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El carrito de Abastos Bicentenario perdió potencia alimentaria
Un recorrido por los establecimientos de la red estatal confirman lo que indican las cifras oficiales: la venta de alimentos cayó 22% en dos años y merma su capacidad de atender a la creciente demanda

 

@boonbar

DOS IMÁGENES SE HAN VUELTO COTIDIANAS en los supermercados de la Red Abastos Bicentenario (Rabsa) en 2015: los estantes vacíos o los que son rellenados momentáneamente con los codiciados productos a precio regulado, de existencia fugaz. Las frases “sólo hay” y ”no hay” de los compradores resuenan cual eco entre los pasillos de estos establecimientos, refundados en 2011 por el gobierno de Hugo Chávez como “instrumentos del estado revolucionario para garantizar la soberanía alimentaria”.

Es miércoles y dentro del Hipermercado Bicentenario de Plaza Venezuela se forma una larga cola en el pasillo central para pagar. Pacas de detergente “a precio justo” ocupan anaqueles completos donde se exhibían en épocas recientes productos regulados, como arroz, aceite, pasta, leche en polvo, e incluso otros que escapaban a controles de precios. Abundan mujeres con bebés en brazos en busca de pañales, de los que solo les dejan llevar dos paquetes por persona. El blanco de las cavas resalta sin cortes de carnes blancas o rojas, ni siquiera las importadas de Nicaragua o Brasil. Hay que hacer una fila aparte para comprar leche líquida. Tres hileras de tobos playeros de plástico cuelgan en la desmantelada zona de electrodomésticos y artículos para el hogar. En las cajas registradoras, el terminal de cédula no es suficiente para controlar la distribución de productos: también hay que verificar la identidad poniendo los dedos en el captahuellas.

Atrás quedaron las promesas que hizo Chávez cuando inauguró en Plaza Venezuela el abasto más grande de la red Bicentenario. La noche del 8 de agosto de 2012, el mandatario fallecido mostraba al país los anaqueles repletos de alimentos y productos perfectamente alineados en los pasillos pulidos e iluminados que conformaban el establecimiento de 8 mil metros cuadrados. Las cámaras se paseaban por los puntos de Lácteos Los Andes y Aceites Diana, dos marcas convertidas en bandera de la “revolución” luego de que fuesen expropiadas. Cual vendedor publicitario, Chávez invitaba a los venezolanos por televisión a visitar el nuevo supermercado estatal: “Amiga mía, amigo mío, vengan a ver esta maravilla”.

Cuatro años después, la oferta de Abastos Bicentenario luce muy diferente. Un recorrido por los abastos de la red estatal en Caracas, realizado entre el martes 27 y miércoles 28 de octubre de 2015, permiten constatar lo que también indican las cifras oficiales: la venta de alimentos del Bicentenario cayó 22%, al pasar de 5 mil 24 millones 631 mil 602 bolívares en 2012 a Bs. 3 mil 918 millones 458 mil 248 en 2014, según las memorias y cuentas del Ministerio para la Alimentación (Minpal), al cual está adscrita la red de abastos desde el 22 de febrero de 2011 (decreto 8.071).

La distribución de alimentos de Abastos Bicentenario ha mermado: mientras aumenta la proporción de beneficiarios, no ha crecido el número de establecimientos en los últimos tres años) y ha bajado las ventas de alimentos, lo que se traduce en menos comida por persona: de 99 kilos per cápita anual en 2012 pasó a 73 kilos en 2014 (Minpal).

Al este de la ciudad, el ambiente del Bicentenario de Terrazas del Ávila no invita precisamente al consumo. Al contrario de lo que dictan las estrategias de mercadotenia, la iluminación escasea casi tanto como el arroz, la leche, el café,  porque buena parte de las lámparas del techo están apagadas (¿bombillos quemados?). Las neveras de las carnes están desenchufadas porque no tienen nada que enfríar y la de charcutería únicamente exhiben cortes de queso. En las cestas de verduras, legumbres y frutas sólo hay cebollas. Sólo llegó detergente, pañales y champú. Empleados uniformados con camisas rojas conversan relajados o revisan las pantallas de sus celulares. De unas 30 cajas registradoras, sólo funcionan 10. No es necesario activar más: no hay cola.

Bicentenario 2 Terrazas Avila Oct 2015

 

El día de la inauguración de Plaza Venezuela, Chávez proyectaba sus sueños sobre Abastos Bicentenario, nombre con el que su gobierno rebautizó a las Tiendas Éxito luego de comprarlas a la empresa Cativen en noviembre de 2010. Durante la transmisión, con un embutido en mano, prometía que “más tarde que temprano exportaría a Mercosur, Caribe y Centro América” y que su gobierno estaba convirtiendo a Venezuela en “una potencia alimentaria”.

 No es poco lo que ha registrado Abastos Bicentenario en sus cuatro años de existencia: pasó de ser ejemplo de soberanía alimentaria con pleno abastecimiento a estampa de la escasez con estantes vacíos y colas. Ha sido centro de escándalos de corrupción (2014 y 2015), de contrabando y extracción ilegal de productos por parte de trabajadores (agosto 2014). Ha servido de tubo de ensayo para controlar las ventas mediante el sistema biométrico y/o terminal de la cédula, así como prohibir y levantar la pernocta de compradores. También, tiene en su haber caos y trifulcas en las colas, en las que agentes de seguridad han disparado al aire (Palo Verde, agosto 2015) y detenido personas (Puerto Ordaz, sept 2015) para calmar a los ánimos caldeados. Incluso en octubre de 2015 hubo el caso de un muerto por infarto en una cola (Yean Paúl Asfar Fermín), en el Bicentenario de la avenida Jorge Rodríguez de Puerto La Cruz.

Bicentenario 3 T Avila 4 Oct 2015

La empresa estatal Rabsa ha cambiado cinco veces de presidente, prácticamente uno por cada año desde que fue creada en 2011: coronel de Ejército Rafael Coronado Patiño (2011-2012); Fabiana Rodríguez (2013); Johan Hernández Lárez (junio-septiembre 2014) mayor Anderson José Medina Delgado (septiembre 2014) y Bárbara Estela González Clemente (desde abril de 2015).

Corruptos

De los cinco presidentes que ha tenido Bicentenario, uno salió del cargo luego de un escándalo de corrupción: Anderson Medina, quien el 24 de enero de 2015, durante la reinauguración del Hiperabasto Bicentenario Puerto La Cruz (Anzoátegui), anunció que más de 30 millones de bolívares fueron invertidos en la recuperación del establecimiento. El militar funcionario se encontraba junto con el gobernador Aristóbulo Istúriz y el viceministro de producción alimentaria, coronel Johan Hernández Lares, quien también había sido presidente de la red de abastos en 2014.

No pasaron ni tres meses de aquella reinauguración cuando el 24 de abril de 2015, Maduro denunció corrupción en la red Bicentenario al norte de Anzoátegui. Por este caso, fueron detenidos por el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) tres gerentes del Bicentenario región Oriente (Elio Jesús Caraballo, Pablo Martínez Cedeño y José Reinaldo Piña Fernández), así como también el subcontratista Aníbal Nieves, también accionista de Asociación Cooperativa de Angares General José Antonio Anzoátegui, empresa encargada de las remodelaciones de los abastos. Los cuatro fueron imputados por los delitos de contrabando, acaparamiento y boicot de alimentos básicos y otros productos.

Otro caso de corrupción ocurrió en agosto de 2014 en el Bicentenario de Judibana, también en Puerto La Cruz. El gerente de este establecimiento, Richard Salón, fue detenido junto con sus ayudantes Maury Aponte, Orlando Villahermosa y Efigenio Villoles, por el delito de contrabando de alimentos en el inventario de la tienda. Sacaban cerca de 300 kilos diarios de mercancía.

Bicentenario 4 T Avila 3 Oct 2015

Los “mata cola”

Las permanentes colas que se registran en los Abastos Bicentenario hablan de los efectos del “Plan eficiencia mata cola” lanzado en agosto de 2014 por el superintendente de Precios Justos, Andrés Eloy Méndez, a raíz de la detención del gerente del abasto de Judibana en Puerto La Cruz.

El Minpal no ha abierto nuevos locales que respondan al crecimiento de la demanda de usuarios. El vicepresidente para el Desarrollo Social y de las Misiones, Héctor Rodríguez, anunció en enero de 2015 que a lo largo de este año serían inaugurados 33 nuevos establecimientos de Mercal, Pdval y Abastos Bicentenario, con una inversión de 345 millones de bolívares. No discriminó cuantos correspondían a cada red.

El 7 de marzo de 2015, se inauguró el Bicentenario de los Valles del Tuy, en Charallave, el segundo más grande del país. Pero ese local de 7 mil metros cuadrados no escapa a los embates de la escasez: las colas son una imagen familiar en los Valles del Tuy.

Bicentenario Macaracuay 1 Oct 2015

En la entrada del Abasto Bicentenario de Macaracuay de Caracas no se nota ningún afán por entrar. No hay cola porque “sólo hay” leche líquida, uno de los productos más buscados. Un grupo familiar llega a la puerta con varias bolsas llenas de alimentos. Vienen del Gamma (cadena privada), donde consiguieron mantequilla, harina de trigo y arroz. Sacan sus cédulas para comprar “lo que encuentren”, dicen levantando los hombros. No saben nada de corrupción, soberanía alimentaria ni guerra económica. Lo único que les interesa es completar el mercado.

 

Compras de Mercal cayeron 20% en cuatro años

Mercal de José Félix Ribas, Petare. Recorrido del sábado 11/04/15

@Boonbar | @AdrianitaN

CUANDO SE CUMPLEN 12 AÑOS de su creación,  una de las misiones bandera del gobierno de Chávez vive horas bajas. Cifras oficiales registran que 54% de los establecimientos de la red pública de alimentos están inactivos

Gloria se recuesta sobre la reja blanca y desconchada del Mercal de La Laguna de Catia. Apoya el antebrazo en la frente para cubrir sus ojos de los rayos del sol, que no había salido cuando llegó al lugar, a las 5:30 de la mañana. Cinco horas después, a las 10:30 am, “nada” que llega el camión. Es viernes y, según el sistema de control de compras establecido por el gobierno “para garantizar la distribución eficiente de alimentos”, sólo pueden adquirir productos aquellos consumidores cuyo terminal de cédula sea 8 ó 9. Un cartel descolorido indica que el lunes se atiende a los portadores de las cédulas terminadas en 0 y 1; el martes le toca a 2 y 3; el miércoles 4 y 5 y el jueves 6 y 7.

Pero la segmentación de turnos por terminales de cédula no garantiza el abastecimiento para todos. Es viernes de quincena y desde el día anterior  no ha llegado mercancía a la pequeña sede del supermercado estatal al oeste de Caracas. Unos 15 vecinos se agrupan en la entrada dispuestos a la “caza” de productos, atraídos por el rumor de que será surtido con pollo, carne, aceite, pasta y, con un poco de suerte, leche en polvo.

Los consumidores de los viernes se quejan de que, cuando les toca el turno, ya no queda en los anaqueles ni el recuerdo de los productos. Los del lunes, por su parte, alegan que los compradores de los fines de semana dejan todo “pelado”.

El Mercal de La Laguna también abre los sábados, pero con restricciones. El primer y el tercer sábado del mes, tienen “luz verde” los portadores de cédula con terminales entre 0 y 4. El segundo y el cuarto sábado,  el chance es para las que terminan entre 5 y 9. Pero esta compra sólo es posible siempre que el cliente no haya adquirido alimentos cualquier día de la misma semana. Es decir, un jefe de familia puede comprar, en el mejor de los escenarios, cuatro veces al mes; una por semana.

A 12 años de su creación, Mercado de Alimentos, C.A (Mercal), perdió el empuje de otros tiempos. No sólo se mide en la escasez de sus anaqueles (que en marzo de 2014 – última fecha pública-  alcanzaba 50%, según Datanalisis) y por las quejas de los compradores registradas durante un recorrido de Runrun.es por 22 de los 30 establecimientos de la estatal en Caracas los días 10, 11 y 17 de  abril 2015.  En los últimos cuatro años, cifras oficiales reflejan la caída en número de locales y toneladas de alimentos vendidas en una de las misiones bandera del gobierno de Hugo Chávez y su continuación, Nicolás Maduro.

Según la encuesta de consumo de alimentos del Instituto Nacional de Estadística (INE), entre el primer semestre de 2010 y el de 2014, el porcentaje de personas que adquirió al menos un producto en Mercal bajó de 59% a 39%, es decir, una caída de 20%. Y a la inversa, la proporción de compradores que dejó de adquirir productos en Mercal aumentó de 41% a 62% en cuestión de cuatro años.

Dentro de los estratos IV y V, correspondientes a la pobreza relativa y crítica -grupos poblacionales a los cuales originalmente va dirigido Mercal-, los compradores bajaron de 30% a 21% y  de 10% a 6% respectivamente.

Menos comida para más gente

Dirigida a ofrecer “alimentos de la cesta básica a precios bajos y sin intermediarios”, el 23 de abril de 2003, fue creada Mercal, una de las misiones sociales promovidas por Chávez con mayor reconocimiento entre los venezolanos, junto a Barrio Adentro, de acuerdo a encuestadoras como Datanalisis. Sin embargo, su alcance e impacto ha sido limitado: 63,6% de los usuarios de Mercal no viven en situación de pobreza, según estudio de ODH Grupo Consultor (2012).

El crecimiento de locales de la red Mercal se ha ralentizado después del pico registrado entre 2008 y 2010.  En 2014, existen 1.084 locales menos de los que existían en 2006 en todo el país, se constata al comparar las cifras aportadas por las memorias y cuentas del Ministerio para la Alimentación (Minpal) entre los años 2006 y 2014.

Aunque el número de establecimientos de Mercal aumentó de 13.451 en 2013 a 14.657 en 2014 (es decir, 1.206 locales en nueve años), según la Memoria y Cuenta 2014 de Minpal, 54,11% (7.932 frente a 6.725)  de los locales estuvieron  inactivos. De las 22 sedes visitadas por Runrun.es, se observó actividad en 21. El único cerrado fue el de Las Mayas. Los vecinos aún reclaman el cierre, después de dos años.

Mercal Las Mayas

Mercal de Las Mayas. Recorrido del sábado 11/04/15

En el caso de los mercalitos (bodegas de la red estatal), el declive es más notable: de 13.978 locales que existían en 2006 bajaron a 9.756 en 2013, es decir 30,20%. En 2014 no hay registro de actividad de este tipo de establecimiento en la memoria y cuenta de Minpal.

Los consumidores tienen menos acceso a los productos de Mercal en los últimos años. Si bien el número de beneficiarios entre 2006 y 2014 creció de 11.184.669 a 13.362.612 personas (16% en 9 años), según cifras de Minpal, la cantidad de toneladas al año per cápita disponibles tiende a disminuir: de 117,7 toneladas por persona al año en 2006 bajó a 93,34 toneladas en 2014.

Para Emerilda Loyoville, habitante del sector 23 de enero, Mercal es una opción para «segunda compra» dentro del peregrinaje de hacer el mercado en Venezuela. Ella se convirtió en clienta asidua de Mercal cuando empezó a sentir “fuerte, fuerte” la escasez en los mercados tradicionales. Tiene planes de “seguir viniendo hasta que se arregle el problema con la escasez”. Aquí, asegura, consigue productos puntuales como leche, pollo, carne y granos.

Anaqueles pelados

A media mañana del viernes 16 de abril, llegó la leche en polvo al Mercal de La Laguna de Catia. La puerta, que se abre a medias, está resguardada por dos mujeres vestidas con blusas verde oliva y pantalones con camuflaje militar.  Un hombre con camisa roja cuida las neveras vacías que deberían exhibir productos refrigerados como bebidas, quesos, embutidos o legumbres. Siete pasillos con estantes blancos, desiertos, reciben a los visitantes. Solo un grupito de paquetes de maíz de cotufas —400 gramos a 105 bolívares— se muestran en los anaqueles.

En esta sede de Mercal, que fue reinaugurada el 31 de julio de 2008 tras una inversión de 667 mil bolívares, no hay rastros de la banca comunal ni de los beneficios que ofrecen los cuatro grandes bancos estatales a sus clientes. Las operaciones se hacen en efectivo, billete sobre billete. El procedimiento de compra es mostrar la cédula en la caja, pagar 50 bolívares y retirar el kilo de leche en la puerta.

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Mercal de La Laguna, Catia. Viernes 16/04/15

Tres vendedores jóvenes con camisas rojas, cuidan la salida: el primero marca con resaltador verde el número de cédula del cliente, reflejado en la factura. Otro, saca de debajo de su puesto un empaque de un kilo de Leche Casa mientras que el tercero se encarga de entregarlo al comprador, sin bolsas “porque no hay”.

Andreína López lleva en un brazo a su bebé y en el otro el kilo de leche que acaba de comprar en Mercal. Durante esta semana, cuenta que los camiones con alimentos no han llegado a la sede de Catia. Hace un par de meses solía comprar aquí carne de res, pollo, arroz y azúcar.

Yolanda Linares vive en el sector Veredas del Cuartel. Ella y su esposo, ambos ancianos, acuden desde hace un año a este mercado para adquirir los bienes “que están más perdidos”. Explican que hay días en que el surtido está “más o menitos” y otros en los que no hay ni un solo producto.

“Cuando llega la comida, la cola llega al Hospital Los Magallanes de Catia” —unas cuatro cuadras más arriba—, explica Linares. “Cuando uno llega ya se acabó todo. A esta edad no podemos pasar todo el día haciendo cola”, añade quejándose de que “no hay nada, aquí no se consigue nunca jabón, por ejemplo. Ni de bañarse, ni en polvo. Ni papel, ni azúcar, ni aceite, ahorita no hay nada”.

En el Mercal de la zona E del sector 23 de enero, José Ochoa hace fila para comprar los artículos que llegaron ese día. Celebra la existencia de Mercal porque, antes de su creación, debía hacer las compras muy lejos de su casa. Asegura que esta sede está «bien surtida» y que en ocasiones alcanza a comprar pollo, carne, leche, harina de maíz, aceite y sardinas. También da el visto bueno a la compra por número de cédulas, pues considera que evita el «bachaqueo» y la compra excesiva de productos.

 

Lista mercal

Mercal en revisión

Doce años después de su lanzamiento, el gobierno de Maduro admitió la necesidad de reformar Mercal. En julio de 2014, el ministro para la Alimentación de entonces, Hebert García Plaza (imputado por delitos de corrupción el 21/04/15), asomó que, “gracias a que cumplieron su función por los logros sociales de la revolución bolivariana”, al menos 33 Mercales se convertirían en Pdvales y superpedevales (otra red de la Misión Alimentación).

Como parte del relanzamiento de la Misión Alimentación, la red Mercal pasó a formar parte de la Corporación Productora, Distribuidora y Mercadeo de Alimentos, Corpo-PDMercal, a partir del 7 de octubre de 2014, cuando fue creada por el Minpal (Gaceta Oficial No. 40.513) con el fin de centralizar la producción, abastecimiento y comercialización de alimentos para todo el país. También se adscribieron a esta matriz cinco empresas del Estado: Productora y distribuidora Venezolana de Alimentos (Pdval); Abastos Bicentenario; Fundación Programa de Alimentos Estratégicos (Fundaproal);  Superintendencia Nacional de Silos Almacenes  y Depósitos Agrícolas (Sada) y Logística Casa.

Los 34 establecimientos de Mercal (6,61% del total de la red) que serán convertidos en pdvales  “no estaban cumpliendo con la misión para la cual fueron creados”, reconoce el Minpal en la Memoria y Cuenta 2014. El organismo considera que esos locales se encuentran en zonas que no forman parte de los segmentos que, según la Vicepresidenta para el área social, fueron dispuestos por el Plan para la erradicación de la pobreza extrema. La evaluación toma en cuenta que la población de esos lugares “posee cierto poder adquisitivo y por ende, posibilidad de comprar alimentos y otros productos de primera necesidad a precios regulados, como los que se comercializan a través de Pdval y Abastos Bicentenario». El desempeño de Mercal está en revisión.