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¿Será atractivo para un esequibano sentirse venezolano?
Mientras Venezuela atraviesa una intensa crisis desde hace más de una década, Guyana no para de crecer. Un esequibano no querría estar bajo el Gobierno que destruyó un país

 

@froilanbarriosf

La disputa por el Esequibo se ha convertido en 2023 en un tema global, alcanzando a ser un trending topic ampliamente registrado por redes sociales, webs y diarios de Europa y el continente americano. Esto, al observar cómo una excolonia británica se disputa un territorio rico en minerales y, sobre todo, en petróleo con la otrora próspera Venezuela, hoy en decadencia extrema.

En esa materia de saldar pleitos territoriales, los europeos son duchos. Al paso de conformar sus Estados nación en la segunda parte del segundo milenio, no exentos de conflictos bélicos internos y extranjeros, sin escatimar esfuerzo alguno para matarse entre sí por cada centímetro de sus territorios en disputa. De hecho, cada mapa de las naciones integrantes de la Unión Europea fue escrito con tinta de sangre, al no mediar en menguadas oportunidades los acuerdos, sino los cañones.

Para muestra, está la región de Alsacia Lorena en Francia donde sesiona actualmente el Parlamento Europeo en la ciudad de Estrasburgo. Esta región pasó entre el control francés y alemán varias veces desde 1681. Fue conquistada por las fuerzas francesas, luego fue cedida a Alemania como resultado de la guerra Franco-Prusiana (1871) y, finalmente, cambió de manos en las dos guerras mundiales del siglo XX, con el retorno definitivo a Francia en 1945 hasta el presente.

Como la historia no es análoga y transcurre en su contexto respectivo, durante el siglo XX Venezuela era el sueño americano para una Guyana recién independizada del tutelaje del Reino Unido en 1966. Su herencia la calificaba como la segunda nación más pobre de Sudamérica, después de Bolivia.

Esto la convirtió en una tierra de emigrantes que buscaban una mejor vida en otros países, entre ellos Venezuela. Según el censo nacional para 2001, se identificaron un poco más de 6000 guyaneses viviendo en nuestro país, teniendo entendido que para ese año la población de Guyana se situaba alrededor de los 700.000 habitantes. Una cifra que alcanzó en 2023 una población superior a los 800.000.

El flujo migratorio en los últimos cinco años ha cambiado al regresar la mayoría de guyaneses a su patria. Al punto que la migración entre Venezuela y Guyana se ha revertido, ya que se identifican cada vez más venezolanos en búsqueda de mejores oportunidades en ese país. Unos 35.000 venezolanos tratan de abrirse paso en este pequeño territorio que disfruta un boom petrolero como otrora lo conoció Venezuela un siglo atrás.

Mientras nuestra patria atraviesa una intensa crisis económica desde hace más de una década, Guyana no para de crecer. Se espera que su PIB aumente un 37 % este año 2023, tras haberse expandido un 62 % en 2022. Además, el PIB per cápita de Guyana se ha triplicado desde 2019. El Gobierno espera triplicar en poco tiempo la renta per cápita de sus ciudadanos, que ahora mismo ronda los 10.000 dólares.

En los reportes económicos de los expertos resaltan estos indicadores. Al señalar no recordar un impacto igual en una economía en tan poco espacio de tiempo. Incluso, previendo que Guyana, de la noche a la mañana, podría ser el Dubái de América Latina. De hecho, el FMI afirma que ningún país registra unas cifras semejantes en el mundo entero. En la actualidad, Guyana produce 400.000 barriles de petróleo al día y los expertos calculan que en cuatro años llegarán a los 1,2 millones de barriles diarios.

Es obvio que para los venezolanos no existe duda alguna en el reclamo legítimo de un territorio arrebatado en el siglo XIX por Inglaterra, la “Pérfida Albión”, llamada así por Napoleón Bonaparte por interferir en aquella época con los intereses europeos y del imperio francés.

Aun cuando las circunstancias actuales condenan a la gestión irresponsable de una tiranía gobernante, quien mediante una caricatura de referéndum desmotivó a la población poniendo en peligro la soberanía nacional sobre el Esequibo, no desmerita la tarea histórica de recuperarlo.

Hoy una Venezuela arruinada y quebrada, con las cifras que indicamos, no llega siquiera a la categoría de espejismo. Por el contrario, para los guyaneses significa la alerta a no repetir la desgracia en su país sufrida por los venezolanos. Como consecuencia de la cloaca de la corrupción causante de la ruina nacional.

*Movimiento Laborista.

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