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Francia espera de Venezuela garantías en libertades fundamentales

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El Ministerio de Asuntos Exteriores francés destacó este miércoles que las autoridades venezolanas deben ofrecer «muy rápidamente» garantías en materia de respeto del Estado de derecho y de libertades fundamentales y que en base a ello Francia y la Unión Europea (UE) evaluarán su relación con el país.

Un portavoz del Ministerio galo subrayó en un comunicado que la situación en Venezuela es «preocupante», lo que les lleva a analizar «la mejor manera de acompañar toda iniciativa que permita un diálogo creíble, sincero y serio, que implique a los países de la región».

El presidente francés, Emmanuel Macron, elevó ayer el tono en la postura de Francia ante ese país al calificar de «dictadura» el Gobierno de Nicolás Maduro.

«Nuestros conciudadanos no entienden cómo algunos han podido ser tan complacientes con el régimen que se está instaurando en Venezuela. (…) Una dictadura que intenta mantenerse en pie al precio de un sufrimiento humano sin precedentes de una radicalización ideológica preocupante», dijo Macron ante los embajadores franceses.

Hace una semana, el Ministerio de Exteriores ya había condenado la decisión de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de asumir las facultades de Asamblea Nacional (AN) y consideró «urgente» retomar el diálogo para lograr salir de este conflicto.

Ago 27, 2017 | Actualizado hace 7 años
Perfil de una soberanía vulnerada, por C. Bivero

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En Venezuela cada comienzo de siglo viene con su carga de desvaríos. Hay que remontarse a 1902 para encontrar la combinación de crisis fiscal e internacional  que se insinúa ominosamente sobre el país en este año 2017. A inicios del Siglo XX, Venezuela se mantenía animosamente en modo “revolucionario”; es decir, sumido en esas continuas disputas políticas, a menudo armadas, que bajo argumentos de constitucionalismo y democracia la dejaban arruinada, endeudada y en manos de demagogos patrioteros y sus cohortes de aves de rapiña dedicadas a corruptelas. Sobre la República llovieron los reclamos por daños causados y por falta de pagos. Por mediación internacional norteamericana, rechazo del recurso compulsivo de la fuerza (Doctrina Drago) hecha por potencias europeas, sentencia de un tribunal arbitral residenciado en Washington y una serie de protocolos, es decir, arreglos diplomáticos ad-hoc, estimulados por la amenaza y efectivo uso de la fuerza mediante el bloqueo de las costas y cañoneo de puertos del país, la república convino en hipotecar sus aduanas principales a potencias extranjeras y poner así término a la crisis. El gobierno revolucionario de Cipriano Castro, sin embargo, quedó listo para el golpe de palacio que a poco entronizó la larga dictadura de Juan Vicente Gómez, a quien las élites y pueblo venezolanos, y lo que hoy llamaríamos “la comunidad internacional”, dieron bienvenida y apoyo por su convencimiento de la necesidad de poner orden en la casa y su éxito en lograrlo…

El mundo ha cambiado en un siglo pero los elementos de la crisis nacional son los mismos de aquél entonces. A cien años de distancia, el caudillismo y el militarismo demostraron una  vez más la irresponsable e insaciable voracidad de la demagogia criolla, experta en promesas sin destino, incompetencia, corrupción y desafueros sin medida. Dejan sus autores y encubridores sembrada y abonada la cosecha de miserias que, una vez más, le toca sufrir al pueblo llano, aturdido por la necesidad, la desesperanza y el desengaño, como nunca pareciera haberlo estado.  El régimen “revolucionario” del “Comandante Eterno”, mitificado por los rastacueros oportunistas que tanto abundan, y el de su actual comitente, dejan al país tras casi dos décadas de desgobierno sometido a sanciones y repudio, en manos de acreedores de toda laña, con el pueblo reducido a condición de pedigüeño, y sus figuras principales en carteles de criminales buscados por la justicia internacional.

Como ayer, acreedores y afectados han puesto la vista y las garras en los activos de la Nación. Hoy ya no se entregan puertos y rentas aduanales sino que, agotado el tesoro, malgastados los ingresos, colapsada la estabilidad de la economía, se hipotecan al por mayor recursos y territorio, la sangre y  entrañas del país, intentado así posponer la quiebra.  Otros, recelan el consecuente e inevitable cambio político hacia algo que nadie sabe muy bien qué sería, aunque no falten los ejercicios de imaginación, pero que la crisis anuncia. Tan desesperada es la urgencia por vender el patrimonio y endeudar más la Nación para salvar el pellejo del régimen que a los “revolucionarios” de turno no les tembló el pulso para, como tantas veces antes en nuestra historia, inventar una fórmula para mandar de paseo la constitución y darse una más acomodaticia. Tan infeliz por igual, aquélla de otros que por ignorar la realidad de su propia incapacidad de liderar el cambio que el país necesita proclaman con estridencia una necesaria normalidad, tan inexistente como utópica. La comunidad internacional, más allá de intereses económicos, ve con espanto la turbulencia y opacidad del mar de leva que amenaza al país. A falta de mejor alternativa, somete al régimen al ostracismo diplomático, desconociendo por buena conciencia la validez de las triquiñuelas constitucionales del régimen.

Sean cuales sean sus causas o razones, lo cierto es que, en esta oportunidad la deshonra a la que se somete la república no tiene la excusa de la herencia caótica de las guerras civiles que al menos tuvo Cipriano Castro. La causa de nuestro actual bochorno es más crasa y deleznable. En espera de lo que el destino le depare a nuestro país, viene al caso el subtítulo de la obra de Manuel Rodríguez Campos, “Venezuela 1902, la crisis fiscal y el bloqueo” (Caracas, UCV, 1977, 453 pp.) que sirve de título a esta nota. Y queda, en esta nueva circunstancia trágica de nuestro devenir, muy claro de quiénes es la responsabilidad histórica. Y la historia es un juez implacable.

¿Presos barriendo calles? por Carlos Nieto Palma

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Foto: La Patilla

 

En los últimos días, a pesar que la crisis del país aumenta y los problemas que vivimos los venezolanos, cada día nos tienen más agobiados, hemos visto que el Ministerio para el Servicio Penitenciario, en una nueva demostración de “creatividad” ha sacado a un grupo de presos de diversas cárceles del país a barrer las calles, de esta nueva actividad, muchos nos hemos dado cuenta, al verlos en las calles con sus nada discretos uniformes amarillo chillón y las cuadrillas de Guardias Nacionales con sus fusiles en mano custodiándolos.

Quiero comenzar diciendo que el trabajo fuera del establecimiento penitenciario de las personas privadas de libertad, está autorizado por el artículo 488 del Código Orgánico Procesal Penal que establece que “El tribunal de ejecución podrá autorizar el trabajo fuera del establecimiento, a los penados y penadas que hayan cumplido, por lo menos, la mitad de la pena impuesta”.

Igualmente, el mismo artículo nos dice que además de haber cumplido la mitad de la pena debe cumplir con estos requisitos: 1. Que no haya cometido algún delito o falta, dentro o fuera del establecimiento, durante el cumplimiento de la pena; 2. Que el interno o interna haya sido clasificado o clasificada previamente en el grado de mínima seguridad por la junta de clasificación designada por el Ministerio con competencia en materia Penitenciaria; 3. Pronóstico de conducta favorable del penado o penada, emitido de acuerdo a la evaluación realizada por un equipo evaluador designado por el Ministerio con competencia en materia Penitenciaria; 4. Que alguna medida alternativa al cumplimiento de la pena otorgada al penado o penada no hubiese sido revocada por el Juez o Jueza de Ejecución con anterioridad; 5. Que no haya participado en hechos de violencia que alteren la paz del recinto o el régimen penitenciario y 6. Que haya culminado, curse estudios o trabaje efectivamente en los programas educativos y/o laborales que implemente el Ministerio con competencia en materia penitenciaria.

También establece esta norma que cuando el delito que haya dado lugar a la pena impuesta, se trate de homicidio intencional, violación; delitos que atenten contra la libertad, integridad e indemnidad sexual de niños, niñas y adolescentes; secuestro; tráfico de drogas de mayor cuantía, legitimación de capitales, contra el sistema financiero y delitos conexos, delitos con multiplicidad de víctimas, delincuencia organizada, violaciones graves a los derechos humanos, lesa humanidad, delitos graves contra la independencia y seguridad de la nación y crímenes de guerra, las esta fórmula alterna de cumplimiento de pena que conocemos como trabajo fuera del establecimiento, solo procederá cuando se hubiere cumplido efectivamente las tres cuartas partes de la pena impuesta.

Nosotros suponemos que los reclusos que vemos barriendo calles con su particular uniforme amarillo cumplen con todos los requisitos antes señalados y que les han hecho todas las evaluaciones requeridas para salir en grupo a trabajar en las calles, por lo cual no representan ningún peligro a la comunidad.

Mi critica es la forma como los sacan y los someten al escarnio público al llevarlos a realizar el trabajo que realizan con el uniforme que los identifica como presidiarios y fuertemente custodiados por funcionarios de la Guardia Nacional.

Las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos que ahora conocemos como Reglas Mandela, en su regla 19 establece: 1. Todo recluso a quien no se permita vestir sus propias prendas recibirá ropa apropiada para el clima y suficiente para mantenerse en buena salud. Dicha ropa no podrá ser en modo alguno degradante ni humillante; 2. Toda la ropa se mantendrá limpia y en buen estado. La ropa interior se cambiará y lavará con la frecuencia necesaria para cuidar la higiene; 3. En circunstancias excepcionales, cuando el recluso salga del establecimiento penitenciario para fines autorizados, se le permitirá que use sus propias prendas o algún otro vestido que no llame la atención.

Evidentemente que la forma como sacan a estos privados de libertad a barrer las calles uniformados y con fuerte custodia militar va completamente en contra de la normativa internacional que rige la materia, independientemente del trabajo que salgan a realizar, deberían usar vestimentas normales o que al menos no llamen la atención, el preso cuando ya puede salir a trabajar fuera, no solo es que cumple los requisitos para hacerlo, sino que está en un proceso de adaptación para irse acostumbrando a la vida en libertad.

El presentarlos como un espectáculo callejero para nada ayuda a su futura reinserción, sino que se pierde la naturaleza del trabajo fuera del establecimiento para convertirlo en un vulgar circo, lo que le da a la actividad que realizan un carácter aflictivo, vejatorio, humillante a los presos, lo cual va en contra del respeto a sus derechos humanos.

Recuerdo que en los años 70 o 80, un Gobernador de Caracas, se le ocurrió sacar a las personas que estaban presas por la ley de vagos y maleantes, hoy afortunadamente derogada, con una braga anaranjada a barrer los alrededores de la plaza Bolívar, ocasionando en aquella época muchas críticas por ese triste espectáculo.

No sé si hoy en día el Ministerio Penitenciario trata de emular aquella época que ellos tanto critican y exhibir a los presos como su gran trofeo, o si lo que buscan es enseñarles a los ciudadanos, que esa es la gente que nos tiene preparada para atacarnos sino acatamos las decisiones de la dictadura venezolana.

 

@cnietopalma

 

Con nuestra sangre la dictadura suda, gime y se desmorona, por Armando Martini Pietri

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Con sangre venezolana Simón Bolívar liberó parte de América y destruyó el dominio español. Con sangre venezolana se desmanteló la brutalidad gomecista y se derrumbó la dictadura de Pérez Jiménez. Con sangre venezolana se derrotó la pretendida invasión comunista por Machurucuto organizada en La Habana por los hermanos Castro. Con voluntad y sangre venezolanas se está haciendo sudar y llorar de angustia a la cleptómana y cruel dictadura

Venezuela vive una inmensa crisis institucional, un caos que es al mismo tiempo económico, social y político, que empeora día tras día, una tormenta socialista que arrasó con Cuba y se aferra a Venezuela transformada en ciclón torpe y furioso. Lerdos revolucionarios no saben qué hacer y lo que ordenan desde La Habana lo realizan mal, la situación empeora, mientras opositores meneados por vientos exaltados se enredan entre ser dignos, no hacer nada o dedicarse a ponerle difícil las cosas al Gobierno; combinación peligrosa de consecuencias impredecibles. No considerarla con formal seriedad y frialdad juiciosa, es una irresponsabilidad inexcusable.

Venezuela es un país de muchos y variados recursos, no solamente bendecido por grandes abundancias en lo material y natural, sino también en su estructura humana, cultural, profesional, técnica; es terrible que no se esté aprovechando esta fortaleza para salir de esta multi-crisis en la que estamos embarcados. Pero el socialismo castromadurismo es receloso, miope y envidioso, apartan a los mejor preparados y de buena educación, para ubicar a su alrededor a leales lamebotas adulantes que sólo buscan dádivas y cuotas. 

En medio del sombrío paisaje, la solución puede ser o no pacífica, ello dependerá de la voluntad ciudadana y de que los llamados de paz del Presidente y sus voceros dejen de ser banderas sin vientos y se conviertan en realidades, algo que no está pasando. El llamado verdadero debe ser para que intervenga la mayoría de los sectores, la representación debe ser incluyente, jamás excluyente, como es habitual en el oficialismo que amenaza y castiga, pero no resuelve.

El calvario venezolano transmutó en cruzada política, en irreverente forcejeo por no dejarse aplastar por el autoritarismo, la dictadura, evitando a toda costa el secuestro de la conciencia al que los tiranos siempre aspiran, el principal anhelo del opresor es pisotear el saber y despojarlo de fortalezas. 

Los venezolanos opositores militantes o no de partidos políticos, acosados, burlados, perseguidos, encarcelados, maltratados, sólo tienen hoy dos campos de acción. La calle, abandonada de manera insólita, mentecata y tonta, y el mundo internacional.

Los países de la región y fuera de ella, que permitan transparencia y confianza, pueden gestionar en defensa de la democracia. Dejemos de lado el prurito pendejo y patriotero de la no intervención. Necesitamos ayuda, reconozcámoslo, asumámoslo con humildad y con la seguridad de que la razón, la justicia social, los principios éticos morales y la defensa de los Derechos Humanos están de nuestro lado. Sembremos árboles que nos protegerán contra situaciones que ya provocan fastidiosas migrañas, mucho arrepentimiento y demasiados golpes de pecho. Los que integramos la comarca, incluso aquellos cuyos gobiernos siguen buscando anticuadas ideas y escasos dólares, jugamos un papel importante en la búsqueda de la paz y convivencia.

El sistema de libertades está maltratado y arrinconado por un régimen, gobierno para los pocos interesados, dictadura para cada vez más críticos, adueñado sin escrúpulos ni pudor de los poderes del Estado. El concurso latinoamericano y del mundo están sosteniendo posturas de liderazgo para resolver pacíficamente, lo que puede llegar a no serlo. La situación no es buena. La realidad es que está mala y delicada.

Se han fracturado y desintegrado familias, nos hemos convertido en país de emigrantes cuando hasta hace poco éramos quienes recibíamos a los que huían de guerras y dictaduras opresivas. El desplazamiento es forzado, no es turismo.

¡Es inmensamente mejor enfrentar una verdad por más dura y dolorosa que sea, que un engaño piadoso! La verdad cura, reconforta, la mentira enferma, destruye, pervierte y pudre.

Son incontables los que piensan -aunque no se atrevan a decirlo- que por el bienestar colectivo debemos enfrentar una realidad, dolorosa o no, y convencernos de que la oposición/mud no tiene capacidad de enfrentar sola esta complicada y compleja situación. Ya no importa si pudieron o no, quizás quisieron, pero no fueron eficientemente capaces para defender los votos con el mandato que los ciudadanos le entregaron en diciembre 2015 y julio 2017. Puede que sean poco ágiles para tomar decisiones y tienen olvidado el sentido de la oportunidad. Pero están ahí, acertados o no, no abandonan, no se rinden. Se equivocan, pero siguen adelante.

Hay que renovarse, el pueblo quiere cambios y muchos están en la lista. Se debe retomar la protesta en las calles para defender nuestros derechos -más que violados, eliminados-, pero de manera democrática y pacífica, evitando la violencia. Lo pacífico hiere a la dictadura, la violencia la alimenta. Son carroñeros de la intimidación, expertos en generar terror y magos en mentir para frustrar. Pero también, no lo olvidemos, expertos en fracasar. 

Nuestra obligación esencial como ciudadanos es agotar todos los recursos posibles para una salida de transición ordenada y sosegada. No habrá elecciones y si las hay, será bajo el dominante e incondicional control del régimen, ya no incumbe aparentar. Lo importante es que lo sepamos y no nos dejemos engañar, que cada mentira, tenga un costo muy alto, aunque sea a costa de nuestra sangre. 

Si no hacemos nada igualmente perdemos, y será peorTú pierdes, yo pierdo, todos perdemos y el país sigue aterrado y muerto. Ya empezó el joropo y faltan alpargatas. Ellos tienen botas y las botas a veces sacan sabañones y callos dolorosos, al menos démosles pisotones.

 

@ArmandoMartini

 

Pence frente a venezolanos exiliados en Miami: No permitiremos que Venezuela se desmorone

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Frente a representantes de la comunidad venezolana en Miami, el vicepresidente estadounidense Mike Pence calificó al régimen de Nicolás Maduro como «brutal y bárbaro» y vaticinó una «solución pacífica» junto a los países de la región.

«Estaremos con ustedes hasta que la democracia sea restablecida en Venezuela», afirmó Pence en un discurso dirigido a los miles de venezolanos que dejaron su país huyendo de la crisis económica, social y política.

Y agregó: «Pueden tener confianza que con el presidente Trump los escuchamos y estamos de su lado. No permitiremos que Venezuela se desmorone. El gobierno de EEUU ya ha aplicado sanciones contra el régimen de Maduro, y habrá más; tenemos muchas opciones y vamos a lograr una solución pacífica para ese pueblo».

«Como el presidente Trump ha dicho, EEUU está del lado de todo el pueblo de nuestro hemisferio que quiere ser libre», concluyó el vicepresidente.

El senador republicano Marco Rubio, uno de los dirigentes norteamericanos que más ha denunciado las violaciones a los derechos humanos de la dictadura de Maduro, también tomó la palabra durante el acto e instó a los venezolanos a no darse por vencidos: «En Estados Unidos hay una administración que está con ustedes».

Asimismo, reiteró sus acusaciones contra el régimen por sus vínculos con el narcotráfico. «Aquí sabemos quienes son los líderes del régimen chavista. El vicepresidente Tareck El Aissami es un narcotraficante», apuntó. Y volvió a calificar a Diosdado Cabello como «el Pablo Escobar de Venezuela».

Rubio también aprovechó su pronunciamiento para exigir «elecciones libres» y «libertad» para los presos políticos. «Jamás vamos a aceptar como legítimo este sistema creado por estos tiranos, criminales y narcotraficantes», concluyó, en referencia a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) impulsada por Maduro.

Activistas, líderes comunitarios y exiliados venezolanos acudieron este miércoles a un acto del vicepresidente Mike Pence sobre la crisis con el régimen de Nicolás Maduro. El tema del encuentro fue la «continua devastación y disturbios» en Venezuela, dijo la Casa Blanca en un comunicado.

Desde temprano los venezolanos colmaron la iglesia católica Nuestra Señora de Guadalupe, algunos con gorros, camisetas y banderas venezolanas. En la cita participaron también el gobernador de Florida Rick Scott y los legisladores cubano-estadounidenses Marco Rubio y Mario Díaz Balart.

La reunión tuvo lugar pocos días después del viaje de Pence a Colombia, Argentina, Chile y Panamá, donde el foco de atención fue Venezuela. Ante los líderes latinoamericanos el vicepresidente intentó suavizar el mensaje que dio Donald Trump cuando mencionó que Estados Unidos considera una acción militar en la nación sudamericana.

En Estados Unidos viven cerca de 273.000 venezolanos, un tercio de ellos el sur de Florida, de acuerdo con información de la oficina del censo de 2015. La cifra probablemente sea mayor en la actualidad debido a la cantidad de gente que ha llegado en los últimos dos años huyendo de la crisis de su país.

Pence en Panamá: Venezuela será libre una vez más

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El vicepresidente de Estados Unidos, Michael Pence, afirmó hoy en Panamá que “Venezuela será libre una vez más”, al reiterar que es conducida hacia “la dictadura” por el Gobierno de Nicolás Maduro.

En una nueva referencia a la situación venezolana en el marco de su primera gira latinoamericana, que culmina este jueves en Panamá, Pence sostuvo que el Gobierno de Donald Trump explora “todas las opciones económicas y diplomáticas, pero permanecemos en calma” de cara a la crisis venezolana.

“Trabajando junto con todas las naciones de Latinoamérica encontraremos una solución pacífica (…) hacemos esto porque la gente de Venezuela lo merece. Los Estados fallidos no tienen fronteras” y traen “más tráfico de drogas, más inmigracion ilegal”, sostuvo Pence en un discurso en el Canal de Panamá.

Venezuela vive desde hace meses una convulsión política que se ha cobrado la vida de más de cien personas en manifestaciones de calle, que se suma a la crisis generalizada que arrastra el país desde hace varios años con una persistente escasez de alimentos, medicinas e hiperinflación.

Cómo el régimen cubano desinforma a su pueblo sobre la crisis en Venezuela

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Los cubanos solo consumen información de los medios nacionales, todos bajo control del régimen. Ello determina qué noticias publicar, por una política que esconde lo que le resulta inconveniente. Recientemente, se presentó el voto sobre la Constituyente en Venezuela como una «victoria ejemplarizante» que transcurrió «con normalidad y gran afluencia de personas».

Del mismo modo se hilvanan discursos donde las protestas no son manifestaciones de los venezolanos contra Nicolás Maduro, sino «hechos de violencia» organizados por los Estados Unidos con «terroristas alentados por la derecha».

Tras el inicio de las protestas de los venezolanos, un medio independiente con sede en Miami, Cubanet, publicó un reportaje que explica los motivos de la desinformación de los cubanos sobre la crisis en Venezuela.

Jessica White, analista de Freedom House, una organización que observa la libertad de prensa en el mundo, aseguró que Cuba muestra «un panorama de la información totalmente controlado por el gobierno: la gente tiene acceso a noticias que están condicionadas y sesgadas por las prioridades políticas del Estado«.

Los medios estatales cubanos están llenos de historias que engrandecen al régimen de Maduro, al tiempo que construyen teorías conspirativas sobre la injerencia de los Estados Unidos en la crisis venezolana. «La censura de temas delicados y la falta de contenido diverso afecta la capacidad de los ciudadanos de informarse de un modo pleno y equilibrado», explica White.

En Cuba el gobierno controla todos los periódicos, estaciones de radio y televisión del país. La mayoría de los cubanos no tienen acceso a canales internacionales por cable solo a Telesur

En Cuba el gobierno controla todos los periódicos, estaciones de radio y televisión del país. La mayoría de los cubanos no tienen acceso a canales internacionales por cable solo a Telesur

 

Artículos publicados en CubaDebate, un medio digital estatal cuyo lema es «contra el terrorismo mediático», hablan sobre el supuesto plan del Comando Sur de Estados Unidos para derrocar al gobierno de Maduro. Aunque el documento es falso y el Comando Sur negó su autoría, el sitio continuó publicando acerca del tema, en una tendencia ya conocida de reproducir este tipo de teorías conspirativas.

La mayoría de los medios cubanos publican noticias de las que no contraponen fuentes. Por ejemplo, el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista, no ha mencionado a Leopoldo López en el último mes a pesar de los muchos escándalos internacionales que ha provocado sus salidas y reingresos a la prisión.

En una búsqueda simple se encuentran 75 menciones al opositor Henrique Capriles, gobernador del estado de Miranda, desde enero del 2014 hasta la fecha; Maduro, en cambio, ha sido mencionado en 939 ocasiones.

En los últimos cinco artículos que mencionan a Capriles se le asocia con «acciones de calle que provocaron 11 muertos», «contradicciones dentro de la derecha venezolana» y con la negativa de sostener un diálogo con el gobierno chavista.

La disolución de los límites entre el reportaje y la opinión, entre el periodismo y el activismo, o entre el periodismo y la propaganda es frecuente en la prensa cubana.

La disolución de los límites entre el reportaje y la opinión, entre el periodismo y el activismo, o entre el periodismo y la propaganda es frecuente en la prensa cubana.

 

Los informes de la agencia Telesur y de la Agencia Venezolana de Noticias son las fuentes de noticias que se emplean en los medios cubanos. «Esto es muy peligroso para la libertad de información«, afirma Emmanuel Colombié, director regional para América Latina de Reporteros Sin Fronteras.

Lo mismo, explicó, que sucede en Venezuela. «Para minimizar la importancia de la crisis, la influencia de la oposición, y para ocultar los actos de violencia durante las manifestaciones», el gobierno de Maduro intenta «censurar todos los medios de comunicación que hacen una cobertura negativa de la situación y apoyan a la oposición. Al final del día, los venezolanos con acceso básico a los medios de comunicación no saben realmente lo que está sucediendo», añade Colombié.

Cuba está en el final de la lista sobre libertad de prensa que confeccionan Freedom House y Reporteros Sin Fronteras, fundamentalmente por la represión al periodismo independiente que intenta llenar los vacíos informativos.

*Vea la nota completa en Infobae

Artífices de la improvisación, por José Domingo Blanco

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Cuando dos llaneros se juntan y arrancan un contrapunteo, la improvisación es clave. Porque el contrapunteo es una especie de duelo musical en el que los copleros -al ritmo de arpa, cuatro y maracas- dirimen sus diferencias o ventilan su disputa. Hay que tener ingenio, creatividad y mucha chispa. De otra manera, los versos no riman y desencantan a la audiencia. Improvisar, definitivamente, es cosa de contrapunteos. Aunque también hay casos menos artísticos, esos en los que náufragos o excursionistas salvan sus vidas ideándose balsas o refugios. Como verán, la agudeza entra en juego si se trata de sobrevivir. No digo lo contrario. Pero, en política –cuando lo que está en discusión es el destino de un país- improvisar, puede traer serias consecuencias.

Si lo que se tiene claro es el objetivo y no así los pasos que debemos dar para llegar hasta él, se produce algo que es sumamente peligroso: comienza la improvisación. Una improvisación que, por supuesto, generará desencuentros, desencantos, hastío y fracturas. Incluso, provocará discusiones que consideraría sanas si por consenso, lo que resulta de ellas, son ideas aplicables y estrategias concretas. Y cuando al inicio de este párrafo me refería a tener claro e identificado el objetivo de nuestra lucha –aquello que nos aglutinó y movilizó- es suponiendo que, los líderes en quienes confiamos la conducción de la protesta, comparten nuestro objetivo común. Comulgan con el sentimiento colectivo y con la urgencia que tenemos los venezolanos de rescatar al país de las manos de quienes lo destruyen.

No quiero pensar que la lucha de los últimos meses, las manifestaciones, la represión brutal contra la sociedad civil, los heridos, los encarcelados y los muertos serán el tema de la campaña de quienes aspiran a cargos de elección popular el día que Tibisay –por imposición de Nicolás y la ANC- señale en el calendario. No quiero pensar que la autopista -donde tantas veces se escenificaron las más cruentas historias de agresiones contra ciudadanos que ejercían su derecho a protestar- va a amanecer dentro de poco tapizada de afiches con las caras de unos líderes que hasta hace nada nos pedían marchar hasta el TSJ o el CNE.

Es repugnante leer tweets como el que publicó el periodista-ministro-gobiernero quien, con toda la sorna que obviamente le provoca el hecho escribe: “Bienvenidos al juego democrático compatriotas candidat@s MUD a gobernadores. Lástima que causaron tantas muertes para terminar en esta orilla”. Habría que ponerse en el lugar de esos padres a quienes la GNB –o los colectivos del régimen- les asesinó a sus muchachos para entender por qué muchos de ellos han manifestado abiertamente “mi hijo no perdió la vida para hacerte gobernador”.

Quizá, algunos de ustedes refutarán mi postura diciéndome lo que no he parado de escuchar desde que la MUD anunció su participación en las elecciones regionales: “Todo suma, Mingo; esto, inscribir nuestros candidatos, también”. “No veas el tronco, ve el bosque”. “No podemos cederle nuestros espacios a la dictadura”. “Ya ganamos en las votaciones del 2015, ¿por qué no éstas?” “Nada perdemos con la inscripción de candidatos”. ¡Cítenme algún ejemplo de elecciones, en países con dictadura, en las que el tirano no salga favorecido! Llevamos 19 años en manos de unos ineptos que se legitiman con sufragios. Nunca, ni sumando los 40 años anteriores al chavismo/madurismo, habíamos tenido tantos comicios como en este período negro que ha vivido el país. ¿Quién nos garantiza en este momento que esta decisión del cogollo partidista de la MUD no es para demostrarnos que son ellos quienes deciden nuestro destino y no los propios ciudadanos que, por los titubeos de los líderes de las oposiciones, en algún momento se erigieron como los auténticos conductores de las protestas? “Pre inscribiremos candidatos y después veremos” a mí me suena al summum de la improvisación. Y, comienzan a engolosinarse con las gobernaciones los que hasta hace nada nos decían que estábamos en 350. Sin resolver aún que los nuevos magistrados del TSJ, los que fueron designados por la AN –legítimamente electa por nosotros en 2015-, están solicitando asilo en las embajadas porque el régimen los persigue. O haciendo caso omiso a que el CNE sigue en manos de Lucena, Oblitas, D′Amelio y Hernández; las tres primeras sancionadas por el gobierno de EEUU y la última, según Luisa Ortega, implicada en casos de corrupción.

Por eso, no me gusta leer que Enrique Márquez, de Un Nuevo Tiempo -partido que integra la Unidad, por cierto- lamenta las sanciones que impuso Estados Unidos a funcionarios venezolanos. Funcionarios que –permítanme recordarles- son todos afectos y estrechamente vinculados con el régimen de Maduro. No me gusta escuchar que el problema es, a partir de este momento, si se hacen o no primarias para saber quiénes serán los flamantes candidatos. Si no tenemos consistencia estratégica, y seguimos cometiendo los mismos errores, iremos a unas elecciones, ganaremos en los estados que el régimen decida y luego, su TSJ, el que preside Maikel Moreno con su camarilla de magistrados electos a dedo y sin calificaciones, se valdrá de cualquier excusa para inhabilitar, declarar en desacato, apartar o hasta encarcelar al deslumbrado candidato opositor que solo vio su parcelita de poder y no al país completo.

@mingo_1