Visitar el mercado de Guaicaipuro puede ser toda una aventura en el tiempo, desde su fundación en el año de 1943 cuando por techo tenia al cielo caraqueño hasta nuestros días donde sus techos metálicos hoy albergan gran cantidad de colores, sabores y razas , mi interés de dar a conocer nuestros mercados se debe al maravilloso recuerdo que tengo de tantas experiencias gastronómicas las cuales me han impresionado como niño, formado como cocinero y conmovido como comensal, como olvidar los guisos multizapidos del mercado de conejero, o el pan con tomate de mi recordada Boqueria en tiempos que cocinaba yo bajo la batuta de Santi Santamaría , el mercado de San Ángel en el sub poblado, distrito federal de la capital Azteca todos estos recuerdos tienen en común un lenguaje y ese lenguaje lo siento dos veces por semana cuando desayuno en el mercado de Guaicaipuro .
Todos los productos de las grandes haciendas Caraqueñas , Galipán y El Hatillo se vendían junto a los productos de los artesanos y las primeras cajas de Ace , las latas de leche Klim, los chocolates suizos, ron de todo el caribe, cigarrillos importados y el mejor whisky de Escocia.
Otrora el desaparecido ministerio de Fomento era el que fijaba diariamente los precios y supervisaba las ventas. Luego de la venta diaria los vendedores devolvían sus balanzas y se veía que el peso no estuviera alterado. Las frutas, verduras y hortalizas las clasificaban desde las fincas de origen.
En el mercado de hoy donde los marchantes de productos son una gran mezcla de gentilicios europeos y muchos trabajadores latinóamericanos se pueden conseguir gran variedad de verduras, legumbres, lácteos, semillas, fiambres, carnes ,aves, pescados, artículos de cocina, granos, dulces criollos , flores, enlatados, esencias , enseres y unos desayunos inenarrables.
Se puede visitar de martes a domingo en un horario entre 5 de la mañana y tres de la tarde, posee un banco, 6 restaurantes, seguridad privada , estacionamiento y en la parte inferior ofrece una gran oferta textil.
Los mercados nos nutren, y muchas veces son maestros mudos en la vida de los amantes de la gastronomía, además debe ser parada obligada en cualquiera de nuestros viajes por que siempre seremos lo que comemos, donde lo comemos y con quien lo comemos.
Víctor Moreno Duque
