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Una dieta rica en grasa favorece la aparición de cáncer de colon

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Comer poco, sin caer en la desnutrición, parece hasta la fecha la mejor receta para vivir más y mantener alejada la enfermedad. Y si además de reducir la cantidad de calorías, evitamos las grasas, las posibilidades de que aparezca un tumor se reducen aún más. Desde hace años los científicos que intentan resolver el rompecabezas del cáncer saben que la obesidad y las dietas ricas en grasas no se limitan a obstruir las arterias, también elevan las posibilidades de sufrir ciertos tumores como los digestivos. Pero hasta la fecha no se sabía por qué. La explicación molecular y celular se desvela este miércoles en un estudio que publica la revista «Nature».

El avance no solo desvela un nuevo secreto en el origen del cáncer, también identifica una nueva diana que abre la puerta a nuevos tratamientos contra el cáncer de colon, uno de los más frecuentes en España. Y, al mismo tiempo, puede que a nuevas terapias que afectan a otros trastornos digestivos de difícil tratamiento como es la enfermedad de Crohn.

 

Células que proliferan

 El estudio, que se ha hecho solo en ratones, muestra cómo la ingesta de grasa predispone de alguna manera al tejido intestinal a convertirse en canceroso. La grasa produce una tormenta perfecta en el intestino: estimula la producción de células madre intestinales y hace que otras células se comporten como células madre, así se reproducen indefinidamente, se vuelven cancerosas y propician la aparición del cáncer de colon y otros tumores intestinales. «Una dieta rica en grasa no solo cambia la biología de las células madre también altera la biología de poblaciones de células diferentes y ambos procesos, de forma colectiva conduce a la formación de tumores», explica Omer Yilmaz, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y uno de los autores principales de la investigación.

Las células madre del intestino son más proclives a acumular las mutaciones que dan lugar al cáncer de colon. Estas células madre viven en el epitelio que recubre el intestino y generan los diferentes tipos celulares que dan lugar a este tapiz digestivo.

 

Más peso y más tumores

En su investigación, el equipo de Yilmaz alimentó a los ratones de su experimento durante un año con una dieta formada en un 60 por ciento por grasas, superando la ingesta de lo que sería una dieta occidental. En ese tiempo los ratones que comieron más grasa ganaron entre un 30 y un 50 por ciento más de peso y desarrollaron más tumores intestinales que los roedores que fueron alimentados con una dieta equilibrada.

Los científicos también identificaron una vía de detección de nutrientes que está hiper activada por la dieta alta en grasas. El sensor de ácido graso, conocido como PPAR-delta, responde a altos niveles de grasa mediante la activación de un proceso metabólico que permite a las células quemar grasa como fuente de energía en lugar de sus hidratos de carbono y azúcares habituales.

PPAR-delta también aparece activar un conjunto de genes que son importantes para la identidad de las células madre. El laboratorio de Yilmaz está investigando ahora cómo sucede esto con la esperanza de identificar posibles dianas terapéuticas para tumores que surgen en la obesidad.

Además del cáncer de colon se sospecha que el sobrepeso y las dietas desequilibradas están relacionadas con otros tipos de cáncer. Entre ellos el de mama, endometrio, vesícula biliar, riñón, de páncreas, tiroides, esófago…

 

Más riesgo para la enfermedad de Crohn

El vínculo entre grasa y enfermedad no afecta solo al cáncer. El estudio ha encontrado una conexión con enfermedades intestinales de difícil tratamiento como la enfermedad de Crohn. «Se ha visto que la dieta grasa, con independencia del peso del individuo, también influye en la progresión de la enfermedad», explica a ABC Pere Puigserver, del departamento de Biología Celular de la Universidad de Harvard. Puigserver, que comenta en la revista Nature este trabajo, advierte que queda por determinar si los efectos de la dieta en la arquitectura digestiva son reversibles y muchas incógnitas. «Por ejemplo, si las diferencias de microorganismos de la flora intestinal de cada individuo pueden alterar estos resultados e implicar diferentes respuestas individuales», apunta.

La investigación no aclara tampoco si las grasas consideradas saludables, como la que proporciona el aceite de oliva, afectaría negativamente. Si se podría diseñar una dieta «anticáncer», con cantidades claras y determinados alimentos protectores o si una persona delgada con una alimentación desequilibrada tendría el mismo riesgo que una persona con sobrepeso. «Ninguna de estas cuestiones las resuelve este estudio. Ni se investigan las cantidades ni composiciones de las dietas. Aunque el mismo grupo publicó hace unos cuantos años que la restricción calórica tenía efectos protectores, todo lo contrario que la dieta rica en grasa.

El aceite que humea libera sustancias nocivas para el cuerpo

Aceite

Al quemarse, los aceites elevan el riesgo de padecer enfermedades cardíacas. La protección que ofrecen, mayor que la de otras grasas como mantequillas y margarinas, se pierde cuando los aceites llegan al punto de humo. Pero, además, liberan sustancias intoxicantes para el organismo que incluso pueden influir en el desarrollo del cáncer.

Romi Londre, especialista en Dietética de Clínica Mayo, en Estados Unidos, explica que, cuando el aceite empieza a humear, «emite gases tóxicos y radicales libres nocivos». Con ella coincide Mariángel Paolini, química en Alimentos y directora de Cocina Segura (@CocinaSegura), quien afirma que al quemarse, el aceite se descompone y genera sustancias tóxicas nocivas.

Así que, cuando se cocina a temperaturas altas, hay que tener especial cuidado para no calentar tanto el aceite que humee pero evitando, a la misma vez, freír los alimentos a temperaturas relativamente bajas porque absorben más grasas.

Mientras más refinado es el aceite, más alto es su punto de humo. Aguantan más calor, sin liberar sustancias tóxicas.

Así que, para freír o tostar algo, Londre aconseja preferir los aceites de maíz, soya o vegetal porque tienen un punto de humo más alto. Paolini, por su parte, prefiere el de maíz para freír «por su gran resistencia al calor». Apunta que, por ser un aceite monoinsaturado, ayudan a «reducir los niveles de colesterol malo (LDL) y a aumentar los de colesterol bueno (HDL)». Igual pasa con el de soya, aunque es poliinsaturado.

Para saltear, ambas esepecialistas se inclinan por el de canola, que es monoinsaturado. Londre también sugiere el de oliva, pero Paolini prefiere usarlo crudo por su extraordinario aroma y sabor y su aporte de vitamina E.

Los lípidos, el grupo alimenticio del que forman parte los aceites, han sido «objeto de muchas interpretaciones erróneas», como describe Paolini, que los han convertido en los «chicos malos de la alimentación». Aunque deben consumirse con cuidado, no deben dejarse de lado por completo, pues aportan vitaminas esenciales al organismo.

Para Londre, la clave está en reducir, en la dieta diaria, la cantidad de grasas saturadas y transaturadas, como la mantequilla, la margarina y la manteca de cerdo. Asegura que esto «ayuda a disminuir los niveles de colesterol en la sangre y la lipoproteína de baja densidad (LDL), conocida como colesterol malo, con lo que se reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2».

BBCMundo Dic 18, 2014 | Actualizado hace 9 años
¿Cómo perder grasa corporal al exhalar?

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La grasa puede ser exhalada, al igual que se quema a medida que pierde peso, dijeron bioquímicos australianos que han estudiado el metabolismo a nivel microscópico.

Pero advierten que la gente todavía necesita hacer ejercicio para mantenese delgada. La hiperventilación por sí sola, no es suficiente.

El equipo australiano trazó la ruta de la grasa del cuerpo en forma de átomos.

Sus conclusiones se publicaron en la edición de Navidad de la revista British Medical Journal.

Cuando la grasa se descompone ocurren dos cosas.

Los enlaces químicos se rompen, un proceso que libera calor y combustible a los músculos.

Pero los átomos -la materia de la que la grasa está hecha- se mantiene, y gran parte de éstos salen del cuerpo a través de los pulmones en forma de dióxido de carbono, dicen los científicos.

Almacenamiento de grasa y el metabolismo

La grasa de los alimentos se almacena en el cuerpo en células llamadas adipocitos. Se acumula como un compuesto llamado triglicéridos.

Los triglicéridos constan de tres tipos de átomos; carbono, hidrógeno y oxígeno, y esto significa que cuando se descompone, alrededor de una quinta parte forma agua (H2O) y cuatro quintas partes se convierten en dióxido de carbono (CO2).

El agua formada puede ser excretado a través de la orina, las heces, el sudor, la respiración, lágrimas u otros fluidos corporales y se repone fácilmente con agua potable.

Pero el carbono exhalado (CO2) solo puede ser reemplazado por el consumo de alimentos o consumo de bebidas como jugo de frutas.

Comer menos y moverse más

Los autores del estudio, Ruben Meerman y Andrew Brown de la Universidad de Nueva Gales del Sur, dijeron: «Nada de esta bioquímica es nuevo, pero por razones desconocidas, parece que nadie ha pensado en realizar estos cálculos antes».

«Estos resultados muestran que los pulmones son el órgano excretor principal para la pérdida de peso».

Estiman que una persona pierde de promedio al menos 200g de carbono cada día y aproximadamente un tercio del que produce mientras duerme.

Si se sustituye una hora de descanso con ejercicio de intensidad moderada, como trotar, se elimina 40g adicionales de carbono del cuerpo, elevando el total a alrededor de un quinto de 240g.

Así que para mantener el peso se necesita equilibrar lo que se come contra lo que quema y exhala.

«Perder peso requiere desbloquear el carbono almacenado en las células de grasa, reforzando así el estribillo escuchado a menudo de «comer menos, moverse más», dicen los investigadores.

Duane Mellor de la Asociación Dietética Británica comparó el metabolismo de la grasa con quemar gasolina en un coche – genera calor y produce movimiento, pero también crea y libera residuos.

«Los átomos después de romper la grasa para obtener energía son como los gases de escape», dijo.

Tom Barber, profesor asociado de Endocrinología en la Universidad de Warwick, dijo que el trabajo es interesante y novedoso, y rompe la percepción errónea de que la grasa es simplemente quemada como energía – algo que incluso muchos médicos piensan.

«Pero eso no cambia el mensaje de salud que tenemos que hacer ejercicio para mantener la grasa fuera», dijo.

Conoce 20 alimentos que te ayudarán a quemar grasas

1: Yogurt griego

Es una sabrosa alternativa para perder peso, porque tiene un alto contenido de proteínas, el doble que los comunes de su tipo. Y el cuerpo quema muchas calorías al digerir las proteínas. Además, los especialistas en nutrición señalan que el consumo de proteínas es importante para minimizar la pérdida muscular cuando se queman grasas.

2: Quinoa

Un gran aliado para quemar grasas. Estos granos, capaces de aportar 5 gramos de fibra en una taza, han ganado fama y son considerados un “súper alimento”, por su alto contenido de proteínas. Es antioxidante y rico en nutrientes como el hierro, zinc, selenio y vitamina E. Se mezcla con verduras, frutos secos, o proteínas magras.

3: Canela

No sólo puede reducir tu apetito y sumar sabor a las infusiones, yogur o algunos platos, sino que algunos estudios reunidos en «Archives of Internal Medicine» han demostrado que 1/4 de cuchara de té de canela mezclado con la comida, es suficiente para acelerar 20 veces más el proceso metabólico del azúcar y además, bajar los niveles de ésta en la sangre.

4: Chiles

Los pimientos, también conocidos como chiles, la pimienta roja y la pimienta de cayena son las mejores especias para perder peso. Los pimientos son una rica fuente de vitamina C, más poderosa que las naranjas y los limones. Además de ser antioxidantes, aceleran el metabolismo, un beneficio que permite quemar grasas más rápido, indica la Biblioteca Nacional de Medicina.

Beneficios de la capsaicina

Los pimientos contienen capsaicina, y un estudio de la Universidad de Maastrich, en los Países Bajos, ha revelado que este componente disminuye los lípidos corporales mediante un mecanismo adicional: además de inhibir la proliferación de células grasas inmaduras, o pre-adipocitos, estimula su muerte celular programada (apoptosis).

5: Té verde

Es efectivo para controlar el aumento de peso, aun si se tiene una dieta rica en grasas, halló un estudio de la Universidad Estatal de Pennsylvania. Para el Dr. Joshua Lambert, profesor de Ciencias de los Alimentos, “Reduce la capacidad de absorber grasas de los alimentos y estimula la quema de grasa almacenada en el cuerpo”

6: Pomelo o toronja

Posee muy pocos hidratos y casi un 90% de agua. Aporta grandes beneficios a las dietas, gracias a los poderes adelgazantes del ácido cítrico. Además, a esta fruta se la recomienda para la anemia, para regular el colesterol y curar los catarros y resfriados. Incluye el pomelo en ensaladas, desayunos y batidos naturales.

7: Sandía

Todos los alimentos ricos en contenido de agua ocupan más lugar en el intestino. Esto produce sensación de saciedad y lleva a consumir menos cantidad de otros alimentos. La sandía, al igual que el melón, están llenos de agua y nutrientes, pero ambos son bajos en calorías. El melón también es un potente antioxidante y suma vitaminas A y C a tu dieta.


8: Peras y manzanas

Además de ser ricas en agua, la sustancia mas beneficiosa de estas dos frutas es la pectina, un componente ideal para desintoxicar el organismo y evitar el colesterol malo. La pera también tiene un alto contenido de calcio, hierro y potasio, y una baja cantidad de sodio. La manzana es diurética y aporta fibra y aminoácidos.

9: Uvas y pasas de uva

Un gran alimento desintoxicante, ideal para cuando deseas bajar de peso. Sus principales beneficios son la presencia de vitamina B y potasio, que ayuda a controlar el colesterol. Este último se encuentra principalmente en las pasas de uva. La dieta de la uva es una opción depuradora, ideal para “limpiar” el organismo.

10: Verduras crudas

Las hojas verdes, zanahorias, apio, puerro y tomates satisfacen el deseo de tomar un bocadillo, aportan buena cantidad de agua y son bajas en calorías. Procura consumir verduras crudas, aunque sea una vez al día, pues te garantizarás vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes que muchas veces se pierden con la cocción.

11: Café

El extracto de café verde ayudaría a perder peso, ya que modifica la forma en la que el cuerpo procesa los alimentos, según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Scranton, en Pennsylvania. No es mágico: tiene una sustancia que evita que el cuerpo absorba todas las calorías que recibe de los carbohidratos y grasas.

12: Huevos

Consumir 2 huevos por día ayuda a adelgazar si se incluyen en el desayuno. Aportan la saciedad que evitará el picoteo durante el resto de la mañana. Por otro lado, las proteínas y energía que proveen si los incluyes en la primera comida del día, permiten sobrellevar mejor un plan alimentario para adelgazar.

13: Avena

Es rica en hidratos de carbono complejos, fibra y proteínas, por lo tanto es un cereal de bajo índice glucémico. Además de proteínas en cantidades importantes, posee grasas insaturadas y micronutrientes de gran valor que brindan energía. Suma potasio, vitamina B, magnesio, calcio y fósforo, fundamentales para los músculos.

14: Cereal en granos enteros

Si quieres tener buena nutrición sin sumar calorías, incluye los granos enteros en tu dieta. Su aporte de fibra, vitamina E, zinc, magnesio y vitamina B6, no sólo previenen el desarrollo de enfermedades sino que ayudan a tener menos grasa en el abdomen. Puedes reemplazar las pastas, pizzas y panes blancos por integrales.

15: Sopa

Es una gran aliada para quemar grasas, ideal para calmar el apetito y consumir menos de otros platos que están llenos de calorías. Tiene gran volumen y bajo contenido calórico, aportando todos los nutrientes de las verduras. Puedes variar entre las sopas de frijoles, de arroz, de pollo, de verduras, de fideos o de avena.

16: Nueces

Pueden promover la pérdida de peso y mejorar los niveles de colesterol, cuando se consumen con moderación. Son ricas en vitamina E, ácidos grasos Omega 3, proteínas de origen vegetal, fibra y muchos antioxidantes y grasas saludables para el corazón. De modo que son doblemente buenas: cuidan el cuerpo por fuera y por dentro.

17: Palomitas de maíz

Son el único refrigerio de grano integral 100 por ciento. Todos los otros granos son procesados y diluidos con varios ingredientes. Una porción de palomitas de maíz provee más del 70 por ciento de la ingesta diaria de grano integral. Y contienen más antioxidantes saludables (polifenoles) que algunas frutas o verduras.

18: Leche descremada

Los especialistas sugieren que beber leche desnatada o descremada en el desayuno ayuda a incrementar la sensación de saciedad del cuerpo, lo cual reduce hasta en un 9% la ingesta de alimentos durante la siguiente comida. Comparando una taza de zumo de frutas con una de leche, ambas tienen 250 calorías, pero ésta última produce más saciedad.

19: Carne magra

Elige cortes vacunos sin grasa como el vacío, el solomillo y el lomo. En el cordero, la pierna es la más magra. En el cerdo, escoge el lomo, la paleta y el solomillo. De las aves en general, siempre elige la pechuga. Así estarás sumando a tu dieta hierro y otros nutrientes, pero poca grasa.

20: Pescado

Están comprobados los amplios beneficios del pescado, una de las mejores fuentes de proteínas que existe. La mayoría son magros, y las excepciones tienen grasa sana: los ácidos grasos Omega-3, como el salmón o el arenque. Entre los peces magros está el lenguado, la merluza, el bacalao fresco, el calamar, la panga, abadejo y arenque.