El peso sube, el dólar baja por Francisco J. Quevedo
El peso sube, el dólar baja por Francisco J. Quevedo

PesoColombiano

 

La caída del dólar paralelo la semana pasada, por el orden del 13%, se explica mayormente por el alza del peso colombiano contra el dólar que rondó un 8% y de alguna manera “levanta” al bolívar porque las compras en Cúcuta son trianguladas así, y por la reducción forzosa de la liquidez monetaria que retiró de la banca sobre el 7% de su disponibilidad y excedentes. Sin embargo, razones sobran para forzar la baja que es solo temporal, por cuanto las anomalías que sostienen la salida de capitales persisten. “Alegría de tísico” dirán algunos.

Primeramente, para analizar el mercado paralelo debemos reconocer algunas de sus particularidades. Es un mercado marginal, altamente especulativo, fronterizo y anclado al peso colombiano, cualquier intervención importante causa vaivenes igualmente importantes. Segundo, debemos reiterar que mientras existan los controles y la restricción de la oferta cambiaria, los importadores, ahorristas, viajeros, multinacionales, la banca, los corruptos y los especuladores desahogarán la demanda en este mercado. Y tercero, estemos claros que el dólar no vale Bs. 800, ni tampoco Bs. 6,30, su valor real quizás se parezca mucho al cambio implícito. Así que de 200 para arriba, todo es una burbuja especulativa.

Ahora bien, además de la revalorización del peso y la restricción de la liquidez monetaria a través de las llamadas Operaciones de Reabsorción del Banco Central de Venezuela que ofrece papeles a la banca con rendimientos cercanos al 40%, libres de impuesto y absolutamente legales, otras variables inciden en la baja del dólar paralelo, no necesariamente en este orden de importancia, veamos.

Hay muchas ofertas de poca monta que resultan lógicas cuando uno se da cuenta que en un viaje que costara US$ 2,000 a 13,50, es decir, Bs. 27.000, con solo traerse US$ 33 en efectivo y venderlos a Bs. 826, en su momento, se cubre. Pagamos dos mil dólares con treinta y tres. Y si el mercado paralelo baja a Bs. 718, solo tenemos que sumarle cuatro dolaritos a la oferta y listo, cupo pagado. ¡Qué mantequilla! Así que la post-temporada vacacional es otro factor que incide en la caída del dólar negro.

La inflación exige bolívares, por otra parte, y así como merma nuestra capacidad de comprar bienes y servicios, y de ahorrar, también le resta poder de compra al mercado paralelo. ¿Con aumentos de precios que apuntan sobre el 260% este trimestre, y si nos llega la renovación del seguro o tuvimos que pagar la reinscripción en el colegio, a quién le sobra para comprar dólares? Así mismo, el pago de las utilidades lleva a muchos a liquidar unos dolaritos. Así que mientras mayor sea la demanda de bolívares, menor será la de dólares, y el precio cae.

Y no olvidemos el factor psicológico. Hay vientos de cambio, y eso tiene a muchos pensando que las cosas van a mejorar, y por ello quizás se atrevan a hacer algunas inversiones en bolívares. Súmesele los rumores de “convergencia cambiaria” que ha dejado colar el Gobierno, y habrá muchos pensando que si se unificara el cambio alrededor del Simadi, se van a quedar colgando de la brocha. Eso lanza dólares al paralelo que cae, nuevamente.

Ahora bien, viene la temporada navideña, la importación de pinos, juguetes, el cobro de las utilidades, la compra de regalos y los viajes. Todo ello significa demanda de divisas. Y la confianza perdida no se recupera tan rápido. Habrá que ver si el 6-D le inspira un segundo aire a los venezolanos. Pero, mientras no haya oferta a 6,30 ó 13,50 o 199,97, habrá demanda a 718 y más. “No hay dólar caro” dicen, especialmente cuando lo necesitas. Además, el mercado paralelo persistirá mientras le interese a aquellos que tienen acceso a dólares preferenciales u oficiales. Allí se cuecen fortunas de la noche a la mañana. ¿Y quiénes tienen acceso a dólares oficiales? Dígalo Ud.  

@qppasociados