Nadie los ha visto, se prometió que saldrían esta semana, hasta nos mostraron sus rostros, muy parecidos a sus antecesores, pero un poco más pálidos. Su debut es un secreto, la gente los busca incesantemente, hay quienes dicen que no se les verá la caratula pronto, que habrá que esperar un rato. Son los nuevos billetes ¿Misterio socialista o plan deliberado?

La aparición de los nuevos billetes se quedó fría, a diferencia del 2008 cuando hubo un periodo de transición donde circularon ambas monedas, el bolívar “viejo” y el bolívar ”fuerte”, esta vez todo fue a la carrera: en setenta y dos horas dejaba de circular el billete de mayor de nominación y pasaba a convertirse en una monedita. Una acción que vino precedida por un alza abrupta del dólar paralelo, vaya usted a saber quiénes son los que alimentan ese mercado. Lo cierto es que al parecer no todos estaban tan desinformados sobre las medidas que anunciaría el desgobierno.

La gente fue en estampida a cambiar los billetes, que superando miles de calamidades había logrado obtener. Muchos abuelitos tuvieron que padecer un verdadero drama para sacar su pensión y cuando finalmente lo habían logrado, les lanzan ese verdadero chaparrón: El dinero que tenían en casa pronto dejaría de tener valor, digamos oficialmente, pues hace mucho lo había perdido.

No se podría en adelante hacer transacciones con esos billetes y las autoridades invitaban «cordialmente» a entregarlos, recordando con mucha amabilidad, que serían detenidos aquellos que transportaran grandes cantidades. Eso dicho en el país con la inflación más del mundo, donde cualquier cosa puede ser «grandes cantidades».

Pero la sorpresa, si es que todavía puede sorprendernos algo, es que cuando la gente intentaba obtener nuevamente efectivo, los cajeros automáticos les devolvían los mismos billetes de cien que acaban de entregar.

Uno tiene la obligación de dejar por escrito esto que ustedes más que nadie conoce, porque estoy seguro que nuestros nietos les contaremos estas historias y quizás crean más en la sayona que en lo que escuchan. Es lo insólito hecho drama diario y con amenaza inminente de ser peor.

El gobierno se nos adelanto en el Día de Los Inocentes, pero quizás en esta oportunidad no deberíamos llamarnos así, porque inocente eres cuando caes una o tres veces, pero cuando tienes dieciocho años en lo mismo no solo es que nos tratan por pendejos,  están seguros que lo somos.

 Brian Fincheltub

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