¿Padrinazgos y cambios en el Gobierno?
¿Padrinazgos y cambios en el Gobierno?

LOS RUMORES VAN “in crescendo” en la misma medida que se va complicando -aún más- el desempeño gubernamental de Nicolás Maduro.

Ninguna medida tomada en los últimos meses ha tenido el éxito prometido. Un conteo hecho recientemente por el diario El Nacional daba cuenta de que 88 personas han ocupado cargos ministeriales en los 3 primeros años de gobierno de Nicolás Maduro. Esto es 58% del número total de ministros que tuvo Hugo Chávez durante sus 14 años en el poder, que fueron 152.

Hasta esta semana Maduro llevaba 30 reestructuraciones de su gobierno en 30 ocasiones, que incluyen cambios de ministros, jefes de misiones o reorganización de las estructuras de poder.

Ante el deterioro avasallante de la cambiante burocracia roja rojita -hoy comandada mucho más por el ministro de la Defensa y jefe del CEO que por el mismo presidente en ejercicio- se habla en los corrillos del Palacio de Miraflores la posibilidad de que sea el mismo general en jefe, Vladimir Padrino, el que ahora asuma la Vicepresidencia Ejecutiva que está en manos del dirigente político Aristóbulo Istúriz, con amplia experiencia en esas lides partidistas pues viene de AD, MEP, Causa R, PPT y PSUV.

Ante las fallas que no han decrecido en materia de escasez, abastecimiento y distribución de los productos esenciales en manos de los llamados CLAP, y vista la injerencia militar en todos los pasos pertinentes de esta materia, no parece quedar otra alternativa que colocar en el segundo cargo de más importancia en el Ejecutivo al general en jefe que prometió acabar con la corrupción en esas instancias, en las que algunos de sus compañeros de uniforme habrían usufructuado ese poder.

Istúriz no tendría hasta ahora otro destino asignado. Sin embargo, siendo un individuo comprometido con la fallida revolución desde 1999, está seguro que algún cargo le darán.

Las mismas fuentes han hablado del retorno a la burocracia rojita del exministro de Industria y Comercio Miguel Pérez Abad, a quien las fuerzas radicales en el gobierno, encabezadas por el español de Podemos Alfredo Serrano desde el área política y por el ministro de Alimentación el general Rodolfo Marco Torres desde el área burocrática uniformada, le propinaron una patada por solo insinuar o reconocer los errores rojos en la expropiación y nacionalización de empresas. Además le cobraban haber llegado a varios acuerdos con el sector privado, entre los que le espetaron el aumento de las tarifas de la telefonía nacional. Y Maduro les compró ese desaire. Hoy se habla que el defenestrado y vuelto a recoger podría presidir el Banco Bicentenario.

Por lo pronto son solo rumores, pero la insistencia con la que se difunden es muestra de las debilidades, confusiones, errores, dogmas atrasados, ineficiencia y corrupción tan comunes en estos 17 años.