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Jose A. Guerra Jun 11, 2017 | Actualizado hace 7 años
Un pan por persona, por José Guerra

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Durante mi adolescencia, a comienzo de los años setenta, en mi natal Río Caribe, estado Sucre, había tres panaderías y se podía comprar pan todo día. Dos estaban situadas en la avenida Bermúdez, la primera propiedad del señor Luis González (Luis Reyes, le decían), la segunda era del señor Valentín Hernández (Valentincito) y la tercera estaba ubicada en la salida este del pueblo, en la calle Zea, y su dueño fue el señor Mauricio Rojas, un antiguo militante del PCV. No faltaba el pan nunca. La harina de trigo era provista por un mecanismo sencillo pero eficiente donde apenas intervenía el Estado, proveyendo los dólares que proporcionaban las empresas petroleras extranjeras. Había libertad cambiaria en el país y las empresas  importaban el trigo, lo molían, lo empacaban y lo distribuían a miles comerciantes que a su vez lo vendían a las muchas panaderías que existían a lo largo del país.

Mi papá cuyo oficio era de chofer de maquinarias pesadas, cada quince días hacia un viaje a La Guaira para cargar unos dos mil sacos de harina y después de una travesía de catorce horas de manejo en su gandola marca International, desde el litoral hasta Carúpano, se distribuía la harina por la costa de Paria y había pan para todo el mundo.  El señor Blasini, propietario de una casa comercial de esa ciudad, garantizaba harina suficiente. Se vendían ocho panes por un bolívar de la época. Cada pan costaba tres céntimos de dólar. Cuando a partir de 1974 los precios comenzaron a subir, se compraban tres  panes por un bolívar, pero había pan. Se adquiría menos, pero había. Y había porque no se interrumpió el mecanismo de mercado para fijar los precios.

Hoy, cuarenta y cinco años después, en Rio Caribe literalmente no hay pan. No solamente en ese pueblo sino en todo el país. Ha sucedido lo que ha pasado en todas las experiencias donde el socialismo, esa extraordinaria maquinaria de destruir economías, se ha instaurado: unos burócratas, aparentemente bien intencionados, tratan de sustituir los mecanismos que por años la economía ha diseñado para que las cosas funcionen. El trigo lo importa y distribuye únicamente el gobierno, debido al control de cambio. De esa operación estaba a cargo antes el general Carlos Osorio y ahora el inefable general Rodolfo Marco Torres, el de las célebres importaciones sobrefacturadas. No es difícil imaginar que existe un mercado negro de la harina de trigo, donde ésta cuesta más de diez veces el precio regulado. Como una cosa lleva a la otra, el gobierno impuso un control de precio para la venta del pan. De esa ecuación resultó lo obvio: se acabó la libertad para comprar pan y en consecuencia hay racionamiento. El paso siguiente fue expropiar algunas panaderías, que hoy ya prácticamente cerraron sus puertas.

Este relato se repite en la cadena de bienes con precios fijados por el gobierno hasta constituir un sistema ineficiente, exponencialmente corrompido, de extorsión a los comerciantes y de calamidad para el pueblo, hoy hambriento. Presentado como una idea de libertad, estos sistemas de control social como el socialismo y el fascismo suelen degenerar en regímenes totalitarios.  En el primer caso, en Venezuela después de una marejada de dólares petroleros la revolución socialista  se resume en lo que dice el panadero a la puerta del negocio: un pan por persona, por favor.

Fetraharina solicita al gobierno agilizar trámites para importación de trigo

Panaderiavenezolana

 

Fetraharina solicitó al gobierno nacional que declare la emergencia para agilizar los trámites de la importación del trigo y poder abastecer el mercado panadero y de pastas.

“Le hacemos un llamado al Estado, por favor declare la emergencia porque falta los rubros como la harina de trigo, nosotros certificamos esta situación por las colas que son visibles en cada panadería de la ciudad, sobre todo en el área metropolitana”, indicó el presidente de Fetraharina, Juan Crespo.

Crespo destacó que uno de los problemas y lo que genera gran preocupación en los trabajadores es que “uno de los molinos ubicado en la zona Oeste de Catia se está quedando sin trigo, solamente se está trabajando cuatro turnos de producción, ocasionando que las prestaciones, fideicomiso turnos, bonos nocturnos como las horas extra de los empleados disminuirán”.

Crespo sostuvo que ha denunciado en reiteradas oportunidades que “Fetraharina depende de la materia prima importada, sumando que los repuestos son necesarios, se necesitan 30 mil toneladas para poder abastecer a la Gran Caracas, Miranda y Vargas “.

 

Así desaparecieron los productos básicos de los anaqueles

pan

La Verdad

@robertodeniz

LOS ANAQUELES DE LOS SUPERMERCADOS en Venezuela han quedado grandes. Los estantes vacíos contrastan con las colas de personas a las afueras de los establecimientos comerciales de todo el país. Muchos de los productos que habitualmente consumían la mayoría de los venezolanos han desaparecido progresivamente y el desabastecimiento se tornó en un problema crónico.

El vicepresidente del Área Económica, Miguel Pérez Abad, promete que en seis meses podrá revertirse esa tendencia. “Hemos planteado seis meses para estabilizar todo el sistema de producción y distribución”, dijo recientemente en rueda de prensa.

No es la primera vez que un alto funcionario del Gobierno se compromete a poner fin al desabastecimiento. En junio del año pasado el entonces ministro de Alimentación, Carlos Osorio, aseguró que en “uno o dos meses debemos tener estabilizado en su totalidad lo que son los productos de primera necesidad”.

Pero la crisis no dejó de agravarse y se fueron sumando productos a la lista del “no hay”. Los empresarios continúan alertando la imposibilidad que tienen de abastecer el mercado con normalidad por la falta de insumos, el freno en liquidación de divisas o la distorsión causada por el control de precios, entre otros problemas. A finales de abril la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea) indicó que algunos de esos obstáculos están “afectando severamente la continuidad de la producción”.

Cerveza

Cerveza: Tomar cerveza también será complicado en Venezuela. Empresas Polar paralizó indefinidamente las cuatro plantas en las que produce la popular bebida tras quedarse sin cebada, principal insumo para la producción. De acuerdo a la compañía, el Gobierno no ha aprobado divisas para la importación de la materia prima y se ha quedado sin alternativas. La parada de Polar impactará a los consumidores, ya que las distintas cervezas de la empresa representan 80% del mercado. El 20% restante lo abastece Regional, que actualmente está produciendo, pero al 50% de su capacidad, de acuerdo a fuentes ligadas a la empresa.

Harina

Lea también: Polar sirve la mitad de las arepas, pero no alcanza pa’ todos

Harina de maíz: La tradicional harina para las arepas tampoco escapa a la crisis. Empresas Polar informó recientemente que los inventarios de maíz llegan hasta finales de mayo y que el Gobierno debe garantizar la venta del maíz importado para continuar produciendo. “Para seguir operando con los actuales niveles de producción, las plantas harineras de Alimentos Polar requieren 17.500 toneladas de maíz blanco todas las semanas”, aseguró Manuel Felipe Larrazábal, director de la empresa. La oferta de Polar representa alrededor del 50% de la harina precocida que demanda el mercado. Al menos existen otras 12 marcas del producto, en su mayoría en manos del Estado, pero la oferta es casi inexistente, en las redes privadas de supermercados. La regulación de precios también ha afectado la oferta del producto. Durante meses el Gobierno obligó a vender el kilo de harina de maíz precocida en 19 bolívares por kilo, pero recientemente la Sundde aprobó un nuevo precio de 190 bolívares por kilo, que de acuerdo a los cálculos de Polar aún implica perder 30 bolívares por cada kilo que producen.

Pan

Pan: Las colas se han trasladado a las panaderías. Los clientes se agolpan en los establecimientos a la espera del pan “canilla” y los propietarios se han visto obligados a racionar la venta del producto. El problema fundamental es la falta de “trigo panadero”, producto cuya importación depende de la estatal Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas (CASA). En una información reciente Cavidea indicó que el “trigo panadero” es uno de los insumos con un nivel de inventarios “crítico”, pese a que finales de abril el ministro de Alimentación, Rodolfo Marco Torres, garantizó el abastecimiento de la materia prima para las panaderías. Juan Crespo, presidente de la Federación de Trabajadores de la Harina (Fetraharina), señaló recientemente que los inventarios de harina de trigo están en su “mínimo histórico”, que varios molinos se han paralizado y que seguramente en los próximas semanas “las colas se multiplicarán”.


Refrescos

Refrescos: La Asociación Nacional de Bebidas Refrescantes (Anber) informó el 9 de mayo que la causa por la cual se ha visto afectada la producción de refrescos es por la falta de azúcar, cuya importación también depende de la empresa estatal CASA, en un año en que los productores han denunciado un descenso en la cosecha nacional. “Estamos experimentando importantes fallas en el suministro de materias primas –fundamentalmente azúcar- que han impactado severamente nuestra producción y abastecimiento pleno del mercado nacional”, indicó Anber. En el texto se señaló, además, que “no tenemos la certeza de cuándo su abasto se normalizará en cantidad y oportunidad”.

La embotelladora venezolana de Coca-Cola paralizó su producción de bebidas endulzadas tras consumir los inventarios de azúcar industrial. “El sistema Coca-Cola de Venezuela informa que se han agotado los inventarios de azúcar refinada de uso industrial en nuestras plantas”, informó la compañía.

Leche

Leche: La industria láctea atraviesa varios obstáculos. Desde la Asociación de Procesadores de Leche (Asoprole) y la Cámara Venezolana de la Industrias Lácteas (Cavilac) han advertido que el precio regulado por el Ejecutivo nacional impide a las empresas comercializar el producto. “Si tenemos una apertura de precios, da una bocanada de oxígeno a algunos productos que no se están produciendo en el país, como es el caso de la leche, que no aparece porque está a muy bajo costo y nosotros tenemos que pagar por los empaques y el procesamiento”, declaró recientemente Roger Figueroa, presidente de Cavilac. El 24 de mayo la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socio Económicos (Sundde) autorizó los nuevos precios del producto, tras una congelación de precios que se remontaba a 2014. La leche pasteurizada oscilará entre los 100 y los 676,96 bolívares, dependiendo de la presentación.

La falta de empaques, especialmente los suministrados por la empresa Tetra Pak, es otro de los factores que ha impedido que el producto llegue con normalidad a los comercios. La deuda de la compañía con sus casa matriz asciende a 70 millones de dólares debido a los retrasos de las autoridades a la hora de aprobar las liquidaciones de divisas. Recientemente el ministro de Alimentación, Rodolfo Marco Torres, se reunió con la directiva de la compañía, y aseveró que se garantiza la producción de 50 millones de envases mensuales para leche y jugos.

Atun

Atún: Desde el año pasado la industria atunera enfrenta problemas por la falta de materia prima. Para la producción de marcas como Eveba, Margarita, El Faro, El Peñero y Arrecife, entre otras, se requieren alrededor de 90 mil toneladas de atún entero, pero la oferta de la pesca nacional no llega a 40 mil toneladas. El déficit debe compensarse con importaciones de atún entero, pero las empresas procesadoras han tenido retrasos en las aprobaciones de los permisos necesarios para la importación. Este año algunas empresas han logrado reactivar la producción, pero a un ritmo muy por debajo de la capacidad instalada. El producto ha llegado a los anaqueles con precios que rondan los mil bolívares para las presentaciones más pequeñas y que supera esa cantidad para las presentaciones más grandes.

Cafe

Café: Buena parte de la producción de las torrefactoras está en manos del Estado. Sindicatos de varias de esas compañías han reportado paralizaciones en la producción tras agotarse los inventarios del grano de café verde, importado desde Brasil por el Gobierno nacional, así como una mala administración de esas empresas. La producción nacional a su vez ha caído por diversos factores, entre ellos los cortes eléctricos y el control de precios, que ha empujado a los productores a dedicarse a otros cultivos en los que puedan obtener mayor rentabilidad. Carlos Andrade, secretario general del sindicato de Café Venezuela, declaró a Globovisión que la empresa está produciendo al 10% de su capacidad y que tienen “serias” dificultades con la materia prima. “La producción nacional cayó en 80% (…). La Corporación Venezolana del Café (CVC) importa de Brasil y Nicaragua, pues dicen que es más económico, pero acaba con la producción nacional”, declaró el dirigente sindical.

Aseo Personal

Productos de cuidado personal: Conseguir jabón de baño, desodorante, crema dental o champú también se convirtió en una rareza en el mercado venezolano. Los fabricantes han tenido problemas para importar insumos, al igual que las empresas de alimentos, pero han estado afectados principalmente por el control de precios. Recientemente, en un comunicado interno Colgate Palmolive explicó a sus trabajadores que no podía sostener la producción con “pérdidas permanentes”. Esa compañía, como las otras del sector, estaba comercializando sus productos con precios fijados por el Gobierno en septiembre de 2014. Recién el pasado 21 de mayo la Sundde emitió la providencia en la que fijó nuevos precios de venta para productos como la crema dental, pañales, papel higiénico o jabón de baño.

Aseo Hogar

Productos limpieza del hogar: Con los productos para el aseo del hogar ocurre igual que con los de cuidado personal. El control de precios ha obligado a las empresas a parar la producción y, en algunos casos, como el de Clorox, a cesar sus operaciones en Venezuela. Clorox era la responsable de producir marcas como Nevex y Mistolín, pero a finales de 2014 tomó la decisión de abandonar el mercado venezolano tras acumular años con pérdidas ocasionadas por el control de precios. La situación se repite en otras compañías que se mantienen, pero han reducido al mínimo la diversidad de marcas y presentaciones de productos para el cuidado del hogar. También enfrentan dificultades para importar insumos como el sulfato de sodio y cebo, necesarios para la producción de detergentes y jabones en barra.

Pasta y Arroz

Pasta y Arroz: El trigo y el arroz son dos de los insumos con los que las empresas productoras tienen problemas, de acuerdo a la información de Cavidea. Pero la pasta y el arroz también han desaparecido de los anaqueles por el control de precios. El precio oficial del arroz es de 25 bolívares el kilogramo y el de la pasta es de apenas 15 bolívares por kilogramo, lo que hace atractivo estos productos para luego ser revendidos en el mercado informal por los “bachaqueros”. A comienzos de año, Cavidea planteó que de acuerdo a las estructuras de costos de las empresas, el kilo de arroz debería costar 102 bolívares, mientras que el de pasta 141 bolívares. De esa propuesta han pasado varios meses y en el sector aún esperan por el ajuste de precios.

Panaderías podrían cerrar antes de marzo por falta de harina de trigo

Panadería

Antonio Fontinha, de 81 años de edad y el panadero más viejo de Caracas según sus colegas, contó que en casi 50 años dedicados al oficio nunca había vivido una situación similar: “No hay harina y no se puede trabajar. 95% de las ventas dependen de los productos que hacemos con harina y si el trigo no llega, antes de que finalice el mes estaremos cerrados”.

Llegó de Portugal en la década de los años cincuenta huyendo del desabastecimiento y el hambre que predominaba durante la dictadura de Antonio de Oliveira Salazar. Por eso, al ver las cestas de pan y las vitrinas vacías de la panadería recuerda la escasez de alimentos que vivió en su natal Ciudad de Aveiro. El secreto de su salud es mantenerse trabajando y le pesa no poder hacerlo como de costumbre, desde las 5:00 am, en su panadería ubicada en Colinas de La California, confesó.

El saco de harina de 45 kilos que les queda disponible se lo compraron a un paisano porque los proveedores no les despachan desde hace un mes. “Y lo peor es que no sabemos cuándo podrán enviarnos harina porque no hay trigo en los molinos”, añadió.

“Exageradamente complicada”.

Juan Crespo, presidente de Fetraharina, dijo que “la situación es exageradamente complicada”: 5 de 12 molinos están paralizados y los otros tienen inventario crítico de trigo que rindiéndolo llegarán hasta finales de febrero.

Advirtió que el molino principal que surte 38% del mercado trabajará hasta el viernes. Y el que provee el trigo duro para la pasta lo hará hasta la primera semana de marzo. Alertó que la crisis se extenderá porque la importación de trigo la tiene que realizar la empresa estatal Corporación de Abastecimientos y Servicios Agrícolas. “Sabemos que no hay barcos en tránsito ni órdenes de compra en proceso”.

Agregó que 12.000 empleos directos, en el caso de los molinos, están en riesgo y que 2 empresas pararon la negociación de sus contratos colectivos. Informó que los representantes sindicales discutirán con los patrones de las empresas molineras la fecha en la que enviarán de vacaciones colectivas a los trabajadores y no prevén pagarles el salario promedio.

Título de caja

Jul 08, 2015 | Actualizado hace 9 años
Queda un mes de inventario para producir pasta

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El presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Industria de la Harina,(Fetraharina) Juan Crespo, informó que los inventarios de harina para producir pasta alcanzan hasta final de julio.

Los inventarios del trigo para elabora la pasta tienen disponibilidad hasta final de este mes, considerando que hay problemas en la cosecha, hay inconvenientes porque los dueños de los molinos han manifestado a la federación que en el corto plazo van a tratar lo posible de reducir los salarios a sus trabajadores considerando que no hay materia prima”, informó Crespo, presidente de Fetraharina por Unión Radio.

Asimismo el presidente de Fetraharina indicó que el barco con 20 mil toneladas que llegó cubre solo para 15 días y en consecuencia agudizará la crisis del pan. “Como lo hemos dicho en reiteradas oportunidades, la situación se complica cada día más y seguimos declarando las emergencias y exhortamos el ministro Carlos Osorio para que convoque a las partes para que los venezolanos no sufran el declive de este rubro tan importante”.

Para el presidente de Fetraharina,  la importación sería la solución, pero explicó que para encargar un barco de trigo tarda aproximadamente un mes en llegar.

Venezolanos se quedan sin canillas por falta de harina de trigo en panaderías

PAN CANILLA EN AUMENTO 16/03/2012 FOTO EMANUELE SORGE BARQUISIMETO

En algunas panaderías de Caracas los mostradores lucen poco apetitosos, sin variedad y con muchos espacios vacíos. Las cestas del pan están desocupadas o tienen apenas unos cuantos panes del tipo sobado, campesino o gallego, pero no hay canilla. La razón alude a que no están horneando la cantidad de panes que acostumbraban por falta de harina de trigo.

Encargados y panaderos de nueve establecimientos informaron que por falta de materia prima cocinan entre 50% y 60% menos de la cantidad de bandejas de pan que elaboraban hace un mes,  y que lo más preocupante es que no saben cuándo les van a despachar la harina de trigo. Los  proveedores les dicen: “Cuando tengamos se las enviamos”. Sin embargo, no precisan una fecha exacta. Agregaron que la existencia se agota rápido y no la pueden reponer por falta de disponibilidad.

El gerente de una panadería en La Carlota señaló: “De 12 bandejas de diferentes tipos de panes que cocinaba al día las reduje a 6 para rendir la harina de trigo”. Añadió que de 40 tortas ahora hacen 10 y de 8 bandejas de dulces pasaron a 4. En otro establecimiento en Los Chorros el encargado contó que les debe 15 sacos de harina de 45 kilos a cada uno a sus familiares y amigos de otras panaderías. “Tengo harina para 5 días, máximo una semana”, afirmó.

Ambos panaderos indicaron que por la merma en la producción las ventas han caído entre 40% y 50%.

La gerente de otra panadería en Los Cortijos dijo que racionan la venta a dos panes por persona para que rinda para más clientes. A Leonardo Medina, consumidor, que estaba en el comercio con la intención de encargar una torta para el cumpleaños de su hija, le rechazaron el pedido por la falta de materia prima.

Otro comercio, en Los Ruices, exhibía un aviso que decía: “No hay pan. No tenemos harina”. El propietario dijo que desde el lunes no hornea pan y lo que ofrecen son dulces que han quedado rezagados y panes que están empaquetados.

Las panaderías en Valencia también comienzan a racionar a dos o tres por cliente la cantidad de pan canilla y pan dulce. En algunas no había pan francés ni de sándwich.  Los empleados dijeron que les prestan el producto para no bajar la santamaria.