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Por primera vez en Caracas: Certificado internacional para superar duelos y traumas en corto tiempo

Psicología-1

 

A través de una CERTIFICACION INTERNACIONAL se podrá aprender terapias de avanzada basadas en las neurociencias. Dirigido a psicólogos, psicoterapeutas y médicos

 

Por muchos años, en el campo de la psicología y psiquiatría se tenía la hipótesis de que la curación de los cuadros emocionales era necesariamente muy lenta, difícil y sufriente .

No obstante, con el descubrimiento de la TERAPIAS DE AVANZADA y a no hace falta explorar durante meses o años la manera de pensar del paciente, pues , al aplicarlas , en breve lapso se obtienen resultados sorprendentes. El efecto logrado, desmiente estas creencias arraigadas. Se logra n corregir las emociones y conductas inapropiadas en forma rápida, eficaz y de manera permanente.

Las TERAPIAS DE AVANZADA® son un nuevo paradigma , basado en las neurociencias, que permite desensibilizar traumas en forma veloz, sin necesidad de un trabajo arduo por parte del paciente y el terapeuta, lo cual posibilita abreviar la duración de los tratamientos.

Al colocar en la pantalla de la mente un tema problema o disfuncional, que genere una emoción negativa, se produce un desequilibrio eléctrico entre ambos hemisferios cerebrales , incluso objetivable con un mapeo cerebral o con una resonancia magnética funcional. Las Terapias de Avanzada® corrigen este desequilibrio, resolviendo velozmente los síntomas del cuadro clínico y permitiendo tratar con éxito una gama de patologías, brindar alivio o curación, de manera veloz y duradera.

Adquirir los conocimientos para aplicar l as TECNICAS DE AVANZADA será posible en la Certificación Internacional TECNICAS DE INTEGRACIÓN CEREBRAL que se estará dictando en Caracas este 14 y 15 de diciembre.

Indiro Delgado, único profesional certificado en Venezuela por los autores de las mencionadas técnicas, los argentinos Pablo Solvey y Raquel C. Ferrazzano de Solvey , estará dictando el Taller por primera vez en la capital del país.

La certificación incluye dos técnicas innovadoras como son los Anteojos Hemisféricos y Un ojo por vez que permiten resolver trastornos de estrés post traumático, ansiedad, fobia s, miedos, duelos, inseguridad y una amplia gama de síntomas físicos.

La CERTIFICACIÓN INTERNACIONAL Técnicas de Integración Cerebral se estará dictando en el salón Ángulo de Espacios Curvi, ubicado en la Av. Francisco de Miranda, Edif Parque Ávila (Torre HP), Piso 7, Chacao, Caracas.

Para más información y/o entrevistas con Indiro Delgado, llamar a Eva Riera a l os tlfs 0426 – 3203202 / 0412 – 6263090 .

心理醫生 (Psiquiatra), por Armando Martini Pietri

Divan

 

La psiquiatría es la especialidad de la medicina consagrada al estudio de los trastornos mentales con el objetivo de prevenir, evaluar, diagnosticar, tratar y rehabilitar a las personas, asegurando la autonomía y adaptación del individuo a las condiciones de su existencia. Psiquiatría no es sinónimo de locura, sino de análisis, tratamiento, guía y orientación. 

No es necesario estar loco para acudir a un psiquiatra, quien es un médico de estudios completos (a diferencia de los llamados “médicos integrales” de las revoluciones cubana y venezolana, que ni son médicos ni pueden integrarse a la atención de pacientes, porque ni siquiera tienen entrenamiento como enfermeros) que se especializa en la atención y tratamiento de personas que sufren diversos trastornos relacionados con la conducta –comportamiento- y emociones humanas.

Alguien definió al psiquiatra como “un ser humano igual a cualquier otro, dispuesto ayudar en lo posible, con entusiasmo y afecto, a los pacientes que sufren de tristeza, de nervios, de soledad, de incomprensión, de dudas, de inseguridades y miedos, de irritabilidades insostenibles, del ‘dolor moral’, de infidelidad, de desaliento, del que se siente atemorizado por la ausencia de un ser querido y de muchas otras situaciones en las que el individuo se plantea ‘no me hallo’, ‘no sé qué me pasa’, ‘no me lo explico’, ‘si a mí no me duele nada’, ‘todo está bien, pero no me siento feliz’, ‘no consigo nada’, ‘por qué los demás están felices y yo no”. 

Extendimos la descripción para evidenciar la nobleza de la profesión que ni es fácil ni es de corto alcance, al contrario. Sin embargo puede tener la psiquiatría un uso indebido y maléfico que desnaturaliza la maravilla de aquellos doctores que la ejercieron y la ejercen con profesionalismo, decencia, en beneficio individual y colectivo. El señorío de la profesión de médico y además, de psiquiatra, hace que al observar algunas prácticas cause antipatía y repulsión. Por ignorancia de la realidad profesional, o por pérfido sentido del humor, la sociedad le ha dado un tinte negativo a la consulta del psiquiatra, tildando a la persona que asiste como “loco”, por lo que, en muchas ocasiones, se siente mucho temor cuando se piensa en buscar la ayuda de un psiquiatra. 

El oficialismo desde hace ya mucho tiempo perdió el juicio, se perturbo, se trastorno pero tiene su médico psiquiatra no como consultor ni guía, sino como fustigador y ejecutor despiadado de decisiones absurdas de algunos miembros oficialistas y de iniciativas de cierta oposición que a veces parece perder la reflexión, que divaga, propone incoherencias, le cuesta cumplir el día a día sin escucharse a sí misma y ello, es aprovechado sin misericordia por el galeno. Es psiquiatra que no escucha, descarnado, irónico, su gesticulación es rabanera, su sonrisa diabólica, sus insinuaciones indecentes, sus actuaciones parecen lejos del recato más elemental y por si todo lo anterior fuera poco, su presencia produce, en muchos, aversión. Es difícil que alguien acuda a un consultorio de este psiquiatra politizado y politizante para consultarse, ¿qué va a aconsejarle a quien tiene los nervios de punta, que se afilie al PSUV? ¿O que le dé una receta para calmarse con las comunas y los colectivos hipnotizados con la violencia? 

El psuvista doctor en psiquiatría destroza a sus adversarios con retórica manipuladora, medias verdades, medias mentiras, distorsiones y descaro ideológicos. Imagino al psiquiatra cacheteando a medio mundo si la partida de nacimiento existiera. Lo que hace pensar que el muy cuerdo  Enrique Aristeguieta tiene razón cuando hace su denuncia de la doble nacionalidad. De no ser así, ya el médico psiquiatra lo hubiera calificado de viejo decrépito, le hubiera endilgado demencia senil, diagnosticado de psicópata y quien sabe cuántos otros padecimientos mentales.

Algunos tratan de contrarrestar la barbarie de este “ilustre” doctor atacándolo con insultos mediocres, diciendo que fue paciente de Edmundo Chirinos, llamándolo pillo, inmiscuyéndose en asuntos íntimos de preferencias, entre otros disparates. Esa no parece ser la manera adecuada para discutir con este profesional de la medicina, esas acusaciones son su propio caldo de cultivo, es el mar en el cual nada mejor y está por encima de esos aficionados. Es tan pero tan caradura que habla de BMW pero se olvida de los AUDI,  aquellos autos suyos que se hicieron tristemente famosos por sus choques. Eso es discriminación. Acusa a los opositores de mentirosos y él miente descaradamente. Habla de trampas, de fraude y es tramposo. Ahora surge el reto un  tanto infantiloide de hacerse los exámenes toxicológicos de que tanto han hablado él y algunos opositores. Además de denunciarlo en la Fiscalía por hurto de firmas. 

Hay que atacarlo políticamente en su gestión como Alcalde, demostrando que no sirve, que es incapaz para gobernar y mucho menos dirigir un municipio como Libertador y, la verdad, ningún otro, eso quedó demostrado fehacientemente cuando el oficialismo perdió con sus mejores candidatos toda influencia en las pasadas elecciones parlamentarias. Libertador es un asco, insalubre, e inseguro. El psiquiatra por mucho gana el Oscar como el peor Alcalde jamás en Libertador.

Hay que reconocer que no es estúpido, al contrario, es perversamente inteligente aunque haga poco honor a su pasado con antecedentes de un heroísmo que dudamos él haya heredado. En cambio, se ha convertido en un cruel e incisivo transmisor de las falsedades del madurismo, e incluso el propio Nicolás Maduro debería verlo, oírlo con cuidado y atención. No podemos afirmar que el psiquiatra vaya a traicionar a Maduro porque sería calumnia y no estamos dispuestos a caer en su juego, pero con un personaje de esas características cualquier dirigente revolucionario debería tener muy en cuenta la historia aquella del alacrán que pica en medio del río. Es cuestión de naturaleza, y en su caso esa naturaleza está aplicada en la vocería del partido de Gobierno y en el tema en el cual se entrenó en el lugar más adecuado, el electoral. 

Si alguien sabe cómo retrasar ad infinitum un revocatorio, por ejemplo, es él, y no como psiquiatra sino como experto electoral. Los líderes de la oposición deben recordar todos los eventos del revocatorio pasado, cuando el Gobierno de Hugo Chávez y aquél CNE que ya estaba sujeto a sus necesidades e instrucciones en las manos de este experto que también sonreía a los periodistas y los llamaba por sus nombres, cuando se las ingenió para poner todas las trabas necesarias para dar tiempo a Chávez de consultar con La Habana ideas para rescatar popularidad y esperanza que, finalmente, lo salvó de ser revocado. 

Pero pensamos también, aunque no seamos ni psiquiatras ni psicólogos ni lectores de tarot, que este psiquiatra también debe estar esta vez muy preocupado, por una sencilla y devastadora razón: Nicolás Maduro ni de lejos es Chávez ni tiene el carisma y mucho menos la astucia política que, aunque moleste, hay que reconocerle al fallecido comandante. Y si vamos a ser realmente sinceros, es obvio que el psiquiatra tiene mejor preparación educacional, más experiencia, sobradamente más talento que el actual y desastroso heredero de Chávez, y debe estársele haciendo mucho más difícil manipular a muchos más venezolanos, ahora hambreados y desesperados en mucho mayor grado que los de 2004.

En 2016 la gente está en tal nivel de hartazgo que ni siquiera las amenazas de las tristemente celebres Listas Tascón y Maisanta los detiene, observándose en los días de las firmas lo que no se vió en 2004: empleados públicos y militares firmando a cara abierta. En ese revocatorio contra Chávez retrasarlo fue un proceso de trampas políticas que daban titulares a los diarios. En 2016 retrasar el revocatorio con los mismos recursos y argumentos puede llevar a una violencia incontrolable. Y eso, estamos seguros, -quizás Maduro y su psiquiatra no quieran saberlo-, la mayoría de los dirigentes oficialistas, y los militares que van acumulando poder día tras día, sí están al corriente, lo intuyen, lo perciben y en consecuencia, lo temen. Cuando la decepción y la furia se hacen populares, no hay psiquiatría capaz de detenerlas. Aunque sí de empeorarlas.

 

@ArmandoMartini