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#MonitorDeVictimasTáchira | Denuncian que funcionarios de las FAES robaron y mataron a mujer que se dedicaba a cambiar divisas
Wendy Benítez formaba parte de un grupo de 70 personas –en su mayoría mujeres– que se dedican a cambiar moneda extranjera en Táchira. Ella y sus compañeros son víctimas de extorsiones por funcionarios de cuerpos de seguridad y el 29 de octubre fue asesinada en un sospechoso robo, en el que la despojaron de 10 millones de pesos (más de US$3.000)

Monitor de Víctimas Táchira

 

Familiares de la joven cambista tachirense Wendy Mayerlin Benítez Sanguino, que fue asesinada la noche del 29 de octubre en San Cristóbal, responsabilizan del homicidio a funcionarios de las FAES y han salido a las calles de la ciudad a protestar y a exigir justicia.

Parientes de la víctima aseguran que uniformados de distintos cuerpos extorsionan diariamente a unos 70 cambistas que operan en la urbanización Juan Maldonado, en la parte posterior del Terminal de Pasajeros de San Cristóbal.

Aunque inicialmente el homicidio de Benítez Santiago se manejó como un robo, una serie de incidentes previos que involucran a funcionarios de cuerpos de seguridad hacen a los familiares de la víctima presumir que el crimen fue perpetrado por policías.

Las recientes declaraciones de Tatiana Benitez, hermana de la mujer, asoman la posibilidad de que el homicidio de la joven, que tenía 25 años de edad, fue perpetrado para no dejar testigos, ante la sospecha de que la víctima pudiera haber reconocido entre los hombres que la robaron a funcionarios policiales.

 

 

Personas que presenciaron el ataque contaron que los criminales usaban chalecos antibalas.

Tatiana indicó que desde hace aproximadamente año y medio, cuando los cambistas se trasladaron a trabajar a la urbanización Juan Maldonado (antes lo hacían en el referido terminal), comenzaron a ser extorsionados por funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).

“Las FAES fueron las primeras en llegar acá. Nos pidieron 5.000 pesos semanales (US$1,5 aproximadamente), como una ‘colaboración’, porque –según ellos- estábamos trabajando ilegalmente, pero muchas personas no podían pagar. Entonces hace como cuatro meses nos ‘arrastraron’, o sea, nos agarraron a todos y nos llevaron presos”, contó la mujer.

En esa oportunidad los cambistas fueron trasladados a la sede de las FAES en Paramillo, donde según Tatiana, a algunos de sus compañeros le quitaron el dinero que tenía, mientras que algunas de las mujeres pedían ser presentadas ante la Fiscalía. Finalmente todos fueron liberados, pero el acoso policial continuó.

Los funcionarios que actuaron en el procedimiento, aunque estaban encapuchados, vestían el uniforme de las FAES, indicaron testigos y se desplazaban “en camionetas de esas grandes, de las últimas, Runner”, aseguró.

Tatiana recuerda que ya había ocurrido algo similar en septiembre de 2020, cuando detuvieron a los cambistas ante la sospecha de que solo servían de pantalla para el microtráfico de drogas. Después de 20 días, fueron puestos en libertad, sin que les imputaran cargos. Además, les devolvieron tres millones de pesos colombianos, que les habían incautado.

 

 

No solo las FAES extorsionan

De acuerdo con la versión de la hermana de la víctima, luego de esta última detención la presión y el asedio en contra del gremio cambista se incrementó, pues otras unidades de la PNB también comenzaron a extorsionarlos.

“Los mismos de Antidrogas, la DIP, la DIE y otros de la PNB hicieron los mismito. Nos agarraron, a algunos nos quitaban el dinero, a otros no. Si no les pagábamos nos decían: ‘los vamos a mandar a partir, los vamos a mandar a agarrar’. Siempre era una amenaza”, relató la mujer.

Según Tatiana, funcionarios de la Policía del estado Táchira (Politáchira) se sumaron a las extorsiones. La exigencia, aseguró, era de 1.000 pesos colombianos diarios, por persona.

 

Ataques previos

Previo al homicidio de Wendy, personas de su entorno –mujeres cambistas– comenzaron a ser objeto de agresiones más frontales físicas. Esto, de acuerdo con el testimonio de Tatiana.
Otra cambista habría sido interceptada, herida de un disparo en una pierna y golpeada en un ojo con la cacha de un arma de fuego, por dos sujetos motorizados que la despojaron de 6 millones de pesos, unos US$2.000.

Casi un mes antes del homicidio, había sido la misma Wendy la víctima de otro robo. En esa ocasión fue despojada de 10 millones de pesos (más de US$3.000) por parte de dos hombres que, en una camioneta Blazer. La interceptaron cuando iba con Tatiana y otra amiga, en una moto.

En esa oportunidad Wendy fue golpeada en la cabeza con la cacha de un arma de fuego, relató su hermana.

En los tres eventos descritos, tanto las víctimas, como testigos, aseguraron que, la actitud, el porte y hasta el calzado de los victimarios, eran acordes con el de funcionarios policiales.

Todos estos hechos fueron denunciados. En el primer caso, ante las FAES, cuando aún no tenían sospechas de su supuesta autoría. Ante ese organismo, entregaron los restos del proyectil que le extrajeron de la pierna a la primera víctima, pero no hubo investigación.

Luego del primer ataque contra Wendy acudieron al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) e interpusieron la denuncia. Tatiana contó que en esa oportunidad la investigación pareció prosperar, pero que algunos funcionarios le insinuaron que efectivamente los victimarios podrían ser miembros de las FAES.

 

El homicidio de Wendy

Cerca de las 7:00 de la noche del viernes 29 de octubre, Wendy se desplazaba en una motocicleta junto a su compañera de habitación Angely Herrera, de 23 años. Ambas fueron interceptadas por dos hombres que también viajaban en moto, en la parroquia La Concordia, en San Cristóbal,

Apenas notaron el actuar sospechoso de los desconocidos, Herrera arrojó al interior de un abasto las llaves de la moto en la que se movilizaban.

Los delincuentes les ordenaron entregar sus pertenencias: carteras y teléfonos celulares. Ellas accedieron, pero antes de huir los hombres les dispararon a ambas.

A Wendy el proyectil le ingresó por el intercostal y le perforó un pulmón, lo que causó su muerte minutos después, en el Hospital Central de San Cristóbal.

Angely Herrera fue baleada en el abdomen. El proyectil le salió por la espalda, y se recupera del ataque.