Venezuela energética, por José Toro Hardy
Venezuela energética, por José Toro Hardy

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Leopoldo López y Gustavo Baquero acaban de presentar un extraordinario libro: “Venezuela Energética”. Es quizá la propuesta petrolera más completa que se ha presentado en años. Llega además en el momento más oportuno, pues aparece justo cuando las políticas petroleras del actual régimen han hundido en la más profunda crisis no sólo al país, sino también al sector de los hidrocarburos y han llevado a PDVSA al borde de su destrucción.

Las ideas no pueden ser encarceladas. Leopoldo lleva más de tres años encerrado como prisionero de conciencia como lo ha declarado Amnistía Internacional.  También lo ha declarado la propia jueza que lo condenó, alegando que de no haberlo hecho la presa sería ella.

Desde la soledad de su celda las ideas seguían bullendo. Las plasmaba en papeles que después le requisaban. Las escribía en las paredes, que los guardias pintaban. Aprovechó las audiencias (más de 80) en los tribunales para sacar subrepticiamente sus escritos. También las escribía en la piel de Lilian y de Antonieta para que pudieran sacarlas de Ramo Verde, pero los guardias las borraban con algodón y alcohol.

De una u otra forma la esposa y la madre del prisionero lograban extraerlas y entregárselas a Gustavo Baquero. Brillante ingeniero industrial  de la UCAB, con maestría en el Instituto a Empresa de Madrid y estudios en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, profesor de la UCAB y el IESA.

Sus ideas vienen a romper los paradigmas que han conducido a nuestro sector petrolero al desastre. Después de una revisión de hechos, ideas y personajes de nuestra historia petrolera, pasan a analizar la realidad actual y a formular su propuesta.

Se plantean una interrogante: ¿Por qué si Venezuela cuenta con el 20% de las reservas mundiales de petróleo contribuye con apenas en 2% de la producción mundial?

Analizan también el modelo de King Hubbert que vaticinaba que la producción petrolera de los EEUU llegaría a su Pico en los 70, pero que la demanda seguiría creciendo. Ese mismo modelo, extrapolado a la industria petrolera mundial, sirvió de base a quienes  propugnaban recortes de producción fundamentados en la “escasez de los recursos” para así propiciar aumento de los precios.

No pudo predecir Hubbert el impacto de una revolución tecnológica, el “fracking”, que permitiría el aprovechamiento de las reservas  de crudo liviano y gas contenido en las lutitas  petrolíferas desatando un cambio estructural en los mercados petroleros. De ser por definición “escasos” los hidrocarburos pasaron a ser abundantes. Se plantea ahora un “peack demand” en lugar de un “peack Oil”.

Para un país como Venezuela, con las mayores reservas petroleras del mundo, esta nueva realidad exige urgentemente un cambio en sus políticas petroleras. No puede nuestro país seguir perdiendo participación en los mercados. Plantean López y Baquero que nuestra producción debería elevarse a unos 5 millones de barriles diarios. El horizonte de los hidrocarburos tiene un límite. Las preocupaciones ecológicas y nuevas tecnologías limitan su vida útil.

Pero Venezuela tiene todavía un margen de algunas décadas en las cuales tiene que maximizar su producción, para lo cual requiere de enormes inversiones que no están al alcance del Estado. Se hace por tanto imperativo abrir cuanto antes un gran debate nacional para discutir las vías más adecuadas para lograr ese objetivo.

Venezuela, sostienen, son tres países petroleros en uno:

  • El país de los crudos convencionales
  • El de los crudos extrapesados
  • El gasífero

Se pueden licitar más de 10.000 pozos cerrados pero recuperables de crudos convencionales a empresas petroleras venezolanas capaces de producir unos 2.000.000 millones de barriles diarios y generar unos 80.000 empleos directos y hasta 320.000 indirectos.

La Faja del Orinoco debió haber superado los 2.000.000 b/d. Le conviene a PDVSA que sus socios destinen tanto capital como sea posible para maximizar la inversión y así poder explotar estas reservas.

El potencial gasífero es inmenso. Ofrece mayores posibilidades que el petróleo para el desarrollo industrial aguas abajo en petroquímica, además de reactivar la generación eléctrica, ya que la reactivación del aparato industrial dependerá de la capacidad de generación eléctrica.

Pero no basta sólo con aumentar la producción. Es indispensable también la democratización del petróleo. Plantean un Fondo Patrimonial de los Venezolanos a partir de la propiedad ciudadana del petróleo. El petróleo pertenece al soberano. El soberano no es el Estado, es el pueblo. Una parte del ingreso petrolero debe ir directamente a su propietario, al ciudadano, para que pueda utilizarlo con fines específicos: primas de hospitalización cirugía y maternidad (HCM), saldo de crédito hipotecario, pensiones.

Las ideas expuestas están analizadas a profundidad. Su estudio amerita, como antes se dijo, un urgente debate nacional. “Venezuela Energética” debe servir de catalizador para ese debate.

 

@josetorohardy