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El Día Internacional de la Mujer se conmemora tejiendo historias de paz

Reconocimiento, respeto y empatía son palabras que resuenan en cada mujer que forma parte de la Red de Mujeres Constructoras de Paz, y que anda en 16 estados del país promoviendo el cambio para minimizar las desigualdades de género y alimentar la equidad y una sociedad más justa. 

Tomando como herramientas esos valores, la red y sus aliadas se unen en una campaña para visibilizar, desde sus diversos ámbitos, cada faceta, lucha y éxitos de las mujeres venezolanas, de cara al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.

 La idea es hablar de ellas, de lo que enfrentan y de cómo luchan por sus derechos. Presentaremos una recopilación de historias e investigaciones hechas por las periodistas constructoras de paz, textos en los que se muestran las múltiples violaciones a sus derechos básicos y fundamentales y, a la vez, cómo surfean la presión que genera la crisis económica y social del país para asegurar una mejor convivencia y desarrollo sostenible para ellas y su entorno.

#TejiendoHistoriasDePaz es el nombre de esta campaña de visibilización, que busca el cambio y acelerar la igualdad, y en la que todos pueden sumar mostrando la labor de las mujeres y de las organizaciones que apoyan a otras afectadas y vulneradas por la crisis actual.

La Red de Mujeres Constructoras de Paz es una alianza entre líderes comunitarias, activistas y periodistas de 16 estados de Venezuela, que tiene como objetivo aportar en el reconocimiento y la visibilización de la desigualdad de género, y también en la sensibilización sobre temas fundamentales relativos a las mujeres.

A través de esta red las participantes de Aragua, Anzoátegui, Apure, Barinas, Bolívar, Carabobo, Delta Amacuro, Distrito Capital, Lara, La Guaira, Mérida, Nueva Esparta, Portuguesa, Sucre, Táchira y Zulia reciben capacitaciones sobre distintos temas que les ayudan a crear proyectos con alcance comunitario y a visibilizar de la situación de las mujeres en el país a través del periodismo.

Todo este trabajo está disponible en el microsite, Tejiendo Redes, y en el marco del #8M por las distintas plataformas sociales de IPYS Venezuela te ofreceremos una selección que, como la totalidad de las publicaciones que hemos venido haciendo, desde hace dos años, no tiene desperdicios y van muy ajustados con el propósito de forjar una cultura de paz a través de la conciencia y defensa de los derechos humanos.

Erradicar la violencia de género pasa por combatir la falta de información
La conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en Venezuela se enfrenta a la falta de información: por un lado los programas del Estado no tienen suficiente visibilidad, y tampoco hay cifras oficiales que ayuden a determinar la magnitud del problema y sirvan para implementar correctivos

 

Redacción

 

El 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, fecha que busca visibilizar y erradicar una de las violaciones de derechos humanos más extendidas y graves en el mundo.

En Venezuela, de la atención a la mujer se habla poco. Aunque hay esfuerzos en el país para brindar protección contra la violencia de género, las iniciativas no se conocen y pasan por debajo de la mesa mientras las agresiones aumentan y la sensación de vulnerabilidad no da tregua.

Por otro lado, en Venezuela no existe un registro oficial que refleje los casos desglosados de violencia contra la mujer. En la página web del Instituto Nacional de Estadística, Ine, solo hay un escueto informe del 2020 que recuenta el índice ocupacional o laboral de las mujeres. Solo algunos monitores de ONG como Utopix, Provea, Cepaz y Cofavic, entre otras, dan cuenta que al menos desde el año 2017 hasta el 2022, en Venezuela han muerto más de 2.500 mujeres por causas violentas, hechos que se conocen como femicidios.

Verónica Colina, coordinadora de Redes y Activismos del Centro de Justicia y Paz (Cepaz), destacó que de enero hasta octubre de 2023 ocurrieron más de 193 femicidios en todo el país, contando solo los casos documentados por medios de comunicación, ya que es la única fuente documental a la que tienen acceso. 

De esta cifra, 160 ocurrieron en el primer semestre del año y causaron que 55 niños quedaran huérfanos, algunos presenciaron la muerte de su madre. Lo más alarmante es que no hay una política de Estado para proteger a estos niños, indicó Colina. «44,4% de los agresores se encuentran en fuga, de este porcentaje 29,4% corresponde a parejas o ex parejas, y el 40% de los hechos ocurrió en casa de la mujer», señaló.

La antropóloga Aimée Zambrano, directora de Utopix, contó a Radio Fe y Alegría Noticias que sólo en el mes de agosto de este año se contabilizaron 20 femicidios en el país. “Nuestra información se basa en las publicaciones que hacen medios de comunicación digitales, nacionales y regionales, y no con datos de algún ente oficial del Estado”, aclaró Zambrano.

Entre los estados más violentos, Zambrano destacó a Carabobo en el primer lugar, seguido de Miranda, Bolívar, Zulia, Lara y Anzoátegui. “Esto no implica que no ocurran femicidios en los otros estados”, refirió.

En voz baja

«No estás Sola» es una guía para afrontar la violencia contra la mujer, realizada por la Red Mérida Feminista. Busca orientar frente a cualquier situación de abuso o violencia, y define las 21 formas de agresión que se consideran delito en Venezuela, según la Ley Orgánica sobre los Derechos de la Mujer a una Vida libre de Violencia. 

Violencia psicológica, violencia física, acceso carnal violento, acoso sexual, violencia obstétrica, violencia institucional, acoso u hostigamiento, prostitución forzada, violencia domestica, violencia laboral, esterilización forzada, violencia simbólica, amenaza, violencia sexual, esclavitud sexual, violencia mediática, violencia patrimonial y económica, tráfico y trata de mujeres, niñas y adolescentes y, por último, femicidio que es la expresión más grave.

Sin embargo, no hay registro oficial de los delitos cometidos contra las mujeres. Colina hizo especial énfasis en que el Estado debe generar estadísticas oficiales y que, cualquier esfuerzo que provenga de la documentación de casos denunciados por medios de comunicación y redes sociales siempre serán parciales y limitados. 

La ONG Cofavic reporta en su portal web que las cifras aportadas por el Ministerio Público reflejan el número de casos atendidos y casos resueltos, pero no especifica el número de medidas de reparación o de protección dictadas a favor de las víctimas, tampoco el tipo de violencia, si se penalizó a los agresores o se reparó a las víctimas.

Sin embargo, son diversas las organizaciones no gubernamentales que intentan suplir las carencias del Estado en materia de prevención y atención a las víctimas de la violencia de género. La Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa), la Asociación Civil de Planificación Familiar (Plafam), Tinta Violeta, Mulier Venezuela, Yo te creo Venezuela, Proyecto Redes, Red de Apoyo por la Justicia y la Paz, el Centro de Estudios de la Mujer (CEM) de la Universidad Central de Venezuela y la Casa de la Mujer de Catia son algunas de las instituciones abocadas a esta labor, aunque reconocen que el problema inicia con la falta de información

Aunque desde el Estado se intenta atender el problema, e incluso existe una línea gratuita nacional para denunciar los casos de violencia de género (0800-MUJERES o 0800-6853737 ), las iniciativas no se conocen porque no tienen ni la promoción ni la repercusión requerida en la comunidad. No solamente los esfuerzos nacionales se diluyen, tampoco son conocidos los que se llevan desde las regiones o los gobiernos locales.

El Instituto Nacional de la Mujer (Inamujer) ofrece orientación jurídica y vigilancia del cumplimiento de las leyes Órgano permanente de definición, supervisión y evaluación de las políticas y asuntos relacionados con la condición y situación de la mujer venezolana; también la Defensoría del Pueblo debería promocionar, defender y vigilar los derechos y garantías establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales sobre derechos humanos. Sin embargo, es poco lo que se conoce.

Lo mismo ocurre con la División de atención a la violencia contra la mujer y la familia del Cicpc y la Oficina de Atención a la Víctima de la Fiscalía General de la República, que deberían brindar atención en casos de agresiones, reincidencias y denuncias no atendidas en otros organismos.

Los problemas son los mismos en las regiones que en la capital. Existen los programas, pero son poco conocidos entre las mujeres y su alcance es mínimo.

Acompañamiento en Anzoátegui

En el estado Anzoátegui, la directora estadal del Ministerio del Poder Popular para la Mujer (MinMujer) y del Instituto Estadal de la Mujer en Anzoátegui (IEMA), Marina Martínez, informó que desde estos espacios cuentan con abogadas para acompañar a las víctimas de violencia de género desde que formulan la denuncia, hasta todo el proceso necesario para lograr justicia.

De igual manera, señaló que por el Instituto Nacional de la Mujer (Inamujer), uno de los entes adscritos al MinMujer, se encarga de la formación de las defensoras comunales de los derechos humanos de las mujeres que, posteriormente, se unen a los Centros Comunales que son inaugurados en la entidad. Actualmente existen 24.

Todos los viernes hacen un recorrido casa a casa por algún sector vulnerable de los municipios. Aquí les llevan un instrumento que llaman violentómetro, que explica de forma sencilla los distintos niveles de violencia de género para reconocerlos a tiempo y evitar desenlaces trágicos como el femicidio.

En Anzoátegui no hay un centro formal ni observatorio para este tipo de denuncias, pero los indicadores dan que cada mes, por lo menos dos mujeres, son víctimas de femicidio. En general, los municipios con más alta incidencia de violencia de género con denuncias son Guanipa, Simón Rodríguez y en la zona norte Bolívar y Sotillo.

Pese a todos los programas que se desarrollan en la entidad en pro de la eliminación de la violencia de contra la mujer, sólo dos de 10 féminas consultadas señalaron que tenían conocimientos de que el Estado cada vez protege más a las mujeres y desconocen cuáles son las acciones que realizan en concreto.

Atención a las víctimas en Yaracuy

En el municipio Independencia del estado Yaracuy fue creado el Instituto Municipal de Atención a la Familia (IMAF) para minimizar la violencia contra la mujer y la violencia de género. Entre los programas y planes que desarrollan están: atención psicológica a la víctima, asesoría Jurídica, jornadas de atención social, así como formación y capacitación (cursos, talleres) en estilismo, corte y costura, manualidades, electricidad, tejido en vetiver, repostería, panadería, barbería, productos lácteos, harinas alternativas y embutidos, estos tres últimos en alianza con el Centro de Investigaciones del Estado para la Producción Experimental Agroindustrial (CIEPE).

También dictan charlas en las que abordan los tipos de violencia, el ciclo de la violencia, los derechos humanos de la mujer, el maltrato intrafamiliar, bullying y violencia en el noviazgo, estas tres últimas las realizan sobre todo en instituciones educativas. 

Nohelys Angarita, presidenta del IMAF, detalló que en el último semestre de 2023 los casos de violencia han aumentado 10 por ciento y que atienden este tipo de casos los lunes y jueves, y entre ambos días asisten a unas 10 personas a la semana. 

Algunas de las mujeres consultadas reconocen la importancia del programa, pero otras no saben de qué se trata. «Revisaré cuáles actividades ofrece porque la mujer hoy en día está más empoderada que nunca y nadie tiene derecho a hacerle daño» , dijo Jessica Mújica, vecina de San Felipe.

En Táchira no denuncian

De enero a julio, en la región de los andes hubo 68 femicidios, de los cuales 51% ocurrieron en Mérida, 35% en Táchira y 13% en Trujillo. La mayoría de los casos que ocurren en Mérida, en los que hay violencia y abuso sexual, no son denunciados sobre todo en las zonas rurales.

En el estado Táchira funcionan varias instituciones dependientes de la Gobernación del estado, como el Instituto Tachirense de la Mujer (Intamujer), encargadas de atender los casos de violencia contra la mujer. En estos organismos reciben asistencia legal y psicológica, y además dictan talleres formativos. 

Beatriz Mora, directora general de la Fundación en Pro de la Igualdad, Derechos Humanos, Empoderamiento y la Acción Social (Pro- Idheas), atiende en el Táchira a mujeres, niños, niñas y adolescentes, víctimas de violencia. Manejan programas sociales y de atención en esta entidad.

Wendy Córdoba, vive en un sector de la parroquia La Concordia de San Cristóbal y tiene un punto de reparación de zapatos, dijo que ignora los planes y programas que abordan la violencia contra la mujer y tampoco conoce los sitios ni los pasos para formular una denuncia.

En cambio, Kely Castro sabe que a nivel regional hay planes para luchar contra la violencia a la mujer, pero no los conoce. “He escuchado en las noticias que a nivel de la gobernación y del municipio manejan planes que favorecen y protegen a la mujer, pero en realidad esa información como tal sobre los programas no la manejo”, afirmó.

Lo mismo ocurre con Zulay Leal, quien trabaja en las cuadrillas de limpieza de la alcaldía de San Cristóbal y desconoce los programas y acciones que adelantan las instituciones públicas y privadas en defensa de los derechos de la mujer.

Violencia psicológica en Lara

Diversas instituciones y organizaciones del estado Lara se han sumado a los esfuerzos de divulgación para erradicar la violencia de género. Atención, prevención y educación a las mujeres que sufren o han sufrido algún tipo de violencia basada en género son los objetivos que guían estas iniciativas.

Según datos de Alaplaf, una asociación civil que da asesoría legal y psicológica a las víctimas de violencia, actualmente los casos más frecuentes que han recibido son 297 casos de violencia psicológica, 25 casos de violencia física, 23 casos de violencia sexual, 15 casos de violencia económica y 6 casos de violencia laboral, en total han atendido 377 casos con diversas tipologías de violencia en lo que va de año.

Desde el Instituto Municipal Para la Mujer e Igualdad de Género de Iribarren se está realizando un trabajo de salud mental para que las mujeres sepan cuándo deben acudir a los organismos competentes  a realizar denuncias. “Estamos en las comunidades dando talleres sobre la violencia y femicidio. El pasado 7 de noviembre acreditamos 30 compañeras que recibieron su certificación del diplomado de derechos humanos para la mujer y los derechos humanos y ellas se convierten en difusoras de su formación”, afirma López.

Pero falta mucho por hacer.  Al consultar a personas en las calles acerca de si tienen conocimiento sobre los planes desarrollados desde IMMI y otros organismos, el 60 % reconoció no tener conocimiento de los programas llevados a cabo desde estas instituciones regionales para concienciar acerca de la importancia de erradicar la violencia contra la mujer.

En Zulia la prioridad son las víctimas

Gabriela Hernández Barboza, quien está a cargo de la Secretaría de Atención Integral para la Mujer e Igualdad de Género de la Gobernación del Zulia, indicó que esa dependencia brinda asesoría psicológica y legal a todas las víctimas de agresiones, y las ayuda en los procesos judiciales al momento de presentar denuncias formales.

Este departamento trabaja en alianza con ocho oenegés nacionales e internacionales, las cuales son: Unfpa (Fondo de Población de las Naciones Unidas), Acnur (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), Save the children, Azul positivo, Cruz roja, Renaciendo en familia, Cairus y Rehabilitarte. 

La secretaría promueve talleres y programas sociales, de los cuales se han beneficiado cerca de 5.000 mujeres en lo que va de año, pero el alcance sigue siendo reducido. A través de una encuesta realizada a 10 mujeres del Zulia, 5 de ellas residenciadas en Maracaibo y las otras cinco en Cabimas, San Francisco, Machiques de Perijá, Lagunillas y Mara, se determinó que ninguna conoce la iniciativa del Gobierno nacional de la Gran Misión Venezuela Mujer.

Opciones para denunciar en Bolívar

Además de las fiscalías y los tribunales  con competencia en materia de Violencia contra la Mujer, de acuerdo con información oficial, cualquier órgano receptor de denuncias como las comisarías y dependencias de la Policía del estado Bolívar y de las municipalidades, están en capacidad de atender y canalizar denuncias por violencia de género. 

Las víctimas también pueden acudir a las distintas sedes del CICPC en la entidad, las cuales están en el deber de procesar denuncias por delitos contra la mujer. 

La Gobernación del estado Bolívar cuenta con el Instituto Autónomo Regional de la Mujer Mamá Rosa para  brindar asesoría y acompañamiento a las víctimas de violencia que acuden a su servicio. También operan organizaciones como la Comisión para los Derechos Humanos y la Ciudadanía (Codehciu), que atiende a las mujeres sobrevivientes de cualquier tipo de violencia. 

 

 

Créditos: Elisa Gómez (El Tiempo), Beisys Marcano (Correo del Caroní), Luis Daniel Cambero (Elimpulso.com), Josed Alastre (La Verdad), Frida Guerrero (TalCual) redacciones Runrun.es, Correo del Caroní, Yaracuy al día, La Nación, y Radio Fe y Alegría.

Las Tejerías | Familiares reconocen al cadáver de una mujer por una cicatriz en el abdomen
Una prima de la víctima dijo que irán a la Alcaldía del municipio Santos Michelena del estado Aragua para solicitar ayuda con el traslado del cuerpo. Denunció que personas que se identificaron como personal funerario, les solicitaron 300 dólares para trasladar el cuerpo a Los Teques

 

Texto y fotos: @GloriFernandez

 

La búsqueda de Yoleidis Bogado (29) finalizó la mañana de este lunes 10 de octubre cuando su primo Arturo Bogado, recibió una llamada telefónica desde la morgue de los Valles del Tuy, para informar que fue trasladado un cadáver con similares características a las de la joven, entre ellas, una cicatriz en el abdomen.

Al ver la fotografía que le enviaron a través de Whatsapp, la familia confirmó que se trataba de Yoleidis. Al momento de recibir la noticia, estaban en el Hospital Victorino Santaella de Los Teques, con la esperanza de hallarla herida.

La tarde del sábado 8 de octubre, la mujer salió de su casa con Karlys, de dos años y la menor de sus tres hijos. Fue al Mercado municipal de Las Tejerías a hacer unas compras y luego, se quedó conversando con unos vecinos en el negocio de un amigo.

El cielo estaba gris pero en esa zona no llovía. Los sobrevivientes contaron a parientes de la mujer que a todos los sorprendió el deslave. El dueño del negocio saltó encima de Yoleidis para protegerla porque era la única que tenía un niño en brazos.

Las subió a un congelador e intentó mantenerlas a salvó hasta que sus cabezas tocaron el techo. «De allí le tocó a cada uno luchar por su vida, se salvaron varios de los presentes pero a mi prima y a la niña las arrastró la corriente», detalló el familiar.

La mujer era madre de otros dos niños de 11 y 5 años, quienes se encuentran bajo el cuidado de su familia paterna. Bogado era ama de casa y ese día, les pidió a sus hijos mayores que se quedaran en casa pues su plan era regresar rápido con las compras.

Funcionarios de rescate continúan en la búsqueda de su pequeña hija.

Giussepina Bogado, otra prima de la mujer fallecida, dijo que irán a la Alcaldía del municipio Santos Michelena del estado Aragua para solicitar ayuda con el traslado del cuerpo. Denunció que personas que se identificaron como personal funerario, les solicitaron 300 dólares para traerlo el cuerpo a Los Teques.

 

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Luis Oliveros Jul 30, 2020 | Actualizado hace 1 mes
COVID-19 y la mujer

@luisoliveros13

De los resultados publicados hace unos días por la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), resalta la alta feminización de la jefatura de los hogares venezolanos. Entre las causas estaría la migración y las ayudas sociales gubernamentales que están más enfocadas en la mujer.

Ese dato contrasta con los niveles de participación en la actividad económica: mientras entre los hombres se ubica en un 71 %, en las mujeres apenas alcanza un 43 %. Con la llegada de la COVID-19 estos números deben empeorar. Recordemos que el ENCOVI fue realizado antes de la aparición de la pandemia.

Kristalina Georgieva, Stefania Fabrizio, Cheng Hoon Lim y Marina M. Tavares presentaron un informe para el FMI donde analizan los efectos de la COVID-19 en la brecha de género.

Afirman que la pandemia está teniendo efectos desproporcionados sobre las mujeres y su situación económica.

La primera razón es que ellas tienden a trabajar en los sectores más afectados por las medidas de mitigación y distanciamiento social, como industrias de servicios, comercio minorista, turismo y hospitalidad.

Por otra parte, las autoras explican que más mujeres que hombres trabajan el sector informal en los países de bajo ingreso. Y la situación de los trabajadores informales se ha visto afectada de manera negativa por la crisis de COVID-19.

Una tercera causa es que las mujeres realizan más labores domésticas no remuneradas que los hombres. Estas responsabilidades han aumentado por el cierre de colegios, restricciones a actividades recreativas/deportivas, precauciones para los padres mayores y vulnerables, etc.

A pesar de que en muchos países ya están ocurriendo levantamientos de las medidas de paralización, la evidencia indica que la vuelta al trabajo de las mujeres está siendo más lenta

El informe recomienda que las autoridades adopten medidas que limiten los efectos de la pandemia en las mujeres. Entre estas destacan crear transferencias directas a familias vulnerables, preservar los vínculos laborales, ofrecer incentivos para compaginar el trabajo con las responsabilidades del cuidado familiar, mejorar el acceso a la atención sanitaria y la planificación familiar y ampliar el apoyo a las pequeñas empresas y trabajadores independientes.

También destaca el informe que se deben formular políticas que aborden la desigualdad de género. Al respecto, sugiere establecer condiciones e incentivos para que las mujeres se introduzcan en el mercado de trabajo formal. Hay sólida evidencia de que políticas fiscales con perspectiva de género, como la inversión en educación e infraestructura, los subsidios para el cuidado de los hijos y los permisos de parentales son eficaces para lograr el objetivo.

¿Qué se está haciendo en Venezuela en tal sentido?

Un dato de la encuesta que llamó mucho la atención es que el 16 % de las niñas que no van regularmente al colegio lo hacen porque están embarazadas.

Sin lugar a dudas hay muchas cosas por hacer en Venezuela en cuanto a la brecha de género. Y preocupa mucho que desde el Estado sea muy poco lo que se esté haciendo.

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.e

Elias Pino Iturrieta May 06, 2020 | Actualizado hace 3 semanas
El miedo a la mujer

@eliaspino 

La idea sobre los peligros de la mujer, que ha movido a la humanidad a través de los tiempos, puede provocar reacciones contradictorias. Las expresiones políticamente correctas aconsejan que expulsemos esos peligros del mapa de nuestros temores. Sin embargo, una cultura expresada a través del sexo masculino ha insistido en mostrarla como un agente capaz de provocar tragedias, perfidias y pecados. ¿Esa sensibilidad ha desaparecido de los motivos que ahora nos atemorizan? Antes de responder, echemos un vistazo a las versiones que la han convertido en atizadora de pavores.

Desde períodos remotos, según se puede observar en textos iniciáticos del judaísmo e igualmente en escritos clásicos de Grecia y Roma, se aconseja el alejamiento de la mujer de los asuntos públicos y de materias que pueden influir en la marcha de las sociedades: así como produce vida a través de la maternidad, su naturaleza misteriosa la relaciona con la muerte y con el menoscabo del prójimo. ¿Por qué? La mujer es, según esas corrientes tan apreciadas, un ser fundamentalmente impuro. Por eso se la apartaba del ejercicio de la actividad sacerdotal. En cambio, ocupaba lugar céntrico en los oficios funerales, un ámbito con el que estaba familiarizada debido a su extraña naturaleza. La mujer da vida, pero el funcionamiento de su organismo aconseja serias cautelas. La mujer sometida a sus reglas es peligrosa porque es o se vuelve sucia, se aseguró durante generaciones, y después del parto debía someterse a cuarentenas que formaban parte de ritos de purificación. No deja de ser curioso tal entendimiento en culturas postradas ante Atenea, y más tarde frente al altar de María, la madre de Dios, pero estamos ante una evidente persistencia. Las letras de Simone de Beauvoir, una autora alejada de toda sospecha de antifeminismo, resumen así el asunto: “Tiene un rostro de tinieblas, es el caos de donde todo ha salido, y al que todo debe un día retornar. Es de noche en las entrañas de la tierra. Esa noche, en la que el hombre se ve amenazado con ser engullido, y que es el envés de la fecundidad, le espanta”.

El título del libro de Beauvoir nos lleva a otro de los motivos que conducen a desconfiar de la mujer: El segundo sexo. La mujer nace como compañera del hombre, como una atención de sus necesidades. No estaba en el propósito original del Creador, quien la hace de una costilla del varón para que su criatura predilecta se encuentre a gusto en el Paraíso terrenal. En la medida en que la encarnación del segundo sexo se aleja de su papel, produce tragedias y máculas infinitas. Debido a que solo entra en escena como compañera de camino, salirse del libreto es un atentado contra los designios celestiales.

En los evangelios se observa una posición revolucionaria de Jesús frente a la sujeción de la mujer, pero uno de los fundadores de su Iglesia ordena su total dominación.

Escribe San Pablo en la Epístola a los Efesios: “Las mujeres sométanse a sus propios maridos como al Señor; pues el varón es cabeza de la mujer, como también Cristo es cabeza de la Iglesia, cuerpo suyo, del cual él es el salvador. Mas así como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo”. Si permanecían las dudas, son disipadas por la autoridad de Santo Tomás de Aquino: “La mujer escuchando en silencio, aprenda con toda sumisión; a la mujer no le consiento enseñar ni arrogarse autoridad sobre el varón, sino que ha de estarse tranquila en su casa”. Es la sentencia del Doctor Angélico, quien jamás pudo concebir, por ejemplo, la posibilidad de que una Ángela Merkel existiera. Las luchas de la mujer por ocupar lugar adecuado, al lado de los hombres o en posiciones directivas, especialmente desde el comienzo de la historia contemporánea, no solo deben elevarse sobre la prédica de su proclamada minusvalía, sobre la exhibición de sus limitaciones intelectuales y de su frivolidad, sino también sobre la desconfianza que produce verlas en el timón de la nave. ¿No está empeñada en perjudicar al hombre a través de oscuros conductos, desde los tiempos de Circe frente a Ulises?

En sociedades como la nuestra, uno de los factores que más miedos ha multiplicado es la versión que la presenta como agente de Satán. Por mandato del demonio, la mujer produce el pecado original de Adán para convertirse después en provocadora de la lujuria de sus descendientes. Es la embajadora de la Antigua Serpiente. Las ideas del conquistador español, los sermones, los catecismos y la iconografía de iglesias y capillas desde el período de la conquista; las rutinas del período colonial, numerosas publicaciones y cátedras de los siglos XIX y XX, pero también  muchos tangos, boleros, baladas, vallenatos y rancheras de la actualidad, consideran que ha llevado carretadas de cristianos al dolor y al infierno después de ponerlos a saborear el fruto prohibido. Con la excepción de madres, hermanas e hijas de compositores y cantantes, claro está, porque el tema admite excepciones entrañables. Pero, en suma, no solo se entromete en espacios y oficios que la tradición le niega, sino que, además, impide que el hombre pueda presentarse en paz frente a sus semejantes y ante la presencia de Dios. ¿No es un motivo suficiente para separarla con pared de cal y canto?

Todo esto sin hablar de dos hechos susceptibles de provocar hoy prevenciones realmente fundadas: movimientos como el Me too, subversión de insospechadas consecuencias, y el hecho de que sea la hembra la única que puede juzgar con propiedad la sexualidad del macho.

 

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Derechos sin revés:  La violencia de género es prevenible

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Los especialistas lo tienen muy claro. Para combatir la violencia contra la mujer, cuyo día internacional se celebra cada 25 de noviembre, la prevención es determinante y un factor clave. Clara Alemann, experta en género del Banco Interamericano de Desarrollo, asegura que ninguna intervención de respuesta a posteriori podrá contrarrestar este fenómeno. Es necesario empezar antes de que ocurra para evitar la repetición.

Eso significa que no basta con comenzar la prevención en el matrimonio, ni en el noviazgo, ni siquiera en la niñez. El trabajo debe iniciarse, incluso, en la generación anterior. Investigaciones recientes han demostrado, además,  que el maltrato afecta a todos los sectores sociales y países, y que hay una correlación directa entre quienes vieron o sufrieron violencia y las probabilidades de reproducirla y, también, de padecerla.

Entonces, ¿cómo prevenir esa violencia que de alguna manera se ha heredado de una generación a otra? Lo ideal es que se  evite en el seno del hogar, para que los hijos no la aprendan y la reproduzcan.  

Con estas premisas, las políticas de prevención de violencia de género  tienen un importante papel en la fase, casi siempre conflictiva, de la adolescencia. De hecho, se ha demostrado que funcionan algunos programas destinados a disminuir los maltratos, sean físicos o psicológicos, que comienzan a aparecer en las primeras relaciones sentimentales. De esa manera se evita en el futuro la transmisión de la violencia a los hijos de estos jóvenes.

Hoy en día se sabe que los niños que ven violencia en casa son más propensos a ejercerla después. Pero no solo eso: el riesgo de sufrirla en la edad adulta entre las niñas que viven en esos entornos se multiplica por 2,5. “No se sabe al 100% la razón, pero la hipótesis es que si crecen en ese ambiente piensan que es la forma normal de resolver conflictos. Hay encuestas a mujeres adultas en Latinoamérica que dicen que el 16% piensan que la violencia contra ellas mismas es aceptable bajo ciertas circunstancias”, señala Andrew Morrison, jefe de la división de Género y Diversidad del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).  

Ese porcentaje es todavía superior si se atiende a los adolescentes de todos los países en desarrollo: casi la mitad de las jóvenes de entre 15 y 19 años cree que en ocasiones se justifica, según el Informe Mundial sobre la Violencia contra los Niños y las Niñas de Unicef, con datos recolectados entre 2005 y 2016.

Sea cual sea la razón, lo cierto es que una de cada tres mujeres en el mundo es víctima de maltrato por parte de su pareja a lo largo de su vida. Y que el 38% de los asesinatos a mujeres los cometen sus parejas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (nota descriptiva  Violencia de pareja y violencia sexual contra la mujer, noviembre 2016).

En efecto, la violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo y es considerada la forma más extrema de discriminación. En los casos más graves, esa violencia puede provocar la muerte. Según datos del Informe Mundial sobre Violencia de Unicef, referidos a 87 países y recolectados entre 2005 y 2016, el 19% de las mujeres, de entre 15 y 49 años de edad, dijeron que habían experimentado violencia física o sexual, o ambas, a manos de su pareja en los 12 meses anteriores a ser preguntadas sobre este asunto. En 2012, casi la mitad de las mujeres víctimas de un homicidio intencional en todo el mundo fueron asesinadas por su pareja o un familiar, en comparación con el 6% de los varones.

Es importante entender que la violencia contra las mujeres es un asunto público y es un crimen tipificado como tal en la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. No existen los crímenes por amor u honor, ni los crímenes personales. Son transgresiones, son violaciones a los derechos humanos, es violencia de género. Así se le debe llamar.

La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, define la violencia contra la mujer como «todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada.

Abarca, sin carácter limitativo, «la violencia física, sexual y psicológica en la familia, incluidos los golpes, el abuso sexual de las niñas en el hogar, la violencia relacionada con la dote, la violación por el marido, la mutilación genital y otras prácticas tradicionales que atentan contra la mujer, la violencia ejercida por personas distintas del marido y la violencia relacionada con la explotación; la violencia física, sexual y psicológica al nivel de la comunidad en general, incluidas las violaciones, los abusos sexuales, el hostigamiento y la intimidación sexual en el trabajo, en instituciones educacionales y en otros ámbitos, el tráfico de mujeres y la prostitución forzada; y la violencia física, sexual y psicológica perpetrada o tolerada por el Estado, donde quiera que ocurra».

El Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 17 de diciembre de 1999 y se celebra el 25 de noviembre de cada año. Los gobiernos, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales son invitadas a que organicen en ese día actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública respecto al problema de la violencia contra la mujer.

El principal objetivo es recordarle al mundo que la violencia contra la mujer es una violación de los derechos humanos. Que es consecuencia de la discriminación que sufre, tanto en leyes como en la práctica, y la persistencia de desigualdades por razón de género.

En Venezuela, pese a esas desigualdades que persisten, son las mujeres, representadas en madres, hermanas, abuelas e hijas,  las que acuden a los organismos de investigación a exigir justicia, protección y reparación frente a los daños causados.  Además, el esfuerzo organizativo ha sido, particularmente, dirigido por mujeres motivadas por la necesidad de exigir el establecimiento de la verdad, la justicia y la reparación en casos de ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada de personas, en rechazo a prácticas de tortura y detenciones arbitrarias, así como a favor del apoyo a las mujeres víctimas de violencia.

Es por ello que todas las actividades de COFAVIC poseen como eje transversal la perspectiva de género, porque permite profundizar, de manera diferenciada en los efectos que este tipo de violaciones a los derechos humanos dejan en las víctimas y la sociedad.  

Miembros de una banda asesinaron a una mujer en El Valle

«Te vas a morir», soltaron los delincuentes antes de dispararle ocho veces a Daniela Angie Mijares, de 27 años, en el barrio Los Cardones de El Valle, justo detrás del colegio Pinto Salinas.

Allegados confesaron que fue asesinada el pasado martes 24 de octubre, alrededor de las 3:00 p. m. cuando iba a buscar a sus hijos al colegio.

Era madre de cinco pequeños, el mayor de 10 años y la menor de apenas 4. Aunque fue trasladada hasta el hospital de Coche, no hubo manera de salvarle la vida.

En  los últimos cinco meses de 2017 se recopiló la data de 38 mujeres muertas de forma violenta en Caracas, según las cifras manejadas por Monitor de Víctimas, una alianza entre la ONG Caracas Mi Convive, medios de comunicación y periodistas.

Se presume que miembros de la banda de “Los Conejos” están involucrados en el homicidio, quienes se la llevaron desde el sector Las Marías —donde vivía— hasta Los Cardones.

La víctima trabajaba en el comedor popular de Las Marías. Se conoció que hace un año fue asesinado su esposo y se presume que estos delincuentes son los mismos que le quitaron la vida a ella, aunque la información no pudo ser corroborada de manera oficial.

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Vecinos comentaron que Los Cardones es una comunidad sumamente peligrosa donde reina el hampa, pues no suben los cuerpos de seguridad. Relataron que periódicamente se generan tiroteos y los padres deben acudir al llamado del colegio para buscar a los alumnos.

En mayo de 2016 se registró una Operación de Liberación del Pueblo (OLP) en este sector y en el barrio El 70, donde ultimaron a cuatro hombres. Cuando los funcionarios ingresaban los delincuentes detonaron una granada y los testigos sostuvieron que la balacera duró aproximadamente tres horas.

Vecinos comentaron que luego de ese operativo se instaló un módulo de seguridad, que poco después fue destruido por los delincuentes con apoyo de los habitantes.

Dan 69 puñaladas a anciana en Ruiz Pineda

Se conoció de manera extraoficial que el pasado martes 17 de octubre fue asesinada Elodia Solórzano Cabello, de 87 años. Su cadáver lo localizaron alrededor de la 1:00 p. m. dentro de su apartamento, ubicado en el piso 8 del bloque 7 de Ruíz Pineda.

Le propinaron al menos 69 puñaladas y fue trasladada con vida hasta el hospital Pérez Carreño, donde falleció. Fuentes contaron que las autoridades investigan a un familiar cercano de la víctima, quien podría estar relacionado con el homicidio.

 

 

 

Localizan cadáver de una mujer en una maleta en Quinta Crespo

Un indigente que revisaba los basureros creyó haber encontrado un tesoro en horas de la madrugada de este sábado cuando halló una maleta negra que al cargarla se sentía bastante pesada, juraba que había hecho su día y que en el interior se encontraría con algún objeto de valor, pero al abrirla lo que encontró terminó por “aguarle” la noche, ya que adentro se encontraba el cuerpo sin vida de una mujer.

El cadáver fue localizado a escasos metros del mercado de Quinta Crespo, en la parroquia Santa Teresa del municipio Libertador, al lado del mercado de Quinta Crespo, estaba doblado con las piernas sobre el pecho. Presentaba un impacto de bala en la cabeza.

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La víctima es una mujer morena, de estatura mediana, de aproximadamente 30 años de edad, delgada, cabello negro ondulado. Vestía un suéter color vino tinto, tenía tatuajes de llamas en el pecho.

En el lugar donde dejaron el cuerpo, un gran charco de sangre evidenciaba que había sido asesinada hacía pocas horas en otro lugar y que la trasladaron casi de inmediato envuelta en bolsas negras el interior de la maleta para no levantar sospechas.

Vecinos se comunicaron con el servicio de emergencias Ven 911. A la 1:00 de la madrugada del sábado llegaron las comisiones del Cicpc a levantar el cuerpo y recolectar evidencias.

Mujeres bajo amenaza

Con esta muerte se eleva a 97 el número de mujeres asesinadas en lo que va de año en la Gran Caracas, de acuerdo a conteo de periodistas que cubren la fuente de sucesos.

En  los últimos cinco meses de 2017 se recopiló la data de 36 mujeres muertas de forma violenta en Caracas, según las cifras manejadas por Monitor de Víctimas, una alianza entre la ONG Caracas Mi Convive, medios de comunicación y periodistas.

De las 36 muertes 24 ocurrieron en el municipio Libertador,  7 en Sucre y 4 en Baruta.

A diferencia de los asesinatos de hombres donde el mayor número de muertes está relacionado con armas de fuego. La fuerza física es el medio más utilizado para dominar y ultimar a las mujeres.

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En 41% de las muertes, 15 asesinatos de 36, está involucrado su uso. Seis mujeres fueron asesinadas con armas blancas, tres por fuerza física, tres a golpes con objetos contundentes, una estrangulada, una quemada y otra asesinada con un arma de fabricación casera.

En relación al móvil del asesinato, el robo es el más común con 11 crímenes lo que representa 30,5% de las muertes. La violencia de género ocupa el segundo lugar con 5 casos, 13,8%, las muertes por ajusticiamientos y balas perdidas comparten el tercer lugar con tres crímenes cada uno, le siguen las venganzas con dos asesinatos.