COMO CASI TODOS LOS LUNES, el cinismo parece apoderarse de los integrantes de la directiva del Partido Socialista Unidos de Venezuela (PSUV) quienes nuevamente concentraron sus esfuerzos en descalificar las críticas en especial cuando las mismas apuntan a destacar que el gobierno no enfrenta el problema de la delincuencia con eficiencia.

Héctor Navarro, en nombre del partido de gobierno, negó que la administración del Presidente Chávez tenga alguna responsabilidad en los altos índices delictivos que se viven en el país y responsabilizó, adivinen a quién, a la llamada «cuarta república» de la vigencia de este mal que semanalmente decenas de muertos en todo el territorio nacional.

De acuerdo con el PSUV,  los gobiernos anteriores no protegieron a muchos de los jóvenes que hoy se dedican a la delincuencia. El pequeño detalle que el dirigente socialista  y sus compañeros parecen olvidar es que esos muchachos que hoy tienen 20 años y se han convertido en delincuentes a penas tenían la mitad de su edad cuando la «revolución bonita» tomo el poder. Es decir a penas eran niños de 9 o 10 años cuando Hugo Chávez llegó al poder y ya ha cumplir los doce gobernando.

Sería bueno que el señor Navarro revisara las cifas de muertes violentas durante los fines de semana en el gobierno del expresidente Caldera (11 entre viernes y domingo) y las compare con las actuales y se percatará quien desprotege a quien. Además el cinismo no tiene límites al tratar de banalizar un tema que enluta cada semana a familias enteras.

Es poco serio que por un lado se quiera sancionar al diario El Nacional por poner en su primera plana las condiciones en las que se encuentra la principal morgue de la capital-por más cruenta que resulte la gráfica- y al mismo tiempo al gobierno y sus seguidores les de risa el tema y pretendan esquivarlo hablando como si ellos están llegando al poder en este momento.

Chávez va a cumplir doce años en Miraflores. Es decir, más de dos gobiernos de la mal llamada “cuarta república”.

Por el camino que vamos romperemos todas las cifras de muertes violentas en nuestra historia y el gobierno sólo procede a lamentar las muertes de Luis Tascón y el general Müller Rojas, sentidas por cierto, pero se hace el loco con los lamentos de cientos de padres y madres cuyos familiares son víctimas de la delincuencia suelta.