La democracia es la verdad de todos para uno - Runrun
La democracia es la verdad de todos para uno
En Venezuela se creó la ilusión de que el sistema democrático está en obligación de otorgar favores. Tanto se pudrió, que maleantes aventureros llegaron al poder para destruirla

 

@ArmandoMartini

Por la democracia se han librado incontables y grandes batallas. Millones sacrificaron sus vidas, perdieron todo, pero jamás el compromiso honorable, digno y distinguido de ser demócratas.

Comenzó en Grecia y se mantuvo por siglos, por defenderla los griegos enfrentaron al mundo. Se habla de militaristas espartanos que, convencidos de que la vida era un cuartel, protegieron la obediencia sin discusión, la existencia diaria y constante preparación para el combate. Fueron útiles cuando lideraron a voluntarios de ciudades griegas para frenar al tirano persa -hoy lo llamaríamos iraní- que planeaba invadirlos.

En la actualidad, los musulmanes asedian países y capitales europeas, con una mezcla de fanatismo creyente y adorador de sumisión incondicional a sus dirigentes tribales y religiosos. Sin embargo, en tradiciones musulmanas la democracia es pecado.

Los pueblos griegos ejercieron a plenitud la democracia, eligieron sus representantes -y en guerra a generales y almirantes- por votación popular, desarrollando una cultura personal, intelectual y política basada en derechos y deberes de cada ciudadano. Había esclavitud, no era un invento de ellos sino característica de sus tiempos.

Los romanos comenzaron a ser y crecer con la república, aunque su deseo a las conquistas -más que codicia de territorialidad era económica, las arcas del Estado se llenaban con impuestos de las provincias-; pero aun en la larga y cada día más corrompida era imperial, las instituciones republicanas como el Senado se mantuvieron y respetaron. Muchos senadores se corrompieron, pero el emperador con su poder vinculado a las legiones y guardia pretoriana no gobernaba sin informar y consultar al Senado; podía desear la muerte de personas, pero nunca ordenarla sin la intervención y anuencia -no siempre sumisa- de los pretores, que eran la justicia. Donde triunfaban, imponían y hacían cumplir el Derecho romano.

La democracia se apagó en la Edad Media, más que por ambición de reyes, por el peso espiritual de la Iglesia católica que, sabiéndose representante de Dios, nunca ejerció la democracia. Tampoco clérigos musulmanes, monjes budistas, ni maestros y guías religiosos de otros cultos. Y mientras se imponía el poder absoluto -incluyendo la aberración del “derecho divino de los reyes”-, intelectuales y pensadores nunca dejaron de reflexionar sobre la democracia, analizándola y perfeccionándola.

Siglos pasaron, llega la revolución independentista en Estados Unidos, y poco después, la que decapitó a la monarquía en Francia y de allí al mundo. La democracia estaba definida. Y su expresión resumida en los derechos del hombre y ciudadano, fue la bandera de convicción y propósito de dirigentes sociales, políticos que liberaron y crearon a los Estados Unidos; los que guillotinaron la nobleza francesa, pusieron límites, exigieron rendición de cuentas; dieron ideología y proyecto a los libertadores de la América hispana.

Que se hayan producido golpes de Estado, asaltos al poder, tiranías y abusos, no cambia la necesidad vital de la democracia.

Hoy opresiones, absolutismos e intolerancias como el castro comunismo en Cuba, Nicaragua y Venezuela son excepciones; tanto, que tratan de mantener una máscara que los haga aparecer como los demócratas que no son.

La democracia se impondrá

La democracia, incluyendo monarquías europeas convertidas en tradiciones y argumento turístico, ya no gobierna por encima del presidente, primer ministro y parlamento electo por el ciudadano. Es lo natural para los seres humanos; y quienes aún no la disfrutan, es por represiones militares y policiales, que terminarán deshaciéndose de los arbitrarios déspotas. Está empezando a ocurrir y pasará porque son aberraciones, no vías naturales.

La democracia es derecho del hombre, del ciudadano, que incluye deberes: “el derecho de cada uno termina donde comienza el derecho del otro”, base de la vida diaria. Y, en su defensa, no hay sacrifico demasiado alto. 

La democracia nace del acuerdo de respetar el derecho de cada uno, individual, colectivo; se tiene tanto el derecho como el deber de luchar por ella. No nace de promesas políticas. Y ese es un ejercicio cristalino de honestidad, sinceridad y compromiso, no de apariencias, disfraces, embustes y vaguedades. Es el poder de la ciudadanía ejercido, protegido por cada uno y por el Estado resultado de todos.

En Venezuela se confiscó la democracia por imbecilidad del clientelismo, estupidez partidista, y populismo idiota, que crea la ilusión de que el sistema democrático está en obligación de otorgar favores, sin retribución. Tanto se pudrió, que maleantes aventureros llegaron al poder para destruirla sin dolientes ni reclamo.

La incautación de las prácticas cívicas ciudadanas, constitucionales y de ley, libertarias y de lógica reglamentaria es incontrovertible. Hay que levantar las banderas de una democracia apegada a la ciudadanía, lejos de los vicios, depravaciones, desenfrenos del pasado. Y sobre todo de la incontinencia deshonesta, liviandad corrupta, inmoralidad, degradación y estulticias del presente. 

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