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Siete presos políticos militares cumplen 15 días de huelga de hambre en Ramo Verde
Este grupo de presos políticos fue sometido a torturas como golpes, descargas eléctricas y aislamientos tras vincularlos al caso del fallecido general Raúl Isaías Baduel por un supuesto intento de golpe de Estado

Siete presos políticos militares cumplieron 15 días en huelga de hambre en el Centro Nacional de Procesados Militares (Cenapromil) de Los Teques, estado Miranda, conocida como la cárcel de Ramo Verde.

De acuerdo con una nota publicada por TalCual, los privados de libertad iniciaron la huelga de hambre para exigir que inicie el juicio en su contra y se les respete el debido proceso.

«Siguen igual, ya son 15 días en huelga de hambre y nada que se ocupan de su caso», comenta Odalis Bermúdez, hermana del sargento primero del Ejército Rubén Bermúdez.

Se trata de los sargentos Rubén Bermúdez, Javier Rafael Peña, Feydi Montero, Juan Díaz, Yecson Lozada, Jairo Villegas y Noé Romero, quienes fueron detenidos el 18 de enero de 2017, tras ser llamados a declarar a la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim). 

 

Este grupo estaba destacado en la Brigada 42 de Paracaidistas (Maracay, Aragua) y estuvo incomunicado durante cinco días en Caracas.

El pasado 23 de octubre, la jueza Eudismarys León, a cargo del Tribunal 23 de Juicio de Caracas, aplazó nuevamente la apertura de juicio al grupo y fijó la nueva audiencia para el próximo 6 de noviembre.

Los militares tampoco fueron atendidos por el director general del Servicio Penitenciario Militar, general de División Luis Ojeda Araujo, quien les prometió que conversarían sobre sus exigencias para que se inicie el juicio y se respete el debido proceso.

La hermana del sargento Bermúdez reiteró su solicitud a las delegaciones negociadoras del oficialismo y oposición que tomen en cuenta al grupo para las excarcelaciones que se realizaron al margen de los acuerdos de Barbados.

Este grupo de presos políticos fue sometido a torturas como golpes, descargas eléctricas y aislamientos tras vincularlos al caso del fallecido general Raúl Isaías Baduel por un supuesto intento de golpe de Estado.

En el caso también se encuentra el general retirado Ramón Lozada Saavedra, quien fue detenido el 21 de enero de 2017.

 

El grupo estuvo año y medio en espera de una audiencia preliminar y en noviembre de 2021 se les notificó que su caso pasaba a la jurisdicción civil del Tribunal 23 de Juicio del Área Metropolitana de Caracas, por la supuesta presencia de un civil.

Denuncian traslado irregular de varios presos políticos a cárceles comunes
Tamara Sujú, abogada defensora de los derechos humanos, publicó en su cuenta de Twitter la lista de presos políticos trasladados, quienes estaban en Ramo Verde, y los centros de detención a donde los llevaron

Luis Eduardo Betancourt, coordinador del Foro Penal Venezolano en Carabobo, denunció este lunes, 24 de enero, el traslado irregular de varios presos políticos a cárceles comunes.

A través de su cuenta de Twitter, Betancourt indicó que acudió al Palacio de Justicia para verificar que el Tribunal tercero en funciones de juicio, el cual conoce el caso Paramacay, no tiene conocimiento de estos traslados.

«El Tribunal, en este caso el juez, me informó que no tenía conocimiento de ese traslado», añadió Betancourt.

 

Asimismo, el coordinador del Foro Penal en Carabobo indicó que seguirían en averiguaciones para conocer quién autorizó esos traslados.

De acuerdo con Alfredo Romero, director del Foro Penal Venezolano»unas de las peores angustias de presos y familiares son los traslados sorpresivos e inciertos».

Por su parte, Tamara Sujú, abogada defensora de los derechos humanos, publicó en su cuenta de Twitter la lista de presos políticos trasladados, quienes estaban en Ramo Verde, y los centros de detención a donde los llevaron.

Rodeo 3

Víctor Yoel Cisneros

Jorge Alayeto

Juan Ubencio Machado

Rodeo 2

Gulianny Espinoza

Dixon Giménez

Larry Briceño

Darwin Solís

Yare 3

Gabriel Barros

Luis Mariño

Robert Salas

Alberto Polo

Dirimo Pernía

José Gregorio Rodríguez

ONG exigen respeto

El Observatorio Nacional de DDHH se hizo eco de la noticia y denunció el hecho. «Abogados y familiares no recibieron notificación alguna y temen por la integridad de los detenidos», señalan.

Además, exigieron respeto para todos los presos políticos que fueron trasladados.

*También puede leer: Rectora D’Amelio sostuvo que es “inviable” modificar fecha de recolección de firmas del revocatorio

Exigen investigación inmediata, exhaustiva e imparcial sobre muerte del General Baduel
El Observatorio Venezolano de Prisiones asegura que el Estado es responsable de la integridad física y mental de los privados de libertad

“Exigimos una investigación inmediata, exhaustiva e imparcial sobre la muerte del General Raúl Isaías Baduel”, sentenció Carolina Girón, directora del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), quien se pronunció en torno al fallecimiento bajo custodia del Estado del ex ministro de Defensa venezolano, arrestado en 2010 por «delitos contra el decoro militar, sustracción de fondos y abuso de autoridad».

En ese sentido, la directora del OVP hizo énfasis en que el Estado es responsable de la integridad física y mental de los privados de libertad desde el momento de su detención.

Cabe recordar que Baduel permaneció durante siete años en la cárcel militar de Ramo Verde, de donde salió en 2015 con una medida de libertad condicional que le revocaron en 2017 por presunta conspiración contra Nicolás Maduro.

“El General Baduel murió en prisión preventiva y en extrañas circunstancias, él estuvo desaparecido muchos días y la familia no supo dónde estuvo, fue una situación que a la Misión de Determinación de los Hechos sobre Venezuela le llamó la atención y esto será parte del expediente de la Corte Penal Internacional”, añadió Girón.

Es necesario recordar que el caso del General Baduel fue investigado por la Misión de Determinación de Hechos del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), a los fines de determinar las responsabilidades del caso.

Desafortunadamente, el General Baduel pasó a engrosar la lista de privados de libertad que han muerto en las cárceles venezolanas por condición de salud, pues no se les garantiza la atención médica y mucho menos el tratamiento luego de ser diagnosticados. Aunado esto, las condiciones infrahumanas en las que sobreviven son un caldo de cultivo para su deterioro físico y mental.

Al respecto, la directora del OVP puntualizó que es obligación del Estado justificar las razones informadas de su muerte el pasado 12 de octubre por voceros del Gobierno, además de emitir un informe donde se explique la manera en que se contagió de COVID-19, considerando que el General estuvo aislado en todo momento, sin permitirle ver a su familia o abogados.

De igual manera, recalcó la importancia de que la necropsia de ley sea efectuada por personal forense capaz, independiente e imparcial para determinar la verdad.

Desde el Observatorio Venezolano de Prisiones recalcamos la necesidad de dignificar la vida de todo aquel que permanece bajo custodia del Estado cuando es privado de su libertad. Todo ser humano es sujeto de derecho, por lo tanto su vida debe ser respetada en toda circunstancia.

Para concluir, OVP considera necesario la aplicación del Protocolo de Minnesota sobre la Investigación de Muertes Potencialmente Ilícitas, considerando que al momento de su muerte el General Baduel se encontraba privado de su libertad.

Dos generales procesados por intento de magnicidio fueron trasladados a Ramo Verde
Al menos unos 50 presos han sido transferidos centros de detención de sedes de organismos de seguridad como el Sebin, las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) y el Dgcim, a cárceles comunes

 

Este jueves, 3 de junio, el periodista de sucesos Javier Ignacio Mayorca, informó que los generales Alejandro Pérez Gámez y Héctor Hernández da Costa, acusados de participar en el intento de «magnicidio frustrado» que sufrió Nicolás Maduro el pasado 4 de agosto de 2018, en la Avenida Bolívar de Caracas, fueron trasladados desde la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) de Boleíta, donde se encuentran recluidos desde 2018, a la cárcel de Ramo Verde.

A través de su cuenta en Twitter, Mayorca también informó que otros cuatro civiles involucrados en la misma causa por la que acusan a los dos militares, fueron llevados a las prisiones Yare y El Rodeo II.

De esta manera, el régimen continúa con su proceso de traslado de presos políticos, pues al menos unos 50 han sido transferidos centros de detención de sedes de organismos de seguridad nacional como el Sebin, las FAES y el Dgcim a cárceles comunes.

El Gobierno sustenta esta operación en una supuesta reforma que realiza al Sebin y al Dgcim, en un intento por lavarles la cara para cumplir con las observaciones elevadas por la Corte Penal Internacional (CPI) por posibles crímenes de lesa humanidad cometidos por funcionarios de estos órganos.

*Con información de TalCual 

Tres PM aún esperan la libertad perdida tras los sucesos del 11 de abril de 2002
Rovaín, Molina y Bolívar siguen en Ramo Verde, sin que hasta los momentos haya sido escuchado el clamor de sus familiares por el otorgamiento de medidas alternativas al cumplimiento de la pena, que están vencidas desde el año 2007

Hace 19 años Venezuela se tiñó de rojo. El 11 de abril de 2002 diecinueve personas murieron en un sangriento hecho que tuvo como lamentables protagonistas a gente inocente que marchaba para evitar una crisis que en ese momento ya se veía venir, a unos pistoleros oficialistas y a nueve funcionarios de la Policía Metropolitana, los únicos culpables según la justicia chavista.

Casi dos décadas después de uno de los episodios más oscuros de la historia venezolana, tres de esos policías continúan recluidos en el Centro Nacional de Procesados Militares, la conocida cárcel de Ramo Verde, en Los Teques, pese a que la ley les otorga derechos procesales desde 2007, desconocidos hasta ahora por las autoridades judiciales.

Chávez lo ordenó y se cumplió. Los nueve funcionarios fueron sentenciados aún en contra de las evidencias que los exoneraban de responsabilidades. Cuatro de ellos hoy están en sus casas aquejados por graves patologías. Otros dos ya cumplieron de manera íntegra sus condenas a 16 años y 8 meses y 17 años y 10 meses, respectivamente.

Pero aún quedan tres funcionarios recluidos en el Centro Nacional de Procesados Militares, la conocida cárcel de Ramo Verde, en Los Teques. Erasmo Bolívar, Luis Molina y Héctor Rovaín fueron condenados a 30 años de prisión. Los dos primeros nunca dispararon sus armas de reglamento. El calibre de las balas del armamento de Héctor Rovaín no coincidió con las localizadas en los cadáveres de las únicas dos personas por las que se efectuó un juicio en ese caso.

Alexis Rovaín lo recuerda con claridad. El 11 de abril marcó la vida de toda su familia. Sus padres murieron mientras su hermano Héctor estaba en prisión. “El no pudo despedirse”.

 

Los días de los integrantes de la familia Rovaín debieron compartirse con las jornadas de visita en la cárcel, para acompañar al inspector Héctor Rovaín, condenado a 30 años de prisión por la jueza Maryorie Calderón. Ella lo sentenció a él, a Molina y a Bolívar por homicidio calificado frustrado en grado de corresponsabilidad correspectiva, en cumplimiento de la orden dada por Hugo Chávez que Eladio Aponte Aponte y Luisa Ortega Díaz se encargaron de transmitirle con contudencia.

Iván Simonovis, Lázaro Forero, Henry Vivas, Julio Rodríguez, Héctor Rovaín, Luis Molina y Erasmo Bolívar fueron condenados a 30 años de prisión por la hoy presidenta de la Sala de Casación Social. A Marco Hurtado y Arube Pérez los sentenció a 16 años y 8 meses y 17 años y 10 meses de prisión. Los cuatro primeros están en libertad por medidas humanitarias. Hurtado y Pérez ya cumplieron íntegramente sus sentencias.

Rovaín, Molina y Bolívar siguen en Ramo Verde, sin que hasta los momentos haya sido escuchado el clamor de sus familiares por el otorgamiento de medidas alternativas al cumplimiento de la pena, que están vencidas desde el año 2007, recuerda Alexis Rovaín. Ya perdió la cuenta de las veces que han insistido ante la actual jueza del caso, Ada Marina Armas, para lograr esos beneficios procesales.

Para Alexis no es justo que su hermano tenga que pagar una condena de 30 años por un delito que no cometió. “Ya lo sentenciaron siendo inocente y eso no tiene vuelta atrás. Lo que si pueden hacer para revertir tanta injusticia es otorgarle las medidas alternativas al cumplimiento de la pena, que es un derecho contemplado en el Código Orgánico Procesal Penal. No lo hagan cumplir la sentencia completa, eso es una injusticia enorme”.

Pero, si la justicia no se impone en este caso, los tres se convertirán en los únicos presos en este país en cumplir íntegramente la máxima pena que contemplan nuestras leyes.

María Bolívar reza cada día porque eso no suceda. La tía del agente Erasmo Bolívar ha sido uno de sus principales apoyos desde que el funcionario decidió ponerse a derecho el 3 de abril de 2003. “Sabíamos que era inocente, confiábamos en que la ley lo demostraría y lo devolverían a nuestra casa, pero eso no ocurrió”.

 María recuerda como fueron los días durante aquel juicio, el más largo de la historia venezolana. «Debimos esperar tres años para el inicio del juicio y luego, durante otros tres años, viajar de La Guaira a Maracay. No teníamos dinero para movilizarnos por lo que debimos recurrir a mucha ayuda”.

Tras la sentencia, que condenó a su sobrino a 30 años de cárcel, María se derrumbó, pero debió seguir adelante pues era el soporte para Erasmo. “Estos años han sido durísimos, ahora debo viajar a Los Teques. Es un gasto semanal que debo afrontar y cada día la situación está más difícil”.

Por eso, como cada vez que puede, María pide a las autoridades que le otorguen a su sobrino y a sus compañeros las medidas alternativas al cumplimiento de la pena. Ella pregona la inocencia de Erasmo, pero a estas alturas argumenta que el tiempo de demostrarla pasó y quedó claro que no hicieron nada. Ahora sabe que ya la pena la cumplieron. “Son 18 años de prisión, ¿no les parece suficiente castigo?”

A Luis Molina lo esperan dos hijas en casa. Ambas crecieron visitándolo en la cárcel, pero hoy, cansadas de esta historia, insisten como los otros familiares en el otorgamiento de los derechos procesales para su papá.

Las medidas vencidas

La sentencia de Maryorie Calderón contra los PM incluyó la fecha en la que los condenados podrían comenzar a disfrutar de las medidas alternativas al cumplimiento de la pena, todas desde el año 2007.

Son cuatro las medidas alternativas al cumplimiento de la pena establecidas en el COPP. El destacamento de trabajo permite al recluso salir a trabajar y regresar al centro de reclusión cada noche. Puede recibir este beneficio cuando tenga la mitad de la pena cumplida.

En el régimen abierto se envía al recluso a un centro de tratamiento comunitario, donde trabaja y pernocta de lunes a jueves, y viernes, sábado y domingo duerme en su casa. Se otorga a partir de los dos tercios de la pena impuesta.

La libertad condicional establece medidas de presentación periódicas ante el tribunal y de ella se goza a partir de las tres cuartas partes de la pena.

El confinamiento permite al recluso vivir a 120 kilómetros del lugar donde ocurrieron los hechos. En la última reforma del COPP se eliminó el confinamiento, pero los PM fueron juzgados con el código anterior, por lo tanto preservan sus derechos.
Todos los funcionarios de la PM aún presos en Ramo Verde tienen derecho a destacamentos de trabajo.

En simultáneo, los policías metropolitanos están amparados por la Ley de Redención Judicial de la pena que conmuta un día en prisión por cada dos días estudiados o trabajados. El tiempo así redimido se les contará también para la suspensión condicional de la pena y para las fórmulas alternativas de cumplimiento de ésta.

Hoy, cuando ya cumplen más de un año sin poder compartir con sus seres queridos, debido a que en Ramo Verde están totalmente prohibidas las visitas desde el inicio de la pandemia, cobra más importancia el respeto a la legalidad.

Ya no se trata de si son inocentes o no, ellos lo son, aseguran Alexis y María. Es imprescindible el cumplimiento de la ley, que les otorga los derechos procesales contemplados en el Código Orgánico Procesal Penal. Por eso este 11 de abril de 2021, claman por la libertad de Héctor Rovaín, Luis Molina y Erasmo.

Nota de prensa

Liberan a Arube Pérez, uno de los PM detenidos por los sucesos del 11A
El exfuncionario fue detenido en el año 2003 y, seis años más tardes, recibió una condena

Este lunes, 15 de febrero, se conoció que el preso político Arube Pérez, quien fue funcionario de la Policía Metropolitana, recibió libertad plena al terminar de cumplir una condena de 17 años y 10 meses, por el caso del 11 de abril de 2002.

El expolicía se encontraba detenido en la cárcel militar de Ramo Verde, en el estado Miranda. El medio El Carabobeño publicó en Twitter un video del momento de la liberación.

Arube Pérez fue uno de los PM que actuaron el 11 de abril de 2002 para repeler la acción de hombres armados de Puente Llaguno, que se apostaron en la avenida Urdaneta y dispararon contra una manifestación opositora que se desplazaba por la avenida Baralt.

El exfuncionario fue detenido en el año 2003 y, seis años más tarde, recibió una condena por homicidio calificado en complicidad correspectiva y uso indebido de armas de fuego.

Ahora, a 17 años y 10 meses de haber estado en prisión, Pérez formó parte del que es considerado el juicio más largo de la historia judicial de Venezuela.

Además, fue sentenciado en abril de 2009, cuando tenía 38 años de edad, junto a otros ocho funcionarios:

El comisario Marco Hurtado, los comisarios Lázaro Forero y Henry Vivas, y el sargento Julio Rodríguez, el comisario Iván Simonovis; y los agentes Héctor Rovaín, Erasmo Bolívar y Luis Molina.

Hasta ahora, en Ramo Verde siguen presos tres funcionarios: Erasmo Bolívar, Héctor Rovain y Luis Molina. Todos condenados con la pena máxima de 30 años de prisión. 

Con información de Crónica Uno

Denuncian desaparición de dos militares, presos políticos en Ramo Verde, tras requisa de la Dgcim
Se trata de los sargentos Piñango Salas y Romero Pérez,  acusados por el alzamiento de Cotiza en 2019. La ONG Foro Penal denunció que los funcionarios desaparecieron luego de una requisa violenta realizada por funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar

 

Alfredo Romero, director de la ONG Foro Penal, denunció que el sábado 12 de diciembre de 2020, unos 160 funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) ingresaron a las celdas del Centro Nacional de Procesados Militares, conocido simplemente como Ramo Verde, ubicado en Los Teques, capital del estado Miranda.

«Golpearon, encerraron a los presos y destrozaron las bolsas de comida», denunció Romero, quien identificó a los militares como: sargento Piñango Salas y sargento Romero Pérez. 

La abogada Tamara Suju ratificó la denuncia y señaló que los oficiales de la Dgcim, encabezados por el general (B) Bustamante Pernía, dejaron varias celdas destruidas luego de la requisa.

Sujú agregó que en la requisa realizada en la Cárcel Militar de Ramo Verde participaron más de 29 carros particulares, varios del Dgcim, y 14 motorizados y sus parrilleros. También dijo que familiares de los detenidos tienen 10 meses sin poder ingresar a visitas en el penal.

«A los más de 200 presos que están en el penal les destrozaron las bolsas de comida y los mantienen encerrados en las celdas», denunció la abogada. 

A presos políticos en Ramo Verde los tienen bajo llave
Los mantienen aislados desde el pasado 13 de marzo 

Familiares de los presos recluidos en el centro nacional de Procesados Militares de Ramo Verde, denunciaron que la nueva directiva del penal, donde están más de 100 presos políticos, mantiene a reja cerrada las celdas de los internos.

Desde el pasado 13 de marzo, están prohibidas las visitas de familiares y abogados a los privados de libertad, a causa de evitar la propagación del COVID-19 en la población carcelaria al igual que todos los penales civiles del país. 

Los familiares, señalaron que esta situación se ha agravado los últimas semanas luego del cambio de directiva del penal. «Les quitaron los horarios de recreación y no pueden salir de las celdas, están todos aislados», explicaron.

«El único rayo de luz que reciben viene de los pasillos y los ventanales, pero adentro están bajo llave», refirió Luis Pérez, cuñado de un coronel, que intentó este fin de semana llevar comida al penal.

Por igual, destacaron que estás últimas tres semanas han arreciado las medidas de control, en especial con el ingreso de alimentos.

«Los más afectados son quienes no tienen familiares cercanos porque no pueden traerles comida y deben conformarse con lo poco que le dan en el penal», dijo.

Agregaron que el pasado lunes desinfectaron los espacios del penal, luego de un traslado de internos desde el anexo militar de la cárcel de Santa Ana. «No sabemos a quienes trajeron ni sus condiciones de salud», dijeron.

Finalizaron agregando que tienen más de 100 días sin verlos ni ingresar al penal. 

 

Por Una Ventana a la Libertad