A raíz de las declaraciones de Fidel, hay que replantearse el Manifiesto Comunista y cambiarlo por un….

MANIFIESTO CONSUMISTA

Un fantasma recorre América, es el fantasma del consumismo. En una sociedad consumista no hay pobres ni ricos, sino consumidores y consumidos (por la miseria). En una sociedad consumista, la fuente de la riqueza está en la plusmanía (la manía de gastar más allá de lo posible). Queda demostrado que Marx estaba equivocado, que no es el trabajo el que produce la riqueza, sino completamente al revés: La riqueza produce trabajo. Más que ser malo, ser rico es un fastidio: Hay que tener casas en Miami, necesariamente y en un condominio lujoso al que no entren periodistas indeseables a saber si uno está allí. Hay que transportar el dinero de un país a otro, lo cual no deja de ser un inconveniente. Hay que estar pendiente de andar siempre con el mejor vehículo, la última moda en traje, el  reloj más costoso, etc.

Si el trabajo no produce la riqueza, ¿de dónde viene? En nuestro continente la riqueza viene de los dineros públicos. De modo que lo que Marx llamaba plusvalía, se llama ahora comisión. Es decir, el funcionario público compra una mercancía que tiene la peculiaridad de que vale menos de su precio. Sin añadir nada, el funcionario le agrega valor a la mercancía, de donde:

Mercancía (M) + Funcionario (F) = Pecio final (PF)

luego,

F = PF – M

Donde F se transforma, al final,  en un CDSM.

Matemáticamente hemos demostrado la marcha al consumismo es inevitable y –por esas contradicciones dialécticas de la historia- los llamados a consolidarlo son sus enemigos. En otras palabras, los que eran proletarios son ahora los propietarios.

Así que pues, a los funcionarios públicos y afines les digo: No tenéis nada que perder sino las cadenas y un mundo entero por ganar…Propietarios del mundo…uníos.