Maduro pasa a la “vigilancia combativa” para conservar el poder
Maduro pasa a la “vigilancia combativa” para conservar el poder

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Desde el 10A cuando estuvo en Cuba, el presidente Nicolás Maduro se llenó del aliento que necesitaba. El Alba le ofreció el apoyo en momentos en que está acorralado, bajo presión nacional e internacional y con un alto rechazo. “8 de cada 10 no lo quiere”, indica la encuestadora Meganálisis en su reporte de la primera semana de abril.

Maduro aprovechó su visita a La Habana para adjudicarse —al igual que Hugo Chávez— que sigue la gesta de los libertadores de América Latina y, por ello, no solo estaba dispuesto a dar la vida, sino que asumía esta nueva etapa del proyecto político, caracterizada por una oposición con respaldo internacional, una población movilizada y una Asamblea Nacional resteada en contra del golpe parlamentario, como un reto y se comprometía a no perder el poder.

“¡Venezuela no se va a rendir! Venezuela seguirá el curso de una revolución fundada por un gigante, Hugo Chávez, más allá de las amenazas, más allá de las agresiones! No será la OEA [Organización de los Estados Americanos] y no será la derecha pro-imperialista la que corte el curso victorioso de una revolución que ha nacido de la historia y que tiene llamada por la historia un solo destino: ¡La victoria, la victoria y la victoria!”, afirmó Maduro, en el acto político-cultural de solidaridad con Venezuela, en el Palacio de Convenciones de La Habana.

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