando la población civil  esté en peligro. (Diplomáticos de Brasilia, en su lugar hablan de la «responsabilidad a la hora de proteger», una modalidad argumental de la palabra para prevenir la intención de una invasión de rango bajo el pretexto del rescate humanitario.)

Pero nadie se perdió el giro diplomático de 180°  diplomática Brasil. «Rousseff es una gestora, más interesada ​​en las cuestiones prácticas que en las ideológicas” dice Luiz Felipe Lampreia, ex ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, agregando que la diplomacia brasileña poco a poco vuelve a inclinarse hacia la prudencia histórica. «Ella sabe que no hay nada bueno para Brasil en hacer amistad con Irán, país que prácticamente no tiene ningún amigo. Al mismo tiempo, no se gana nada con la provocación a los Estados Unidos. »

Irán y los amigos de la revolución bolivariana de Chávez  pueden seguir cometiendo travesuras.

Pero esta gira latinoamericana de Irán sin la presencia del país estrella en este juego como es Brasil es un espectáculo en un escenario vacío.