Abolición del Ejército por Milos Alcalay
Abolición del Ejército por Milos Alcalay

DesfileCostaRica

 

Costa Rica conmemoró este mes, 66 años de la fecha en que el recordado Presidente Pepe Figueres proclamó –con el apoyo de toda la ciudadanía- la abolición del Ejército marcando de esa manera su rechazo a los atropellos que las Fuerzas Armadas de su país habían protagonizado en el pasado, demostrando su apego a la fuerza de la razón en rechazo a la prepotencia del poder armado. Desde entonces, todos los años, en vez de realizar los desfiles que en otras  latitudes presentan a cientos de soldados marchando con gritos de guerra para demostrar la fuerza de las armas, tanques, aviones y todo tipo de costosos materiales bélicos, en San José ya se han acostumbrado los padres, abuelos y ciudadanos en general a aplaudir a los niños que desfilan orgullosos con sus uniformes escolares abanicando la bandera patria y mostrando su anhelo de convertirse en hombres y mujeres dispuestos a perfeccionar cada vez más un Estado de Derecho y de Justicia.

El resultado de la valiente decisión adoptada por los demócratas Ticos ha sido ejemplar, y a pesar de haber vivido en el pasado la turbulencia de movimientos militares y paramilitares de sus vecinos, que iban en un abanico desde el intervencionismo de la dictadura militar de Somoza hasta las acciones guerrilleras de  Sandinistas y miembros del FMLN hace algunas décadas, pasando por los “ejércitos” del narco terrorismo, de los contra y del crimen organizado; el país centro americano logró por la vía pacífica demostrar que es válida la opción de construir una sociedad volcada al desarrollo, a la educación y a la justicia, apuntalando una Nación admirada en el mundo por su apego a la democracia, a  las libertades y al cumplimiento de los compromisos del Estado de Derecho y de los Acuerdos Internacionales.

Este reconocimiento internacional quedó recogido de manera categórica en las recientes declaraciones dadas por el Secretario General de la ONU Ban Ki-moon, quien durante su visita en el mes de julio afirmó: “Por décadas, Costa Rica ha sido ejemplo mundial en rechazar innecesarios gastos militares. En su lugar, el país valientemente invirtió en salud y educación. El resultado ha sido una menor desigualdad y una mayor paz social”. Con admiración escuchamos también las palabras del recientemente electo Presidente Luis Guillermo Solís al manifestar ante la Asamblea General de la ONU : “Costa Rica cree firmemente y practica todas las dimensiones del derecho internacional. Esta es la única vía que conocemos. Nuestra única arma, ha sido y será el derecho internacional”

Sabemos que lamentablemente el modelo de Costa Rica no es viable en nuestra querida Venezuela. Pero debido a la profunda crisis que atravesamos (en buena medida ocasionada por el propio Gobierno) debe exigirse que se cumpla el anuncio del Presidente en relación a las medidas de recortes de gastos superfluos y políticas de austeridad, que deberían comenzar eliminando los gastos escandalosos destinados a las compras de equipos militares. Por otra parte, el abultado número de Generales y Almirantes  que ocupan cargos que deberían estar en manos de profesionales civiles,  los aleja de sus responsabilidades castrenses, generando una “nueva clase” de altos funcionarios militares dirigiendo Embajadas; Bancos del Estado; Gobernaciones; curules parlamentarias, o grupos que han optado por el enriquecimiento por vía “legal” o ilegal, como lo demuestran múltiples denuncias, deben ser abolidas. Ello nos lleva a una conclusión fundamental: Se debe “civilizar” a los militares, y no “militarizar” a los civiles.

 

@milosalcalay