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Cártel de Sinaloa

Órgano de la ONU tiene indicios de la presencia del Cártel de Sinaloa en Venezuela
La JIFE señala que en 2019 autoridades venezolanas confiscaron 23 avionetas y destruyeron 36 pistas

La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) informó este jueves, 25 de marzo, que tiene indicios de la presunta presencia del Cártel de Sinaloa en Venezuela.

En su informe anual, la JIFE, órgano de la ONU, explicó que en el estado Zulia se detectó la presencia de ese grupo criminal mexicano en cooperación con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

De acuerdo con el informe, difundido en Viena, en esa región existen pistas de despegue clandestinas utilizadas para el tráfico de cocaína hacia el Caribe y Centroamérica.

Además, la JIFE señala que en 2019 las autoridades venezolanas confiscaron 23 avionetas y destruyeron 36 pistas.

“El cartel mexicano de Sinaloa también ha sido detectado en Zulia, donde se ha aprovechado de las pistas de aterrizaje para la construcción de centros de tránsito y acopio de estupefacientes con el apoyo del Ejército de Liberación Nacional de Colombia, que amplió sus actividades en la República Bolivariana de Venezuela”, indica el informe.

 

El informe prosigue: “La mayoría de las pistas de aterrizaje clandestinas del país están ubicadas en el estado Zulia, que limita con la región del Catatumbo en Colombia, un área importante para la fabricación de cocaína”.

Por otra parte, la JIFE asegura que se identificaron unas 400 pistas de despegue ilegales en el estado Zulia vinculadas al narcotráfico. Presuntamente, los cargamentos tienen como destino principal El Salvador y Honduras.

La JIFE se describe como «un órgano independiente y cuasi judicial» constituido por trece expertos con un mandato de cinco años y que tienen como función verificar el cumplimiento de las Convenciones internacionales sobre drogas.

Con información de EFE

A “El Chapo” le llegó su cuarto de hora: Enfrenta 17 cargos por narcotráfico en EE UU

ElChapo

Adriana Nuñez Moros

@AdrianitaN

Los funcionarios de seguridad de la Corte apuran el paso. Varios arman un arco detector de metales en la puerta de la sala, en el cuarto piso, en cuestión de segundos. Otros ordenan en una fila a las decenas de inquietos periodistas, aún consternados por la noticia. Antes de entrar al recinto es necesario someterse a una rigurosa requisa. Con “El Chapo” cualquier escena de ficción puede hacerse realidad en cuestión de segundos.

Al fondo del amplio salón está estampada una placa de mármol gris y rosetones rosa pálido. Encima del mármol, una placa de metal plateado con la forma del Gran Sello de Estados Unidos. Solo hay una ventana, a una altura suficientemente elevada para que nadie pueda mirar a través de ella. A la izquierda, en el espacio que corresponde al jurado, se amontona un grupo de periodistas; el resto lucha por un lugar en las tribunas del público. En el centro de la sala el equipo de la Fiscalía de Nueva York —cinco hombres y cinco mujeres— comparten risas e intercambian papeles.

Un grupo de miembros de agencias de seguridad estadounidense vinculados con el caso se ubican entre el público y la zona designada para la Fiscalía y la defensa. Ellos también ríen, algunos a carcajadas. Siete agentes de seguridad cuidan la puerta por la que saldrá Joaquín “El Rápido” Guzmán. Ríen en voz alta. Silencio. Varios focos de risas.

«El Chapo» Guzmán está en alguna parte de la sede de la Corte del Distrito Este de la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos. La presencia del “más notorio traficante de drogas del mundo” —como fue denominado en el documento de acusación que publicó la Corte este viernes— parece pesar sobre los trabajadores del edificio. Hacen un esfuerzo por responder las preguntas relacionadas con el caso con indiferencia, como si no fuese el día en el que la justicia estadounidense, al fin, le hinca los dientes a la presa que había estado cazando desde hace décadas.

Hoy es el inicio del proceso penal contra el líder del sanguinario Cártel de Sinaloa, descrito en el documento de acusación como “la más grande y prolífica organización de narcotráfico del mundo”. Es lo que parece ser el principio del final para el hombre a quien el gobierno estadounidense ya imputó por 17 cargos criminales vinculados a la producción de drogas, su importación y distribución en territorio estadounidense y lavado de dinero. No hay una cifra oficial de personas muertas directa, o indirectamente, a manos del también llamado “Jefe”, pero la Corte resalta el uso frecuente de sicarios que acumulan en su haber cientos de asesinatos, asaltos, secuestros y actos de tortura.

Tampoco es un día cualquiera para Estados Unidos. A 364 kilómetros de distancia, en  Washington, Donald J. Trump asume la presidencia del país norteamericano usando como bandera un discurso según el cual los mexicanos son “gente con un montón de problemas, que traen (a Estados Unidos) drogas, crimen, violadores…». En una entrevista concedida al actor Sean Penn, luego publicada en la revista Rolling Stone, el narcotraficante fue cuestionado sobre una presunta recompensa que ofrecía a quien le entregara “la cabeza” de Trump. Este se limitó a decir con tono irónico: “¡Mi amigo!”, refiriéndose al, para entonces, candidato presidencial.

 

 

Aún no está claro si es un regalo para Trump, o para el presidente saliente Barack Obama, el hecho de que México haya aprobado la extradición del polémico narcotraficante justo un día antes del cambio de mando. Los analistas no logran descifrar por qué el gobierno de Enrique Peña Nieto decidió marcar el 19 de enero de 2017 como el día en que se harían realidad las pesadillas en las que “El Chapo” se veía con uniforme de presidiario en una cárcel estadounidense.

Silencio. Todos de pie. Entra el juez.

Compartió prisión con los sobrinos Flores

Son las dos de la tarde en punto y por primera vez Joaquín Guzmán mira cara a cara a la justicia estadounidense. Viste un traje de presidiario azul oscuro y unos zapatos deportivos negros con suela blanca. Sus manos y pies están libres de esposas. Camina con la cabeza baja, pero la mirada elevada. “Shorty” luce aún más pequeño ante el estrado del juez magistrado James Orenstein.

El juez magistrado le pregunta si su nombre es Joaquín Archivaldo Guzmán Loera y él responde con una voz estruendosa, imponente y con marcado acento: “Sí, señor”. Estira los hombros hacia atrás, como preparándose para la pelea. Está flanqueado, a la derecha, por la traductora de la corte; a la izquierda por los defensores federales Michelle A. Gelernt y Michael K. Schneider. Un agente de seguridad cuida cada uno de sus hombros. El juez le pregunta si conoce sus derechos y si le han sido garantizados y él responde: “Gracias”.

Orenstein le pregunta si sabe que se le acusa por 17 delitos de narcotráfico. Se sostiene el dedo índice de la mano izquierda con la mano derecha, detrás de la espalda, durante toda la presentación. “¿Entiende los cargos de los que se le acusa?”, insiste Orenstein. Guzmán ataca con una palabra ininteligible. La defensora pública le susurra algo al oído que lo encauza de nuevo: “Sí, señor”. El juez le explica que aún no se le imputan cargos de asesinato porque no se han identificado plenamente posibles víctimas. Tamborilea los dedos de su mano izquierda lentamente.

-¿Cómo se declara?, pregunta el juez.

-«No culpable”, declara “El Chapo”.

Orenstein indica que, en ese caso, su próxima cita en la Corte será el 3 de febrero de 2017, ante el juez Brian M. Cogan.

Cierra la sesión.

Este primer encuentro con la justicia norteamericana duró apenas 15 minutos. Hasta nuevo aviso, “El Chapo” permanecerá recluido en el Metropolitan Correctional Center de Manhattan, junto con Efraín Campo Flores y Franqui Flores de Freitas, sobrinos de la pareja presidencial de Venezuela condenados por delitos de narcotráfico. También estará con otros traficantes de droga, terroristas y criminales de alta peligrosidad.

Droga enviada por militares venezolanos en vuelo de Aeroméxico era del cartel de Sinaloa
El hallazgo de 600 kilos de cocaína en un jet de Aeroméxico estaría ligado a la detención del capitán retirado del Ejército venezolano, Yazenki Lamas Rondón, quien fue detenido el 9 de junio en Colombia. El alijo incautado en el aeropuerto Benito Juárez pertenecía a la organización que lideraba Joaquín «El Chapo» Guzmán y tenía como destino la ciudad de Phoenix, en Arizona, Estados Unidos

 

@javiermayorca | Foto: Cortesía

EL DECOMISO DE 600 KILOS DE COCAÍNA en un vuelo de Aeroméxico que salió del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, de Maiquetía, estaría directamente ligado a la detención de un capitán retirado del Ejército venezolano en Colombia.

Esta es la información que se maneja en los juzgados del estado Vargas, donde este lunes serían presentados los 10 detenidos por este caso.

El oficial en retiro Yazenki Lamas Rondón fue apresado en Colombia el 9 de junio. Pero la información correspondiente no fue divulgada por las autoridades neogranadinas sino hasta el jueves 17, precisamente el mismo día en que se produjo la incautación del alijo en el terminal 2 del aeropuerto Benito Juárez en Ciudad de México.

El vuelo de la línea bandera azteca despegó de Maiquetía el jueves a las 7:10 am y llegó a su destino a las 11:30 am. Era el único de ese día. Las ocho maletas de lona con un promedio de 75 panelas de droga fueron colocadas de manera consecutiva en la bodega del jet sin haber pasado ninguna revisión. No tenían las calcomanías que usualmente son colocadas cuando las lleva algún pasajero. Estaban envueltas en un plástico transparente para hacerlas más resistentes.

En el destino, indicaron fuentes ligadas a la investigación, las maletas eran vigiladas. Fueron las primeras en ser sacadas de la bodega del jet. Las tres personas que se acercaron para retirarlas fueron detenidas. Se trataba de dos civiles y un agente de la Policía Federal.

La droga pertenecería al cartel de Sinaloa, la organización criminal comandada por Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera y Juan José Esparragoza, señalada de haber sacado desde Maiquetía 1.382 kilos de cocaína en un avión de Air France, en septiembre de 2013.

En aquel entonces se trató del decomiso más voluminoso de un alijo llevado a la capital francesa por avión.

El caso del jueves fue el cargamento más importante decomisado en lo que va de año en el aeropuerto de la capital mexicana. Sin embargo, el destino final del alijo no sería México sino la ciudad estadounidense de Phoenix.

Solicitado en extradición

Según el diario El Tiempo, Lamas Rondón fue apresado en Colombia el 9 de junio. El hombre afirmó en el aeropuerto El Dorado que iba a comprar perros de raza. Pero según el rotativo iba a acordar el traslado de un alijo de droga con representantes de la banda criminal Los Urabeños.

Actualmente, Estados Unidos solicita en Colombia la extradición del oficial retirado, quien además es aviador.

El Ministerio Público inició las pesquisas sobre el decomiso en Ciudad de México basado en las noticias divulgadas por los medios electrónicos. Por eso cometió errores en su primer boletín, como el de afirmar que el hallazgo se produjo el viernes, cuando fue un día antes.

Durante el fin de semana fueron detenidas 10 personas en el país, incluido el gerente de Seguridad de Aeroméxico en Maiquetía, el venezolano Robert Fermín Pérez. En esta lista hay dos guardias nacionales, los sargentos Elkin Fuentes y Víctor Molina. Pero además hay órdenes de captura contra el primer teniente Higmar Vivas Peña y el sargento mayor de tercera Jimmy Méndez Useche, cuya función como “guía canino” era someter las maletas al olfateo por perros entrenados para la detección de drogas.

Embrague dañado

A última hora se conoció que fue postergada la audiencia de presentación de los diez detenidos ante el juzgado quinto de control del estado Vargas, a cargo de la abogada Grecia Abreu.

La razón aportada a los defensores es que la única unidad habilitada para hacer el traslado de los detenidos desde la sede de Antidrogas en el aeropuerto de Maiquetía hasta los tribunales sufrió un desperfecto en el embrague. No obstante, los abogados observaron que durante este lapso las autoridades han continuado con las diligencias de investigación.

Además de los guardias ya mencionados y del empleado de la línea aérea permanecen detenidos Simón Malavé y Evelyn Moreno, empleados de la firma de seguridad SSAI 2021, y los trabajadores de la compañía Airline Ground Service Darwin Linares, Andrés Málaga, David Orozco, Mervy Gómez y Reinier Burgos.

 

Por la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán, inhabilitaron por 10 años a seis funcionarios mexicanos

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La coordinadora general de Centros Federales de Readaptación Social, Celina Oseguera; el ex director general del penal del Altiplano, Valentín Cárdenas; la directora técnica y titular del área jurídica del penal, Leonor García; el oficial en prevención de la penitenciaría, Esteban Estrada; el supervisor penitenciario Juan Ignacio Cuarenta; y el supervisor Roberto Cruz, fueron procesados por la fuga del líder del cártel de Sinaloa.

Luego de cinco meses de investigación, y tiempo después que Joaquín «El Chapo» Guzmán fuera recapturado, seis funcionarios mexicanos fueron destituidos de sus cargos e inhabilitados por 10 años, por su responsabilidad en el escape del narcotraficante de la cárcel del Altiplano.

Según informó la Secretaría de la Función Pública, cuyo titular es Virgilio Andrade, el proceso no ha alcanzado a la Comisión Nacional de Seguridad, ya que por el momento no se han encontrado «elementos materiales sólidos».

Con respecto a las sanciones, el funcionario indicó que Oseguera está imputada por no haber llevado a cabo «el conjunto de acciones para que funcionaran los sistemas (de la prisión) de forma óptima». Del mismo modo, la coordinadora general de Centros Federales de Readaptación Social llevó a cabo una sesión extraordinaria a finales de 2014, en la que se aprobó la entrega de un televisor al «Chapo» en su celda, hecho que fue calificado como «fuera de la normatividad».

De dicho encuentro participó Valentín Cárdenas quien también es apuntado por haber omitido la coordinación con las fuerzas de seguridad de manera pertinente, así como los problemas con la visualización del monitor, entre otros cargos que se le atribuyen.

Leonor García, quien se desempeñaba hasta ahora como directora técnica y titular del área jurídica del penal del Altiplano, es señalada por no haber declarado el estado de alerta máxima de manera inmediata cuando supo del escape de Joaquín Guzmán.

Otro de los sancionados es el oficial en prevención de la penitenciaría, Esteban Estrada, quien según indica el informe difundido por el secretario de la Función Pública «no atendió las llamadas que se efectuaron desde el Centro de Monitoreo ni activó la alerta general después de haber hecho verificaciones físicas correspondientes».

Por su parte, Juan Ignacio Cuarenta, supervisor de la cárcel de máxima seguridad del Altiplano, responde a acusaciones similares a las de Estrada, ya que no inició «de manera inmediata» el protocolo de actuación relacionado con este tipo de casos.

El último de los seis funcionarios inhabilitados es el supervisor Roberto Cruz, quien está apuntado por no actuar con «prontitud» para activar el código rojo, así como por «omitir realizar una vigilancia permanente y minuciosa en el área que le correspondía sin dejar a alguien que cubriera su ausencia».

Según indicó Virgilio Andrade, las penas que se les impusieron a los responsables que habrían participado activamente u omitido sus tareas para la fuga de «El Chapo», son las máximas permitidas en el ámbito administrativo, de acuerdo con la ley federal.

Del mismo modo, indicó que todos ellos están bajo proceso por la fuga del capo narco.

Joaquín Guzmán se escapó de la penitenciaría de máxima seguridad del Altiplano el 11 de julio de 2015 por un túnel de 1,5 kilómetros que comunicaba la ducha de su celda a una casa en construcción a las afueras de la prisión.

El pasado 8 de enero, «El Chapo» fue recapturado luego de un importante operativo de la Marina de México en Los Mochis, Sinaloa, en donde varios de sus allegados murieron. Tras ser detenido, el capo narco fue reingresado en el Altiplano y podría ser deportado a Estados Unidos donde debe responder ante la Justicia en los tribunales federales de Arizona, Texas, California, Illinois, Florida y Nueva York, donde está acusado de narcotráfico y lavado de dinero.

 

Desde 2014 vigilaron nexo entre Kate del Castillo y El Chapo Guzmán

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Desde agosto de 2014, cuando Joaquín «El Chapo» Guzmán ordenó a sus abogados establecer la primera comunicación con la actriz Kate del Castillo para que lo asesorara en la filmación de una película autobiográfica y la escritura de un libro, personal de inteligencia comenzó a seguir, paso a paso, todos los contactos y negociaciones que ambos sostenían.

Informes de inteligencia que forman parte de la investigación sobre la fuga de Guzmán Loera detallan cuatro reuniones que Del Castillo Negrete sostuvo con los abogados de sinaloense, así como el uso de avionetas privadas para trasladar al actor estadounidense Sean Penn y a la actriz mexicana al municipio de Cosalá, Sinaloa, en la zona serrana del llamado Triángulo Dorado.

El primer contacto de Kate del Castillo con el capo se hizo a través del abogado Andrés Granados Flores, el cual tramitó dos amparos en contra de la extradición del líder del Cártel de Sinaloa. Era octubre de 2014.

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El Chapo se escondió en su Sinaloa natal tras fuga

chapoguz171215_wMÉXICO (AP) — Sinaloa, el estado mexicano donde nació el narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán y que da nombre al cártel más poderoso del país, fue el lugar escogido por el capo para esconderse desde que en julio se fugó de una cárcel de máxima seguridad, informaron las autoridades.

Un funcionario federal dijo el sábado a The Associated Press que a raíz de las investigaciones sobre su huida supieron que después de huir de su celda el 11 de julio por un túnel de 1,5 kilómetros largo, Guzmán fue trasladado hacia el estado central de Querétaro, desde donde fue llevado en una avioneta a una zona montañosa de Sinaloa.

Por este motivo, en las últimas semanas la búsqueda se concentró en la sierra que está entre Sinaloa y el estado vecino de Durango, dijo el funcionario, quien habló con la AP bajo condición de anonimato por tratarse de una investigación en curso.

Las operaciones han estado encabezadas por elementos de la Marina mexicana, la dependencia que en 2014 capturó en el puerto de Mazatlán, también en Sinaloa, a Guzmán, quien se fugó por primera vez en 2001 de otro penal de máxima seguridad.

El gabinete de seguridad informó la noche del viernes en un comunicado que «El Chapo» había huido de la última operación para localizarle y que había resultado herido, pero no en un enfrentamiento como algunos medios habían reportado.

«Para evitar su aprehensión, en días recientes el prófugo realizó una huida precipitada, que de acuerdo con la información recabada, le causó lesiones en una pierna y en el rostro», precisó la nota. «Es importante precisar que estas heridas no fueron producto de un enfrentamiento directo», añadió el gobierno.

Los operativos para intentar recapturar al capo se han elaborado también a partir de información de inteligencia de agencias internacionales, según el ejecutivo.

Tras la fuga de «El Chapo» el 11 de julio de este año del penal de máxima seguridad del Altiplano, al poniente de la ciudad de México, las autoridades comenzaron a investigar cómo pudo evadirse de la prisión a la vez que iniciaban la búsqueda del hombre considerado como uno de los narcotraficantes más poderosos del planeta.

La procuradora general Arely Gómez dijo hace unos días en el Congreso que las autoridades capturaron a un piloto que ayudó a Guzmán, aunque no dio más detalles.

El funcionario dijo el sábado que ese piloto fue quien llevó en una avioneta a «El Chapo» Guzmán desde Querétaro hasta su estado natal.

Las autoridades habían dicho que «El Chapo» había eludido su captura hasta antes de 2014 en parte porque se mantenía escondido en las escarpadas montañas de Sinaloa y los alrededores, donde ahora regresó.

De hecho, la zona conocida como «el triángulo dorado» y que abarca la sierra que se ubica entre los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua siempre ha sido un área inescrutable donde ha proliferado la producción de droga.

La última fuga del capo fue un duro golpe al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, que había dicho que sería imperdonable que volviera a fugarse, lo cual finalmente ocurrió.

Las autoridades han detenido a 23 funcionarios del penal del Altiplano por sus presuntos vínculos con la fuga, incluidos los directivos de la prisión.

Hace unos días, la cadena Televisa divulgó un video con audio de lo que dijo era el circuito cerrado de la celda de «El Chapo», en el que quedó claro que varios minutos antes de su fuga se escucharon fuertes golpes parecidos a un martilleo, pero por casi media hora ninguno de los guardias reaccionó.

Las autoridades ya habían dado a conocer un video pero sin audio.

EEUU solicitó en junio extradición de fugado capo mexicano El Chapo Guzmán

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Estados Unidos solicitó formalmente a México la extradición del capo mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán en junio, semanas antes de que el narcotraficante de más alto perfil se fugara de un penal de máxima seguridad en el centro del país, dijo la fiscal general.

En una comparecencia, la procuradora Arely Gómez informó el jueves por la noche a legisladores que el 25 de junio la cancillería recibió una nota diplomática, a través de la cual Estados Unidos formuló la petición formal de extradición del capo.

Guzmán, que era líder del poderoso cártel de Sinaloa antes de ser encarcelado el año pasado, escapó la noche del sábado del penal de máxima seguridad del Altiplano a través de un espectacular túnel de más de 1,500 metros que comenzaba justo en su propia celda y desembocaba en una casa cercana a la prisión.

Encargados de la seguridad de México dijeron que el escape sólo pudo haber ocurrido con la complicidad de funcionarios y personal del penal, considerado el más seguro de México.

Fiscales estadounidenses habían dicho que buscarían extraditar al capo pero no se había anunciado alguna solicitud formal. La fiscalía mexicana dijo anteriormente que no tenía planes de enviar a Guzmán a Estados Unidos porque purgaría una larga condena en el país.

Representantes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) se reunieron esta semana con agentes de la fiscalía mexicana para coordinar esfuerzos para volver a capturar al capo, que traficó miles de millones de dólares en drogas hacia ese país y al que se le atribuyen miles de muertes.

La extradición se hubiera llevado a cabo «en unos nueve o 10 meses, una vez formalizado el proceso», dijo a Reuters una fuente de la fiscalía.

El Gobierno ha emprendido una búsqueda del narcotraficante en todo el país y una amplia investigación para castigar a servidores públicos posiblemente involucrados en el escape.

Siete de los 22 funcionarios de un penal de máxima seguridad que estaban siendo investigados por la fuga del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán fueron detenidos formalmente y enviados a prisión, informó el viernes una fuente de la fiscalía general.

“Hay órdenes de aprehensión contra siete servidores públicos, que salieron de Seido (fiscalía) rumbo a un penal federal”, dijo a la AFP la fuente, que no precisó los cargos que se les presentaron ni si entre estos detenidos se encuentra el director del penal de El Altiplano.

El resto de los 22 funcionarios investigados fueron puestos por el momento en libertad, añadió la fuente.
* Con información de Reuters y AFP

 

Construcción de túnel del Chapo no habría pasado desapercibida

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ALMOLOYA, México (AP) — Las excavaciones habrían hecho ruido, los constructores habrían necesitado planos y mapas, y el escape se hizo desde el único lugar a donde las cámaras de seguridad no llegaban en la prisión más segura de México.

Mientras las autoridades buscaban el lunes cualquier señal del narcotraficante más poderoso de México, expertos de seguridad dijeron que estaba claro que el escape de Joaquín «El Chapo» Guzmán por un túnel de elaborado diseño requirió necesariamente trabajo a gran escala.

«¿Cómo se escapó El Chapo? Una sola palabra: corrupción», escribió Alejandro Hope, ex miembro del servicio de inteligencia de México en su blog El Daily Post.

«Escapó por un túnel de una milla (1.600 metros) de largo, lo suficientemente ancho como para que cupiera una motocicleta, y terminaba en uno de los pocos puntos ciegos en la prisión más segura de México. ¿Cómo se puede hacer eso sin un alto nivel de corrupción?».

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Autoridades investigan una casa a medio construir cerca del penal de máxima seguridad de Altiplano en Almoloya, al oeste de la Ciudad de México, el lunes 13 de julio de 2015.  (Foto AP/Marco Ugarte)

Las autoridades estadounidenses creen que el túnel por el cual hizo Guzmán su audaz escape el sábado por la noche debió estar en construcción al menos por un año, casi el mismo tiempo que el jefe del cártel de Sinaloa había estado en el penal del Altiplano, a 90 kilómetros (55 millas) al oeste de la Ciudad de México.

Un túnel tan sofisticado, con luces, sistema de ventilación y una motocicleta adaptada para ir sobre un riel, habría necesitado entre 18 meses y dos años para completarse, dijo Jim Dinkins, exdirector de la división de Investigaciones de Seguridad Nacional del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés).

«Pero cuando se trata del jefe, quizá lo haces a toda velocidad», dijo.

Si alguien podía lograr esa hazaña era Guzmán, quien se cree tiene al menos un cuarto de siglo dedicándose a construir largos y sofisticados túneles para transportar drogas y contrabando bajo la frontera entre México y Estados Unidos, así como para escaparse cuando las autoridades lo han cercado.

Uno de sus primeros túneles fue encontrado en 1990 entre Douglas, Arizona, y Agua Prieta, México. Las autoridades estimaron que el pasaje de 60 metros (200 pies) habría costado 2 millones de dólares en aquel entonces. Tenía luz eléctrica, bombas para extraer agua y entradas elaboradas.

 

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Un policía federal vigila una casa a medio construir cerca del penal de máxima seguridad de Altiplano en Almoloya, al oeste de la Ciudad de México, el lunes 13 de julio de 2015. (Foto AP/Marco Ugarte)

Joe García, quien se retiró este año como agente especial interino a cargo de Investigaciones de Seguridad Nacional en San Diego, tiene una gran experiencia en investigación de túneles. Señaló que el túnel en el Altiplano era más largo que cualquiera de los encontrados en la frontera entre México y Estados Unidos.

Guzmán debió tener ayuda de funcionarios del gobierno mexicano dada la longitud del túnel y el tiempo que se requiere para construirlo, dijo García.

Documentos de la DEA obtenidos por The Associated Press el lunes señalan que los planes para la huida de Guzmán comenzaron casi inmediatamente después de que fue arrestado en febrero de 2014 y que seguía al frente del cártel de Sinaloa a pesar de estar tras las rejas.

Para lograr tal proeza, los encargados de la fuga del Chapo posiblemente tenían datos de inteligencia sobre la prisión incluso antes de que Guzmán fuera arrestado, dijo Dinkins.

Los diseñadores y trabajadores habrían necesitado acceso a información restringida como planos del penal y de los sistemas de alarma y cámaras. Incluso con esa información, el ruido de cuando cavaron el pasaje vertical de 10 metros (30 pies) directamente debajo de la prisión para llegar a la celda de Guzmán habría llamado la atención.

«No es como que alguien tomó un par de herramientas, palas y picos. Es una operación muy avanzada», dijo Alonzo Pena, un exfuncionario del ICE. «¿Cómo podían estar ahí y no escuchar la construcción que estaban haciendo debajo?, es simplemente imposible».

 

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El secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, centro, llega a la casa a medio construir donde el narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán salió presuntamente de un túnel desde el penal de máxima seguridad del Altiplano en Almoloya, al oeste de la Ciudad de México el lunes 13 de julio de 2015.  (Foto AP/Marco Ugarte)

El cártel de Sinaloa es famoso por construir túneles en la zona industrial de San Diego en parte porque es fácil esconderse, las calles están llenas de camiones en el día y de noche están en silencio, según investigadores estadounidenses.

La zona alrededor de la prisión tiene una obra hidráulica en construcción, con enormes tubos y excavaciones que podrían haber facilitado que el túnel de El Chapo pasara desapercibido, señaló García.

«Lo que posiblemente les funcionó fue la construcción alrededor de la prisión», dijo García. «Lo que llama la atención es retirar la tierra y los escombros».

El túnel iba de la ducha en la celda de Guzmán hasta una casa de ladrillos parcialmente construida, y pasa debajo de terrenos baldíos y de la zona con obras hidráulicas en construcción.

Un reportero de AP en el inmueble donde terminaba el túnel notó que el nivel del suelo en el patio que rodea la casa es de 60 a 90 centímetros (2 a 3 pies) más alto que el terreno, lo que indica que los trabajadores pudieron simplemente esparcir la tierra alrededor de la propiedad en vez de llevarla en camiones.

El lunes las autoridades de México seguían interrogando a los 30 empleados de la prisión, conocida como Centro Federal de Readaptación Social No.1, incluido el director. En el penal hay otros líderes narcotraficantes que han sido detenidos por el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Para el lunes por la tarde, la búsqueda de Guzmán en la zona alrededor de la prisión se había reducido considerablemente. Ya no había retenes y había menos patrullas de la policía federal. Los reporteros podían moverse sin problemas en la zona. Los vuelos del aeropuerto de Toluca, que habían sido suspendidos el domingo, habían regresado a la normalidad.

Esta es la segunda ocasión que Guzmán logra fugarse de una prisión de máxima seguridad. En 2001 salió en un carro de lavandería de un penal de Jalisco, aunque según algunas versiones pudo haberlo hecho de otra manera. Guzmán estuvo prófugo por 13 años antes de ser capturado en un condominio con vista al pacífico en Mazatlán, Sinaloa.

Se le vio entrar en la ducha de su celda a las 9:00 p.m. del sábado. Luego de no verlo, los guardias fueron a buscarlo y encontraron algo más, un agujero de 50 por 50 centímetros (20 pulgadas por 20) en el suelo.

 

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Policías federales montan guardia cerca de una casa a medio construir no muy lejos del penal de máxima seguridad del Altiplano en Almoloya, al oeste de la Ciudad de México el lunes 13 de julio de 2015. (Foto AP/Marco Ugarte)