Chávez ahora quiere lucir como Musulmán con rosario árabe en mano - Runrun

LA RIDICULEZ DEL CAUDILLO no se hace esperar. Su mimetismo ya se conoce en en estos once años. Los jefes de los países visitados ya le conocen esta característica y se aprovechan de su ego haciendo negocios chimbos para Venezuela pero gananciosos para quienes lo atienden a cuerpo de rey. Lo llenan de regalos y el reparte relojes costosos o chocolaticos criollos de barlovento en unas bolsitas de lujo con el sello presidencial.

En este último periplo, del que nos anuncia cadena para vendernos sus maravillas, se presentó en  Rusia como heredero de Lenín. En Bielorrusia como seguidor de Marx y Engels. En Ucrania añoraba la URSS. En Irán fue musulmán Shiita del integrismo islámico, enemigo de la mayoría de los países árabes. En Siria y Libia fue musulman  Shiita o Sunni. Aquí se agarró de una “masbaha” o “tasbih” para parecer un creyente musulmán de los que recitan todo el dia sus oraciones a Dios.

Las dos fotos dan cuenta de este “converso por unos días”.

Tomo de Wikipedia la información sobre el famoso y tradicional especie de rosario con 33 bolitas a las que se debe recorrer 3 veces para llegara  las 99 menciones a Alá.

Un tasbih o también llamado masbahamisbaha (en árabe, تصبيح, [taṣbīḥ]) es un objeto similar a un rosario, de uso tradicional entre los fieles de la religión islámica.

Al parecer el tasbih procede de la India, inspirado en el rosario o |mala utilizado por hindúes y budistas. Parece ser que se utilizó primeramente en Irán, desde donde se extendió por el mundo islámico medieval.

El tasbih a su vez inspiró el rosario católico al ser llevado a Europa por los cruzados. Una bula del papa Pío V, escrita en 1596, afirma que fue santo Domingo de Guzmán, el fundador de la Orden de Predicadores, quien introdujo el rosario en el mundo cristiano en el año 1221.

En general se trata de una ristra circular de 33 ó 99 cuentas rematada por una borla. Las cuentas pueden ser de diferentes materiales (usualmente madera, marfil, perlas, huesos de frutos o simplemente plástico) y colores.

Se utiliza habitualmente para practicar el dikr o invocación repetida dirigida a Dios. El número de sus cuentas tiene relación con la recitación de los 99 nombres de Dios, aunque se usa para otros tipos dedikr como la invocación repetida de uno solo de los nombres o la repetición de fórmulas como subḥān Allāh («Dios es sublime»), al-ḥamdu li-llāh («alabado sea Dios») y Allāhu akbar («Dios es más grande»), pronunciada cada una de ellas 33 veces.

El tasbih puede cumplir también la función de mantener las manos ocupadas (muchos musulmanes lo llevan constantemente en la mano o alrededor de la muñeca) o de servir de signo externo de islamicidad. Es corriente, por ejemplo, encontrarlo colgado en el espejo del automóvil o en las paredes de hogares y comercios musulmanes.

Misbaha o Masbaha

Materialmente se parece a un pequeño collar de treinta y tres granos unidos entre sí.

Los granos son más bien grandes y de forma redonda u ovalada, con un orificio lo suficientemente grande, para dejar que las cuentas corran con facilidad en el hilo. El collar termina con un adorno o bien con tres o cuatro cuentas alargadas.

Teóricamente el masbaha debería estar formado por noventa y nueve granos, por cien incluso. Para hacerlo más liviano y llevadero se lo redujo a un tercio, quedando la obligación de repetirlo tres veces para completar el número exacto de noventa y nueve.

Este número, más bien simbólico, significa los noventa y nueve nombres o atributos divinos, además del mismo nombre de Dios. Por tanto, el fiel musulmán al desgranar tres veces su rosario invoca, oral o mentalmente, a Allah (Dios).

Tal práctica religiosa no es obligatoria; solamente es recomendada por el mismo Muhammad, en la siguiente aleya: “A Dios pertenecen los nombres más bellos. Invocadlo con ellos; y alejaos de quienes los aplican erróneamente. Serán recompensados de acuerdo a sus méritos” (Sura 7:180)

El número de noventa y nueve se encuentra escrito en un Hadît tomado de Abû Huraira con estas palabras: “A Dios pertenecen noventa y nueve nombres, (es decir) cien menos uno, porque Él es el Incomparable, (o sea, el Único), ama (el ser cualificado con tales nombres) uno por uno: el que conoce los noventa y nueve nombres, entra en el paraíso”.