Hasta el año 2012, de acuerdo con el informe, Venezuela había alcanzado a reducir la proporción de personas en situación de hambre, cumpliendo con las metas mundiales en esta materia
Foto: Provea
La Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) y la ONG Provea denunciaron las violaciones al derecho a la alimentación en Venezuela.
A través del informe “Con la Comida no se Juega: Graves Violaciones al Derecho Humano a la Alimentación en Venezuela”, las organizaciones denuncian que estas violaciones, que comenzaron en el 2016, son consecuencias de las políticas públicas del Estado.
Este informe se realizó durante el año 2021 y denuncia la falta de acceso a la canasta alimentaria básica para la gran mayoría de la población venezolana.
De acuerdo con el texto, el gobierno tiene la obligación de adoptar medidas para aliviar el hambre, tras ratificar en 1978 el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en el que se reconoce el derecho a la alimentación.
Señalan, además, que después de años de silencio, el gobierno de Nicolás Maduro empezó a reconocer la gravedad de la crisis, destacando que la dolarización informal y la liberalización focalizada han disminuido la escasez, aunque muchos productos son inasequibles.
Para elaborar este informe, las organizaciones recogieron datos de fuentes documentales, que incluyen 17 entrevistas a actores, representantes de ONG, organizaciones humanitarias, campesinas, académicos, periodistas y activistas comunitarios.
Incumplimiento a las obligaciones del derecho a la alimentación
Aunque según el informe, la alimentaria es compleja y resultante de factores económicos, políticos y sociales, tanto las medidas adoptadas como las omisiones del Estado Venezolano han devenido, en su conjunto, en una vulneración del derecho a una alimentación adecuada.
Además, aunque se han establecido programas de alimentación como el CLAP; estos carecen de la calidad requerida bajo el derecho internacional, se han implementado de forma discriminatoria y utilizado como instrumento de control social.
También, señalan que se debe reconocer la responsabilidad de otros Estados Partes. En este sentido, es fundamental que cualquier régimen de sanciones impuestas por terceros países contengan explícitas excepciones humanitarias y determinen mecanismos de regulación y control que eviten el sobrecumplimiento de empresas y gobiernos.
Por otra parte, señalan que la obligación de respetar el acceso existente a una alimentación adecuada requiere que los Estados no adopten medidas de ningún tipo que tengan por resultado impedir ese acceso.
Principios del cumplimiento de las obligaciones ante el derecho a la alimentación
El texto indica que se ha considerado relevante para el contexto venezolano analizar el principio de no discriminación, y los principios de transparencia, participación y descentralización. Además, detallan la relación entre la corrupción y el Derecho a la Alimentación como dimensión inherente al principio de rendición de cuentas.
En cuanto al principio a no discriminación, el informe de Provea y la FIDH señala que este requiere que un Estado no solamente asegure que sus leyes no contengan contenido discriminatorio, sino también adoptar las medidas necesarias para prevenir, reducir y eliminar la discriminación de facto en términos de derechos económicos, sociales y culturales.
Por otra parte, en cuanto a la transparencia, participación y descentralización; la Observación General 12 la formulación y aplicación de políticas públicas para el derecho a la alimentación “exige el pleno cumplimiento” de estos principios, los cuales tienen base en derecho internacional.
En este sentido, el anterior relator especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier De Schutter, ha resaltado la importancia de leyes o medidas que garanticen la transparencia y la rendición de cuentas en la ejecución de programas relacionados con el derecho a la alimentación.
Efectos sobre la seguridad alimentaria y situación nutricional
Hasta el año 2012, de acuerdo con el informe, Venezuela había alcanzado a reducir la proporción de personas en situación de hambre, cumpliendo con las metas mundiales en esta materia. En el año 2012, fue uno de los países de América Latina y El Caribe con mejor desempeño.
Fue precisamente eso lo que le hizo merecedor del reconocimiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO):
“Por lograr reducir a la mitad el porcentaje de personas con hambre o subalimentación en el país antes de 2015, tomando como línea base el año 1990, conforme a lo establecido por la CMA de 1996 y por Asamblea General de las Naciones Unidas del año 2000 (…) Venezuela tenía que disminuir de 13.5% de personas subalimentadas para 1990 a una cifra menor de 6,7% antes del 2015”.
Aquello cambió de manera sostenida desde el bienio 2011-2013, cuando el Índice de Prevalencia de Subalimentación (IPS)246 pasó de ser inferior a 2%, a 31,4% en 2017-2019247, equivalente en este último periodo a 9,1 millones de venezolanos en situación de hambre.
Según el informe de Provea y la FIDH, las proyecciones de la FAO indican que este escenario empeorará para 2030, cuando Venezuela será el país de América Latina con mayor proporción de personas en situación de hambre.
Datos del SOFI, 2020
– Disponibilidad de alimentos
En el año 2020, las deficiencias en los servicios públicos se sumaron a la crisis generalizada del sector productivo. Asimismo, las fallas eléctricas y la escasez de combustible han tenido efectos negativos en la producción de alimentos, con mayor impacto en el sector lechero y ganadero.
Por otra parte, la crisis agroalimentaria no solo ha afectado a los grandes productores, sino también a aquellos que viven de la agricultura familiar, residentes de la zona rural, una de las más desatendidas y con menos capacidad de respuesta.
Un informe de la FAO calificó a Venezuela como un país con limitaciones en capital fijo para la producción de alimentos, disrupción en la distribución y comercialización de alimentos y alteración de precios internos, también, con riesgo medio-alto en materia de acceso a insumos intermedios para la producción de alimentos y riesgo bajo en mano de obra para la producción de alimentos y la oferta de alimentos interna.
– Acceso a los alimentos
La escasez de alimentos se inició en Venezuela en el año 2012, coincidiendo con el reconocimiento otorgado por la FAO a Venezuela antes mencionado. Esto se mantuvo y se agudizó.
El texto indica que de las causas de la dificultad de acceder a una alimentación adecuada fueron el control de precios y cambio vigente hasta 2020, que causó la escasez de productos alimenticios. Esto fue profundizándose con la hiperinflación en 2017 y el desfase entre precios e ingresos de la población.
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