La conexión Trinidad y Tobago que ayudó a destapar el escándalo de la FIFA
La conexión Trinidad y Tobago que ayudó a destapar el escándalo de la FIFA

 

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El desenredo de una supuesta conspiración generalizada en las más altas esferas del fútbol mundial fue posible en parte gracias a tres hombres con fuertes vínculos con Jack Warner, el poderoso ex operador internacional del fútbol acusado esta semana junto con otras 13 persona de una larga lista de delitos de corrupción.

Los hijos de Warner, Daryan y Daryll, y el ex vicepresidente ejecutivo de la Federación de Fútbol de Estados Unidos, Chuck Blazer, cooperaron por separado con las autoridades, suministrando información que contribuyó a formalizar las acusaciones reveladas el miércoles, de acuerdo con documentos del gobierno y personas familiarizadas con el caso.

Uno de las pistas que llevaron a los fiscales a denunciar más de dos décadas de corrupción en la FIFA comenzó con un depósito que Daryan Warner hizo en una sucursal del banco JP Morgan Chase JPM -0.63% & Co. en Manhattan, de acuerdo con una declaración jurada de 2012 dada a conocer esta semana.

El 14 de julio de 2011, Daryan habría intentado depositar 7.500 euros (US$8.178 al cambio actual, aunque en esa fecha representaba US$10.608), pero se le advirtió que tendría que llenar un reporte de la operación porque en total ésta excedía los US$10.000, lo cual pone en marcha los protocolos de prevención de lavado de dinero. Warner pidió que le devolvieran 500 euros, según la declaración jurada.

Esa bandera roja, que según la declaración jurada fue posteriormente descrita por el cajero del Chase a un agente del Servicio de Impuestos Internos, determinó que Daryan y Daryll Warner cooperaran con la investigación.

En 2013, en secreto, los dos hermanos se declararon culpables. Daryan admitió haber revendido ilegalmente y por un amplio margen entradas para las Copas del Mundo de 2006 y 2010 y Daryll reconoció haber mentido sobre su ingreso y su empleo para obtener un préstamo de US$ 690.000 para comprar un condominio de Miami, lo que constituye fraude hipotecario.

De acuerdo con la declaración jurada, entre julio y diciembre de 2011, los hermanos viajaron frecuentemente entre Trinidad y Tobago, Miami y otras ciudades estadounidenses para depositar cientos de miles de dólares, euros, libras y rublos rusos en depósitos estructurados, diseñados para evadir la detección de las leyes de lavado de dinero.

La declaración jurada, que no explica el origen de los fondos, dijo que los hermanos son “hombres de negocios que han estado involucrados en negocios de riesgo… incluyendo emprendimientos que involucran a su padre”.

Un abogado de Daryll declinó hacer comentarios y otro de Daryan no respondió a una solicitud de comentarios. Su padre no pudo ser contactado para hacer comentarios, pero en un video publicado en su página de Facebook FB -1.19% dijo: “Cuando estuve en la FIFA me conduje en consonancia con todas las prácticas deportivas internacionales”. Blazer está enfermo y no respondió mensajes en busca de comentarios.

El jueves, Warner fue sacado en ambulancia de una cárcel de Trinidad después de quejarse de agotamiento, informó Associated Press.

Warner, un ex maestro de escuela, comenzó su transformación de presidente de la Unión de Fútbol del Caribe a líder del órgano rector del fútbol en Norteamérica, América Central y el Caribe con la ayuda de Blazer, que quería convertirse en una fuerza en el fútbol de la región.

En un fin de semana de noviembre de 1989, Blazer acompañó a la selección de fútbol de Estados Unidos a Trinidad para un crucial partido clasificatorio de la Copa Mundial. En esa oportunidad se reunió con Warner.

Durante años, México había dominado la confederación que rige el fútbol en América del Norte, América Central y el Caribe, conocido como Concacaf.

Durante su reunión con Warner, Blazer le explicó que si aquel era capaz de convencer a los representantes de las naciones del Caribe a votar en bloque por él, ganaría la presidencia de la Concacaf ya que cada país tiene un voto y tres cuartas partes de los países miembros se encuentran en el Caribe, dijeron dos ex funcionarios de la organización.

Blazer prometió apoyar a Warner en el esfuerzo, y al año siguiente éste fue elegido presidente de la Concacaf. En 1991 Warner contrató a Blazer como secretario general de la Concacaf y juntos la transformaron en un negocio que este año generará ingresos de hasta US$80 millones, dijo un funcionario de la Concacaf.

Pero la relación entre Warner y Blazer, que en 1996 se convirtió en miembro del comité ejecutivo de la FIFA, recientemente comenzó a deshilacharse.

Blazer, referido en la acusación como “co-conspirador # 1”, ha estado cooperando con las autoridades desde que se inició la investigación en 2011, dijeron personas cercanas al dirigente.

Blazer ha proporcionado información detallada a las autoridades acerca de las maquinaciones de los funcionarios de la Concacaf, incluyendo supuestos pagos en relación con ofertas de negocios y la supuesta venta de votos para la Copa del Mundo de 2010.

Según la acusación, Warner recibió US$10 millones a cambio de su apoyo a la candidatura de Sudáfrica para organizar la Copa Mundial 2010. Los pagos habrían sido realizados por el voto de Warner, Blazer (que recibiría US$1 millón), y un tercer ex miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA. Desde 2008-2011, Blazer recibió pagos de US$750.000 efectuados por cuentas controladas por Warner, según la acusación.

La acusación contra Warner hace referencia a algunos aspectos de los supuestos delitos de sus hijos. Por ejemplo, los fiscales alegaron que en 2005 Warner desvió fondos de fútbol para comprar un condominio de Miami a nombre de “un miembro de su familia”.

Daryll se declaró culpable de fraude relacionado con una hipoteca que buscaba ese año para un condominio de Miami.