Entrevista | Lorent Saleh: Confío en mis hermanos de la generación de 2007 - Runrun
Entrevista | Lorent Saleh: Confío en mis hermanos de la generación de 2007

Cuando Rosmit Mantilla salió del Sebín, en noviembre de 2016, Lorent Saleh se preguntó “¿por qué yo no?”. Casi tres años después están los dos juntos en París, compartiendo la misma pantalla en una llamada por Skype, para una entrevista con Runrunes.

Los dos sentados uno al lado del otro y vestidos de camisa con colores oscuros, dan cuenta del cansancio por el ajetreo de la semana que los hizo reunirse con diferentes personalidades del mundo político de Francia, exponer la crisis venezolana ante el Senado, encontrarse con activistas de Amnistía Internacional y con parte de la diáspora venezolana.

Su propósito es denunciar las violaciones a los Derechos Humanos de las que fueron víctimas mientras estuvieron detenidos en el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) en Caracas y de lo que otros de sus compañeros sufren.

Rosmit Mantilla, diputado de Voluntad Popular, estuvo preso desde el año 2014 hasta 2016, acusado por el Gobierno de Nicolás Maduro de financiar las protestas estudiantiles. Lorent Saleh  también estuvo preso desde 2014 hasta 2018, acusado igualmente por el régimen de Maduro, de recibir entrenamiento paramilitar y planificar atentados en Venezuela desde Colombia. 

Lorent Saleh destaca, con su voz calmada, que no es lo mismo hablar de cifras que contar de primera mano todo lo que sufren. Mantilla agrega que tratan de convencer que “estamos en una dictadura a través de la narrativa de la tortura como política de Estado. Explicamos desde nuestra vivencia, la práctica de tortura, cómo ocurre, de que no son hechos aislados, de que es política de Estado”, agrega Mantilla.

Insistieron ante los políticos franceses que la crisis venezolana no es algo de “derecha o izquierda”, que es un tema de emergencia humanitaria. Al mismo tiempo le dan su voto de confianza a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela y confían en el trabajo de la dirigencia opositora, especialmente de la llamada generación 2007.

– ¿Cómo fue el reencuentro entre ustedes dos?

Lorent: La última vez que nos vimos yo estaba encerrado en la celda, Rosmit estaba castigado. Cuando sales de prisión o despides a alguien los sentimientos que se cruzan en ese instante son muy fuertes. Está la gente que se queda ahí, y del otro lado de la reja es la alegría de que tu amigo va a poder estar con su familia, pero también está el “por qué yo no”. Después decir qué miserable soy, porque es cuestionar y por qué yo no. Es duro y ahí no importa si es preso político o común, ahí hay humanos que sufren.

Encontrarnos a miles de kilómetros y ver que a pesar de lo que nos hicieron no nos quebraron y que seguimos adelante, es bonito.

Rosmit: Hay un tema asertivo muy importante, en mi caso por supuesto defiendo a todos los presos políticos, pero hay afectos. Ahora después de ver a Daniel (Ceballos) y a Lorent puedo decir que me siento en libertad.

– ¿Seguirán trabajando juntos o cada uno tiene agendas distintas?

Rosmit: Las dos cosas. Habrá compromisos por individual, yo soy activista LGBT, cada uno desde su terreno. Ahora me doy la mano con Lorent para trabajar en algunas cosas, por ejemplo, una de nuestras peticiones al Senado es que Francia impulse ante la Corte Penal Internacional (CPI) la investigación preliminar en contra del gobierno de Nicolás Maduro. Francia tiene competencia para juzgar a Nicolás Maduro por tortura. Eso vamos a comenzar a trabajarlo desde ya.

– Quería aclarar ese punto sobre Francia y que juzgue crímenes de lesa humanidad fuera de su territorio ¿Cómo se aplicaría en el caso de Venezuela?

Rosmit: Francia solo tiene jurisdicción para procesar delitos de tortura. Mi caso es como una punta de lanza porque yo soy protegido de esta República. Hay que seguir investigando con los abogados para poder plantear estos casos.

Lorent: Hay tres puntos importantes con Francia. El primero es que nos ayuden a impulsar la investigación ante la CPI. Estamos pidiendo ir un poco más allá y que nos ayuden a hacer presión. Lo otro es ejercer la justicia universal, quizás puedan juzgar crímenes de torturas, como el caso del diputado Rosmit. Además queremos el apoyo de la Asamblea de Francia para la Asamblea Nacional de Venezuela que está en grave peligro.  

– ¿Creen que la diáspora venezolana debe participar más en la política de esos países donde están para poder ayudar a Venezuela?

Lorent: La diáspora ha sido clave en mover la conciencia internacional. Hay que reconocer y reivindicar el trabajo de la diáspora, porque ha habido venezolanos en todo el mundo denunciando lo que pasa, incluso desde que llegó Chávez. Lo que debemos lograr es sacar el tema de Venezuela del marco de derecha o izquierda, porque la situación no es tan simple, es un asunto de emergencia humanitaria.

Estamos frente a una corporación criminal que ha secuestrado los poderes del Estado venezolano para desde ahí promover toda su accionar ilícito. Porque no estamos peleando solo contra Maduro y contra Diosdado, estamos peleando contra Rusia, Irán, Turquía, Cuba, Corea, el ELN, Hezbolá, el narcotráfico. Es bien complejo.

Rosmit: Tuvimos una sorpresa grata en el Senado y es que los senadores de mayoría republicana, que pensaba que no era de su interés, estaban al tanto en detalle de lo que ocurre en Venezuela. Eso habla del cambio de mirada de la comunidad internacional hacia Venezuela. Ha habido un cambio de conciencia que lo trajo la diáspora. Es un trabajo magnífico en torno a esto.

– Cuando hablan con los políticos sobre el tema de Venezuela, incluyendo el narcotráfico, ¿Cuál ha sido la respuesta?

Lorent: Hay cosas que cuesta entender desde un sistema democrático y de Estado de derecho, pero hay una preocupación real. Ciertamente queda mucho trabajo por hacer de investigación y análisis. Esa es otra parte del trabajo que no es visible y que ocupa la gran parte del tiempo. Es documentar, investigar, analizar, estructurar, darle seriedad a cada denuncia. Eso es un trabajo fuerte, que hacen muchas personas que están allí junto a nosotros trabajando.

Lorent, ¿Tiene aspiración para ejercer un cargo político?

No, estoy enamorado de los derechos humanos. De repente lo que para un dirigente político significa ganar un espacio en la Asamblea Nacional, es para mi lo que significa llegar a la ONU y sentarme con Bachelet. Ambas importantes para el juego democrático. Me siento muy feliz defendiendo los Derechos Humanos. Creo que es donde mejor puedo aportar. Confío en el trabajo que está haciendo buena parte de la dirigencia política venezolana. Hay dirigentes buenos, nobles, comprometidos con la democracia. La generación 2007 ha estado ahí. Confío en mis hermanos, lo que pueda hacer por ellos, voy a estar y lo que yo pueda hacer en materia de Derechos Humanos, los voy a llamar para que me ayuden también.

– Aparte de la representante diplomática en Francia, ¿Se han reunido con otros representantes diplomáticos de Juan Guaidó? ¿Cuál es su situación?

Lorent: Sí, en mi caso por el trabajo que me ha tocado hacer y por un compromiso con el gobierno de transición de Juan Guaidó. La situación es difícil porque por un lado tienen que enfrentarse al poderío diplomático de Rusia, China y Cuba. Sumar los representantes de Maduro y escuchar las necesidades de cada uno de los venezolanos que llegan a esos países.

Los embajadores quieren hacer más pero todavía no se dan las condiciones. Es duro el trabajo que hacen. Creo que Isadora (Zubillaga, representante diplomática en Francia) es un hermoso ejemplo de lo que es un trabajo exterior de altura y seriedad.

Rosmit: Quiero agregar que el trabajo de Isadora simplemente es una gran muestra de quienes conforman el equipo de Gobierno del presidente Guaidó. Un gobierno profundamente democrático, que evalúa todas las alternativas democráticas que ofrece el sistema de justicia internacional para lograr el cese de la usurpación.

– Pero ¿Cómo evalúan la dualidad de estos Gobiernos que reconocen a los representantes diplomáticos de Guaidó pero que al mismo tiempo se reúnen con los diplomáticos de Maduro?

Lorent: Una cosa es la política exterior y otra la política nacional. No se puede pretender llevar la política exterior como una campaña para la gobernación de Yaracuy. Es más delicado y hay que ser comprensivo con cada gobierno y ser inteligente para poder avanzar. Los representantes de Maduro podrán estar ahí en un edificio con una bandera, pero la legitimidad la perdieron hace rato. Cada vez son más execrados de la vida política de estos países.

– Visitaste México, ¿con quién te reuniste allí? ¿Con la oposición a Andrés Manuel López Obrador o también con sus partidarios?

Lorent: La primera mitad de la semana tuvimos conversaciones bien profundas con representantes del Gobierno de México. La segunda mitad de la semana se subió el tono con la ayuda de las fuerzas políticas democráticas en México. Por eso fue que me tocó hablar en el senado. Fue bonito porque la oposición estuvo ahí presente y aunque tienen diferencias entre sí, están todos unidos en torno a la causa democrática venezolana.

Incluso seguidores de AMLO se pronunciaron a favor de la democracia venezolana. Yo me sentí más o menos, salvando algunos elementos en el contexto. Pero ir ahora a México fue como cuando me tocó ir a Colombia en el 2014 y me secuestraron. Es arena movediza y trabajar en esas condiciones es un riesgo muy elevado, pero bueno hay que asumirlo.

– Consideras que la posición de AMLO es a favor de Nicolás Maduro…

Lorent: Por lo menos no es a favor de la democracia. Todavía no. Lo que no quiere decir que dejemos de hacer el trabajo.

– ¿Cómo ven las posibles negociaciones en Noruega?

Rosmit: Claro que vamos desconfiados porque tenemos precedentes de lo que hace el ex presidente Maduro en estos escenarios. Pero tenemos que asistir a toda convocatoria que pudiese abrir el paso a una transición democrática en el contexto que plantea nuestro presidente Guaidó, cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres.

La aproximación que se lleva en Oslo no frena la agenda del presidente Guaidó. Vamos a atender cualquier llamado de cualquier nación democrática que quiera ayudarnos a solucionar el problema de Venezuela. El gobierno del presidente Guaidó no tiene complejos para recibir ayuda. Mientras que sea para negociar la salida pronta de Maduro pues estoy seguro que nuestro presidente tendrá ahí a los mejores para exponer nuestras condiciones. Solo si se da este tipo de reuniones, para contextualizar, para ponerle fecha, día y hora a la salida de Maduro.